El camino no resultaba nada fácil, sobre todo, el descenso por la pared de roca, así que os hizo demoraros algo más de lo que esperabais. Al llegar a la zona selvática, vuestro paso ya se hizo más ligero aunque tampoco demasiado, ya que la vegetación era densa y además había pequeños animales que no habíais visto nuncay otros, como serpientes, que no sabíais si eran venenosas o no, así que preferisteis esquivarlas y dar pequeños rodeos, ya que nunca se sabía.
Al acercaros al lugar del que provenía el humo, pudisteis ver como era una especie de poblado justo a la vera de un río del que salía vaho y en el que se veían como burbujas. Seguramente era alguna especie de agua caliente debido al magma que habíais visto antes.
Las pequeñas casitas estaban construidas con troncos, ramas y plantas. Teniendo telas a modo de puertas, aunque había alguna que estaba más elaborada y también tenía hecha una puerta con alguna especie de bambú y juncos. Los habitantes de la aldea, os recordaron unos instantes a los mutantes, pero tan sólo velozmente, ya que estos, para empezar, ni siquiera tenían cara de idiotas y además, que tecnológicamente hablando, estaban años luz retrasados, al menos por su forma de vivir.
Hubo algo que os llamó la atención mientras observabais sin acercaros. En una zona del río, había una especie de nido y en su interior, lo que parecían huevos, pero huevos muy grandes, como de entre 5 y 10 kilos, seguramente, serían suyos.
El descenso no había resultado sencillo, pero finalmente abandonaron las alturas para sumergirse de lleno en aquella selva de bosque primigenio. El aire mismo olía a humedad y hojas en descomposición y el aire estaba lleno de los sonidos propios de un hábitat de este tipo. Con precaución, Tigro avanzaba eludiendo todo aquello que pudiera ser un riesgo, pero su mente se hallaba excitada ante la aventura que supondría estudiar y clasificar todo aquello, desde el más pequeño de los miríapodos al más grande de los árboles. Solo entonces recordó que su pueblo ya no podría disfrutar de esta aventura, que su trabajo no tendría el público esperado y una sombra de pena y desesperación recorrió su faz.
Pero Pantro estaba a su lado y en algún sitio, el resto de sus compañeros, los últimos de su especie. tal vez, junto a aquella columna de humo que esporádicamente alcanzaban a ver a través de algún hueco en la cubierta vegetal. Pero cuando finalmente llegaron a las proximidades de la fuente del humo, Tigro no vio lo que aspiraba. En su lugar, un pequeño poblado de tristes chozas asomaba a lo lejos, entre el muro de troncos que se alzaba ante él.
- Shhhh - susurró Tigro, haciendo una seña a Pantro para que se ocultara tras un árbol -. Mira. No es uno de los nuestros. Son nativos. ¿Qué hacemos, Pantro? ¿Damos un rodeo y los evitamos?
No veo la foto.
Me alegra tener a Tigro a mi lado, es una suerte no estar solo en este planeta. Pero este gato a rayas va a meter la nariz en alguna flor que le hara estornudar o tocara algo que le picara...no he visto nunca a ningun felino tan curioso...tendre que tener cuidado o a la primera de cambio se me metera en problemas pienso con sorna mientras le sigo, viendo su cola moverse de un lado a otro mientras que no le quita la vista a nada de lo que nos encontramos ummm ¿que ocurre? arrugo el ceño al ver como su expresion, tan animada unos segundos antes cambia por completo.
Antes de lo esperado, ante nosotros descubrimos el origen del humo. Un poblado... -digo en voz baja viendo a los nativos entrar y salir de las cabañas. Mis ojos evaluan lo que tenemos delante No parecen peligrosos, por lo menos inicialmente y si lo son posiblemente no tendriamos problemas en ganar, se ven pocos.... -!Mira Tigro! ¿Has visto esos huevos? -le digo con la experanza de que le pique la misma curiosidad que sentia antes y desaparezca esa expresion preocupada de sus bigotes -Vayamos a verlos mas de cerca, pero prefiero que nos nos vean los nativos, asi que...acerquemosnos mas a ellos pero sin dejar la proteccion de la vegetacion...Mientras pensamos si seguimos sin ser vistos o les preguntamos por si han visto caer algo del cielo. A lo mejor nos pueden dar alguna pista. Pero para eso tenemos que ver si nos pueden suponer un problema si no les caemos bien. !Vamos!
Si os acercáis y no quereis ser vistos u oídos, hacerme una tirada de 1d8 + agilidad..
- Detente, Pantro - replicó Tigro con un susurro silabeante -. ¿Para qué quieres ver esos huevos de cerca? Supone un riesgo importante para algo que carece de importancia. Respecto a lo de hablar con las gentes del poblado, dudo muy mucho que siquiera podamos llegar a comunicarnos. Salvo que tú conozcas su idioma, claro - añade sin asomo de burla en su tono, pero destacando algo que para él es evidente -. Ahora mismo, lo más importante es localizar a nuestros amigos y no perder el tiempo en entablar relaciones diplomáticas con una raza anclada en su particular edad de piedra. Pero si quieres pegar un vistazo, ve. Yo me quedaré aquí, por si acaso.
-Arrgggg -gruño suavemente -pense que te gustaria verlos mas de cerca, es algo que no hemos visto antes, y despues seguir nuestro camino. Y no, no se su idioma. Asi que sigamos, pero si no tienes intencion de que les preguntemos nada...seamos discretos y que no nos descubran.
Le hago un gesto con la pata para que pase delante mia, animandolo a seguir nuestra busqueda -Vamos, vamos....no nos entretengamos.... -susurro.
Decidisteis que primero buscaríais a los vuestros, ya que parecía la opción más sensata, ya que en el fondo, desconocíais si aquellas criaturas serían amistosas o no, así que os alejásteis tratando de ser lo más sigilosos posibles, ayudados por la frondosa vegetación.
No pasó mucho rato cuanto ambos notásteis algo que os hizomirar al cielo, una llamada. Vuestras pupilas se pusieron unos instantes rojas y en el cielo, el sómbolo de los thundercats se hizo visible durante unos instanes. El Ojo de Thundera seguía en las manos de Leon-O y os estaba o bien pidiendo ayuda o bien indicando un punto para que os reunieráis con él.
Sabíais cuál era la posición exacta de la espada, era como un instinto, como si dentro de vuestra cabeza hubieran colocado un radar y vieráis el punto exacto. No estaba a más de 3 kilómetros, en una dirección similar en la que habíais venido vosotros, seguramente estuviera por lazona del barranco.
Dejar atrás el poblado le costó a Tigro más de lo que le hubiera gustado reconocer, pero como él mismo había afirmado, su prioridad eran sus compañeros. Y entonces, algo dentro de él pareció despertar, algo que no había experimentado antes. Su mirada se dirigió a los cielos y allí estaba, la imagen que parecía llamarle con una especial intensidad a la que no podía negarse a responder.
Tigro miró a su compañero y supo que experimentaba lo mismo que él.
- Rápido Pantro. Es lo que necesitábamos. Ahora ya sabemos dónde está por lo menos nuestro joven León-O. ¡Corramos!
Al ver la señal en el cielo, una enorme alegria me invade pero solo me dura unos segundos -Tigro, !rapido! la señal viene de donde nos hemos encontrado mas o menos. Si estan en la zona de lava, !puede que Leon-O este corriendo peligro!
Echo a correr todo lo rapido de lo que soy capaz y el terreno me permite hacia la señal, siguiendo a duras penas a Tigro con el que no puedo competir en velocidad y ligereza y que va abriendo el camino.