-No... ¿Que estás diciendo Jaga? ¿Que vas a hacer? preguntó desconsoladamente Leon-O y rompió a llorar al tiempo que le gritaba ¡No nos puedes abandonar! ¿¡Que haremos ahora!?... sniff, sniff..buhuhuuuu.
Se restregó los ojos con la mano para limpiarse las lágrimas sin poder reprimir las emociones de desesperanza que lo embargaban, de tristeza y de no saber que hacer ante la magnitud de los acontecimientos que habían ocurrido, que parecía que no iban a terminar ya que a cada minuto, una nueva tragedía ocurría, sin que nadie pudiera hacer nada por evitar que sucediese.
-Tranquilo Leon-O, tranquilo -le digo a nuestro principe, dejando de intentar arreglar el sistema de hipervelocidad y poniendole mi enorme garra sobre su hombro -no dejaremos a Jaga solo, intentaremos encontrar otra solución. !Seguro que la encontramos! Ahora chicos -les digo diciendoles a los mas pequeños -no seria mala idea que le hicieseis caso a Tigro y de paso -les digo bajando la voz para que solo ellos me escuchen -haced que Cheetara se ocupe de vosotros, asi hareis que ella se sienta mejor al sentirse util. Aqui no podeis hacer nada. Id a descansad y no os preocupeis por el futuro, eso es misión de los adultos.
Con un gesto cansado me incorporo y miro a Jaga, su cara aun crispada por la situacion y con un gesto negativo y radical con la cabeza, le hago entender que no permitire que el se sacrifique por el resto. Encontraremos otra solucion.
!!Arreglaré la nave!!
-¡No! Yo me quedo aquí- digo, con firmeza, mientras lágrimas comienzan a brotar de mis ojos sin que sea ya capaz a contenerlas por más tiempo- Yo me quedo, me quedo, me quedo, me quedo, me quedo. No me voy a descansar cuando puedo intentar hacer algo útil, y cuando...- sollozo- Cuando se está hablando de dejar a Jaga en el camino... No soy tan pequeña como para no entender que si hacemos lo que dice, no llegará con nosotros...
Rompo a llorar inconsolablemente, y me sonrojo por haber cedido a la debilidad, pero lo que había sucedido ese día era demasiado para mí.
Poco a poco Cheetara ha conseguido sobreponerse. Consciente de que los pequeños la necesitan, ahoga un último sollozo y se incorpora haciéndose la promesa de ser más fuerte. Ve como Felino se le acerca llorando. La mujer lo abraza susurrándole palabras de ánimo.
Mira a sus compañeros, su mirada, todavía empañada, indica determinación. Asiente con la cabeza a las palabras de Tigro y Pantro. Tienen razón, los niños han tenido demasiado sobresalto y tienen que descansar.
Apartando un poco a Felino, le sonríe mientras le seca las lágrimas de los ojos... Es muy duro lo que acabamos de presenciar, y va a costar mucho hacernos a la idea. Pero tenemos que ser fuertes, mientras nosotros podamos continuar, los Thundercats se mantendrán vivos... Venid conmigo. Cheetara ha dicho estas últimas palabras con voz suave, dirigiéndolas principalmente a los pequeños... Sin soltar a Felino de la mano se encamina hacia la puerta.
En estos momentos Snarf no podía hacer nada más a parte de quedar quieto y preocuparse de la salud y del estado de ánimo de León-O.Se quita el cinturon dejando a la vista una leve marca de este en su ancho estómago.Parecía que el golpe hbaía sido más fuerte de lo que parecía.Se acerca a León-O con ánimos de consolarle.
-No llores más Leon-O.Hay momentos en la vida en que una persona debe hacer acciones realmente importantes par asalvar a sus seres más queridos.Debemos hacerle caso, el es el más sabio y sabe lo que hace y será la mejor solución.Ha todos tarde o temprano nos llega nuestra hora y el destino lo tiene todo predeterminado, y ahora el destino dice que debes descansar, ya que nos espera un largo viaje y debes guardar fuerzas ya que eres el principe de los Thundercats- le explica a León-O, que a pesar de ser un cachorro le sabaca varias cabezas.Snarf no podía reprimir sus sentimientos pero tampoco podía hacer nada para arreglarlo.
Entre lágrimas y lamentos Leon-O escuchó a Snarf y dejándose llevar por el pequeño felino cuando este le desabrochó el cinturón de seguridad, le cogió de la mano sin dejar de llorar y balbucear.
-No...¿Porque? ¿Porque se han muerto? Seguro que hay alguien mas ahí, seguid buscando... Pantro, arreglará la nave, ¿Verdad Pantro?
Mientras Snarf lo guiaba para llevarlo junto al resto de los niños, hablaba desconsoladamente y con poca coherencia intentando convercerse inutilmente de que todo se arreglaría a través de las respuestas que esperaba recibir.
Jaga permanece en silencio, aunque por su expresión nada de lo que hayáis podido decir parece quele haya hecho cambiar de idea.
Cheetara, se lleva a Felino y a Felina a descansar, y a Leon-O aunque con éste último tiene más trabajo ya que se le ve bastante más alterado por todo lo que ha pasado hoy, aunque es completamente comprensible.
Pasan un par de horas hasta que termináis loschequeos de la nave,y de reparar pequeños sistemas estropeados, aunque todos os podéis dar cuenta de que Jaga había dicho lo que había dicho con conocimiento de causa. Al haberse estropeado la hipervelocidad, llegar a vuestro planeta superaba con creces la esperanza de vida de cualquier Thundercat, así que vuestra única posibilidad era la suspensión. La suspensión, aunque detenía el envejecimiento, no era efectiva al 100% así que aún estando en las cápsulas, algunos años también pasarían para vosotros, echando cuentas y por lo bajo, demasiados para que vuestro anciano líder pudiera sobrevivir. Existía otro problema, que era el que todas las cápsulas debían activarse a la vez, ya que el sistema electrónico así lo requería y una vez se saliera del estado de suspensión inducido, salir de él suponía no volver a poder " suspenderte " ya que el cuerpo humano no lo soportaría.
Una vez todo estuvo en orden y obtuvisteis todos los datos posibles, os reunisteis todos en el puente de mando, para tomar una decisión.
- Y bien? Alguien tiene alguna idea mejor? - Preguntó Jaga a todos los felinos, incluyendo a los que se acaban de despertar de la siesta.
-Yo sólo digo que tiene que haber otra manera- digo, con vehemencia- No vamos a dejar a nadie atrás. Los Thundercats no abandonamos a nadie a su suerte. Antes de tomar una decisión así, habrá que mirar si estamos cerca de algún planeta habitable no hostil, digo yo. U otra cosa... No sé, pero a eso que has dicho, Jaga, me niego.
Pongo los brazos en jarras, desafiante. La sola idea de dejar que Jaga se muera me estremece, y me llena de pesar, así que por joven que aún sea yo, me creo con derecho a opinar sobre el plan.
Tigro permanecía en silencio, cruzado de brazos y apoyado contra uno de los mamparos, mientras Jaga hablaba. Solo el brillo de sus ojos y los ollares dilatados de su hocico ponían de manifiesto que estaba enfadado. Mucho. ¿Por qué Jaga se obstinaba en tener aquella discusión en presencia de los más jovenes? ¿Acaso no habían sufrido lo suficiente como para ahora enfrentarles a esta situación en la que como líder se ofrecía para una misión suicida?
- ¿Alternativas? ¿A qué? ¿A tu muerte? Pues cualquiera, Jaga. Y la más sencilla es buscar cualquier planeta próximo que nos permita llevar a cabo las reparaciones que necesitamos. Y te seré sincero. Aquí, delante de nuestros cachorros, ya que quieres que formen parte de esta discusión. Tu decisión me parece egoísta. Nos propones que sigamos con el plan original, que lleguemos al planeta destinado, aun cuando para ello debamos ponernos en éxtasis, lo cual exigirá el sacrificio de uno de nosotros, en este caso tú, pues eres quien se ha ofrecido. ¿Y para qué? ¿Para ofrecernos un futuro? Míranos. Somos los últimos de nuestro pueblo. No hay futuro - la voz de Tigro parece repentinamente cansada -. Carecemos de la variedad genética necesaria como para constituir el germen, la semilla de una población felina floreciente en el futuro. Siendo muy positivos, tan solo quedarán dos, tres generaciones más antes de... - un silencio prolongado sigue a estas palabras -. Algo que tú ni siquiera verás, pues has decidido inmolarte. Si de algo vale mi pensar, más nos valdría dedicar lo que nos queda de vida a la venganza, a castigar a quienes nos han conducido a este estado, a quienes han cometido este terrible genocidio contra nuestro pueblo. Esa es mi opinión y dudo que llegue a cambiar de idea, Jaga. Pero si todos deciden seguir tus órdenes, no me opondré a ellas, por absurdas que me parezcan.
Continuaba sollozando de la mano de Cheetara...no podia pensar en el destino que nos esperaba tras las puertas...no podia soportar mas peso...mire por un segundo a Jaga...que asumia las consecuencias de sus acciones...continue llorando sin poder ponerle pausa
Leon-O escuchaba las palabras de los mayores sin decir absolutamente nada. Únicamente se concentraba en contener su llanto y no interferir en la discusión con la que debatían que decisión tomar, pero a pesar de evitar el llanto a unos miserables suspiros, le resultaba imposible contener las lágrimas que caían recorriendo sus mejillas.
Tengo que aguantar pensaba Tienen que decicidir que hacer y aunque esté destinado a liderar a los Thundercats, aún no ha llegado el momento de que yo tomé parte en este tipo de decisiones.
Asisto a la reunion serio, apoyado en una de las paredes y con los brazos cruzados mirando de hito en hito a Jaga. Asiento ante las palabras de Tigro.
-Yo tampoco me opondré a la decisión de la mayoria, y sobre todo a la tuya Jaga. Pero antes de tomar una decisión que ponga en peligro la vida de ninguno de nosotros, dame una oportunidad de arreglar la nave. Hagamos lo que ha propuesto Tigro, busquemos un lugar en el que pueda arreglarla, tal vez aun tengamos una oportunidad de llegar todos a nuestro destino. !Dame una oportunidad Jaga! -Digo golpeando con un puño dentro de la palma de mi otra garra -Y si por casualidad se nos ponen en nuestro camino esos mutantes... -enseño mis colmillos -...se arrepentiran.
Jaga al escuchar vuestras palabras se acerca a uno de los monitores y muestra un mapa del espacio conocido.
- El planeta al que nos dirigimos es este - dice señalando una esfera azul, que es prácticamente igual a lo que era vuestro planeta. - y es el lugar más cercano con atmósfera según el mapa que estelar. Este viaje, estaba planeado para hacerlo metidos en las cápsulas de suspensión el mayor tiempo posible, así que aunque querramos hacerlo lo más tarde posible, no tenemos suficientes provisiones como para tantas personas durante el tiempo que tardemos en localizar otro. De momento, sin hipervelocidad, tenemos un viaje hasta algún punto desconocido de unos 20 años y en el estado en el que se encuentra la nave, quizás sea demasiado arriesgado para todos no pilotarla manualmente. Si seguimos el rumbo establecido al planeta que hemos denomidado " Tercer Planeta ", el viaje sería de unos 25 años, así que en realidad no merece mucho la pena desviarnos de nuestro rumbo y deberíamos continuar hacia allí.
Jaga hace un silencio y se gira hacia Tigro:
- Tigro, aún sigo siendo tu líder y juraste lealtad hacia mí, así que espero, por el bien de los aquí presentes, que no olvides tus promesas. Nuestro pueblo ha fallecido protegiéndonos, protegiendo el ojo de Thundera que está en nuestras manos, sólo por eso, debemos mantener la esperanza y llegar allí donde ellos esperaban que llegáramos. - El tono de Jaga esta vez no dejaba lugar a réplica. - Y Pantro, aunque desviáramos el rumbo para llegar al espacio desconocido, nadie nos asegura que podamos encontrar un planeta con una atmósfera respirable en el que poder arreglar la nave, ya que para ello deberíamos salir al exterior.
-Entonces... Entonces... ¿No hay alternativa? -pregunto, desolada, y me pongo a llorar- ¡No es justo, Jaga! ¿Cómo quieres que nos sintamos sabiendo que es como si te hubiésemos matado nosotros para sobrevivir? ¡No es justo, y no quiero ese peso en mi conciencia!
Me pongo a llorar desconsoladamente, incapaz de proponer una solución al problema.
Si no hay otra salida será mejor no alargar esto. Cheetara habla con voz temblorosa y hace una mirada significativa hacia los niños. Ellos lo están pasando fatal, y suficiente han sufrido todos como para hacerles pasar también por este mal trago. Mantiene cogida la manita de Felino, le duele escucharle llorar de esta manera, ya que sabe que no hay consuelo posible. Entonces Felina rompe también a llorar.
Se arrodilla delante de los niños, y mirándoles a los ojos les habla con la mayor ternura que puede aplicar a su rota voz. Pequeños, llorad cuanto deseeis. Pero recordad, toda la esperanza de los Thundercats reside en nosotros. Jaga tiene razón. Dice alzando la voz y dirigiéndose a los demás. Todos han muerto por darnos una oportunidad, no podemos fallarles. Tenemos que continuar con los planes que tan cuidadosamente habíamos trazado. Aunque nos duela a todos, ellos hubieran deseado que continuáramos nuestro camino. Termina diciendo mirando fijamente a Jaga.
reeditado ^^
- Eres mi líder, sí, y te juré lealtad. ¿Quiere eso decir que no puedo ni debo opinar? ¿Que debo aceptar y obedecer como un autómata todas tus decisiones incluso si ello consiste en aceptar que te suicides? - contesta Tigro ante las palabras de Jaga -. Jaga, ¿es que no te das cuenta? Te necesitamos. Somos los últimos. Aceptar perderte a ti es pedirnos demasiado. Pero haz lo que quieras o creas oportuno. No me opondré, como ya dije antes, y es más que evidente que impondrás tu voluntad. De modo que di cuándo debemos empezar con los preparativos y me pondré a ello.
Tras su intervención, Tigro se sumió en un pesado mutismo. Parecía ser que todo estaba dicho.
Al salir de la siesta, parecía que aquel problema aún estaba en el ambiente.Los thundercats se resistían pero era por su bien y no lo entendían.Snarf se queda junto con Leon-O, consolándolo ya que aún sollozaba por la idea tan precipitada de Jaga.Deberían prepararse cuanto antes para el viaje, ya que el tiempo corría y les esperaba un largo camino.
-Vamos Leon-O, lo dicho dicho está.Lo mejor que podemos hacer es ir preprándonos paraa ir a las cápsulas de suspensión....- le dice al chico.
La discusión llevada a cabo por los adultos no le era indiferente al pequeño Leon-O, pero dado su estado, apenas le quedaban fuerzas para poder aguantar el llanto que produciría la tristeza que lo embargaba, mucho menos de poder pensar con claridad y dar su opinión a aquellos que estaban decidiendo el curso de acción que tomarían.
Escuchó las palabras de Cheetara y luego las que el propio Snarf le decía y agarrado a su manita, poco más pudo hacer que asentir con unos ligeros movimientos de cabeza.
Yo no quiero que esto pase... No quiero que todo se acabé ¿Que ha pasado? ¿Porque?... los pensamientos volaban fugaces e inconexos en su cabeza sin darle tiempo a ordenarlos, todo lo ocurrido había superado al chico dejándolo en un estado de pasiva tristeza que no le permitía actuar de ninguna manera, aunque así lo quisiera.
No dijo nada, reprimió otro sollozo y se dejó llevar por Snarf a hacer lo que fuera que tuvieran que hacer.
A pesar de que ninguno está conforme con la decisión tomada por Jaga, o al menos conforme del todo, acabais accediendo a su " orden " o " petición" de meteros en las cápsulas de suspensión.
La sala donde se contenían las cápsulas, estaba en una zona de la zona de carga, colocadas estratégicamente para que no se las pudiera dañar en caso de haber cualquier problema u accidente. Claro, esto no incluída que por cualquier razón la nave volara en mil pedazos, pero era cuanta precaución se podía tomar en cuanto a su siatuación. Las cápsulas se hayaban en forma vertical. Os recordaban ligeramente a la vaina que envuelve muchos vegetales o al capullo de algunos animales, sólo que su color era gris metálico y con un cristal a la altura de la cara desde el que se podía ver el exterior.
Tras todos los preparativos para la suspensión, uno a uno fuistéis tomando posiciones en cada cápsula.
- Felinos, mi conciencia descansará tranquila sabiendo que dejo el Ojo de Thundera en buenas manos y de que vosotros, continuaréis con nuestro legado allá donde vayais. - Tras sus palabras colocó el arma envainada en la garra junto a Leon-O. - Sé fuerte pequeño, y recuerda las bases de nuestras leyes pues de allí sacarás las fuerzas para llevar a cabo tu cometido.
Sin decir nada más, os miró a todos uno a uno y fue asintiendo con la cabeza a modo de despedida. Sin decir ni una palabra más, pulsó la pantalla que controlaba toda la hibernación y una a una las puertas de vuestras cápsulas se fueron cerrando. En pocos segundos, os sumistéis en el más profundo sueño.
Os abro escena nueva. Aquí es cuando comienzo con vuestra propia historia y no con la de la serie.