El ataque de las sirenas sobre el bote provoca que Firas esté a punto de perder el equilibrio y caer al mar. Pero gracias a la rápida intervención de la pixie, las sirenas se ven obligadas a soltar la barcaza, ya que esta comienza a volar molestamente ante sus rostros, como un auténtico moscón. Con ello, el sacerdote consigue mantener el equilibrio y el control de la embarcación.
¡¡Bien hecho, hadita!! -exclama aliviada la hechicera. Los vaivenes de la barcaza habían hecho que perdiera el equilibrio casi por completo.
Sus latidos acelerados delataban su agitación.
Esque como anfitrionas no sirven esas señoras. Mira que ofrecernos viandas y luego enfadarse porque las rechazamos amablemente... Así no se trata a unos posibles invitados. Creo que sería más recomendable comenzar a remar un poco más fuerte, aunque con los conocimientos que tenemos de nautica y el estado de la mar no sé hacia dónde tenemos que ir...
Track acepta los elogios de su compañera de viaje y alza un poco el vuelo para ver si puede ver algún resquicio de tierra por leve que sea en los alrededores.
-Muchas gracias, la diosa requiere de tu destreza y rapidez de pensamiento. Sin esa intervención habria caido.
Se acomoda mejor y mira alrrededor.
-¿Hacia donde?
¿Hacia donde? -pregunta sorprendida la joven hechicera-. ¡Estamos rodeados por el caos! No, no puedo decidir. Hay tanta gente en el agua, tanta gente muriendo a nuestro alrededor…
A pesar de que el monstruo se ha sumergido de nuevo en las profundidades del mar, ya nada queda del navío. Los cadáveres flotan por el agua, mientras que las sirenas tiran de los cuerpos para hundirlos con ellas.
Aún se oyen quejidos en improperios hombres que se resisten a ser sumergidos, que luchan por sus vidas, sobre tablones de madera y maltrechos botes como el vuestro.
Decidme -suspira “Mediabella”-, ¿qué sabéis sobre nuestra misión?