A lo lejos ves a un chico con un cartel que lleva escrito Mandalay Bay. Sin duda se trata del chófer del hotel. Es un joven apuesto, más o menos de tu misma edad, pero por su apariencia, no ha gozado de la misma educación que tu ni tiene el mismo estatus social. El chico está mirando a su alrededor, debe estar buscándote. Por fin puedes ir al hotel. Parece que hiciste bien la reserva, el que fallaba era su empleado...
Por fin aparece el chófer en cuestión, y por desgracia parece confirmar que su juventud incluye de forma lícita una falta de responsabilidad bastante alta.
Nessa empuja nuevamente el carro metálico del aeropuerto con un resoplido para acercarse, al menos el coche sí parece cumplir las expectativas.
-Espero que se te dé mejor conducir que la puntualidad- le espeta sin muchos miramientos y con tono algo irritado mientras coge en brazos a Fifi con toda la intención de que él se ocupe de meter el equipaje en el maletero. Al menos que compense su falta de profesionalidad.
Se toma la "libertad" de entrar en la limusina con su mascota, acomodándose en los largos y mullidos asientos tapizados con una sonrisa de satisfacción.
Paseo por la puerta de salida de viajeros con la cartulina en alto esperando que la señora Wechter aparezca. Varias personas miran la tarjeta incluso alguno se acerca porque no ve sin gafas. No es la primera vez que alguien se me escapa por no pararse a mirar por miedo a quedar en ridículo. Las personas mayores son impredecibles, sin embargo ene esta ocasión la señora Wechter aparece o debería decir señorita.
-Por supuesto señorita. Bienvenida a Las Vegas.-digo respondiendo a su insolencia. Pese a que algunos suelen tratarme como a un niñato, sé como tratar a estos millonario o hijos de millonarios que creen tener todo el derecho del mundo sobre los demás solo porque pueden pagar sus servicios. Qué equivocados están conmigo.
Conduzco el carrito hasta la limusina, pero antes siquiera de ofrecerle la puerta para que entre, ella misma abre la puerta y entra con su perro. Me llenará el asiento de pelos y pulgas, malas pulgas seguro, se las habrá contagiado la señorita "prepotente". Termino de cargar las cosas en el maletero y entro en el coche.
Arranco y por los altavoces comienza a sonar la música que tenía puesta justo antes de parar, por supuesto, a todo volumen.
Tras unos breves instantes de tensión (unos 3 segundos) consigo apagarlo, pero creo que se habrá dado cuenta del despiste. Miro por el retrovisor para ver su cara-disculpe señorita Wechter, este trasto parece tener vida propia a veces. Mandaré que lo revisen.-Intento disimular mientras mis ojos recorren algo más que la cara de la joven clienta. Parece que hoy ha habido más suerte al menos con la fachada, por dentro parecen todas iguales.
Salgo del aparcamiento y pongo rumbo al casino.
Mientras el muchacho se encarga de las maletas, Nessa por fin puede aprovechar para relajarse de verdad, atreviéndose a quitarse los zapatos de tacón mientras observa el amplísimo interior de la limusina con interés.
El chico entra y repentinamente suena una música que provoca que Fifi emita un sólo ladrido desde el rincón en el que se había acomodado mientras ella da un respingo sorprendida pero enseguida ríe abiertamente.
-Puedes dejarla si te gusta, no me molesta- en verdad no es que le guste ese tipo de música pero si quiere escucharla tampoco le importa demasiado, ella se apoya en el marco del largo ventanal y se dedica a mirar el exterior, sorprendida ante los enormes e iluminados edificios que componen la ciudad.
Quizá sí que resulte una semana interesante después de todo.
-¿Qué es lo más divertido que puede hacerse en el Mandalay?- pregunta acercándose un poco más al asiento del conductor.
pd. ya es de noche...lo digo solo para ambientaros... ^^ acaba de anochecer así que las luces de todos los hoteles, casinos, etc están muy vivas!!
Por el retrovisor veo como Nessa se acerca a la ventanilla que nos separa. Ahora mismo está bajada, pero muchos clientes suelen pedirme que la suba para estar más íntimos.-No se preocupe señorita, ya digo que el trasto este tiene vida propia. Si quiere alguna música en particular puedo ponerla, estoy seguro de que tengo cualquier cosa que desee.-Miro hacia delante para que no se vea el rubor en mis mejillas por seguir avergonzado por el tema de la música. Cualquier otro cliente hubiera puesto el grito en el cielo y jamás se habría acercado hasta justo detrás mía para hablarme, no suelen ser "cercanos".
Su segunda pregunta si que me resulta extraña-pensé que venía como todos, sabiendo qué es lo que quiere. Por eso creo que su pregunta es errónea señorita, la pregunta no es qué es lo que se puede hacer, la pregunta es.... ¿qué desea hacer?-Miro por el retrovisor para verle los ojos-cualquier cosa que desee se puede realizar en el Mandalay, recuerde que esto es Las Vegas-añado en un intento de imitar a Elvis Presley mientras levanto una ceja que se esconde bajo la gorra.
-Ummm... entonces pon algo más tranquilo, ¿tienes algo de Enya?- se acomoda nuevamente en la amplia butaca de la limusina aunque está vez a menor distancia de Danny, tal vez un metro.
La pequeña Fifi salta de donde estaba y se acerca enseguida hasta los pies descalzos de su dueña, donde vuelve a tumbarse calmadamente en el suelo sin armar alboroto.
-¿De verdad? Entonces creo que probaré un poco de todo- comenta con una risa ante el último comentario del chófer, resoplando mientras entorna los ojos al cabo de poco.
-Odio eso de "señorita Wechter", estoy tan harta de oírlo todo el rato... Me llamo Nessa. Tú eres Danny, ¿verdad?- pregunta algo dubitativa mientras se deja desmoronar parcialmente por el asiento perdiendo cualquier rastro de elegancia.
Total, ¿para qué seguir guardando las formas? Mejor limitarse a disfrutar y estar cómoda de verdad.
Las luces de neón nos acompañan durante el trayecto, cientos de miradas se dirigen intermiténtemente hacia la limusina preguntándose si será esa la limusina en la que viaja Celine Dion o quizás el "difunto" Elvis Presley. Uno tras otro pasamos hoteles, casinos, discotecas y demás edificios dedicados al ocio y relax post-ocio de los habitantes ocasionales de la ciudad.-Efectivamente, Danny McCoy.
-¿Cuanto tiempo va a quedarse señorita Wech... Nessa?-mierda.-¿Enya? déjame ver...-En los controles del volante comienzo a presionar botoncitos que un pequeño display al lado del cuenakilómetros me sirve para ver qué estoy haciendo.-Te lo dije, cualquier cosa que desee y si no, la consigo-digo guiñando un ojo al retrovisor. Parece que esta chica es algo más cercana, la vida de los ricos es curiosa, sobre todo la de los que nacen con dinero, algunos se adaptan fácilmente a las comodidades y otros preferirían ser más... normales.
-Le recomiendo que pruebe todo lo que pueda y quiera. Tenemos desde piscinas hasta auténticas playas, bueno, auténticas no, pero tenemos una playa artificial donde se puede tomar el sol incluso en topless, no hay restricciones de ese tipo allí.-No sé si ese comentario lo va a tomar mal así que sigo con las ofertas ocio-culturales-también tenemos bares, restaurantes, salas de fiesta y por supuesto... un casino-digo sonriendo.-Si aún así cree que necesita alguna que otra emoción fuera del hotel-Miro a ambos lados y hablo bajito-puedo llevarte a locales de cualquier tipo que quieras. No le diga a mis jefas que se lo he dicho yo, odiarían que sus clientes se divirtieran fuera. Sólo pregunte por mí.
-Una semana, ni más ni menos. O al menos eso espero- permanece tumbada en el largo sofá, mirando las luces reflejándose en el amplio techo de la limusina y de vez en cuando observando por la ventana los edificios que ascienden muy por encima de ellos mientras escucha las proposiciones de Danny.
-No creo que pueda ir a la playa pero todo lo demás suena interesante y divertido- sonríe ampliamente y entonces gira sobre sí misma para mirar al muchacho.
-Tranquilo, no se lo diré a nadie, ¿pero qué puede haber interesante fuera del casino a parte de más casinos...?- pregunta con curiosidad mientras empieza a calzarse de nuevo al distinguir el Mandalay al fondo de la calle.
-Una lástima que no pueda ir a la playa. ¿puedo saber por qué?, si no es mucha indiscreción-Miro a Nessa a través del espejo una vez más intentando que mi vista no se separe de sus ojos, aunque es inevitable mirarle los labios.
-¿Fuera del Mandalay?-suelto una carcajada-disculpa, pero como ya dije, esto es Las Vegas y si todo se pudiera hacer solo en un sitio, qué sentido tendría hacer una ciudad entera. En Las Vegas hay conciertos, espectáculos, salas de fiestas-hago una pequeña pausa-de todo tipo-recalco-hombres, mujeres, artistas dispuestos a satisfacer.... sus necesidades en cualquier ámbito. No pretendo decir nada con esto, solo que las posibilidades son infinitas. Hay un edificio solo para el Circo Del Sol. Aquí tienen un espectáculo todo el año. También está Celine Dion y muchos artistas más. Si tiene suerte incluso puede disfrutar de Enya en concierto, aunque estando solo una semana puede ser algo más complicado.
Mientras el chófer conduce tranquilo hasta el hotel las luces se suceden a vuestro al rededor haciendo que se cuelen por las ventanillas creando un ambiente de lo mas psicodélico. Por suerte la música y la charla amena han hecho que el viaje resultase mas corto y agradable para los dos.
A pocos metros se vislumbra la entrada del casino y un poco mas allá la entrada del hotel con una amplia escalinata ante la cual se pueden detener los vehículos. Han creado dos ambientes para facilitar la entrada y la comodidad a sus clientes en ambos negocios. El casino cuenta con una entrada decorada con grandes esfinges a los lados recreando el mundo egipcio del desierto, mientras que la entrada mas recogida e intima del hotel esta decorada con plantas exóticas y flores vistosas llamando al descanso de los visitantes.
Un chico espera en las escaleras con las manos detrás de la espalda. Por la forma en la que va vestido es fácil deducir que trabaja en el hotel. Un traje de pantalón y chaqueta negros adornado todo ello con corbata.
Danny tu lo reconoces como tu compañero Mike el botones.
-Umm... no me sienta demasiado bien la arena, el agua salda y ese tipo de cosas, prefiero no arriesgarme- se limita a decir Nessa, quizá refiriéndose al simple hecho de que no le gusta "ensuciarse".
Las fachadas de los enormes edificios del complejo Mandalay se alzan ante la limusina y ella sonríe ampliamente complacida mientras recoge a Fifi del suelo, de la cuál casi se había olvidado su presencia a causa de lo silenciosa que se ha mantenido durante el trayecto.
-Celine Dion no me gusta...- comenta con una risa -Pero lo del Circo del Sol suena bastante interesante, ya veremos...- se toma la libertad de abrir la puerta tras un par de intentos y sale al exterior alisándose y colocando bien su corto vestido.
-Buenas noches- saluda al joven botones y espera a que recoja el equipaje.
-Seguro que nos volvemos a ver, así que hasta pronto- le guiña un ojo cómplicemente a Danny y finalmente empieza a subir las escaleras hacia el hotel para poder acceder a su habitación.
Podéis añadir algo mas en esta escena si queréis y sino avanzo en las vuestras. Dejo el post esperándoos.
-Una pena, definitivamente, aunque yo discrepo de no le siente bien, estoy seguro de que le sienta de maravilla la playa.-digo en un tono que da a entender que no es la playa precisamente lo que le sentaría bien a Nessa.-Si tiene dudas debería probar, además el agua es dulce, no merece la pena llenar una playa con sal o traer agua del mar como comprenderás.
-Buenas noches Nessa, ha sido un placer acompañarte. Si necesitas algo solo tienes que pedirlo, estoy a tu servicio.-digo inclinando la cabeza desde mi posición en el coche. No me ha dado tiempo a bajarme y parece que Mike ha estado pensando en sus cosas porque tampoco se ha acercado a abrirle la puerta.
Miro como Nessa sube elegantemente las escaleras del hotel. Quizás la miro demasiado fijamente, hay algo en ella... Pero sacudo la cabeza y me quedo un momento mirando al infinito del cielo.