Es el dia del torneo la gente se agolpa en las gradas abarrotadas con curiosidad y nerviosismo. La nobleza presidida por el archiduque draconido Drago se encuentra lujosamente acomodada en el palco de honor.
La inscripcion de los candidatos es libre , pero deberan dar una muestra de su valia presentandose a los nobles y resto de presentes, de entre ellos solo unos pocos seran los elegidos
Os toca presentaros en esta escena para ser elegidos y sera en base a la calidad de la narracion .Os recuerdo parrafo 4
RECOMENDACION
2 cosas
-La accion se desarrolla en los terrenos dedicados al torneo
-Quizas queriais desarrollar mas vuestro presentacion pues es en publico y delante de nobles y gente que ha venido a ver el torneo del estilo:
soy x ,hijo del conde y la condesa z, paladin (aqui meter clase) conocido tambien como el azote de trolls (aqui meter alias) conocido en mis tierras por liberar al pueblo A de la amenaza del troll B, mi linaje es C, mis meritos en combate D.....etc etc
diciendo cosas como: valías, meritos, linaje, proezas, valores, historia, etc. etc.…
Llegó Sir Peredur a la corte del archiduque, tan rica y poderosa como la del antiguo emperador de Ergoth, y allá a donde dirigiera su mirada solo veía ondear pendones con los escudos de las distintas casas nobles que se hallaban reunidas con motivo de tan gran evento.
Nobles y hermosas damas paseaban entre los caballeros que las galanteaban montados sobre sus hermosos caballos, a lo lejos vio al Archiduque vestido con su armadura y bajo ella las más finas telas traídas de Tarsis, incluso la sobrevesta de la barda de su caballo estaba hecha de la más fina seda adornada con filigranas de hilo de oro.
Sir Peredur estaba impresionado y no menos asustado, después de todo el no era más que un caballero recién nombrado y lo que estaba presenciando era muy distinto de todo lo que había visto a lo largo de sus años de entrenamiento como escudero en los que solo había presenciado sangre, sudor y polvo.
Se dirigió espoleando a su pura sangre marrón temiendo que se burlaran de el, pues aunque sus ropas y sus armas eran de la mayor calidad no eran nada comparadas con las de los nobles señores reunidos para el torneo en honor del Archiduque.
Al llegar donde el estaba se bajó de su caballo y se acercó al Archiduque y su montura, una vez allí poniendose al lado derecho de la montura del Archiduque se quitó el yelmo y besó el pie enfundado en la armadura del noble y temblándole la voz comenzó a hablar.
Saludos mi señor, soy Sir Peredur de Palanthas, y aunque aún no hayáis oído hablar de mi, pues solo soy un joven caballero recién nombrado, prometo combatir con honor y fiereza en vuestro nombre si así me lo permitís.
Procedo de la estirpe de Sir Gilles de Palanthas compañero de Vinas Solamnus, soy hijo de Sir Ermrich de Palanthas y en mis años acompañando como escudero a Sir Daniel Pathwarden he combatido a los ogros en Sanction, tras mi nombramiento como caballero he viajado al muro de hielo y liberado a los Que-Shu de la aldea de Arrowthorn en las llanuras de arena de una invasión goblin por lo que entre ellos soy conocido como Balamir que en su lengua significa Acero Fuerte y he venido ante vos para demostrar mi valía.
Tras eso, se quedó Sir Peredur esperando la respuesta de tan gran señor creyéndose indigno de mirarlo a la cara pero con la secreta ambición de llegar a ser algún día digno de confianza de tan poderosos y honorables caballeros.
Mira a ver que te parece esto xDDDD
***DM: para empezar no esta nada mal, pero besarle el pie?? ahi te has pasado jajaja ;P
Los campos del torneo son lugares ruidosos donde se mesclan una gran cantidad de sonidos, sus espectadores gritan, cantan, abuchean, la música suena de muchas formas que alegran el alma, El retumbar de tambores, el sonar de las trompetas anunciando la llegada de los aspirantes al torneo.
Pero a pesar de la algarabía del lugar, hay un hombre que no parece afectarle.
Sobre los lomos de un caballo pinto, llega un joven recién nombrado caballero, desconocido para todos en el sitio, vestido con armadura de buena calidad, sobre su espalda unido a su armadura, lleva un estandarte con el escudo de armas de su casa noble, seguido de sus portaestandartes, delante de ellos, un hombre culto de mediana edad, a pie, bien vestido y aseado, se acerca a los nobles y con una reverencia se presenta ante ellos.
Venerable Archiduque, respetados nobles y ¡todos los apreciados espectadores que hoy se han reunido!
Me presento antes sus ilustres presencias, como la vos y oidos de mi señor.
Se preguntaran… ¿Vos y oidos?
Sí, así es, es mi triste deber informarles que mi venerable señor ha sido trágicamente privado del sonido, el destino ha sido muy cruel, naciendo sin el don de escuchar, ni hablar.
Desde entonces, me han honrado como su tutor, maestro y servidor.
Me conocen como Algus Malganis, Erudito y taumaturgo, maestro de historia antigua, arcana y en mis ratos libres alquimista.
Se me encomendó la importante misión de ser la vos y odios de mi señor, labor que eh llevado a cabo desde su niñez.
Ahora que ya saben quién soy, es hora que sepan quien es mi Señor.
Es para mí el gran honor de presentarles a ¡Sir Mikelus Metalus!, Hijo del Marques Novus Metalos y la Marquesa Cimbria Metalus, Descendiente de Gark el estoico, Capitán del bastión Sin indulgencia, protector de la frontera, Verdugo de Bandidos, ha luchado durante 5 años contra las oscuras amenazas que acechan más allá de la frontera, se ha cobrado las cabezas de cinco jefes Goblin, dos jefes Orcos y un jefe Gnoll, en sus tierras lo llaman el Caballero silencioso.
A pesar de los obstáculos del destino, a demostrado ser un luchador tenas y disciplinado, ganándose el mérito, por derecho propio, de ser nombrado caballero y para demostrar el gran respeto que mi señor le tiene al Duque, se ha presentado para tener la oportunidad de participar en los torneos en su honor.
Algus hace una reverencia, luego da unos pasos atrás, dando espacio, para que el joven Caballero avance, se acerca al Duque y sus nobles, Mikelus remueve su casco, inclina su cabeza, colocando su puño derecho en su corazón, hace una reverencia a los presentes, luego gira su corcel, sin darle la espalda al Duque y con su mano en alto, saluda a los espectadores, finalmente se coloca su casco y con su sequito se retiran a esperar.
Mientras aun se escuchan los aplausos de la nobleza tras la presentación de Sir Mikelos Metalus, este nuevo aspirante del torneo se adentraba lentamente.
Dos leones enzarzados en combate con dos arboles a sus costados en un fondo dorado, formaban el estandarte de la familia Qird. A medida que Sir Owedd se acercaba al palco de honor donde se encontraba acomodado el archiduque, los aplausos se tornaban murmullos.
Pocos conocian a este joven caballero, pero si conocian el estandarte debido a las historias, casi leyendas, contadas sobre el abuelo de su padre, el gran Lord Balish Qird.
Tras una reverencia Sir Owedd comienza su presentación:
Me presento ante vos, mi señor. Soy Sir Owedd Qird, hijo de Lord Cykor Qird y Lady Maelonna Qird. Asistó a su torneo con gran honor y en representación de mi linaje. Mis hazañas hasta ahora son escasas, pues soy joven aun, pero ya he liderado defensas contra asaltos de Trolls y Orcos a nuestras tierras, o derrotado a grandes Señores de las Bestias de los bosques de Relief más allá de las Montañas Blancas.
Será un gran placer participar en su torneo Archiduque.
Tras otra reverencia Sir Owedd se alejó del palco del Archiduque.
El ambiente era festivo en el lugar, como era de esperar. A lo lejos se oían los vítores del público, gente venida de muchos lugares para contemplar el espectáculo ofrecido por el Archiduque Draconido Drago. Pendones, banderolas y distintos estandartes colgaban de las tiendas extendidas a las afueras del lugar del torneo, proclamando quienes eran sus dueños orgullosamente.
Thionel, su hermosa hermana y un escudero que apenas levantaba un metro y poco del suelo pasaron por entre las tiendas, observando todo a su alrededor con una sonrisa. El pequeño Tonaht miraba a su alrededor boquiabierto, mirando los vestidos de las damas, las armaduras de los caballeros, las grandes lanzas, las imponentes monturas....Thionel rió e inclinándose sobre el caballo, le alborotó con una mano el pelo "No te preocupes, no muerden....si lo haces como te he enseñado". Tonaht asintió vehemente y siguió mirando a su alrededor, maravillado. Tonaht era huérfano. Recientemente, Thionel y Lyss habían oído gritos de socorro en uno de los caminos. Cuando llegaron a todo galope, vieron unos bandidos que estaban atacando una carreta con una pareja y un par de chiquillos. Thionel no lo pensó y atacó. El problema era que habían llegado casi demasiado tarde. Los padres y uno de los hermanos estaban muertos por disparos de ballesta, y el más pequeño, con apenas 10 años, estaba temblando escondido en una de las cajas. Thionel no pudo dejarlo abandonado y se lo llevó. Dos días después, le nombró su "escudero oficial", ya que el niño necesitaba centrarse en algo para dejar de llorar. Desde ese momento, Tonaht no se había despegado de Thionel más de tres metros.
Poco a poco se acercaban al lugar donde tenía que presentarse, y durante un instante Thionel sintió un nudo en el estómago. Desechó los pensamientos lúgubres que le rondaban la cabeza y con una silenciosa plegaria a Kiri-Jolith, se encomendó a él. La tranquilidad se apoderó de su mente y su cuerpo.
Lyss, su bella hermana, se inclinó hacia él y le dedicó una sonrisa, mientras ataba uno de sus pañuelos rojos a la punta de la lanza que Thionel estaba aprestando, pues el turno de presentarse le llegaba ya. Thionel miró a su hermana y una sensación de calidez lo recorrió entero. Mientras ella estuviera allí, él tendría fuerzas para seguir peleando. Como le prometió, él la defendería de todo mal.
Tras el último caballero, Thionel avanzó, seguido de sus dos acompañantes.
"Bienaventurado seais Archiduque Drago y que la bendición de Kiri-Jolith ilumine por siempre vuestra familia. Me presento humildemente ante vos. Soy Thionel Allister, Paladín de Kiri-Jolith. No desciendo de sangre noble, pero si noble se considera la sangre Solamnica, entonces mi sangre es de las más nobles que existen, pues hijo de Solamnicos soy. Mis padres se llaman Joel Allister y Nifret Allister, quienes trabajan duro día tras día en su propiedad para sacar adelante a sus hijos. No tengo un noble linaje, al contrario que muchos de los caballeros que puedo ver hoy aquí, pero mi honor y valentía suplirán dicha carencia, si es que vos lo consideráis como tal. Tampoco tengo campo de armas o estandarte, puesto que no me lo he ganado aún, pese a ya haber sido nombrado "Kharas" o caballero en Solamnico. Me gustaría recibirlo en éste torneo, si vos me consideráis digno. Mis proezas se resumen brevemente. En mi camino he ayudado a dos pueblos a ahuyentar a bandidos y maleantes que azotaban a los campesinos de la zona, robándoles sus más queridas pertenencias. En el siguiente, tuve que derrotar a un malvado alcalde y sus compinches que no dejaron de ser ladrones que se habían hecho con el poder, esquilmando a "la plebe", como ellos la llamaban, con impuestos, además de solicitar a sus hijas para otros "menesteres nocturnos" sin respetar si estaban casadas o no, también hubo asesinatos entre los que se resistieron y no pude permitirlo. También hube que acabar con unos goblins comandados por un ogro, que amenazaban una ruta comercial, matando a aquellos que osaban pasar por allí, y finalmente, derroté a unos asesinos que mataron a los padres de ésta criatura" dice señalando hacia su pequeño escudero, que se mantiene encima del caballo con la cabeza alta, conforme le ha dicho Thionel "cogiéndolo bajo mi protección como mi escudero".
"Por todo esto, me presento hoy aquí, ante vos y vuestros nobles acompañantes, para batallar por el honor de mi familia y conseguir un estandarte que mi familia pueda portar con orgullo y ser recordada por las generaciones venideras con honor. Quiero ganarme el honor de poder decir que soy Thionel Uth Joel."
Tras una reverencia, imitando a los otros caballeros, se alejó en dirección hacia las tiendas, dejando un mar de murmullos detrás de él.....
El caballero desmontó su corcel de guerra y se lo dio a su escudero, un joven que llevaba sirviéndole unos tres años, muy diestro con las armas, y que pronto le llegaría la hora de demostrar lo que había aprendido.
Sir Ricardo de Lemunt, tenia unos veinticinco años, no medía más de 1.60, pero era ágil y fuerte, aunque su punto fuerte era, sin duda, la experiencia que había obtenido en la Guerra de la Reconquista, cuando él, junto con su primo el Conde de Lemunt y otros Señores vecinos, tuvieron que expulsar a un grandísimo ejercito de Orcos que habían invadido hacia unos seis años las tierras del Sur. La Guerra duro un lustro y era conocida por todo el mundo las increíbles batallas que en aquel lugar acontecieron.
Se acerco hacia el Archiduque Drago, sin cota de malla ni armas en símbolo de amistad. Llevaba un ropaje azul y blanco con adornos dorados y el blasón bordado en el centro del pecho. Un pájaro blanco con fondo azul y flores de lis oro.
Cuando estuvo delante de él, se presento:
-Soy Sir Ricardo de Lemunt, hijo de Sir Joanot de Lemunt y Lady Anne de Cardonné, primo del Conde de Lemunt, Lord Robert de Lemunt, incorporado por la Gracia de Dios a la orden de caballería libre y voluntariamente por Lord Lauren de Lemunt, antiguo Señor de Lemunt del que fui escudero.
Defendí las tierras fronterizas del sur del ataque de los Orcos. Entrando hasta en 7 ocasiones a batalla desde la vanguardia, entre ellas en la Batalla de Pradoverde y la Batalla de la Luna. –Estas fueron las dos batallas mas importantes y sangrientas de la Guerra de Reconquista –Con la victoria en todas ellas gracias a la bendición Divina. Y por el amor que siento por Él, haré todo lo posible, dentro de la ley, para ganar el torneo y el honor que este representa.
Dicho esto, hincó la rodilla ante el Archiduque y espero su permiso para retirarse.
Otra justa más, nobles por doquier, todos pomposos y exuberantes. Adornados con joyas y exóticos colores, he ahí los refuerzos que esperan los soldados que están en la campaña del Sur, del cuello de aquel señor cuelgan los víveres de toda una compañía en forma de lagrimas de colores, no muy lejos de allí se encuentra la paga de un regimiento en las delicadas manos de la tímida damisela que acompaña al anciano, seguro que ese viejo noble ha pagado más por su esposa que por la seguridad de sus aldeanos..........
He aquí la decadencia de la nobleza, toda apabuyando al otrora famoso guerrero, ahora convertido en una marioneta del gobierno, el archiduque Drago. Toda esta parafernalia choca con la cara de esos sucios niños que miran detrás del seto, esperando ver el caballero vencedor, llevarán semanas ansiando este momento. Aún recuerdo mis sueños sobre los libros de casas nobles y heráldicas en la torre del monasterio, hasta que Hodrum me despertaba con un despiadado coscorrón. Ya ha llovido y volverá a llover.
Ahora es mi turno. Como competir con tan altos señores, con tan alta cuna. En este lugar que la primera batalla la gana el título y las hazañas propias y de los ancestros. Como poder demostrar mi valía.... solo es necesario esperar a que hable el acero.
"Mi señor Archiduque Drago, me presento ante vos con la humildad del futuro caballero. Aún carezco del título de Sir, pues no heredé titulo alguno de mi padre, desconocido para mi. Ostento el sobrenombre es "El Grande" y por desgracia lo dicen por mi tamaño, no por el conocimiento de mi gestas. Gestas que aún no cantan los juglares pero que comenzarán a hacerlo hoy. Fui escudero de Sir Novill de Gainward, Caballero al servicio de la Fuerza de los Tres Soles, de la que hoy celebramos su nombramiento como General. Instruido por él en las leyes antiguas del Código y la Medida de los caballeros de Solamnia. Mandatos que rigen mi honor desde que empuñe la espada de mi mentor. "
"He aquí mi valía, sobrepasé el sitio del monasterio de la orden de Paladine situado en las Montañas Kharolis, y durante 5 días resistí los embates de los ogros para evitar que alcanzara la ciudad de Aguas Rápidas en busca de auxilio. Participé en la batalla del Dragón superando una y otra vez los embates de los minotauros....... estas y otras tantas gestas menores,que cualquiera de los presentes puede poner en duda, pues aún carezco de blasón y rango dentro de los caballeros, por eso pido a su excelencia el honor de participar en este torneo, porque una vez fue hombre de armas y sabe que la valía del hombre se muestra con el acero"
"Sólo quiero demostrar mi valor en combate y portar el blasón de mi escudo, único legado que tengo de mi pasado. Y hacerme merecedor del nombramiento de caballero para poder portarlo con orgullo y llegar algún día a descifrar su significado."
"Heme aquí pidiendo una oportunidad de conseguir un nombre para venideras ocasiones, para poder presentarme como Sir Duncan "El Grande", Paladín de la Orden de Paladine y juro por mi dios, por el Código de los caballeros de Solamnia y por todas las leyes de la caballería cumplir las reglas del torneo y acatar su palabra como ley."
Permaneció de pie, frente al palco, con la mano en el pecho, señal de respeto y obediencia, esperando una señal, que tardo en llegar, pues todo dependía del Archiduque
Solo había sido un mal trago, el guerrero se ve con el acero. Dunk, se retiró para propiciarle los cuidados oportunos a su montura. Tenía la sensación que esta vez si sería incluido en la lista de combatientes, lo necesitaba, como regirse toda su vida por el Código y esas mismas leyes que no lo aceptaran.
El viaje había sido largo, muy largo. Abandonar el continente helado de las tierras olvidadas hasta llegar aquí. El clima era distinto, acogedor, por no ser austero.
Llevaba mis armas, las jabalinas y lanzas de caballeria, lo necesario para un torneo... Nada podía escaparseme. Hacia adelante, hacia el torneo, mas importa el reconocimiento que la gloria hoy. Pues la gloria se encuentra en la batalla, y es lo que también voy a dar.
Sobre mi gran caballo de guerra, me adentro al torneo junto a un compañero, un soldado, como escudero, ambos llevamos las lanzas de caballería con nuestra insignia a media hasta. Insignia de una espada sobre una blanca montaña en un fondo azul, representante de la guardia blanca, los paladines de las tierras heladas, guerreros del reino olvidado. Allí donde el paisaje es blanco y el aire frió.
Sin titulos de nobleza, solo una carrera militar. Era tiempo de empezar a forjar el reconocimiento por sobre la gloria, y así hacerme de un lugar en este mundo, con honor.
La impresión y el silencio de los espectadores, ante semejante hombre, mas de medio cuerpo podían ver que sobresalía a la altura de sus palcos. El murmullo era acompañado por la mirada de los antes inamovibles guardias acorazados, mirada sobre mi martillo de guerra, cual parecido a un martillo de lucerna, aquel arma de vanguardia hecha para atravesar las mas gruesas placas, el cual dejo a mi escudero, para no causar problemas.
Desciendo del caballo y me aproximo ante la nobleza, entre los demás competidores.
Me quito el casco... Si eso confirmo las sospechas de muchos.
- Soy Aussir Artroth, lugarteniente de la Guardia Blanca de los Reinos Olvidados, también conocido como el Protector Blanco, significado de mi nombre y bien recibido por mi desenvolvimiento militar. Heroe de Luiren, tras defender la ciudad de los ataques ogros de las montañas Espalda de Sapo, e incursionar durante años en estas, junto a los ejércitos de Khöltar y Cathyr dando fin a toda amenaza de ogros y gigantes.
También conocido como Dientes de Espada, nombre dado por los piratas goblinoindes que asediaron el Puerto de Espadas, el cual fue defendido por la Guardia Blanca, al mando de Sir Odnswild paladín de Bahamut, mi tutor.-
Inmutable, como si los draconidos fueran empaticos.
-Hoy vengo a mostrar mi valía y recibir su bendición.
Con lo que espero se digno de ser llamado un caballero de Los Tres Soles.
Por lo que prestare armas y devoción a usted General Draco-
Concluyo con el brazo en alto, mientras sostengo mi casco con la otra mano.
A la puerta del castillo llega una caravana, una un tanto extraña que hace que los guardias del castillo preparen sus armas.
Cuando la caravana se acerca, los guardias bajan sus armas y saludan al caballero que se acerca. Pero la entrada del caballero no es comun, en vez de ser un caballero de finas facciones montado en un fino corcel, un gran hombre de anchas facciones y una armadura marcada por las batallas que el caballero porta con orgullo. El llega a la puerta del castillo arrastrando un caballo por su cola.
El rudo hombre toma al caballo y se lo da a uno de los guardias ordenandole que lo preparen para la cena mientras se queja de que los caballos cada vez son mas debiles.
Detras del hombre se encuentras su corte, los siervos no son hombres delgados y serviciales, son hombres grandes y fuertes, mas como guerreros que como siervos, al igual que las mujeres, todas de una belleza salvaje, como amazonas salvajes, apenas vestidas con un taparrabo.
Un hombre y una mujer se adelantan de entre la corte, el, a pesar de ser mas alto y mas delgado que los demas, incluso que el caballero, denota en su cara marcas de guerra que lo hacer verse perfectamente a tono con el caballero a quien acompaña. Ella, a diferencia de las mujeres de la corte, de poca belleza y mucha edad, con una sonrisa socarrona que la edad concede a aquellos que han tenido una buena vida.
El hombre alto se adelanta y se anuncia ante los presentes
-Damas y caballeros, Agradezco su invitacion pero mas agradezco las atenciones que todos ustedes nos brindan, tengo el orgullo de anunciar a ustedes al hombre, hijo de barbaros, educado por barbaros en la guerra y por caballeros en la sociedad, El asesino de los infieles al rey y los desafiantes de la paz, bautizado con sangre en los campos de batalla por la mano del papa, mi señor, Sir Khamal Bartes-