Partida Rol por web

El resto de la aventura, por su escaso interés dramático (ya es el final) lo resumiré.

Hay la fiesta de despedida. Hay mucho vino para quien lo quiera, risas, y celebración por todas partes. El hecho de haberse salvado de la destrucción da una alegría adicional a Avenuria. Por supuesto, se vigila que los ogros no pudieran intentar querer vengarse. Pero estos terminan de apagar el incendio de su campamento y parece del todo que se limitan todos ellos a dormir. Quizá han quedado escarmentados. Pero se supone que su escarmiento no durará siempre...

Después, el rey dispone, para esta noche, habitaciones especiales para todos los héroes, dentro del palacio o en otros edificios, incluido un establo bien equipado para Guau-guau. Antes de dormir, pero, todos los héroes y heroínas reciben un poderoso hechizo de curación: cualquier herida o similar desaparece, vuestras puntuaciones vuelven a ser las máximas. Y no olvidéis que ya habéis recibido puntos de experiencia, los 800 ya mencionados...

En vuestras habitaciones dormís de maravilla...

Después, por la mañana, tras un suculento almuerzo, las puertas de la muralla de Avenuria, con gran parte de la gente de esta mediana ciudad dándoos la bienvenida, se os despiden de todos, ¿para siempre? ¿de todos?

- ¡¡Adiós, grandes héroes!! - dice el Gran Sargento; - Gracias entre otras cosas por el destrozo a los orcos, por devolvernos a los dos príncipes (el malvado y el auténtico) y por salvar a nuestro pueblo de la destrucción.

- Si no volvemos a vernos, nunca os olvidaremos, - dice alguien con aspecto de payés, pero con voz serena y sincera.

- ¡¡¡Suerte con vuestras futuras aventuras!!! - dice la Misaki, quien, al menos por ahora, ha decidido quedarse en Avenuria; es la única que no se va...

Es la hora de las despedidas...

Miré la impresionante muralla de Avenuria, la urbe amurallada era todo un orgullo, pero no podía compararse a las ciudades fortificadas enanas-hasta que nuestros caminos vuelvan a cruzarse compañeros-dije a mis camaradas observando a la elfa y a aquel clérigo humano.
Miré al Gran Sargento-alli donde halla orcos estaré para combatirlos-sentencie-acabar con Argon fue un placer, y nada me detendrá de acabar con cualquier tirano pielverde que vuelva a alzarse.

Mi mirada era dura y decidida al observar a aquel humano, luego me volví y caminé hacia mi hogar, hasta que de nuevo se requiriera de mis servicios.

Balafor miro hacia el oeste. El sol parecia esconderse tras las montañas. Era un atardecer muy bonito de contemplar. El clerigo respiro hondo y se dirigio hacia sus compañeros.

Mi caravana partira en breves... Espero que encontrarnos de nuevo en un futuro proximo. Balafor se detuvo a dar un abrazo a todos y cada uno de los integrantes del grupo de aventureros.

Que los dioses os bendigan alla donde vayais. Ha sido un placer trabajar con vosotros.

El clerigo se subio a uno de los carros de la caravana que le llevaria hacia su nuevo destino. Los caballos empezaron a andar a paso ligero en direccion Sur.

Antes de esto, Guau-guau-guau arf tuvo tiempo de pegar un lametón cariñoso a la mejilla de Balafor, como diciendo que lo va a echar de menos.

La elfa se fue sin hacer mas aspavientos, en silencio hacia la ciudad.

Habiéndose ya despedido, los tres aventureros marchan cada uno por su cuenta, sin decirse nada más.

Sólo el destino sabe si volverán a reunirse.

Aquí termina ya esta aventura... pero la vida de los aventureros continua...