Partida Rol por web

Para cuando me quise dar cuenta, una estatua no estaba en su sitio y la otra hablaba con Erasmus. Me sorprendió ver a un rey rindiendo pleitesía a una estatua... o lo que fuesen.

La verdad era que ni sabía porque habíamos ido hasta allí y empezaba a enterarme ahora. Pero con la cercanía de aquella estatua, agarré a Missy con gesto protector y la atraje hacia mí. Si quería comérsela, tendría que pasar por encima mío, aunque dudaba que eso le costase mucho. Pero la que ahora era mi amante, ya había tenido bastante con aquella trampa para vampiros donde casi perece, donde casi la pierdo.

No iba a ponerme en una situación igual.

Pero la estatua demostró interés por las gominolas de Tom y cerré los ojos mientras negaba con la cabeza. - Ya la liamos. - Y es que si le daba una gominola mágica y le sentaba mal... aquello iba a ser nuestra perdición. Y no me resistí.

Mi gesto hacia ella lo dijo todo, pero añadí más. - No dejaré que te hagan daño y aunque yo no esté, cumple con tu sueño... cambia, te estaré esperando igualmente.

Por un momento Jon no quería mirar.

Si finalmente la estatua aceptaba la gominola y le daba un subidón de azúcar... todo podría acabar o muy bien o muy mal. Lo bueno de la situación es que de momento Erasmo no les había vendido, nos presentó cordialmente a las guardianas y reveló el motivo de estar ahí sin ningún tipo de turbiedad en la explicación.

—Tom, recuérdame que si salimos de esta te esconda todas las chucherías. Un día nos matarás a todos, no siempre te van a salir las gracias bien —le comentó al dotor mientras refunfuñaba como un viejo carcamal y a la vez observaba el comportamiento de Peter.

—Estoy seguro que Peter piensa lo mismo... y me temo que no habrá suficientes reencarnaciones que podamos utilizar para hacértelo ver —apretó el puño con nerviosismo, solo esperaba que la estatua no tuviese diabetes.

Por otro lado quedaba en la mente del doctor el debatir sobre cual era la amenaza real dentro de Nocturnia ¿Cómo es que no han podido librarse de ese problema por ellos mismos? ¿se trata de un "algo" o de un "alguien"? ¿Cuánto sabrán los cazavampiros de todo esto realmente?

—Es un alimento humano— Tom pareció animarse al ver la curiosidad de aquel ser. Siempre había pensado que las gominolas era la mejor forma de presentarse ante alguien y, que ese alguien tuviese el poder de destriparles con solo mover un dedo solo era un pequeño matiz. Si podía razonar, había que comportarse con cierto grado de civilización. Y eso incluía ofrecer gominolas.—Uno de los mejores inventos que ha hecho esa raza, si me permite decirlo. Muy dulces, pero menos empalagosas que la escena que están protagonizando esos dos. Si así lo desean podemos tomar algunas mientras hablamos de como podemos ayudarles con los pequeños problemillas que pueblan vuestro maravilloso hogar en este loco espacio tiempo

Puse parecía que todo iba a ser muy tranquilo, hasta que una de aquellas hermosas damas de piedra dejó su lugar y otra se volvía hacia Erasmo.

-Uooooooh!! Esto sí que es un subidón -exclamé, echándome hacia atrás.

Erasmo le habló de nosotros y por supuesto, Tom no perdió la oportunidad para ofrecerle un ejemplo de buenos modales, ofreciéndole gominolas.

Peter estaba tan pegado a Missy que casi no distinguía al uno del otro.

-Bueno, será mejor que no hagáis caso de "Petissy" -les dije a las dos damas -. Ellos dos son Petissy. No pueden separarse. Sufrirían un cortocircuito que resultaría mortal y tendrían que empezar a aprender como caminar solos de nuevo. Pero bueno, no hay preocuparse, ellos están bien así.

Jon regañó a Tom por las gominolas y yo intenté defenderle.

-Sí, no están muy mal cuando te acostumbras. Eso sí, a veces se quedan pequeños trocitos entre los dientes que son difíciles de eliminar. Pero la verdad es que están muy bien. ¿Veis? -les dije, cogiendo una gominola y llevándomela a la boca, masticándola con algo de dificultad y por supuesto, dejándome un trozo entre las muelas -. En fin, que lo importante es como dice mi acompañante, en cómo podemos solucionar los problemillas que hay por aquí. Oh, no es nada muy grave, pero seguro que nos lleva un poco de... ¿tiempo?

Y al pronunciar aquella palabra, mostré una gran sonrisa.

Missy fue a abrir la boca para dar su opinión sobre gominolas, estatuas parlantes canívales... y algo más para rellenar... cuando se encontró con una lengua que no era la suya, en su boca, aquello le pilló tan de sorpresa que terminó por sonrojarse y abrir los ojos unos centímetros más de lo que era habitual en ella... y eso ya era tener los ojos abiertos, pues sus ojos eran bien hermosos, entonces cuando pudo volver a respirar, miró al doctor con una sonrisa y le dijo.

- ¿No te das cuenta de que ya he cambiado...? y... me temo que tu también, pero a mejor querido... a mejor...- le guiñó un ojo coqueta.

Tras aquello... y dándose cuenta de que no estaban a solas, sino que había muuuuucha multitud se recompuso un poco para tratar de seguir en su papel de mala malota para no perder mucha reputación y se parapetó detrás del cascarrabias que le había robado uno de sus corazones... por no decir los dos.

- Mientras vemos si cambio o no... se supone que viene ahora la parte en la que lanzas una aburrida y supuestamente inteligente verborrea, sobre vampiros... estatuas de piedra... y situaciones varias, para después hacer algo y solventar la situación... ¿no? o lo mismo con las gominolas ya los has hecho... en cualquier caso, tienes mi apoyo incondicional para salva el día... o la noche... según se mire... querido- dijo mientras disimuladamente le daba un pellizquito en el trasero... para animarlo...

Matt, que se había quedado en un segundo plano observando... todas las situaciones, se quedó cruzado de brazos mirando a unos y a otros como si de un partido de tenis se tratase para llegar a la conclusión de que realmente no sabía donde meterse... 

- ¿De verdad voy a ser tú?- le dijo a Peter o a sí mismo... aunque técnicamente decírselo a Peter y así mismo, era lo mismo...- Bueno... da igual... 

- Gominolas... Jon... puede que nuestro yo de los rizos... no ande tan descaminado... tengo la sensación de que puede funcionar, aunque ya no sé si es porque lo he vivido y me está dando un dejavu raro o porque si no... ya nos habrían a alguno de nosotros.

La cariátide que aún no se había movido de su sitio y que estaba pendiente de Erasmo, volvió a hablar.

- Cierto es que esa piedra no deja de perturbar nuestro sueño... pero nos sorprende que vengas acompañado con ellos- señaló a Fizban y a Victor- su olor está camuflado, pero no es indetectable y los demás... son peculiares... mucho...- dijo centrando su atención en la mano tendida de Tom y sus gominolas, para en apenas una fracción de segundo ponerse frente al cuarto y al décimo doctor.

- Gominolas... sí... probaremos una- dijo la primera cariátide que bajó de su pedestal, mientras cogía una gominola y la masticaba con deleite- probad hermana- le ofreció a la otra cariátide quien se apresuró a degustar otra.

Ambas parecieron complacidas... de hecho quedaron tan complacidas que pidieron al unísono más.

- ¿Podemos tomar otra?- dijeron con una amplia sonrisa donde todos los presentes pudieron apreciar unos incisivos afilados, donde sobresalían tanto los colmillos superiores como inferiores, una escena que dejaría acobardado al más pintado, de no ser porque se apreciaba en ambas una expresión tan infantil que podría resultar hasta conmovedora, de no ser porque en realidad se estaban jugando el pellejo y el pase a Nocturia... claro...- hacía mucho, que nadie nos ofrecía nada- volvieron a decir a la vez- vosotros no sois de aquí... oléis a la esencia de la piedra... nosotras lo sabemos, sabemos todo lo que pasa dentro aunque ya nadie use nuestra puerta... nosotras sabemos sí...- comentaron esperando con avidez otra gominola, parecía que estaban solícitas a una conversación civilizada... y a unos dulces...

Al parecer mi yo del pasado lo arregló con gominolas, otra vez. En ese momento me quedé pensando en porque nunca se me gastaban. Porque no recordaba que en ninguna ocasión me quedase sin alguna. Siempre tenía... ¿acaso era el abrigo mágico o procreaban entre ellas en sus bolsillos? Una mueca de asco se me puso en el rostro al pensar en las gominolas haciendo posturitas raras dentro del que una vez fue mi abrigo.

Luego miré a Missy y mi rostro se relajó al ver que ambas hermanas parecían complacidas y con ganas de hablar. Claro que si nadie había usado esa puerta en años y estaban ellas solas allí metidas, estarían deseando hablar con alguien de fuera.

- *Ejem*, disculpen, señoritas... ya que saben lo que pasa allí dentro y que Nocturnia es tan grande como parece... ¿podrían indicarnos que ocurre y donde buscar? - Y mientras hablaba, bajaba con disimulo mi mano por la cintura de Missy para tocarla el trasero al tiempo que tenía todas las miradas sobre mí. - No nos gustaría molestar a los habitantes de la ciudad ni estar más del tiempo necesario para cumplir con nuestro propósito, uno que sin duda será en beneficio de todos los presentes y Nocturnia.

Y mientras terminaba de hablar, mi mano volvía a su sitio, la cintura de Missy, después de aquel acto de pillaje y abordaje que me hizo sentir como un adolescente.

Jon esperó a la respuesta por parte de las guardianas de la puerta. Ya habían pasado el primer obstáculo, sobrevivir al ofrecimiento de gominolas que por capricho o bondad del destino acabó bien. Si a la hora de la verdad aquellas efigies no eran tan agresivas ¿por que no seguían utilizando esta puerta? era un deleite verlas en todo su apogeo.

El hecho de saber que estaban tan cerca de su objetivo hacía que el doctor estuviese muy contento. Ellas habían desvelado con claridad que las piedras tenían un origen como el nuestro, con lo cual tanto esfuerzo no has llevado por fin a la senda correcta.

—Suscribo lo que ha dicho nuestro compañero, lo último que buscamos es importunar a las buenas gentes de Nocturnia —sin embargo aquello que no podía ver directamente era aquella relación con Maste... Missy... Él era su rival... su enemigo... no un interés amoroso. ¡el mundo se vuelve loco!

Después se distrajo levemente con una breve alucinación de Tom sobre un monte en Nocturnia lanzándole caramelos y golosinas a toda la población entre carcajadas. Poco después llegó el escalofrío.

Estaba claro que Jon era un viejo carcamal.

Pues al final parecía que les gustaban las gominolas, casi tanto como que les ofreciésemos por primera vez en mucho tiempo algo simplemente por el placer de hacerlo.

Como siempre, los placeres más sencillos eran los más agradecidos para todos. Podíamos viajar por todo el universo, pero aquellas hermanas habían vuelto a recordarnos que un simple gesto, tonto para casi todos menos para Tom, era cuanto necesitaban para sentirse dichosas otra vez.

-Dale todo el paquete, Tom. Llevan demasiado tiempo sin que alguien les regale algo y seguro que tienen un montón de cumpleaños atrasados. Y yo siempre sigo la misma regla: cuando hay un cumpleaños que celebrar, es mejor no aligerar -dije, acercándome a Tom, agarrando su bolsa con gominolas y acercándoselas para que cogiesen la bolsa entera si querían -. Además, seguro que están deseando tener una buena dosis de conversación. No puedo recordar la última vez que me quedé en silencio. Ah, sí, fue hace poco, cuando descubrí a Petissy. Pero eso ya está olvidado. 

Entonces vi como la mano de Peter buscaba el trasero de Missy, lo que me hizo girar ciento ochenta grados para no verlo.

-Eeeehhhh... como iba diciendo mi compañero, podemos entrar y salir con rapidez, una vez sepamos en donde buscar y a dónde ir. Lo mejor para importunar lo menos posible, o lo peor para no ver demasiado de Nocturnia, o sea que es mejor y peor a la vez, si es que eso es posible. ¡Y claro que es posible! 

—Están buenas, ¿verdad?— Tom les dio unas cuantas gominolas y comenzó a comer— Es tradición humana comerlas antes de entablar conversación. De buenas gominolas salen buenas amistades, y estas gominolas, señoras, son las mejores.

Tom esbozó su mejor sonrisa e hizo una reverencia. Después de la tensión inicial, se había olvidado de los muchos motivos que había para tener miedo a las damas de piedra, pero con todo, no perdió su educación. Y es que el doctor podía ser muy loco, pero también muy sabio. O al menos lo suficientemente sabio como para saber cuando no estar loco.

—¿Y lo que ocurre— preguntó Tom—... tiene que ver con que ya no usen vuestra puerta? Porque si es así, no sería complicado cerrar el resto, ¿no?

- *Ejem*, disculpen, señoritas... ya que saben lo que pasa allí dentro y que Nocturnia es tan grande como parece... ¿podrían indicarnos que ocurre y donde buscar? - Y mientras hablaba, bajaba con disimulo mi mano por la cintura de Missy para tocarla el trasero al tiempo que tenía todas las miradas sobre mí. - No nos gustaría molestar a los habitantes de la ciudad ni estar más del tiempo necesario para cumplir con nuestro propósito, uno que sin duda será en beneficio de todos los presentes y Nocturnia.

Las hermanas giraron sus rostros para enfocar a Peter, a quien hasta aquel momento habían ignorado, entonces tras unos segundos en silencio, ambas se miraron y una de ellas contestó.

- Ocurre que un objeto extraño vino a ocultarse en el bosque de los olvidados y que dicho objeto hubiera pasado desapercibido de no ser porque quiere ser encontrado. Vibra y emite luces intermitentes pero no lo hace constantemente. Sabemos que se encuentra en el bosque porque el hueco de sus vibraciones nos hace pensar que es allí, sólo que su ubicación exacta no la podemos saber.

Suscribo lo que ha dicho nuestro compañero, lo último que buscamos es importunar a las buenas gentes de Nocturnia 

- Para las buenas gentes... cambiarás de opinión cuando las conozcas... pero sí, sería beneficioso que os lo llevárais...

Eeeehhhh... como iba diciendo mi compañero, podemos entrar y salir con rapidez, una vez sepamos en donde buscar y a dónde ir. Lo mejor para importunar lo menos posible, o lo peor para no ver demasiado de Nocturnia, o sea que es mejor y peor a la vez, si es que eso es posible. ¡Y claro que es posible! 

- Hablas raro pero nos gusta tu pelo. Cómo os hemos dicho tendréis que ir al bosque de los olvidados, pero desde esta puerta no se accede, tendríais que atravesar el centro de la ciudad y luego salid la puerta norte para después desviaros al oeste.

¿Y lo que ocurre— preguntó Tom—... tiene que ver con que ya no usen vuestra puerta? Porque si es así, no sería complicado cerrar el resto, ¿no?

- Cerrar el resto de puertas traería más desventajas que ventajas... es mucha la afluencia para nosotras... aunque no estaría mal eliminar la puerta sur, son demasiados los vampiros que acceden sin control. Pero a pesar de todo, nosotras escuchamos, nosotras vemos y... cuando creen que no... nosotras estamos en Nocturia- ambas hermanas sonrieron, en una mueca que infundía más terror que simpatía- somos las guardianas de la ciudad y siempre estamos vigilantes...

Cuando ambas hermanos se tomaron unos segundos de silencio intervino Erasmo, que hasta ese momento se había mantenido en un prudente segundo plano.

- Temí que hubiera ido a parar allí... la buena noticia es que conozco a alguien que nos puede ser de ayuda... la mala es que al final vamos a tener que pasar por el mismo centro de la ciudad...

- Y... el duque está aquí, majestad- intervino una de las hermanas haciendo que Erasmo arrugase el ceño.

- El duque... otro problema añadido... no vamos a tener otra que ir a por la marquesa... Bueno... esto lo único que hará es que nos retrasemos un poco en la búsqueda pero merecerá la pena... ¿Podemos pasar entonces, señoritas?

Las dos mujeres de piedra, se miraron unos segundos para después contestar a través de una sóla.

- Podéis, más os advertimos que estaremos entre las sombras... o siempre que lo solicitéis, nuestros oídos... lo escuchan todo...

Tras aquello, las hermanas abrieron la puerta dejando que la comitiva las penetrase... lo que descubrieron tras ellas fue un largo puente de madera, custodiado al fondo por un enorme coloso de bronce, sosteniendo una enorme antorcha que iluminaba gran parte de aquella tenebrosa oscuridad que lo envolvía todo...

- Un último consejo...- añadieron las hermanas antes de que se cerraran las puertas tras vosotros- el miedo lo despierta...

- No se preocupen. Encontraremos ese objeto y lo sacaremos de Nocturnia antes de que moleste más a sus habitantes. - Respondí a las estatuas sin soltarme de Missy. ¿O era ella la que no me soltaba?

Debíamos marcharnos cuanto antes, el azúcar de las gominolas podría causar un efecto adverso en las enormes estatuas y ponernos en peligro a todos. A fin de cuentas, si su dieta había sido solo sangre... Pero la verdad es que no quería quedarme a comprobarlo. Pero la  charla continuó hasta que nos abrieron paso.

Entonces miré al interior y vi al Coloso al tiempo que escuché las palabras de las dos hermanas.

- ¿Qué quieren decir con que el miedo le despierta? A ver... yo por ejemplo tengo miedo de que le pase algo malo a Missy, ¿eso le despertaría? - Confesé delante de todos sin darme cuenta en ese momento de lo que estaba diciendo. - ¿O se refieren a que de golpe se tenga una sensación de miedo atroz por qué... no sé... alguien tiene fobia a las arañas y aparece una y se asusta? Es que no es lo mismo... ¿No podrían ser un poco más objetivas?

Tras su respuesta y quizás con ganas de saber más, opté por entrar en Nocturnia y no perder más tiempo. El viaje sonaba largo y llevaba a un tesoro muy valioso a mi lado. Uno que, tras ver como casi moría, me di cuenta de lo mucho que la amaba. Y es que no hay nada como perder algo para saber la importancia que tenía y el impacto en tu vida y ver a Missy con la estaca clavada en su pecho y perdiendo la vida poco a poco, fue lo suficiente como para saber lo que sentía por ella de una vez.

Jon se rascó el mentó mientras escuchaba interesado todo lo que decían.

—Interesante, muy interesante —dijo casi para si mismo.

—Peter tiene razón, el miedo puede surgir por muchos factores... igual lo más sensato es demostrar la experiencia que tenemos en situaciones... peculiares y dejar constancia de nuestra entereza, sin atisbo a la duda o al miedo. No podemos arriesgarnos a "activar" algo que obstaculice nuestro objetivo —después avanzó todo lo que pudo, sin querer ir más allá que Erasmo.

—Lo que no esperaba era que hubiese un bosque subterráneo, si es que realmente es un bosque tal y como lo conocen aquí en la Tierra. Seguro que es un lugar hermoso que no nos dejará indiferentes... si lo que hemos venido a buscar emite luces no debería ser complicado hallarlo. Vamos amigos, démonos prisa. Tenemos que acabar con sus problemas y con los nuestros de una misma jugada —el hecho de explorar un bosque misterioso, desconocido y con un nombre enigmático parecía sacado de un libro de aventuras de los que tanto entretenían al doctor.

—Oh, y Tom puede dejar un rastro de golosinas por el camino por si nos perdemos —dejó caer en tono jocoso, casi buscando que se le agotasen esa bolsa infinita de chucherías que por utilidad a nivel de supervivencia.

Un extraño objeto... la Tardis, sin lugar a dudas, pero lo peor era que no podían darnos su ubicación exacta. Al menos parecieron darnos instrucciones medianamente precisas para acercarnos.

-El bosque de los olvidados a través del centro de la ciudad por la puerta norte siguiendo hacia el oeste, todo perfectamente claro, muchas gracias nobles señoras de piedra amantes de las gominolas y con el buen gusto de que hayan quedado encantados con mi pelo.

No resultó tan divertido oír como decían aquello del miedo. El miedo siempre llamaba al miedo y era desde luego una amenaza constante.

-Oooh, bueno, el miedo despierta a mucha gente, pero me pregunto si en realidad quiere ser despertado. No se explica si no que el miedo sea capaz de atraerlo. Pero nosotros no tenemos miedo, si acaso hambre, sueño, cansancio, fascinación, curiosidad... deseo -dije, mirando de reojo a Peter -, camaradería, cosquillas, y un sinfín de cosas más. Pero ¿miedo? Nooooo, yo creo que ninguno tiene miedo. ¿Verdad?

Y miré a los demás esperando recibir una respuesta negativa por su parte, aunque al ver a Peter con Missy me di cuenta de que él sí que sentiría miedo.

-Eh... Peter, creo que deberías alejarte de Missy. No nos conviene. Ella puede valerse sola. ¿Verdad que puedes valerte por ti misma? Seguro que sí. Porque de otra manera, Peter, sentirías miedo por ella y eso es algo que no nos podemos permitir. Así que confía en ella, Peter. Necesitamos que confíes en ella. ¿Lo harás?

No lo tenía muy claro y Peter podía ser nuestro eslabón débil.

Una vez que atravesaron las puertas y las hermanas quedaron guardando nuevamente la entrada, fue cuando Erasmo se atrevió a volver a hablar.

- He de reconocer que el tema de los dulces... jamás se me habría ocurrido... me podía haber evitado muchos enfrentamientos diplomáticos en el pasado... - dijo algo divertido por la ocurrencia del doctor.

Tras escucharlos a todos, el rey de los vampiros volvió a intervenir.

- Me temo que no es tan sencillo... el Coloso tiene la facultad de socavar en el interior de todo aquel que se acerque a él, es otro Guardián a sortear, pues como dije landa de los constructores era dotar a Nocturia de un mecanismo de autodefensa... eran muchos los enemigos de los que protegerse... por tanto el Coloso lo que hace es penetrar en nuestra mente, no basta con alejar lo que creamos que nos hace débiles... sino que es capaz de crear una ilusión tan perfecta de nuestros miedos que es difícil resistir el pavor que genera... y sí eso sale a la luz puede cobrar vida y atacar con el arma más mortífera para un vampiro... el fuego. Consejo... tener una férrea voluntad, sois todos unos chicos listos... centrad vuestro foco en algo que no os haga débiles y pasaremos la prueba...

- Queridos... os agradezco mucho vuestra preocupación sobre mi persona, pero creo que os he demostrado a lo largo de mucho tiempo, que soy capaz de cuidar perfectamente de mi misma... y de vosotros, no sería la primera vez que os he salvado... incluso de vosostros mismos... me conmueve mucho que tu mayor preocupación sea que yo esté bien, pero en este punto yo no puedo retroceder ni esconderme... por tanto me veo ena obligación de recordaros el lema que es vuestro santo y seña... vuestra razón de ser... que curioso que tenga que ser yo quien os lo recuerde...

Dijo a todos, sin soltar la mano de Peter para infundirle confianza, tanto en él como en ella, a continuación entono el lema.

- “Nunca cruel ni cobarde; nunca rendirse, nunca ceder.”... 

—La amabilidad y no el servilismo, viejo amigo, ese es el camino. Y a nadie le amarga un dulce...—Tom dio otro bocado a una de las gominolas. Por suerte era una de las normales.— Por cierto, Jon... no se tira la comida, y menos la ultradeliciosa

Todo el mundo podía cambiar. Incluso el Amo, pero lo cierto es que Tom no terminaba de fiarse de Missy y no comprendía como el viejo había acabado con ella. ¿Acaso no recordaba a River? Tom tenía flashbackfoward  de aquella extraña rubia rizosa que saltaba a través del tiempo, pero parecía que su más recientemente encarnación se conformaba con la mujer que estaba más cerca.

—Es una pena no tener algún acompañante humano. Ellos asumen y reconocen sus miedos mejor que cualquiera de nosotros, y son más valientes que cualquiera de las encarnaciones a la que podamos soñar— respondió Tom. Añoraba a Leela y añoraba a todos sus queridos companions, los que habían viajado con él antes de ser el Cuarto Doctor y, de algún modo, los que habían venido después— su corta vida y vulnerabilidad hacen que sean perfectos para superar cualquier miedo. Son conscientes de su fragilidad y a pesar de todo...

Tom avanzó hacia el Coloso, confiando en que la actitud que le habían enseñado sus muchos compañeros de viaje le fuese de utilidad.

- Genial, puede entrar en nuestra mente, ponerlo todo patas arriba y rebuscar sin parar hasta hacernos caer en el más absoluto terror para despertarse. - Dije con cierto tono malhumorado. Y es que no me gustaba nada aquel Coloso. Demasiado grande para mí.

Entonces oí a Missy a mi lado y me relajé un poco, sobre todo cuando apretó mi mano y nos recordo nuestras propias palabras. Entrelacé mis dedos con ella y con el pulgar acaricié su mano con ternura.

- Y sucumben a ellos antes que nosotros, mi buen doctor. Sobre todo cuando se urga en su cabeza y no lo pueden controlar. - Miré a Missy y la sonreí levemente. - Que no te asuste lo que te muestre. Tú estás por encima de todo eso. - Le dije a la mujer antes de mirar a los demás. - ¿Nos movemos o vamos a estar de cháchara aquí todo el día? Tenemos que cruzar una ciudad llena de vampiros, pasar junto al Coloso y buscar en el bosque aquello que quiere ser encontrado.

Y con esas palabras, comencé a caminar hacia la gran estatua, pensando en como enfrentarme a ella mentalmente y no dejarme arrastrar por ningún miedo.

El doctor comenzó a caminar mientras refunfuñaba en voz baja "las golosinas no son comida".

Apretó el puño y se centró en cosas positivas: el disfrutar de una aventura así, el que todos estén a salvo, el haber hecho progresos en su objetivo, en todo lo que les quedaba aún por conseguir juntos... dejó de lado sus miedos, sus debilidades.

Por fortuna lo que tenía bueno de hacerse viejo, y eso lo sabía Jon bien, era que cuanto menos mostrase uno de sí mismo, más difícil sería para el enemigo encontrar un punto débil. Era evidente que aquella forma de actuar era un arma de doble filo, pero parecía que por ahora le había funcionado.

Siguió callado, como una tumba, con las esperanzas puestas en no llamar la atención del coloso. De manera discreta desvió una mirada a sus compañeros, quería "supervisar" que todo iba bien, que nadie flaqueaba... ¿pero qué sucedería si algo fallaba? ¿podremos estar unidos ante la amenaza? De pronto, mientras escuchaba la conversación de Tom, la imagen de Jo se le vino a la mente... al final no era tan fácil mantenerse impasible.

Refunfuñó de nuevo mientras cerraba los ojos por unos instantes...