Partida Rol por web

-Discúlpeme, Doji-san ¿Pero habeis dicho hace poco la palabra "asesino"? No tenía noticia de que hubiera tenido lugar ninguna muerte ¿Ha sido así? -inquiere Hiroshi con cortesía y suavidad-.

-Perdonad. Mi lengua ha errado. Le he llamado asesino, aunque se trató de un intento fallido, gracias entre otros a su señoría. Perdonad mi error.-

Satisfecha esta curiosidad, decides preguntar si Yukio está en el palacio, pues caso de estar fuera de él, no te daría tiempo a verle antes de que empezase la competición. Incluso así, vuestra conversación no se podría alargar mucho; queda poco para el evento.

Un criado te confirma haber visto a Yukio dirigirse a los jardines del palacio, los colocados al oeste.

Acercándote a las habitaciones de la zona noble del castillo, atraes la atención de algún guardia, que aparte de vigilar un momento tus movimientos como es su obligación, no hace nada por impedir tu movimiento.

Cuando Shiba Ikubo, el dignatario en cuestión, sale de sus habitaciones, allí estás tú listo para hacerte el encontradizo con él.

-Konnichi wa.- te saluda cortesmente al pasar.

-Konnichi wa, sama -reacciona Doji Hiroshi, mirando al suelo mientras hace un respetuoso saludo con una suave reverencia-. Siento en mi interior terriblemente interrumpiros, pero me preguntaba humildemente si seriais tan misericordioso de permitir a este humilde samurai acompañaros durante el trayecto a la competición de tiro con arco, pues el provisional rango como magistrado que he recibido me empuja a haceros unas breves preguntas.

Hiroshi se siente algo incómodo ante la situación ¿Cómo podría tener una charla sincera con el cortesano, en la que deseaba tratar temas tan graves como la posible venganza que se cernía sobre su cabeza, sin hacer el más mínimo comentario a dicha posible venganza y mucho menos a los Yasuki de quienes desconfiaba? Menudo enigma.

La respuesta del Shiba es algo fría en su tono, pero inesperadamente llena de información. -He recibido una nota sobre vuestro nombramiento y el de varios más. Por favor, acompañadme y charlemos sobre lo que os ocupa, que sin duda es la seguridad de nuestros invitados, ¿verdad? ¿En qué puedo ayudar a esa causa, estando tan poco implicado en ella?-

-Gracias Doji Sama, trataré de ser lo más breve posible.

Hiroshi aprovecha la pausa para poner orden en sus pensamientos. Decide comenzar con algo sencillo. Adoptando una postura ceremoniosa cruzándose de brazos y metiendo las manos en las mangas opuestas del kimono, inclina un poco la cara en signo de humildad aprovechando que mira al suelo para pensar con claridad.

-¿Desde cuando está residiendo en Doji Kiuden, Sama?

-Se me otorgó dicho honor hará ahora cuatro años. Antes de esto residí en la casa de mi familia, aunque no sé qué puede tener esto de interés para la investigación.-

Hasta ahora, todo lo que te ha dicho coincide con lo que ya sabías. Este hombre tiene fama de tomar decisiones impulsivas para impresionar a sus superiores. Eso le ha granjeado enemigos y algunos estancamientos en su carrera. Pero también algunos ascensos bruscos e inesperados.

Actualmente se encarga de la recaudación y contabilidad de los impuestos de una zona de las cercanas montañas, administrando también esos recursos para construir puentes, rehacer caminos, etc.

Hiroshi recibe la respuesta con estoicismo. Su mirada gacha oculta sus ojos, los cuales se mueven ávidamente a un lado buscando en los recuerdos del Doji algún oscuro dato que pueda esclarecer el cortesano.

-¿Qué motivo creeis que se tuvo a la hora de ofrecer a Yasuki Shigeru-sama el honor de celebrar su boda con los Daimyo como anfitriones?... Gracias, permitidme que viaje al pasado, por favor ¿Recordais la batalla naval de (comosellame)? Creo recordar que vos tuvisteis el honor de presenciar tal acto ¿Cual fue en vuestra opinión el desencadenante de dicha batalla?... Entiendo. Volvamos al presente ¿Sabeis si hay alguna negociación en marcha en Doji Kiuden con el clan del Escorpión?... -si la respuesta es afirmativa- ¿A encontrado algún bache? -en cualquier caso- ¿En qué tarea estais ocupado vos, sama, actualmente?

-¿Qué motivo creeis que se tuvo a la hora de ofrecer a Yasuki Shigeru-sama el honor de celebrar su boda con los Daimyo como anfitriones?...-

-Obviamente, un motivo de buena voluntad. Los Yasuki y los Gruya han tenido gran número de diferencias en el pasado, pero la actual necesidad de establecer buenas relaciones con los Cangrejo hace de esta invitación una buena oportunidad para demostrar que hasta las más agrias disputas pueden solucionarse. Tan sólo lamentamos que en el asunto se hayan visto implicados los escorpión por la elección de la novia.-

Gracias, permitidme que viaje al pasado, por favor ¿Recordais la batalla naval de (comosellame)? Creo recordar que vos tuvisteis el honor de presenciar tal acto ¿Cual fue en vuestra opinión el desencadenante de dicha batalla?...

-Yo apenas la consideraría batalla. El padre de Yasuki Shigeru intentaba aprovecharse de una ruta comercial Doji que el propio Emperador nos había otorgado. Afirmaba tener documentos que le permitían el paso, pero yo los examiné y concluí que eran falsos. Imbuído de la tozudez típica de los Cangrejo, se negó a retroceder. El abordaje fue inevitable y su muerte, pese a que se intentó evitar, fue una fortuita desgracia.-

Entiendo. Volvamos al presente ¿Sabeis si hay alguna negociación en marcha en Doji Kiuden con el clan del Escorpión?...

-En absoluto. ¿Por qué debería haberla? Son gente sin honor y por tanto sin palabra. Creo que es hacia ellos a quienes deberíais dirigir vuestras pesquisas.-

¿En qué tarea estais ocupado vos, sama, actualmente?

-Actualmente estoy recogiendo los informes de nuestros recaudadores de impuestos con el fin de decidir en qué y con qué presupuesto hemos de dedicar los esfuerzos venideros. Sigo sin ver en qué podría ser eso de ayuda a vuestra investigación. Sinceramente no me gusta el cariz de estas preguntas.-

Afortunadamente, intuyes que para él, el interrogatorio ha de terminar, pues llegáis al patio frontal del palacio por tanto al campo de torneo. Otras personas se acercan a saludar al cortesano y pronto las campanas anuncia el comienzo del torneo y cada uno ocupa su asiento.

No es la creme de los cortesanos, desde luego, aunque entre grullas y con los odiados escorpión de por medio, se habrá exaltado. En cualquier caso, un mal paso por su parte.