Partida Rol por web

Lena estaba de vuelta tras orientar a un grupo de ornitólogos universitarios cuando escuchó la melodía en bucle que indicaba una videollamada en el ordenador de su puesto de vigilancia. Como la mayoría, estaba construido sobre una atalaya y camuflado por un holograma para confundirse con el entorno y no alterar a los animales. El acceso se realizaba por una escalera de mano, en la que la guardabosques estaba ahora a falta de unos pocos escalones. Con un último impulso, abrió la trampilla y pudo oír con claridad la alarma de la videollamada.

La torre de vigilancia tenía amplios ventanales orientados a los cuatro puntos cardinales. Bajo éstos, varias mesas soportaban mucho del material de trabajo y paneles de control ofrecían al guarda forestal monitores con gráficos de control de población, alertas de posibles incendios o imágenes de puntos críticos en su zona de la reserva Motao. El ordenador que requería la atención de la guarda Ramsey descansaba sobre una mesa orientada hacia el norte. Tan pronto respondió, en el monitor apareció la cara del guarda jefe Steiner, un cait algo entrado en años pero que todavía mantenía mucho del vigor y agilidad de su juventud. A pesar de sus peculiaridades, todos los guardas de la reserva habían aprendido a apreciarle, pues sus años de experiencia siempre habían estado al servicio y a la ayuda de todos y cada uno de ellos. Las picudas orejas de Steiner se estiraron y orientaron sus pabellones hacia el frente tan pronto como la conexión se formalizó, casi como si lo hicieran con vida propia e incluso antes que su "dueño".

- Guarda Ramsey, está ahí. Bien. Tengo un problema en la central; - El cait se giró parcialmente hacia un lado y manipuló algo que quedaba fuera de ángulo. - no recibo señal de tres postes sensores en los respectivos sectores. Se trata de las cuadrículas trece, catorce y quince de su zona. Sectores limítrofes de la reserva. Pudiera ser un problema con ganado de alguna granja cercana o un simple fallo de comunicación entre ellos y los repetidores de la base. Necesito que me confirme que esos postes sensores funcionan correctamente en su extremo.

Steiner se reclinó en su asiento, en ademán de esperar pacientemente a que Lena hiciera sus comprobaciones en la estación antes de informar.

Aunque acudí diligente a responder la llamada, en cuanto vi la cara de Steiner sabia que mi bien merecido descanso iba a ser extremadamente corto. Me cuadre y salude de mala gana, un poco por vieja costumbre, aunque aquel tipo si que se merecia el respeto 

¡Saludos, señor!¿Comprobar unos sensores?¡Ahora mismo! - Solte un suspiro aliviado al saber que era solo comprobar las lecturas de la terminal, pero mi expresión se volvio más seria a medida que veía que no había respuesta alguna- Jefe, parece que desde aquí tampoco responden... Tendré que ir a comprobarlo en persona. ¡Corto!

Con resignación volví a ajustar el rifle colgado a mi espalda (que ni siquiera me había dado tiempo a soltar), comprobé que llevaba todo lo necesario encima, y me dispuse a bajar de la torre. Más vale que fuese una tontería, porque necesitaba una siesta con los pies en alto urgentemente.

Con su reacción, Steiner ni siquiera tuvo tiempo de replicar o dar ordenes concretas. Su rostro permaneció unos segundos mirando más el cuadro del monitor antes de que apareciera el mensaje "Fin de transmisión". La pantalla mostró nuevamente el fondo de escritorio.

Entre tanto, Lena ultimó las comprobaciones y preparativos de su equipo y descendió una vez más a suelo firme. Desde su atalaya, podía seguir las rutas de senderismo, señalizadas y transitables, hasta los sectores afectados o podía marchar campo a través, internándose por el bosque. Aquella segunda ruta le permitiría acortar en casi una hora el tiempo de viaje, pero tendría que hacer frente a terreno abrupto antes de poder alcanzar el sector 13. Posiblemente tendría que escalar algunos riscos y salvar varias grietas y desniveles si elegía aquella opción.

Lena se rasco la cabeza pensativa mientras estudiaba sus opciones para llegar al sensor defectuoso mas cercano. Atajar campo a traves seria bastante mas rapido pero tambien mas cansado... Pero tambien era verdad que mientras antes acabase, antes podria volver a la torre a comer y tumbarse. Ademas hacia tiempo que no hacia una asi, podria ser divertido ejercitarse un poco y recordar las maniobras en el ejercito.

Tras estirar un poco (era importante evitar las lesiones), Lena se interno decidida en el bosque, lista para someter el abrupto camino.

Decidida, Lena atajó a través del bosque. Los años de servicio y su adiestramiento le ayudaron a mantener un buen paso sin perder el rumbo. Al menos hasta que un trecho de terreno difícil se cruzó en su camino. Después de varios intentos infructuosos por escalar los riscos, no le quedó más remedio que bordear aquella parte del bosque. Aunque no era como seguir los senderos del parque, aquel desvío le hizo perder también bastante tiempo antes de poder retomar la dirección que deseaba.

Por fin, tras ahorrarse apenas algo menos de diez minutos de marcha, Lena emergió de entre la maleza cerca de la senda verde en el sector trece. Apenas le separaba medio kilómetro del poste dañado, que cubrió con celeridad aprovechando el sendero tanto como pudo. La vida animal del bosque le envolvía con el canto de los pájaros o el movimiento de ramas o arbustos al paso de pequeños herbívoros que se escurrían al paso de la humana en busca de refugio. Sin embargo, toda esa actividad cesó misteriosamente tras abandonar el sendero y cubrir el último centenar de metros hasta el poste sensor.

En un silencio opresivo, la guardabosques alcanzó el dispositivo. A primera vista, algo o alguien había abierto un lateral y expuesto a la intemperie el cableado y los componentes electrónicos. Algunos de los cables aun chisporroteaban ocasionalmente. La superficie del poste estaba cubierta de rayas y en el suelo colindante se podían ver algunas plumas de ave de tamaño mediano.

"Menos mal que no me ha visto nadie... tengo que entrenar mas" Penso Lena mientras salia del bosque ya cerca del lugar del incidente. Quizas estar en aquel sitio la estaba volviendo blanda, aunque eso no tenia porque ser malo para su gusto.

Aunque se acerco tranquila al poste para examinarlo, en cuanto vio los daños la guardabosques se puso en tensión, agudizando oido y vista y abandonando la actitud despreocupada. Claramente no era una averia, algo habia dañado aquel aparato claramente. Su instinto le decia que aquello no era seguro, por lo que inmediatamente descolgo el rifle de su espalda, listo para usarlo, mientras examinaba el lugar.

Los sentidos de Lena le decían que no había nadie (ni nada) al acecho en las inmediaciones. Pero lo que fuera que había hecho aquel destrozo había espantado todo rastro de vida animal en varias decenas de metros a la redonda y ésta no había vuelto. Otro detalle que sus ojos captaron al examinar la zona fue una inusitada cantidad de huellas de ave alrededor del poste. Sin embargo, ese rastro se arremolinaba en torno al dispositivo, no indicaba ninguna dirección de llegada o de partida.

Tras revisar con atencion los alrededores, rodilla en el suelo y el rifle en las manos, Lena se sintio suficientemente segura de que no habia peligro como para examinar con mas detalle el poste y los alrededores. Tanto las pisadas como las multiples plumas señalaban que lo que habia provocado aquel destrozo era una o varias aves, aunque no pintaban ser gorrioncillos precisamente.

Frunciendo el ceño, Lena contemplo las huellas y, con un asentimiento para si misma, comenzo a intentar seguirlas a paso ligero. Lo que fuera que habia provocado aquel destrozo, era un peligro para los granjeros, mejor intentar intercerptarlo que volver a informar. Seguro que el jefe le iba a decir que porque no tenia un dichoso telefono otra vez...

Las huellas, como su primera inspección revelara, se arremolinaban en torno al poste sensor. Como si una bandada de aves se hubiera abatido desde el aire sobre el dispositivo y atacado. Pero no halló más huellas o pistas que indicasen de dónde procedía tal bandada. O por dónde marchó.

Demasiado revuelto... que molesto. - Comento Lena para si misma, de cuclillas junto a unas de las marcas de pisadas. Tenia pocas dudas de que habian sido varios animales, pero estaba todo tan revuelto que no era capaz de precisar la ruta que habian tomado luego.

Resignada se incorporo, y tras tomar un par de plumas de muestra, la guardabosques emprendio el camino a trote ligero hacia el siguiente poste. Si habia varios sin postes señal tan juntos, no debia ser casualidad, y quizas alli obtuviese mas información.

A buen paso, Lena tardó unos diez minutos en alcanzar el siguiente punto de interés. Incluso antes de ver el poste sensor ya se hizo evidente que algo pasaba o había pasado, pues el silencio imperaba también en varias decenas de metros a la redonda del dispositivo. El conjunto de sensores estaban en tan mal estado, incluso puede que peor que el anterior: además de los arañazos en su superficie y de tener varios cables expuestos, el armazón metálico estaba doblado como si algo pesado se hubiera apoyado contra él. O hubiera cargado.

Además, sabedora de que lo que tenía que buscar ahora, Lena no tardó en encontrar elementos comunes. Plumas de ave dispersas y una profusión de huellas de tales criaturas, que se arremolinaban en torno al poste, como si una bandada hubiera correteado en torno a éste o atacado.

Lena fruncio un poco el ceño al ver el siguiente poste,era evidente que habia sucedido lo mismo, pero aquello era un tanto confuso. Asumia que lo habia provocado alguna criatura salvaje, no era tan rato que algun animal dañara algo sin querer, pero que se hubiese (u hubiesen...) tomado la molestias de dañar varios postes, separados por un buen trecho. Ademas, aquel silencio sepulcral la ponia un tanto tensa, cosa poco habitual en la fria guardabosques.

Mientras comprobaba el nuevo destrozo, Lena hizo memoria de la posición de los demas postes proximos, asi como granjas o edificaciones cercanas, para preparar una posible ruta. Fuera lo que fuese lo que habia provocado aquellos daños, habia que interceptarlo.

El análisis del dispositivo y las huellas no ayudaron mucho a Lena a comprender qué había pasado más allá de lo obvio. Pero sí se percató de algo en esta ocasión: un rastro de plumas. No era algo consistente, más bien una pluma aquí, dos allá separadas unos cuantos metros, luego otro par o quizás una solitaria, en el suelo o sobre las hojas de algún arbusto. Aunque, de acuerdo a estas pistas, la bandada (si lo era) no había seguido una línea recta atacando uno tras otro los postes sensores. El rastro apuntaba hacia el linde del bosque, como si las bestias hubieran entrado y destruido los sensores (o destruido éstos y luego escapado del bosque).

Aunque seguía sin saber qué tipo de animal había provocado aquel destrozo, encontrar un rastro de plumas hizo que Lena sintiese que hacía algún progreso. Aunque las posibles trayectorias que parecían indicar aquel rastro generaba aun mas preguntas.

Aunque lo mas sensato era ir a reportar a Steiner, para alertar a los demás centinelas, la realidad es que la cabeza de la joven ya había entrado en modo cazador. Aunque llevaba ya un tiempo viviendo como civil, era difícil olvidar los años de entrenamiento y experiencia en el ejército. Tenia una presa que rastrear y estudiar, por lo que decidida, se internó en el bosque siguiendo las plumas.

El rastro de plumas acabó por dirigir a la guardabosques hasta el linde del bosque. Las plumas aquí y allá estaban dispersas como si sus dueños hubieran seguido una ruta zigzagueante y se encontraban de forma irregular, sin un patrón discernible. Más allá de la floresta y, por tanto, de la reserva, había una hilera de campos en barbecho y campas desatendidas en las que las malas hierbas y la maleza habían crecido sin control. Y el rastro aun continuaba hacia esas tierras. Pasadas éstas, a una centena de metros aproximadamente, un camino rural de polvo compactada recorría la campiña como una cinta ocre que se recortaba contra el verdor circundante.

Y allí había una figura humanoide. Caminaba por el sendero en lugar de ir en tractor o en un vehículo todoterreno, como hacían habitualmente los agricultores y ganaderos locales. Tampoco aparentaba consultar un dispositivo de control remoto, como si controlase algún zángano usado normalmente para monitorizar las cosechas y su estado. Simplemente caminaba. Y parecía interesarse por el bosque.

Lena siguió el rastro que había localizado cada vez más confusa, era un tanto caótico y extraño para ser de un animal salvaje, incluso si éste estaba desorientado. Aun así lo siguió hasta salir de bosque cruzando los campos de cultivo abandonados y hasta llegar al camino de tierra.

Al ver a alguien allí, Lena no dudo en comenzar a caminar hacia el caminante. Era posible que hubiese visto algo de lo sucedido, aunque fuese el tipo de criatura y la dirección que llevaban. Y si no, era su deber como guardabosques advertirle del posible peligro. Aunque alguien caminando porque si por allí era también un tanto extraño.

¡Hey, amigo! - Llamó en voz alta a la persona en el camino en cuanto se acerco un poco.- ¿Qué hace por aquí?¡Tenga cuidado, parece haber animales peligrosos por la zona!

La figura en el camino echó a andar en línea recta hacia la posición de Lena. Aunque era difícil decirlo desde la distancia, pareciera que le estudiaba. Y que le gritaba algo sobre ¿estrellas fugaces? Además, había algo en su silueta que no lo identificaba como humano; incluso a lo lejos, su tamaño parecía mayor y su corpulencia se antojaba exagerada.

Algo se puso alerta en la cabeza de Lena al ver mejor el contorno del individuo, le resultaba extraño. Podía ser un CAST, quizás, aunque estos no solían tener un cuerpo tan desproporcionado normalmente, desde luego ninguno de los que ella conocía allí en la zona. ¿Y que había dicho de estrellas fugaces, si era pleno día?

En vez de caminar hacia él, Lena decidió aguardar a que se acercase un poco mas, hasta poder verlo con mas detalle, mientras oteaba el paisaje atenta a posibles indicios del origen de los problemas.

Aunque Lena se hubiera detenido, y no alcanzara a percibir nada sospechoso o peligroso en las inmediaciones, la figura seguía avanzando hacia ella, despacio y con las manos a la vista. Cuando se hubo acercado bastante se hizo evidente que se trataba de un v1, alguien que usaba un viejo armazón de tecnología CAST. Y que tenía distintivos en la parte del pecho, justo en la base del cuello, al igual que en hombros y brazos. Aunque todavía estaba muy lejos para apreciarlos correctamente. Lo que si resultaba obvio era el objeto que llevaba a sus espaldas podía ser algún tipo de arma, aunque no de fuego.

- ¿De casualidad ha visto algo fuera de lo común en estos días?

Para cuando preguntó aquello, estaba lo suficientemente cerca como para distinguir los emblemas militares y los galones de rango. Y que aparentaba tratarse de una mujer, a juzgar por el lenguaje corporal o los modismos al hablar.