Partida Rol por web

El mensaje en la bandeja de correo electrónico había sido lo más curioso de la mañana. Empezando por el remitente, el departamento de reclutamiento del ejército, seguido por un tema en blanco. Las reticencias iniciales eran comprensibles en cualquiera que recibiese semejante mensaje: un intento de estafa, robo de información personal, la lista de posibles delitos de los que ser víctima era larga.

Pero la dirección del remitente era oficial, tras comprobarla de izquierda a derecha y del revés. El cuerpo del mensaje era aun más enigmático. Solicitaban su presencia en la guarnición del Espaciopuerto 8, el corazón que bombeaba suministros a Halcya y a otras tantas pequeñas ciudades en el radio de influencia de las instalaciones, aquella misma mañana. No daba detalles ni explicaciones de ningún tipo. Por otra parte, aquello no era tan raro en el ejército: si el oficial al mando gritaba "¡salta!", los soldados saltaban.

Tampoco había mucho que hacer en casa. La familia estaba ocupada con sus propios asuntos y quehaceres: estudios, compras, trabajo,... Empezar a ver una serie producida en "masa" o responder a la llamada del ejército como opciones para pasar el tiempo. No aparentaba una decisión complicada.

Desde el aparcamiento del espaciopuerto, la base militar no parecía muy distinta a otras en las que sirviera en el pasado. Sólo que ésta daba una impresión de falta de personal. Entre los edificios no había mucho tránsito de personal y la cantidad de vehículos con que Alex se cruzó fue testimonial. Ni siquiera en el punto de control tuvo que esperar mucho tiempo; dados sus antecedentes de servicio y el mensaje, los soldados de guardia no había tardado mucho en hacer comprobaciones pertinentes y validar un pase de seguridad para acceder a las instalaciones.

El edificio de mando asemejaba más un búnker que una instalación administrativa. Era poco probable que los ingenieros temieran un ataque en un planeta como Navergol y que aquella disposición obedeciera más a la protección de los edificios frente a las emisiones de aterrizaje y despegue de VTAs. Aquella manera de construirlo también explicaba que, a pleno día, los pasillos y habitaciones estuvieran iluminados artificialmente en lugar de confiar en la luz que penetraba por las pequeñas ventanas dispuestas casi como rendijas. La actividad dentro de la estructura era tan tranquila como en el exterior, con algún miembro del personal administrativo uniformado ocasional paseando por un corredor mientras comprobaba algo en su PDA o se asomaba a algún despacho cuya puerta estaba entornada.

Así estaba la puerta del despacho del comandante de la base, adonde le habían dirigido los centinelas tras comprobar el pase de seguridad. El asistente del oficial, un capitán humano de mediana edad con las alas del servicio aerotransportado en el collar de su uniforme, le había indicado que esperase en una silla en la antesala donde se abrían dos accesos más: el despacho del comandante propiamente dicho y la oficina de trabajo del asistente. Este último carecía de puerta y el asistente podía ver y tratar directamente con los visitantes.

Finalmente, el capitán le indicó que el comandante le recibiría. El comandante de la base era un general de brigada, un neo-humano de pelo oscuro y corto, engominado y repeinado hacia atrás. Sus orejas sólo eran algo más grandes que las de un humano, pero el ahusamiento del pabellón era evidente. Sus facciones eran duras y severas y la mirada de sus ojos grises era acerada. Con un gesto del mentón señaló la silla frente a su escritorio.

- Teniente Brijes. - No se anduvo con rodeos. Había comenzado con una mención a su antiguo rango, a pesar de estar retirada. - No me dedicaría a perturbar el descanso de nuestros veteranos, pero no tengo tanto personal a mi disposición como para disponer alegremente de ellos. Por eso me ha sorprendido, y alegrado, que alguien con su expediente estuviera en Navergol. No he dudado en "movilizarle", teniente, por que tengo un problema y me falta gente para comprobarlo.

El neo-humano se levantó y, con un gesto de su mano sobre un panel de control, encendió un monitor mural. Datos técnicos inundaron la pantalla mientras el general daba unos pasos al lado.

- Según estos datos de diagnóstico, hace seis días, algo descendió hasta la superficie del planeta. La rejilla de detección no alertó de tal hecho y los diagnósticos sólo muestran un eco. Puede que no sea nada o puede que sea un problema, pero necesito que alguien compruebe sobre el terreno - Hizo otro gesto de su mano sobre los controles para cambiar a un mapa topográfico tridimensional, que giraba sobre sí mismo, sobre el que se dibujaba una superficie circular amarillenta. - si efectivamente tenemos un aterrizaje o los sensores fallaron. Como puede ver en el monitor, se trata de un área algo amplia, cerca de las tierras altas colindantes con la reserva natural de Motao. Tampoco puede ofrecerle un transporte hasta allí; lo mejor que tengo es el transporte diario hasta 1. - Otro gesto con la mano y el mapa se alejó un poco más para permitir visualizar más espacio; una línea discontinua parpadeante cruzó de lado a lado la imagen y el neo-humano señaló un punto. - Éste es el punto de inserción más próximo en que ese transporte puede dejarle en ruta hasta el espaciopuerto principal. Sale en cuarenta y seis minutos desde la bahía de despliegue A6.

- ¿Preguntas, teniente?

El general apagó el monitor antes de regresar a su escritorio, donde se sentó y reclinó en su sillón.

Tenia ya bastante tiempo usando los cuerpos de los CAST, aunque cada ves que estos se dañan mucho es necesario remplazar varas partes, esto hace que se difícil poder disfrutar de toda mi habilidad y movilidad hasta acostumbrarme nuevamente, afortunadamente ya tengo experiencia y pese al movimiento y al ajetreo en la base, puedo moverme sin chocar contra nadie y sin tropezar o pisotear algún artículo de la decoración o algún transeúnte. Ya tena mucho tiempo sin ser llamada a la acción, es curioso como es posible ver algún rostro conocido, incluso entre otros CAST suelen cambiar las carcasas para variar cada década o cosas así, por lo que casi imposible reconocer a un viejo amigo.

Me alegro ver que no ha cambiado mucho general, aun recuerdo cuando le recordaban su falta de vello facial. Sabe que mi familia tiene una larga historia de servicio, puede que esa tradición se termine conmigo, pero planeo estirar el tiempo el mayor tiempo posible, además, después del último evento, este cuerpo aún no se ha ajustado del todo, puede que algo de actividad me ayude a calentar la máquina. Solo tengo las dudas de siempre.

¿Cuál es el objetivo?
¿Cuáles son los propósitos del objetivo?
¿Quiénes nos están apoyando?
¿Condiciones de éxito y fracaso?

La respuesta a las preguntas suelen ser poco alentadoras, cosas como, "esa cosa rara", "no lo sabemos", "Un grupo de contratistas o mercenarios de ultimo momento", "matar ea cosa antes de que mate más gente" o cosas por el estilo. No me retiraría si ya estoy presente, pero tener algo de información extra seria de utilidad. También suelo preguntar por la zona de conflicto, pero ya me dio una pista de eso.

El problema con los neo-humanos serios era que se lo tomaban todo realmente en serio. Demasiado. Hasta el punto de que su condescendencia les hacía aparentar tener un palo atascado en la espalda. Como debía de ser el caso al tornarse la expresión del general en agria y severa cuando Alex bromeó con el "vello facial".

- Esa tradición marcial de su familia debería recordarle que se honra el respeto al rango.

El neo-humano se llevó sutilmente la mano hasta sus galones. Para no poner demasiado en evidencia la situación, completó el gesto atusando el uniforme en la zona. Pero su rostro no se relajó; de hecho, su expresión pareció endurecerse más antes de exhalar por lo bajo.

- El objetivo es comprobar si la rejilla de detección sólo tuvo un eco sin más o si hubo realmente un descenso a superficie no autorizado. En este segundo caso, hay que comprobar si se trata de una nave o fue un simple bólido. No hay refuerzos ni apoyo; como ya he dicho, vamos cortos de personal. Si no tiene otras preguntas...

El tono y el lenguaje corporal del oficial reclinado en su sillón sugerían un "puede retirarse".

Por algo soy la última en seguir ese código, tampoco es que lo estemos siguiendo al pie de la letra o de lo contrario usted debería hacer tiempo en su ajetreada agenda para buscarme y solicitarme el periodo de servicio.

Me pongo de pie, después de todo, no parece de humor para bromear y el tiempo apremio.

Bueno, me retiro a la misión, en ese caso, intentaré mantener un reporte cada hora tras el arribo, supongo que hay autorización para eliminar fuerzas hostiles.

Salí a buscar el trasporte que seme índico, para poder embarcar, aprovechando un poco del tiempo para intentar descargar un mapa de la zona y algo de información

Una vez comprobado que el general no gustaba de bromear y de buscar información y mapas de la zona, Alex pudo hacer algo más de tiempo antes de a la bahía A6. Se trataba de un espacio abierto, una hilera de asfalto separada por luces de posición y líneas pintadas en colores vivos y brillantes que distinguían y separaban los espacios para que pequeños vehículos aéreos (al menos en relación con las astronaves más pequeñas capaces de ingresar en una atmósfera) pudieran aterrizar y despegar.

El transporte era una nave de descenso con el patrón de pintura habitual; el fuselaje y las alas estaban pintadas en un verde oliva mate en sus lados y parte superior, mientras que las inferiores lucían un azul celeste pálido; las alas de cola lucían una escarapela tricolor que identificaba el ejército y el arma. Cuando la CAST llegó, la tripulación de tierra se afanaba por terminar de cargar las últimas cajas y asegurarse en el espacio de carga con redes y cinchas. Había también media docena de pasajeros, personal de apoyo técnico militar y un civil, a juzgar por el talante más jovial y distendido de uno de ellos. Un humano de tez oscura, con galones de sargento, atendía el manifiesto de carga al lado de la bahía y daba ordenes a sus subordinados, aunque la peor parte seguramente ya había pasado, habida cuenta de que la nave de descenso estaba presta a partir.

El sargento comprobó con Alex su orden de carga y autorizó el abordaje de la teniente, tras lo cual se cuadró y saludó. A bordo de la nave de descenso, la mayor parte del espacio estaba ocupado por cajones y embalajes que dejaban poco margen para pasar y ocupar los puestos dispuestos para el pasaje. La tripulación de a bordo también le recibió con un saludo antes de retomar los preparativos del despegue. Una mujer humana, con galones de alférez, manipulaba el ordenador de navegación mientras los controles de vuelo estaban a cargo de una mujer nautla, de la que destacaba en su frente un cuerno nacarado que brillaba suavemente cuando la luz del sol incidía sobre él a través de la carlinga.

Tras acomodarse los pasajeros, un tripulante de tierra apareció frente a la nave de descenso mientras las compuertas de carga se cerraban. Con los bastones señalizadores, el tripulante guió el despegue hasta que el panel de control impidió verle más a los pasajeros cuando la aeronave comenzó a ganar altura. En unos segundos, el vehículo se deslizó perezosamente por los aires, como si le faltara fuerza motriz o el combustible se le agotara. Una impresión que apenas duró un par de kilómetros en los que dejaron el espacio aéreo del espaciopuerto. En ese punto, las turbinas aceleraron y los pasajeros se sintieron aplastar contra sus asientos fugazmente. Una ventaja de ser CAST es que ya no había un estómago que se resintiera de semejantes estímulos; por suerte, los estómagos orgánicos del resto aguantaron y no hubo que lamentar vómitos.

El viaje para Alex sólo duró unos pocos minutos. La piloto informó de un breve alto en el camino al pasaje y a Alex le sugirió que se preparase para desembarcar con un ligero salto, ya que no posaría el aparato. La aeronave recuperó altura en un torbellino de corrientes cálidas de aire que se arremolinaron en torno a la CAST tras descender. La habían dejado en la linde de un prado, al borde de una tierra de cultivo en que hileras de retoños de plantas se alineaban unas tras otras. A pocos pasos, un camino rural de polvo compactado y gravilla discurría en paralelo a la plantación antes de girar hacia el norte y partir en dos la tierra de cultivo. A lo lejos, como una línea oscura, se adivinaba el límite del bosque en la reserva de Motao y la silueta recortada contra el cielo del monte Trina, en cuyas estribaciones iba a morir aquella floresta.

A simple vista, no se veía nada en los prados y tierras de cultivo inmediatas que animase a pensar que algo había caído desde el cielo. Con suerte, sólo tendría que subir algunas lomas de suave pendiente para comprobar el terreno que le ocultaban a la vista. Aunque, de haber aterrizado una nave u objeto extraño por aquella zona, seguramente los agricultores o ganaderos locales ya habrían informado de ello a las autoridades locales.

Ya contaba con un estuche para mapas, por lo que seria solo imprimirlos por 1 mesta y ya esta, con eso me podría ubicar hasta la zona, me preocupa un poco la falta de gente o actividad, es raro que no se ve a nadie, ya sean curiosos mirando u oportunistas buscando como ganar algo de provecho. Si fue una nave es posible que aterrizaran de forma discreta tras atravesar la malla, es posible que los curiosos sean prisioneros si hay fuerzas hostiles.

Continuo el camino, en dirección a las coordenadas que me dieron, buscando una cosa rara, árboles o campos que no parezcan crecer junto a los demás o animales volando o haciendo ruidos. De toparme con alguien, será cosa de hablar con él y sacar información.

Hasta donde le alcanzaba la vista, nada parecía fuera de lugar. El terreno no mostraba evidencias de impactos ni de aterrizajes forzosos, por lo menos en los campos de cultivo y pastos. Su suelo llano y poco accidentado permitía divisar bastante bien cualquier irregularidad, como hierba quemada, cráteres o tierra removida recientemente. Los cultivos también eran un buen indicador sobre si algo hubiera perturbado la zona; y nada parecía haber alterado las cuidadosamente dispuestas hileras de vegetales.

Incluso la supuesta falta de actividad no era tal. Alex no tardó en percatarse del característico zumbido de los rotores de pequeños zánganos civiles que sobrevolaban los campos, midiendo las condiciones de éstos o actuando como los ojos de un agricultor o ganadero para comprobar cómo se desarrollaban los plantíos o dónde estaba el ganado. Tampoco faltaban los ocasionales vehículos robotizados que realizaban ciertas tareas, como dosificar algún líquido en las cosechas o retirar malas hierbas.

Pasó una hora recorriendo caminos rurales, subiendo a lomas y oteando el terreno sin ver nada fuera de lo común. El monte Trina ahora ocupaba casi todo el horizonte al mirar hacia el norte y, a sus pies, la silueta oscura del bosque en la reserva Motao era ya un cúmulo de árboles distinguibles desde la posición de la CAST. En ese momento, el zumbido de un motor llegó con claridad a sus oídos desde un recodo en el sendero; se trataba de maquinaria pesada agrícola, como se hizo evidente cuando tomó la curva que rodeaba una espesa mata de arbustos un tractor descubierto anarajando. En su parte delantera contaba con una pala retroexcavadora y tiraba de un remolque cargado con troncos astillados y rocas de mediano y gran tamaño. Lo conducía un humano de tez morena, bien avanzado en sus treinta, vestido con una camisa de cuadros marrones y azules, de manga larga recogida y se cubría la cabeza con una desgastada visera en cuyo frontal se adivinaba el logotipo de la corporación Atlas.

Al ver a una persona en la zona, me acerco a esta para hacerle algunas preguntas, no hay muchas pistas en el entorno, pero si el es alguien de la localidad, puede que viera alguna cosa extraña en la zona.

Hola, buenos días, señor, disculpe las molestias, de casualidad, ¿no vio a alguien causando problemas por la zona? gente extraña que este haciendo algo poco común o que esté causando fogatas sin autorización o cuidado, que estén remolcando chatarra o tirando escombros por la zona, lo más seguro es que no tenga una de estas.

Señalo una insignia en mi hombro que uso para identificarme como parte de las fuerzas del orden, no les diré que es todo lo que esta pasando, pero con decirles que estoy en la zona para ocuparme de algunos de los incómodos problemas, sé la zona, es posible que ese interesado en prestar algo de atención y decirme si alguien de la zona está portándose mal, es posible que eso de alguna pista para el problema que me trae aqui.

- Buenos días.

El hombre había detenido el tractor cuando reparó en la CAST que se acercaba. Al escuchar la pregunta de Alex, se limitó a quitarse la gorra, se rascó pensativo la coronilla y se volvió a calar la prenda.

- No hemos visto nada parecido. Ni en persona ni con sensores. - Bufó por lo bajo al mencionar "sensores". - Incluso aunque esos condenados cacharros fallen, no hay rastros de basura ni de fogatas ni pisadas en los campos que indiquen nada remotamente parecido mientras se ha interrumpido la conexión. Esos chismes no funcionan bien ni aunque le pidas deseos a una estrella fugaz...

El ruido de un tronco al rodar y golpear unas rocas hizo que el humano se volviera para comprobar qué pasaba. Por suerte, sólo fue un movimiento que ocurrió en el remolque. Satisfecho, se giró al frente una vez más, con aire de preguntar silenciosamente "¿algo más?" a la CAST.

Bueno, si no hay nada en ese caso pudo ser una falsa alarma, supongo que se ven muchas estrellas fugaces en este lado, si hay poca luz de noche es más fácil verlas y son más comunes de lo que uno puede imaginar.

Su reacción con el tronco me hace sospechar un poco, puede que algo raro pase o que ese ruido sea algo de que preocuparse por la zona, ya sea por algún animal salvaje de la zona o que el terreno sea propenso a deslaves, también que suela hacer mal su trabajo y giro para ver si no metió la pata de forma descomunal

¿Podría indicarme donde está el puesto de guardias forestales más cercano? Debería haber uno en los bordes de estas zonas, justo donde se termina la civilización.

El hombre negó con la cabeza de forma más o menos prolongada.

- Los puestos forestales están dentro de la reserva. Así que le espera una buena caminata hasta el más cercano. Además, los guardas suelen molestarse bastante con los visitantes que no entran en el parque por alguno de los centros de visitantes. Sobre todo si es ganado escapado de un pastizal. - El hombre rió brevemente, como si aquella ocurrencia fuera lo mejor que le había pasado en todo el día. - En cuanto a estrellas fugaces, ya me gustaría que fueran tan frecuentes. Y que realmente concedieran deseos. Aun estoy esperando que se cumpla el último, y eso que fue hace como siete días. - La broma con el ganado aparentaba haber mejorado algo en humor del granjero, quien tamborileaba ahora con los dedos sobre el volante del tractor.

El tiempo concuerda, si vio una estrella hace 7 dias, es posible que concuerde con la falla en la malla, aunque me cuestionó porque tardaron 7 dias en investigar... puede que hay algo más importante ocupando a las fuerzas y eso puede ser una distracción para esto.

Bien, descuide, ire a buscarlos yo misma, seguro que les alegro un poco el día al hacer algo diferente.

Dicho esto, me despido y me pongo en camino al bosque, buscando alguna zona elevada como podría ser algún monte, por lo que dice el sujeto, asumo que no hay ataques de animales en la zona, así que será un problema menos de momento. 

Después de una comprobación al cargamento del remolque (y de que no estaba en peligro de verterse), el hombre arrancó el tractor y reanudó su camino. Levantó la mano izquierda en señal de despedida mientras se alejaba por el camino. Entre tanto, Alex emprendía la marcha en dirección a la masa oscura que identificaba al bosque de la reserva. La ruta sería más corta si cruzara campo a través, pero eso significaba en muchos casos pisotear cultivos, o hacer equilibrios entre las hileras de éstos para evitarlo. El sendero ancho de polvo ofrecía la posibilidad de un paso más rápido a costa de tener que bordear campos de labranza y pastizales entre los que discurría.

Los minutos pasaron sin que nada alterase especialmente la tranquilidad del lugar, salvo el zumbido de los motores de los zánganos que sobrevolaban algunos campos o el trino de los pájaros revoloteando entre las matas dispersas. Sólo un talud que descendía de forma pronunciada hasta un camino de grava anaranjada, paralelo a un canal de hormigón de un docena de metros de ancho, en cuyo fondo discurría un tímido caudal de agua, supuso un cambio, que no un contratiempo. El sendero de polvo giraba hacia el nornoroeste suavemente y seguía el talud cerca de un kilómetro hasta un puente que cruzaba sobre el canal. De la otra orilla, el sendero continuaba en dirección al bosque hasta donde alcanzaba la vista.

Continuaré por el camino establecido, aún era posible el toparme con más personas para preguntarles si encontraron algo sospechoso en los últimos 7 días, aunque de ser una intrusión, con 7 días es más que suficiente para limpiar el area o al menos desaparecer evidencias del paso, así que no tenía muchas esperanzas de poderme topar con algo muy claro. 

El camino rural seguía rumbo al bosque de la reserva una vez cruzado el puente pero, tras un par de kilómetros, torcía hacia el sur entre matas y lomas para seguir el linde de la floresta a unos cien metros de ésta. De ese lado quedaban pocas tierras de cultivo, la mayoría estaban en barbecho, o se trataban de campas donde la vegetación había crecido salvaje y descontrolada. En todo ese tiempo, Alex no volvió a ver a nadie más y el número de zanganos revoloteando sobre los campos había disminuido.

Entonces vio movimiento. Bajo la sombra de los árboles, en el límite donde el sotobosque comenzaba a ralear para dar paso al césped de las campas, una figura humanoide se desplazaba en ademán de buscar algo en el suelo cada cierta distancia.

Al ver a una persona y de hecho una que parece estar haciendo algunas cosas extrañas, buscar de esa forma algo en el suelo, pero no se ve que ocurriera algún accidente o algo similar, no se me ocurren muchas formas de que algo se le caiga y que ocupe buscarlo de esa forma.

Saludos, ¿se le calló una estrella fugas o algo así?

Continuó acercándome al tipo tras haberle hablado a la distancia y caminando en línea recta hacia él, intentando ver algun rastro de actitud sospechosa o si sus ropas son algo sospechoso. Como que sea ropa de camuflaje o un blindaje.

El humanoide en la distancia del linde del bosque detuvo su actividad no bien reparó en Alex. Incluso un poco antes de que le hablase, echó a andar decididamente hacia el camino. Incluso vociferó algo de animales y zona mientras se acercaba a la CAST.

Logro escuchar un poco de sus palabras y me alega un poco que esté caminando hacia mí, así que no intentara disparar a distancia con una pistola ni saldrá corriendo, por lo que eventualmente podre hablar con él y si se da combate, tengo más oportunidad al ser físico. Continuo avanzando hacia él con las manos a la vista para evitar malentendidos.

¿De casualidad ha visto algo fuera de lo común en estos días? 

El humanoide que emergiera del bosque y echara a andar con decisión hacia el camino súbitamente se detuvo al poco de que la CAST hubiera hablado y movido en su dirección. De hecho, clavado allí como estaba, en una campa, el humanoide parecía preocuparse más por lo que sucedía en su entorno que por el acercamiento de Alex.

Cuando se hubo acercado a unas pocas decenas de metros, se hizo evidente que el humanoide se trataba de una mujer por su silueta, y humana posiblemente debido a su talla y corpulencia. Vestía un uniforme caqui deslavado y de su espalda colgaba un arma larga, un fusil de caza o similar, si atendía a sus dimensiones. Y era posible que llevase algún tipo de protección personal, a juzgar por el pasamontañas con que se tocaba, habitual en las unidades más pesadas de blindaje liviano.