Finalmente salisteis victorioso de aquel asalto, a pesar de las inmensas pérdidas en hombres y los daños ocasionados a vuestro castillo que junto con la nueva catedral se unían a la interminable lista de deudas que teníais pendientes de pagar y que amenazaban con arrastrar a vuestro condado a la más ruin de las miserias.
Pero gracias a eso teníais a una poderosa aliada a vuestro lado, alguien cuyas dotes mágicas podrían ayudaros no solo a aparentar que erais un mortal más a los ojos del mundo si no que os permitirían hacer fortuna y os permitiría haceros con más poder en un futuro del que ahora disponíais.
Era el momento de celebrar la victoria, era el momento de mirar hacia lo que deparaba el destino con optimismo. Porque en la oscuridad de la noche eterna aún quedaba mucho por escribir de vuestra historia.