[ Casa Árbol ]
- Mira cariño, tengo una idea. - Le dije mientras le apretaba la mano. - ¿Por qué no salimos de aquí y vamos a recorrer el lugar? No conozco nada de esto y será una buena idea familiarizarse con todo, además, si en el camino nos encontramos a Dana o a la Reina o a Fist, pues... nos podrían ayudar. ¿Qué te parece, Hëndel? -
No se que me emocionaba más, si la idea de ir a averiguar sobre mi nuevo Don o pasear con mi amada en total tranquilidad.
| LAGO |
Agaché la mirada, al escuchar sus palabras sobre su relación con Dana... Me recordaba demasiado a Walgior y eso me provocó un dolor intenso en el corazón.
- Gracias, de verdad- le dije, levantando entonces la vista para mirarle a los ojos-. Sí, me vendrá bien dar un paseo... Ha sido un día bastante difícil...- murmuré, mientras me levantaba y comenzaba a caminar lentamente, para que a Fist le diera tiempo de levantarse y seguirme. De pronto, el águila que había pertenecido a mi amado, se posó sobre mi hombro y le acaricié la cabeza suavemente. De nuevo, un dolor punzante en el corazón y en el vientre, donde llevaba a su hijo, al que jamás conocería-. Todos estamos ansiosos por vengarnos, pero debemos mantener la cabeza fría... De nada serviría poneros a vosotros en peligro, pues es eso lo que quiere... Aunque no lo creáis, su mayor amenaza sóis vosotros, porque algún día os formaréis lo suficiente para combatir contra él. Si permite que os entrenéis lo suficiente, seréis invencibles... Por eso os protegemos tanto, ¿entiendes?- le expliqué, mirando al horizonte con el águila aún en mi hombro. Siempre que me sentía mal acudía para consolarme. Quizá Dana tenía razón y el alma de Walgior se encontraba allí, sobre mi hombro-. En fin... No es una noticia que me haya sorprendido... Lo tuyo con Dana, digo... Se os ve muy felices y me alegro muchísimo-.
De nuevo, otro dolor punzante, pero ésta vez en el vientre. Hice una mueca y me coloqué una mano sobre éste, intentando calmar el dolor, disimulando los repentinos jadeos. Todavía no había crecido lo suficiente como para mostrar al mundo que llevaba en mi interior a mi futuro hijo, el futuro rey de los elfos... O reina.
Seguí caminando, disimulando el dolor para que Fist no se diera cuenta... Aunque era un muchacho listo, ya me había advertido Dana de ello, aunque no era el único alumno curioso.
| CASA ÁRBOL |
Asentí, sonriendo y bajamos por el tronco de la casa árbol, hasta llegar a la hierba fresca que se mantenía igual de verde que el resto de la vegetación de la isla.
Se veía la luna llena en el cielo, brillando con mucha intensidad, y aquella imagen me hizo sonreír más todavía. No entendía lo que me pasaba, quizá era debido a la demostración de amor que Sirius y yo habíamos tenido en la casa. Sólo sabía que estaba realmente feliz y que en ese momento todo me parecía más bello que al llegar a Deeteth.
- ¡Qué bonitas son las noches aquí!- exclamé, abrazándome al cuerpo de Sirius, apoyando mi cabeza en el pecho, pasando un brazo por su espalda y otro por su vientre, aferrándome a él-. Ojalá Markwolf no existiera... Ojalá el mundo estuviera tranquilo... Me quedaría aquí para siempre-.
| NOTA MASTER |
A partir de ahora tendréis que postear en la nueva escena llamada "Un futuro...".
Un saludo.