[Imaginaré, aunque no me ha sido especificado, que habéis quedado de nuevo todo el grupo dentro de unas 4 horas en el taller del impresor]
Lester Salisbury se dirige hacia el domicilio de Lucy Henry, en las cercanías de Aldgate, la puerta del Este y muy cercana a la residencia del antiguo embajador francés Sir Nicholas Thornton.
Desde las limpias callejuelas, se puede ver, algo mas al Sur, la silueta de la siniestra torre de Londres.
El protón es abierto inmediatamente por el ama de llaves, Ms. Ordell, quién sonríe ante la llegada de Mr. Salisbury y se hace a un lado permitiendo al impresor acceder al interior de la vivienda. No había terminado la veterana dama de acomodar a su invitado, cuando Lucy Henry aparece en el salón como una exhalación, como si estaba esperando la visita de su antiguo pretendiente.
Todavía vestida de riguroso luto que guarda desde hace 6 meses por la muerte de su padre, sonríe y tiende la mano hacia Mr. Salisbury en espera de que éste galantemente se la bese.
¡Gracias por venir, mi bienamado Lester! y disculpe mi atrevimiento al pedirle ayuda, pero créame que no sabía a quién recurrir. Le agradezco en el alma que haya venido y le ruego me ayude a localizar a mi prima. Estoy muy preocupada por ella.
Cumpliendo sobradamente sus obligaciones como caballero toma delicada pero firmemente la mano de Lucy y la acerca a sus labios, sin llegar a tocarlos.
- Hola, mi querida Lucy, yo me alegro de veros, aunque sea en estas circunstancias.
Aunque la casa sea de ella se vuelve hacia los sillones y con un gesto invita a su anfitriona a sentarse. Una vez que ella toma asiento, nunca antes, el se acomoda en un lugar lo suficientemente cercano como para prestarle toda su atención pero suficientemente distante como para no invadir el espacio de una viuda reciente.
-Pero calmaros y contadme qué os preocupa. Y, por favor, no omitais ningún detalle, por nimio que os parezca.
Me preocupa mi prima, Marijne. Estaba ansiosa de verla, pues desde que éramos niñas no nos veíamos. Me alegré bastante cuando me comunicó que volvía a Londres para visitar a su viejo amigo, el joyero Johannes van der Wyck, a mi padre y a mi. ¡Por fin, casi dos décadas mas tarde íbamos a reencontrarnos!. Pero no ha sido así. Ha desaparecido de la faz de la tierra sin que pudiéramos reencontrarnos. Fui a preguntar a van der Wyck, en cuya casa se iba a alojar, pero su taller del puente está cerrado a cal y canto y no pude entrar.
Vos sois un hombre de recursos, pero yo no se qué hacer para loalizarla. Si en algo valoráis nuestra amistad, os ruego me ayudéis a localizarla y que se acabe esta tensión e incertidumbre que atenaza mi corazón.
Porque, ¿vos sabréis que hacer, verdad? Si consiguiera hablar con ese Van der Wyck y por lo menos asegurarme que Marijne llegó sana y salva...
En realidad Lester no sabe que hacer.
Tiene tan poca información como su antigua prometida. Decide pues, tras despedirse de ella y prometer que la mantendrá informada, regresar a ver a sus compañeros, por si han encontrado algo.
Claro, que aún tiene algo de tiempo, con lo que primero decide pasarse por la tienda de van der Wyck en London Bridge a ver si encuentra algo:
El único puente que cruza el Támesis, conectando ambas orillas, es el llamado London Bridge, pero hoy en día, erróneamente, se tiende a llamar así a Tower Bridge.
19 pilares de piedra dan soporte a esta maravilla arquitectónica, y en la estructura del mismo hay varias viviendas y locales comerciales. Numerosos transeuntes lo atraviesan a diario para dirigirse a los suburbios y arrabales del Sur
Uno de estos locales es el taller-tienda de Johannes Van der Wyck, que regente una joyería y cristalería en el puente. Construida en piedra grisacea y con refuerzos de madera oscura, Unas grandres letras blancas sobre un cartelón de madera negra anuncian a todo aquel que puede leer:
“Atelier van der Wyck, Jewelry & Crystalworks”
La casa-taller parece silenciosa y cerrada, aunque las contraventanas no están cerradas.
Ale. Voy avanzando. Tus compañeros no pueden seguir esperándote.
Volveré mas tarde con mis compañeros. Quizás quieran ayudarme a desentrañar también este misterio. Piensa Salisbury para seguidamente regresar a su taller donde espera reunirse con ellos.
Rorro, si no te importa continúo la partida aunque vayas a estar fuera. Debo juntaros para que el resto no se aburra, pues estaban esperando tu acción. Nos leemos el lunes, pues. Y gracias por avisar de tu ausencia.
¿La tienda está cerrada con signos de llevar mucho tiempo así?
¿Antes de irme podría preguntar en alguna casa/comercio cercano si saben por qué está cerrada y dónde puedo encontrar a van der Wyck?
Vale, te resumo lo que pasó y de lo que te informaste, en lugar de rolearlo, para no ralentizar al resto, ¿OK?
Johannes van der Wyck fue visto por última vez hace ya 4 días, saliendo de la tienda con una gran caja bajo el brazo. Ese día cerró la tienda y no ha vueltoa aparecer desde entonces.