Los ojos de Liz se abrieron horrorizados ante la mención de su abuela. Se quedó muy quieta, evitando mirar a Christopher para no empezar un diálogo sobre "¿quién dices que es tu abuela?" o algo parecido. Mamgú no le perdonaría que apareciera en la puerta de casa con tres desconocidos, porque era eso a lo que inevitablemente iba a llevar la conversación.
- No sé de qué me hablas. - dijo achinando los ojos en algo parecido a una mirada amenazante - Pero sí, se está haciendo tarde y será mejor que vayamos a descansar. - añadió levantándose, mientras seguía mirando a William.
Consideró dejarlo así, con la conversación a medias y el equivalente verbal a una puerta en las narices. Pero mientras se levantaba, emitió una serie de imágenes mentales que componían un plan alternativo al que proponía William. Medianoche, un coche y unas cuantas horas conduciendo hasta llegar a Gales. No pensaba arriesgarse a abrir un portal.
Quizás después de todo no era como William pensaba. Quizás después de todo era igual que los demás. Le había engañado completamente, le había propuesto unas cosas y ahora se hacía la tonta y le daba la espalda, como hacían todos.
¿Por qué tenía que ayudar a salvar a una gente que se comportaba así? ¿Para qué traducir libros, para qué ayudar a alguien que sólo miraba por sí mismo?
No quería que se supiera lo de su abuela. Eso estaba claro. Quizás le daba miedo decir que existía, quizás era por protección. Pero no se daba cuenta de que eso podría conllevar que todos ellos despertaran muertos. William no tenía que estar allí, tenía que estar camino de su casa.
¿Por qué no se iba?
Se iría. Eso haría. Entonces se le ocurrió la idea. En coche, a medianoche, unas horas conduciendo hasta Gales... ¿¡Hasta Gales?! No, hasta Inglaterra. Si, era un buen plan.
Ala, te debía una, estamos en paz ;)
xDDDD
Esperaba algún tipo de reacción de William antes de salir de la habitación, pero el tipo se quedó tan impasible como una estatua. Era un puto misterio, más que la diosa-araña. Con el ceño aún fruncido, salió de allí en busca de algún sitio donde dormir. Tendrían que esperar a que los otros dos hicieran lo mismo, así que más le valía estar atenta. Se metió en la primera habitación que encontró y esperó detrás de la puerta, escuchando. Quería saber qué habitaciones escogían el resto, así sería más fácil encontrarse después con William y evitar a Christopher y el decano.
La verdad era que el plan no era de los mejores. A saber cuánto tardarían en robar un coche, eso dando por supuesto que sabrían hacerlo. Por no hablar de todas las horas de viaje que tenían por delante. Esperaba que William aguantase sin "cambiar" demasiado, no más al menos. Apoyó la cabeza en la puerta y resopló. ¿Por qué siempre tenía que encontrarse tipos raros?
¿No me la habías devuelto suficiente con lo de la abuela, mamón? xD
Tanto William como Elizabeth se metieron en sendas habitaciones, que por su limpieza y pulcritud parecerían de hotel si no fuera porque la ropa de cama estaba correctamente doblada en un arcón.
Al escuchar por detrás de la puerta, lograron oir al decano y a Chris charlar un poco hasta que decidieron irse a tomar unas cervezas con algo de comida en un pub que conocían.
Unos minutos después de meterse en sus habitaciones, ambos chavales estaban solos en casa. No serían más de las 9.
Oculta detrás de su puerta, fue escuchando cómo la actividad disminuía en la casa. Aburrida como estaba de esperar, iba poniendo caras de hastío e incredulidad ante los retazos de conversación que le llegaban. ¿Un pub? ¿En serio? ¿Vivían en un mundo paralelo donde el apocalipsis no estaba a punto de llegar? Los adultos cada vez le parecían menos de fiar.
Al cabo de un rato, se levantó del suelo, donde se había sentado harta de esperar de pie. Recorrió la habitación, abriendo cajones de forma aleatoría. No esperaba encontrar gran cosa útil, pero por poco que fuera ya sería más de lo que tenía. Cogió una de las mantas, sería útil en el coche. Ir en tirantes era cómodo pero frío. No tardó mucho, no sabía cuánto tardarían en volver. ¿Y si se encontraban el pub cerrado?
Con lo poco que había conseguido recolectar, salió de la habitación y fue directa a la que ocupaba William. Golpeó la puerta sin ninguna ceremonia.
- ¡William! ¿Estás listo? Tenemos que irnos antes de que vuelvan. Coge todo lo que puedas, el viaje será largo. - reconocía que sus modos y el tono de voz no eran precisamente los más amables, pero todavía estaba un poco molesta por el carácter cambiante del chico.
Master, si me quieres dejar encontrar algo más... :P
Y si, me he adelantado para que no te escapes, Sopa xD
William no prestaba atención a lo que decían los adultos. Había cogido uno de los libros, pese a las miradas del decano, y se lo estaba leyendo en la habitación.
Cuando llamaron a su puerta miró la hora.
Mierda, y ¿ahora quién es?
Preguntó, al oir la voz de Liz se acercó a la puerta y se asomó. No quería que viera que estaba vestido aún.
- Hola Liz. ¿Qué quieres? - preguntó tratando de ser amistoso. - ¿Irnos? ¿A dónde?
En uno de los cajones hay un montón de piedras cristalinas de colores, en otro hay un libro que parece un diario y en un tercero hay un mechon de cabello.
No son cajones de un mismo armario, pero en la habitación hay varios muebles.
El mechón está atado con una goma para el pelo, las piedras son de todos los tamaños y el diario está forrado de fotos de actores que no reconoces pero el papel está ya descolorido, como si el diario fuera de hace más de diez años. Tiene su lógica porque ¿Quien forra su diario hoy en día?
Eugh... bueno, lo cojo todo, que nunca se sabe xD
Frunció el ceño molesta. ¿Le estaba vacilando? ¿O era otro de sus cambios de humor?
- ¿Cómo que a dónde? ¡A Gales! - contestó airada - ¿No era eso lo que querías?
Fue consciente de su propio tono, así que hizo una pausa e inspiró y expiró, intentando tranquilizarse.
- Mira, sé que el plan de robar un coche e ir hasta allí no es de los mejores. - explicó con mejor tono - Pero no puedo arriesgarme a abrir un portal y llevar vete a saber qué hasta la puerta de mi abuela. - miró hacia el final del pasillo, como esperando encontrar a Christopher y el decano volviendo del pub - Y tenemos que irnos antes de que vuelvan aquellos dos, no quiero que sepan a dónde vamos. - se agarró a la puerta, acercándose más a William, mientras daba golpecitos impacientes en el suelo con el pie - Por favor. Tenemos que irnos. - acabó suplicando.
William le miró con clara expresión de no entender nada. ¿"Eran asi todas las mujeres" como decian algunos de sus amigos, Liz en concreto o en general toda la gente? Su gesto cambió de ese a fruncir el ceño un poco enfadado.
- ¿No querías descansar? ¿No decías que "no sabías de qué estaba hablando"? - fue subiendo el tono pero usando siempre uno sarcástico. Pero trató de controlarse, no quería que la bestia se liberara.
Lo que quedaba claro era que eso le había dolido, y no creía que hubiera justificación que arreglara eso ahora.
La cara de Elizabeth dejaba bien claro que lo que le acababa de decir William la había molestado. Y no hizo ningún esfuerzo por disimularlo.
- ¿Pero en qué mundo vives? - soltó sin ninguna ceremonia - ¿Crees que voy a ir hablando con desconocidos de mi familia y de mis planes de visitarla? Antes metiste la pata, ¡y encima ahora vas y te ofendes! - se llevó las manos a la cabeza, con una mezcla de incredulidad y desesperación - ¡No te entiendo!
Hizo ademán de irse, pero volvió a su posición inicial delante de la puerta casi al instante. Estaba claramente agitada, pero intentaba recuperar la compostura.
- Mira, me da igual, enfádate conmigo lo que quieras. Pero vámonos ya o al final tendremos problemas. - dijo de nuevo, intentando ser conciliadora.
Ay... xD
- Yo te hablé de mis transformaciones y apenas te conozco. - dijo William sin tratar de excusarse. Sentía que todo estaba patas abajo. - ¿Por qué crees que iba a cambiar de un momento a otro? No me importa lo que piense Christopher o el decano,... Me daría igual ir a ellos y decirles que me tranformo y puedo matar gente, es sólo que me da miedo que use esa pistola que carga con mi cabeza. - dijo enojado - ¿No me entiendes?
- He dicho que ibamos a ver a tu abuela, también he dicho que igual ella sabía qué pasaba. Tu has hablado de una amiga tuya cuya madre es un demonio delante de esas mismas personas, y te has quedado tan pancha. ¿Y no me entiendes a mi cuando nombro a tu abuela?
Y además le habían entrado las prisas, no habia quien entendiese. Pero el tono cortante le indicaba que quería terminar con la discusión y en eso, William estaba de acuerdo.
- Entonces vamos a Gales... madre mia... - resopló. Tenía las cosas listas porque él pensaba marcharse, pero todo aquello... era cuanto menos raro. Como todo lo que le pasaba ultimamente. - Vamos...
- ¡No, no te entiendo! - soltó dolida - Yo jamás habría explicado a Christopher nada de lo que te pasa, hay secretos, - junto las manos, dejando un espacio pequeñito - y secretos! - abrió mucho los brazos - Que haya explicado lo de Annie no tiene la más mínima importancia porque jamás la encontrarán. Si explico que vamos a ver a mi abuela A SU CASA - levantó la voz - tiene un poco más de importancia.
Aquello se estaba saliendo de madre y lo mejor era acabar con ello.
- Supongo que simplemente pongo a un nivel distinto a mis amigos y a mi familia. - finalizó con una mirada fría - No espero que lo entiendas. - ¿Era demasiado cruel lo que acababa de decir? En aquel momento le daba igual. - Vámonos.
Esta vez sí, se giró y se fue pasillo abajo.
La casa quedó solitaria cuando William y Liz salieron de ella.
Un rato después Christopher y el Decano entraron por la puerta, rápidamente pasaron a ver si seguíais en las habitaciones.
-Han hecho lo que dijiste que harían, se han largado.-
-Mejor, a donde vamos nosotros es un camino sin retorno, son demasiado jóvenes para morir todavía. ¿Tienes todo preparado para abrir el portal?.-
-Si, me pongo a ello, espero que encuentren a Ms Keks y ella pueda protegerlos de lo que viene, es posible que sean una verdadera ayuda a la causa en el futuro.-
-De acuerdo... una bruja semihada y un Espíritu del Lobo, ¿Donde vamos a llegar? Ya he escrito las cartas pertinentes al resto de vigilantes que quedamos. También les dejaré una aquí por si algún día regresan.-
De uno de los arcones de la sala, el vigilante tomó una daga enjoyada, la desenfundó, la contempló y luego la enfundó otra vez para colocársela al cinto.
-Listo. cuando quieras.-
FIN DEL ACTO.