Partida Rol por web

En esta escena solo plasmarás tu ficha y los pasos que vayas desarrollando. Culquier duda que tengas, como dicen las reglas, debes plantearlas por el off. Si no lo haces vía off, te arriesgas a que no te conteste hasta que vaya a poner turno, o me decida a revisar las fichas.

Por lo demás, ya puedes comenzar con la creación de tu personaje ^^ ¡Bienvenido!

Voy poniendo aquí las cosas hasta que le des el visto bueno:

FICHA:

Nombre y apellidos: David Gutierrez
Edad: 11
Poderes: Materializar todo aquello que imagina

Atributos o Modificadores:

Habilidades:

Valores especiales:

NOTAS:

Nombre: David Gutiérrez

Nombre de la madre: Claudia Martínez
Nombre del padre: Luis Gutiérrez
Nombre de la hermana: Elena Gutiérrez
Poderes: Hacer realidad lo que imagina
Tipo de poder: Nació con una mutación, que le hacía más inteligente e imaginativo de lo normar, pero que seguramente no hubiese dado lugar a poder alguno hasta varias generaciones después... pero el accidente que sufrió aceleró las cosas, el golpe afecto lo suficiente al cerebro para hacerlo despertar.
Edad: 11 años

Profesión: Estudiante de 5º de primaria

Estado civil: Soltero
 

Lugar de residencia y quién vive con él/ella: Vive con su hermana en la casa que heredaron de sus padres

Motivación personal:

Gustos y aficiones: Pasear por parques como el Retiro. Leer libros mangas y comics, ver series, películas y, en general, cualquier cosa que le “transporte” a otros mundos fantásticos le gusta, así como también inventarse sus propias historias, dibujarlas y escribirlas.
Temores: Lugares pequeños, y cerrados, la oscuridad.
No le gusta: Médicos, psicólogos, y en general, adultos que creen saber cómo se siente mejor que él.
Prejuicios:
Su Mayor miedo: Perder a su hermana, ya sea porque muera o porque lo rechace.

Persona en la que más confía  (PNJs): Su hermana, Elena Gutiérrez

Descripción de esa persona, su edad, su relación con él/ella, a qué se dedica, avatar y todo lo que se te ocurra:

Elena es la hermana y única pariente viva de Luis, y con apenas 22 años, ha visto como su vida deba un giro al morir sus padres hace casi un año. No solo le afectó profundamente en el plano emocional, sino que además, al no tener más familia, tuvo que hacerse cargo de su hermano. Tuvo que dejar la carrera de magisterio, la cual estaba sacando con excelentes notas, tuvo que dejar el equipo de hockey al que pertenecía, y por supuesto, tampoco pudo seguir saliendo con sus amigos como cualquier chica de su edad, tuvo que dejar todo eso y más para poder dedicarse a cuidar a su hermano. También buscó un trabajo por las mañanas, cuando Luis está en el colegio, para no depender únicamente del dinero del seguro.

Su relación con Luis es difícil. Por una parte le quiere mucho, no solo por ser la única familia que le queda, sino porque siempre se ha sentido muy unida a él. Por otra parte, echa de menos al antiguo Luis, a quien recuerda como un niño alegre y activo, puesto que no sabe cómo tratarlo ahora, tan callado y encerrado en sí mismo como es, y, aunque cree que debería abrirse más y relacionarse con otros niños no quiere forzarlo a ello, y espera que el mismo lo haga con el tiempo.

Actualmente trabaja a media jornada de cajera en un supermercado cerca de su casa, y en ocasiones, da clases particulares a compañeros de su hermano, en parte por el dinero y en parte para intentar que su hermano se relacione más con ellos, aunque sin mucho éxito.

¿Qué piensa tu personaje sobre la existencia de este tipo de poderes en el resto de personas? Que si los tuviesen, el mundo sería más divertido e interesante, sería como en las series/comics/etc. que le gustan. Además, si fuese algo común, su hermana ni se preocuparía ni lo rechazaría de descubrir su poder.

¿Cómo describiría a sus padres?

¿Cómo se describiría a sí mismo?

¿Cómo crees que los demás lo ven?

¿Mejor amigo o amiga y si sabe de su herencia mágica? Desde el accidente se ha distanciado de los niños de su edad, por lo que no hay ninguno que pueda considerarse su amigo. Quien más se acercaría a ello es su hermana, a la que no le ha dicho nada de su poder, en parte porque no quiere preocuparla, en parte porque no quiere que lo rechace.

- Explica de forma más detallada los poderes de tu personaje en el apartado de poderes.
- Indica la dirección real (de tu PJ) de tu Lugar de Residencia.
- Falta tu motivación personal, temores, prejuicios,
- Falta la foto de tu hermana
- Falta:

¿Cómo describiría a sus padres?

¿Cómo se describiría a sí mismo?

¿Cómo crees que los demás lo ven?

¿Mejor amigo o amiga y si sabe de su herencia mágica?

- Falta Descripción e Historia
- Agrega a tu pestaña de Descripción:

Nombre:

Edad:

Altura y Peso:

Complexión:

Cabello:

Ojos:

Así como una foto diferente a la de tu avatar.
- ¿Cree tu personaje que puede haber otros como él, o con poderes parecidos?

He ido poniendo todo lo que he actualizado directamente en los apartados correspondientes de la ficha

Vale pues vamos a dar comienzo con la partida. De momento vamos a ir de forma individual hasta que estemos todos juntos. De momento los post serán semanales y en caso de que tenga algo más de tiempo y tú respondas, quizá pueda aumentar un poco. Pero no prometo nada.

La partida comienza el 25 de Octubre del 2015, a las 11 am.

Debes empezar por dónde tú quieras y cómo tú quieras. Pero debes narrar hasta esa fecha. Puedes empezar hablando de lo que hace tu PJ ese día y lo que está haciendo en ese momento.

Dos cosas. Primero, ya he terminado lo que me faltaba de la ficha, mira a ver si hay que modificar algo o si está todo bien.

En cuanto al post, lo tengo hecho ya pero no veo donde he de postear...

De momento te lo pongo aquí, espero que esté bien:

Esta última semana la había pasado como cualquier otra, aburrido en el colegio, con las clases en las que para explicar cualquier cosa tardaban una eternidad, profesores que evitaban preguntarme al no saber cómo tratarme, niños que jugaban a los mismos juegos una y otra vez sin cansarse, y yo... yo me había empezado a leer el primer libro de una colección. Al parecer, la colección trataba sobre cinco niños y un perro, seis amigos que vivían aventuras, y aunque de momento apenas se conocían y solo habían hablado de una isla, me estaba gustando. Y cuando acababan las clases, me iba al Retiro a pintar, a leer o simplemente a descansar, a veces solo media hora, a veces más, pero siempre volviendo a casa antes de que empezase a anochecer. No quería preocupar a Elena.

Siempre estaba en casa cuando llegaba, cansada, pero recibiéndome como cada día con una sonrisa que no sabía devolverle. A veces, pocas, la abrazaba sin saber por qué, aunque la mayoría apenas le respondía con un escueto hola, frustrado por no poder decir algo más. Luego cenábamos y veíamos una película que se había bajado para ver juntos, y aunque apenas hablábamos, me gustaba estar con ella. Realmente preferiría haberle hablado más, haber podido contarle cosas, pero no sabía cómo hacerlo, así que simplemente disfruté estando juntos. Así se fueron sucediendo los días, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, sin apenas variaciones. Y aunque casi siempre había momentos en los que me divertía o con los que disfrutaba, como cuando leía o cada segundo que pasaba con mi hermana, una parte de mí se preguntaba por qué el mundo era tan repetitivo y aburrido.

El sábado, en cambió, fue diferente. Elena tenía fiesta, por lo que pudimos salir e irnos de la ciudad durante el día al campo, cerca de un rio, donde comimos y pasamos toda la tarde. Elena se puso a dibujar, mientras yo alternaba entre el libro y ver como dibujaba. Lo hacía bien, mucho mejor que yo, y me gustaba verla mientras pintaba. Cuando acabó, dimos un largo paseo y para cuando volvimos al coche, ya se había hecho de noche. Por ello, al llegar a casa, apenas hube terminado de cenar me fui a la cama. Estaba cansado, pero me había divertido mucho, e incluso le do un inesperado beso en la mejilla a mi hermana antes de ir a acostarme. Hacía semanas que no le había podido dar ninguno. Pensando en ello y en lo que había hecho durante el día, me acosté, más feliz que de costumbre. Y me dormí.

...

Mmmm- pensé, aun más dormido que despierto mientras rebullía en mi cama al notar como algo o alguien me llamaba -Un poco más- me dije, dispuesto a ignorar el ruido y a seguir durmiendo.

Cierras los ojos tras haber tenido un largo día. Aquella noche habías logrado descansar, pero quizá habías dormido demasiado rato. Cuando abres los ojos observas el reloj de tu mesilla. Marca las 11 de la mañana y decides darte la vuelta. Hoy es domingo, no tienes necesidad de madrugar para ir al cole y parece que Elena ha salido porque no se oye nada en la casa.

Seguramente haya ido a comprar el pan para la comida, o a hacer algún recado que no le había dado tiempo a hacer durante todo el día. Das unas cuantas vueltas más por la cama, hasta que la luz del sol te da en los ojos y descubres que ya no vas a poder seguir durmiendo.

Cuando te incorporas, te frotas bien los ojos y descubres que hay un sobre encima de tu mesilla. Junto al reloj. En el sobre pone tu nombre, con letras bien grandes y bien claras, no tiene remite, pero esa letra no se parece en nada a Elena. ¿Acaso te habría llegado una carta hoy?

Abres corriendo el sobre para encontrarte lo siguiente:

Luis miró de nuevo el sobre y su contenido, por si había alguna carta o explicación junto a la entrada, pero no fue así, por lo que se quedó mirando un momento la entrada sin saber que pensar...

¿Por qué no me diría nada ayer?- pensó, aunque realmente, tampoco le importaba demasiado, convencido de que seguramente era una sorpresa para cuando se levantase hoy -En fin, luego le preguntaré- se dijo, pues al fin y al cabo, estaba contento por la entrada: Iría con Elena a ver el espectáculo, ya que aunque la letra del sobre no parecía de ella, pero era la única que podía haberle dejado el sobre, y además, por lo poco que conocía de él, el espectáculo prometía ser muy entretenido.

Y con eso en mente, se levantó de la cama, cogió su libreta y se puso a dibujar mientras desayunaba un tazón de cereales, dibujos sobre gente saltando, haciendo malabares, acrobacias, y todo aquello que imaginaba que verían por la tarde.

Desayunas los cereales que tu hermana te había dejado preparado ya antes de irse. Al poco de estar allí sentado, escuchaste los pasos de tu hermana y sus llaves, en segundos abrió la puerta y entró dándote los buenos días y un beso en la mejilla. Te atusó un poco el pelo porque aún no te habias peinado y si no luego costaría mucho desenredarlo, dejó las cosas que había comprado y se preparó un café para sentarse contigo.

Ahora que parecía estar más tranquila y que te quedaba menos de la mitad del desayuno, ella se te quedó mirando:

Hola, Luis. ¡Buenos días! ¿Has dormido bien? Después contempló el dibujo que estabas haciendo, lo cogió entre sus manos y lo observó detenidamente. Señaló a uno de los trapecistas que habías dibujado y te dijo: ¿Qué estás dibujando, Luis?

¡Elena!- pensó Luis en cuanto escuchó como llegaba y abría la puerta hermana, aunque no por ello se levantó a saludarla, sino que se centró en el dibujo que estaba haciendo. No porque no quisiese ir a saludarla, puesto que en realidad si que hubiese querido hacerlo. El problema era que no sabía muy bien cómo. Y cuando esta llegó hasta donde estaba y le saludó con un beso, Luis se encogió un poco, en parte turbado y en parte feliz, y sin saber que contestar, se concentró de nuevoen el dibujo mientras Elena se preparaba un café.

Aham- le contestó cuando le preguntó si había dormido bien, acompañando su respuesta con un leve asentimiento de cabeza, -El circo- le dijo, en referencia a su siguiente pregunta -El de esta tarde- añadió, mirando por un momento en dirección a su cuarto, donde, encima de su mesilla, se encontraba el sobre con las entradas. Luego, volvió a centrar la vista en su dibujo, y tras unos momentos, decidió que ya estaba terminado, tras lo cual se lo ofreció a su hermana, sin mirarla ni decirle nada, pero deseoso de que lo aceptase. Era su forma de darle las gracias por lo del circo.

Elena se quedó un poco confundida por aquel dibujo. ¿Cuándo le había dicho a su hermano que hoy le llevaría al circo? La pobre muchacha negó repetidamente con la cabeza, seriamente preocupada por si no lo recordaba. Perdona, Luis. ¿Cuando te dije que te fuera a llevar al circo? No sabía si era alguna táctica de manipulación por parte de su hermano, o si simplemente a ella se le había olvidado aquello. Estaba claro que de algo así se acordaría, así que observó el dibujo, lo colgó con un imán en la nevera y después le puso una mano en la cabecita para seguidamente alborotarle el pelo.

¡Ojalá pudiéramos ir! Pero no tenemos dinero para algo así. ¡Esas entradas son muy caras! Pero si ahorro un poco de dinero, te prometo que algún día te llevaré. Dijo sin llegar a quererle echar la bronca por su intento de engañarle.

Pero...- dijo Luis con expresión de no entender lo que pasaba -¿Y la entrada?- añadió, y antes de que Elena pudiese contestarle fue corriendo al cuarto para coger la carta con la entrada y enseñársela.

Elena se quedó muy sorprendida al ver el regalo que Luis había recibido. Aquello era muy extraño, ella no tenía nada que ver con aquello.

¡Pero Luis! ¿De dónde has sacado esta entrada? Dijo algo confusa la chica. ¡Parece que alguien te la ha debido de enviar! Quizá algún familiar cercano, o quizá algún profesor, o quizá la hubiera recibido en un concurso o algo. La muchacha sonrió.

Bueno, parece que yo no tengo una de estas, pero si quieres puedo acompañarte, vamos a ver quién hay allí y quién te la ha regalado. ¿Te parece?

Cuando el chico le respondió afirmativamente, su hermana respondió. ¡Pues entonces, corre! ¡Ponte guapo que es un sitio muy importante y muy bonito! Debes ir con la mejor ropa que tengas. ¡Yo te llevaré hasta allí! ¡No olvides lavarte los dientes!

¿Y quién la habrá enviado entonces?- pensó Luis al ver que su hermana no tenía nada que ver con la entrada -¿y por qué solo a mi?- se preguntó, algo molesto por que quien quiera que fuese no había mandado una para ella -Cuando encontremos al que me la ha mandado, le diré que me de otra para Elena- se dijo, totalmente decidido a ello, y con eso en mente se dirigió a hacer lo que su hermana le había dicho.

Tras lavarse, fue a su cuarto a cambiarse, y tras varios minutos pensando que ponerse, escogió lo que pensaba que su hermana hubiese elegido, aunque sin estar muy seguro de su elección. Al fin y al cabo, Luis escogía la ropa que se ponía cada día buscando ir cómodo, no se planteaba en cual era la “mejor” ropa para estas más “guapo”.

Ya- le dijo Luis a Elena en cuanto hubo terminado de cambiarse, y por suerte, esta vez debió acertar, ya que esta no le dijo nada cuando lo vio, por lo que, tras coger todo lo necesario, ambos salieron en dirección al circo.