Luis estaba molesto. Irritado consigo mismo. Al fin y al cabo, no solo no había hecho falta que usase sus poderes, sino que no había creado lo que había querido. Moró a la espada que había creado como si fuese culpa suya.
Espero que al menos alguno pueda usarla- se dijo, esperando que de esa forma por lo menos fuese útil si les atacaban de nuevo.
Elena devolvió el abrazo a su hermano y lo apretó contra sí misma muy fuerte. Cada vez estaba más sorprendida de lo que estaba pasando en aquel lugar. Pero una extraña fuerza tiraba de ella, sabía que lo que estaban haciendo era una locura, y que se había juntado con un extraño y variopinto grupo capaz de hacer innumerables hazañas, pero mientras estuvieran de su lado, seguramente no tendrían nada que temer. Así que, la hermana de Luis, tiró de él para que ambos cruzaran juntos el agujero entre los barrotes. Después señaló la puerta que se había quedado entreabierta cuando Arlet había huído hacia su interior.
¿Creéis que debemos continuar por allí? Dijo señalándola. Esa debe ser la única salida posible, pero una de aquellas brujas escapó por allí. Habló completamente asustada porque no sabía lo que podría encontrarse allí.
De cuando en cuando, echaba un ojo hacia la extraña arma, algo le decía que aquello no podía ser bueno, que sería mejor evitar todo lo posible aquel macabro objeto.
Marcial esperó a que el resto de sus compañeros pasaran a través de la apertura, vigilando a su alrededor ante la posibilidad de cualquier ataque inesperado por parte de las hermanas demoníacas, y luego volvió a ponerse cerca de los dos hermanos para protegerles en todo momento.
- Es la única opción que veo.- Respondió a Elena intentando dar aplomo a sus palabras.- Y ademas igualmente antes de salir tenemos que asegurarnos que la otra chica se encuentra a salvo.- Prosiguió en referencia a Arlet.
Realmente no sabía que podían esperar de todo aquello, y teniendo en cuenta lo grande que era aquel lugar, podían tirarse un buen rato dando vueltas hasta encontrar las salidas. Por supuesto no sería demasiado difícil encontrar las salidas de emergencia por que probablemente estarían bien señalizadas, pero por supuesto era de esperar que estas estarían bien custodiadas por las hermanas demoníacas. Así pues, algo en su interior le decía que se encontraban en una situación en la que ineludiblemente tendrían que luchar para salir de allí.
Cosa que no le hacía ninguna gracia.