Desde el fin de la Guerra fría, existen rumores de la existencia, en alguna parte indeterminada de Europa del Este, de un lugar conocido como "El Horno". Este lugar sería un silo de armas nucleares que permanece inalterado desde entonces. Su nombre: El horno. Encontrar el Horno supondría una gran ventaja para cualquier organización, pues podrian, además de emplearlas, negociar con ellas a terceros.
La agencia.
Aunque algunos consideran que La Agencia no es sino una CIA hiperdesarrollada, lo cierto estamos ante una de las principales organizaciones del mundo, tanto en recursos (Económicos, humanos y tecnológicos) como en implantación a lo largo y ancho del globo. La agencia, suelen decir sus integrantes, no está en todas partes, es todas partes.
Los objetivos de La Agencia son el análisis y la prevención de amenazas terroristas, la contención de las amenazas contra la seguridad mundial y la salvaguarda del orden capitalista del mundo.
La agencia surge a partir de las agencias de los diferentes gobiernos occidentales (Fundamentalmente EEUU, Inglaterra y Francia) con el Fin de la Guerra Fría. Durante esos años todos los servicios de espionaje habían experimentado un crecimiento exponencial, al igual que otros grupos como los cárteles, las mafias internacionales y los terroristas. Es por eso que en 1987 un hombre llamado James Morrington, americano de ascendencia inglesa, propusiera la union de los "Paises del mundo libre" en una alianza que garantizara el bienestar global en los años venideros.
En perspectiva, sería absurdo decir que todos los paises se mostraron conformes, pero lo cierto es que la posición hegemónica de los EEUU no permitía un intercambio de pareceres. Algunos analistas consideran, precisamente, que La Agencia parte de un defecto congénito al apoyarse fundamentalmente en los EEUU. Quizás para acallar dichos comentarios la organización ha incrementado sustancialmente su presencia en el Viejo Continente.
Fuera como fuese, el caso es que a principios de 1988 las instalaciones de la CIA en Langley contaban con un área adicional dirigida por James Morrington, una división en apariencia pequeña pero que realmente contaba con tres veces los recursos de la CIA. Morrington se encargó personalmente de la administración hasta 1990, creando la estructura organizativa y estableciendo los protocolos que aún hoy permanecen.
Desde entonces, La Agencia no ha parado de crecer: Lo que en 1988 se gestionaba en una pequeña oficina, en el siglo XXI requiere de bases instaladas en cada uno de los paises aliados además de dos centros de operaciones: Uno en Langley (EEUU) y otro en Lyon (Francia)
Tampoco ha estado precisamente quieta en lo que se refiere a trabajo: Además de participar en la recuperación de reliquias y de avances científicos, La Agencia ha intervenido a través de sus agentes en conflictos como las dos Guerras del Golfo, los atentados terroristas sobre Nueva York, Madrid y Londres o el conflicto del Líbano. Basicamente, podría decirse que no hay conflicto internacional (Conocido o no por el grán público) en los últimos veinticinco años del que La Agencia no haya participado en mayor o menor medida.
Recientemente, el Tigre unido y el Kiswa se han revelado como los principales enemigos de La Agencia, aunque poseen información de las demás organizaciones de espionaje y siguen su evolución de cerca.
Recursos:
Desde su creación, La Agencia ha contado con la financiación de todos los gobiernos occidentales a partir de las partidas de fondos reservados que destinan a sus propias agencias de espionaje, tomando de cada una de ellas una parte proporcional a los recursos del país y su representación en la propia agencia. Los principales contribuyentes, por este orden son, Estados Unidos, Francia, Canadá, Inglaterra y España. Además, las divisiones de La Agencia existentes en cada país tienen la potestad de utilizar los recursos de las agencias de espionaje locales si es necesario para su trabajo.
Hablando en términos concretos, esta organización cuenta con agentes entrenados y con experiencia de campo de excepcional calidad, pues son elegidos entre los servicios locales de los miembros. Sus tecnólogos son los mejores que podemos encontrar en Occidente y sus partidas de gastos son continuamente superadas y reestructuradas. La Agencia no conoce sus límites reales porque continuamente rebasa los que le imponen los políticos.