El alemán de pueblo tras dar un trago y ofrecer, se dispuso a hablar.
-¿Maldiciones? A no, pues en este pueblo ya trenemos bastantes con lobos, hip.-Se acerco al tipo ciudad.-A verrr Antonio. Como es eso de que estas maldita, parra mi que la pila de fuego a va serr parra ti.-Miro entonces al tonto.-¿Que tan segurro estas de lo que dices tonta? hip!-Quedo mirando a Lorenzo, pero sin pestañear de Antonio, o como quiera decirse.
- ¿Y qué pasa contigo, María? - pregunto mirano de nuevo a nuestra célebre mujer. Lleva mucho rato callada y salvo un poco de apoyo inicial ha desaparecido. Miro al resto. - ¿Ninguno sospecháis de ella? -
- Las bestias son sigilosas... se camuflan entre nosotros, y son ladinas... Se dice también de las mujeres que son ladinas... Pero Beth era mujer y ella no fue una de esas bestias... - Medito en voz alta. - No, María no puede ser. -
Entonces centro mi atención de nuevo en el resto de hombres. Todos ellos podrían ser una bestia... ¿Pero quién?
El chino, como si pudiera leer la mente del alcalde contestó a una duda que él no había planteado en voz alta.
-Yo no sel, desde luego. Yo bueno.
Sigo aquí, me había parado a pensar en quién podria estar haciendo todo esto y la verdad es que echando la vista atrás el pueblo no ha tenido mucha suerte en su lucha por los hombres lobo, así que he estado pensando que no por poco hablador tiene que ser el sospechoso ni el más hablador, tenemos que pensar que todos nos estamos despertando con un sueño diferente pero con el mismo objetivo en común. Hoy el señor alcalde esta más decaído, eso no implica que esconda algo. Hoy todo se tiene que acabar, pillaremos a la bèstia que esta amenazando este pueblo y nos alzaremos con su cabeza.
¿Quién está conmigo?
Lorenzo es la víctima elegida para esta ronda. Preparáis una fogata donde arrojáis su cuerpo, y mientras arde escucháis sus risas que resuenan en vuestra cabeza. ¿Qué habéis hecho?
Maria, Igor, y el espirítu de Lorenzo se rien de vosotros al haber sobrevivido una noche más. El bando de los malos ha ganado.