Partida Rol por web

De tus manos brotan ondulaciones invisibles que el Lado Oscuro conduce hasta tu objetivo rodeándolo por completo.
De repente, el androide se queda totalmente paralizado y en su rostro casi puede adivinarse cierta angustia como quien ve escapar su último aliento de vida.

¿ Desde cuándo los droides sienten angustia ?

El supuesto androide comienza a temblar mientras el Lado Oscuro sigue fluyendo sobre la criatura a través de tus manos. Con un grito agónico que se pierde en el cielo, el androide cae bruscamente al suelo helado mientras observas como la brillante luz azulada escondido entre su externón se apaga lentamente.

Exhausto y con una respiración anormalmente acelerada, consigues a tientas ponerte en pie sobre el resbaladizo suelo.
Sin tiempo si quiera de desactivar el sable de luz, observas como del haz de luz que sale de la estructura de duracero emana una pequeña fuente energética que se concentra en el núcleo, antes apagado, del androide.
Él mismo vuelve en sí colocándose con una rodilla apoyada sobre el suelo y alzando la cabeza hasta localizarte enfrente suya. Su rictus se vuelve malicioso mientras vuelve a entonar la misma carcajada eletrónicamente diabólica de antes.

Entonces, pega un fuerte impulso y sale corriendo a por tí.

Al oir al androide sufrir, en mi rostro de dibuja una espectral sonrisa sanguinolienta

Sufre sí, sufre

Aquello es sumamente curioso y fuera de lugar, en efecto, las máquinas no debieran "sentir".

Cuando el haz en el pecho se le torna brillante veo como se para y comienza a reir, a reirse de mí...

¿Pero cómo diablos? Veo a ¿la máquina? correr en mi dirección.

No llegarás centinela, no volverás a tocarme.

Nuevamente mi mano izquierda se pone de plano como si empujara de forma uniforme una pared invisible en dirección a la máquina, luego de ello, separo mis piernas y coloco el sable en posición de defensa, listo para el contraataque de aquella bestial ingeniería.

El golpe invisible arrasa lo que tienes enfrente levantando una polvareda de fina nieve entre tú y el cyborg. Éste, que se abalanzaba sobre tí con furia, es arrastrado fuertemente hasta la pared helada, golpeándose fuertemente contra ésta y cayendo rendido al suelo, entre jadeos.

El sonido que provoca la onda de choque se escucha incluso por encima del haz de enegía que sigue fluyendo a través de la extraña estructura.

Tosiendo... ? el cyborg se levanta pesadamente y vuelve a la carga, con las manos desnudas y visiblemente cabreado.

Corriendo sobre el suelo nevado y por entre la polvareda helada, estira su brazo derecho creando un arco circular cuando te golpea el rostro con brutalidad. Ésta vez no caes al suelo, volteas sobre tí mismo al recibir el impacto y vuelves a tu anterior posición, con un hinchazón prominente en el rostro.

Tu respiración está acelerada, el cuerpo, dolorido. Debes acabar con ésta horripilación de imediato.

La criatura parece haberse salido de si en el arrebato por atacarme. Logra su cometido con mi rostro hinchado y sanguinoliento, pero habrá de pagar un precio...

Cuando vuelvo sobre mi mismo tras recibir el doloroso golpe descargo un bien logrado ataque ascendente con mi recién estrenado aliado y compañero

La primera pero no será la última

Esta vez, el movimiento es tanto más parecido a lo que aprendiera y practicara tiempo atrás con armas de menor calidad y mística. Las palabras del maestro vuelven a mi mente:

"...Tu propio sable láser, tu arma formará parte de ti, de tu ser, de tu alma..."

La imagen del Kaibarr refulgiendo en medio de la oscuridad, como un sol rojo, flamante de sangre me hace ejecutar el contragolpe descendente con pulcra maestría, si bien no de manera perfecta

¡Ahora sufrirás ya que al parecer puedes!

El Sith se recupera hábilmente de la estocada del extraño cyborg y arquea su sable de luz 180º ascendentes dejando tras de sí una cola de energía rojiza que atraviesa la armadura pesada, abriendo una brecha suficiente para que el cristal azulado que le proporcionaba su energía, su corazón, caiga al frío suelo helado.

Aún en el aire, el lord oscuro rota sobre sí mismo en una especie de finta aérea perfecta que corta de cuajo la cabeza cibernética. El pesado cuerpo cae de rodillas, enfrente del cristal energético, que se apaga pausadamente...

De la estructura de duracero anclada mecánicamente al suelo del claro, suena un estruendo ensordecedor, y su haz de luz energética comienza a disminuir de intensidad paulatinamente, hasta convertirse en un fino hilo del grosor de una telaraña y apagarse finalmente... instantes después, la puerta deslizadora del otro lado del claro se abre fugazmente.

Al fin... Maldita carroña...

Con el revez de la mano me limpio la sangre que cae de mi nariz y mis labios. La miro un instante y sonrío.

Observo la puerta que se abre una vez apagado el rayo de luz...

Mi curiosidad me lleva a pensar si ese cristal podría ser utilizado para algo más... Sin apagar mi sable, me acerco a la pieza y acerco mi mano izquierda lentamente al mismo, tratando de sentir calor o de recibir cualquier señal que me indicara que sería peligroso tomarlo*.

Ahora sí, veamos que hay detras de la puerta...

Comienzo a caminar lentamente, pero sin sigilo alguno. Tratando de percibir cualquier otra amenaza o detalle.

¿Acaso el Darth Mermen habrá creado esta criatura? Sin duda era un excelnete centinela...

Recoges tranquilamente la piedra inerte y la escondes bajo la oscura túnica salpicada de sangre. Observas absorto en tus pensamientos la cabeza del cyborg - no podía ser otra cosa - piensas.
Dejada la ira a un lado y concentrado en tu entorno, caminas hacia la puerta que conduce a una oscura sala.

De repente, te sientes ligeramente mareado, algo te golpea la cabeza, la mente... el mundo parece temblar a tu alrededor, y decenas de imágenes en apenas un segundo comienzan a tomar forma en tus pensamientos... Anakin Skywalker, según el Maestro Mermen, aquel que traerá el equilibrio a la Fuerza; algo le estaba ocurriendo, su entorno se volvía oscuro, mientras la luz que había alrededor se consumía en ella, cientos de Jedis perecían bajo este manto de oscuridad.
De repente, igual que vino, se esfumó. Decides ir a la sala pero, qué significará esta visión ?

Al entrar, la puerta vuelve a cerrarse y una luz azulada y tenue se enciende e ilumina todo el centro de la sala.
Observas que la estancia es circular u ovalada, y la zona más centrada se encuentra rodeada de finas columnas de plastiacero bien decoradas, pero algo corroídas por el paso del tiempo.
De detrás de una de las columnas, aparece una figura cuya presencia no lograste sentir. Se trata de una mujer, y la Fuerza está con ella, aunque débilmente. Sin duda es arkaniana, una belleza de la ancestra genética de tu planeta natal. Acorde con ello, su voz suena suave a la vez que melancólica, y su mirada, triste.

- Tú también has podido sentirlo, no es cierto. -

Cuando aquella poderosa visión se hace presa de mi, todo parece ser parte del todo... Aquellos sucesos sin duda tomaban parte lejos, muy lejos de mi planeta y sin embargo, eran a su vez nitidos y vívidos...

...El equilibrio. Entonces... Entonces si esto es lo que parece, el balance estaba inclinado para el lado de esta dèbil orden. Tanta muerte... Skywalker. Qué se supone que haga al respecto... Maestro, necesitaría tu guía pero... Mi camino ya se encuentra bajo mis pies. Mejor, entro a ver los que me ocupa.

Cuando paso  al entorno de la sala circular, mis dudas son cada vez mayores...

...Pero cómo... Cómo habrá hecho el maestro... Cómo sabría que esto sucedería... No puede ser casualidad, quizá...

La aparición de la hermosa mujer corta de cuajo mis reflexiones y tras tamaña paliza recibida no puedo sino prepararme para activar mi arma nuevamente.

-Sí, pero, ante todo, te saludo. ¿Quién eres tu y cómo es que te tomas mi presencia con tanta naturalidad y calma?

Digo con la voz baja y algo ronca, quizá por la azotaina recibida.

La extraña mujer no te mira fijamente, parece distraída, al parecer tuvo la misma sensación que tú antes de entrar en la estancia.
Sin hacer caso a tus palabras se adelanta y te observa, mientras encaja una sonrisa sarcástica carente de emoción.

- Oh, pobrecillo... - dice cuando parece volver en sí misma - El lado oscuro ha nublado tu mente, por eso no ves nada de lo que sucede... - Cuando exhala en su dulzura la última de su palabras, un rayo azul sale de la empuñadura de su sable láser, emitiendo un sonido estridente y un resplandor que casi la envuelve entera.

Habrìamos de combatir, pero al tener mayor información que yo mismo la mujer, me parecía un despropósito el perder la fuente de datos aquella sin mas.

Espera, mujer... A què te refieres...

Al verla activar un sable de luz, azul, al relacionar sus palabras "el lado oscuro" caigo en la cuenta de que puede llegar a ser un jedi o algo por el estilo.

Activo mi arma y...

- Eso tendrás que descubrirlo por tí mismo, engendro del mal. - Su voz y su rostro sigue siendo triste y decaído. - Y bien, a qué esperas. - Reconoces su posición defensiva como una forma de sable luz mezclada con teräs käsi.

Dejo que la Fuerza vaya tomándome de a poco, me siento tanto más apto para el combate, sé lo que debo hacer.

Claro que eso haré... Antes del final me pedirás que te escuche...

Activando mi sable lanzo un golpe a su encuentro

La fuerza está conmigo pequeña, veamos que hace tu teräs...

Su habilidad para defenderse es grande, pero la pongo a prueba con la fuerza como aliado, creo encontrar una falla en su postura que pueda aprovechar.

El sonido de mi sable al devorar la distancia que nos separa llega a ser hasta espelusnante

Claro que eso haré... Antes del final me pedirás que te escuche...

Tras el desafío, el Sith activa su sable de luz iluminando su blanquecino rostro con un carmesí fulgurante. En un impulso, el lord oscuro se abalanza sobre su presa ágilmente alzando su sable de luz en una posición agresiva de ataque que la arkaniana apenas consigue desviar, profiriéndole una profunda herida en el brazo con el que sostenía su sable de luz azul.

El rictus inexpresivo del Sith parece sonreir, y la arkaniana da media vuelta sobre sí misma intentando mantener el equilibrio, retomando una posición defensiva pero sin evitar una mueca de desagradable esfuerzo por mantener bien agarrado su sable láser.

De repente, ves cómo la mujer se lleva la mano sa la cabeza, justo cuando vuelves a sentir esa sensación que te rodea. Las imágenes vuelven a golpearte la cabeza pero ésta vez no te mareas, mantienes la compostura y observas claramente al Elegido, ésta vez medio quemado y moribundo, pero con una ira que el Lado Oscuro percibe y le rodea, salvándole la vida...

- Otra vez, una perturbación en la Fuerza; esta vez, mucho más intensa. - Dice la mujer de cabellos blancos arrodillada en el suelo y con la mirada triste y perdida. - Malditos seáis, por siempre. - Esta vez se dirige directamente a tí, con una voz tenue pero enfurecida. -

En un movimiento furioso con el sable de luz, no consigue alcanzar a su objetivo pero aprovecha el impulso para alejarse de su esquivo y mortal enemigo.

Otra vez las visiones... Ella lo siente y yo también. El elegido ha abrazado el lado oscuro de la fuerza.

La hermosa mujer suelta una maldición antes de intentar devolverme la atención... Mi mente está limpia No existe la paz, existe la furia Su brazo sangra y parece metafórico... No existe el miedo, él es el poder...Ella sangrando, su patética orden también... No existe la muerte, existe la inmortalidad. El universo propendiendo hacia su equilibrio: Los sith en alza.

Con gran habilidad, la arkaniana se sale de mi lado pero no he de dejarla escapar No existe la debilidad, existe el Lado Oscuro... no ahora que es nuestro tiempo. No ahora que Anakin Skywalker ha escogido nuestra senda.

Voy en su misma dirección aún a riesgo de caer en una trampa, lleno de júbilo y con una mueca en la cara que bien podría ser una sonrisa de boca ensangrentada ante lo que habrá de venir, para toda la galaxia.

El tener al traedor del balance de nuestro lado me da seguridad, ejecuto un golpe transversal descendente con excimia maestría...

El golpe transversal empuja a la arkaniana al suelo con una herida de gravedad en su espalda. Su sable de luz de cristal azul sale disparado metros más allá mientras un grito ahogado sale de su boca intentando incorporarse sin éxito.

El Sith, cauteloso, se aproxima a la bella mujer y puede sentir el hedor de su piel mutilada por el quemazón del sable carmesí. Se agacha y observa su ceniciento rostro y una mirada perdida en el techo del lugar.

- Lo siento, Maestro... - Parece decirle a alguien, cuando, en un suspiro, queda inerte, muerta. -

Al fondo de la sala, puedes observar un saliente de piedra que parte del suelo a una altura de medio metro. En su parte superior, apoyado, aparece un objeto triangular y oscuro.

Apago mi sable una vez que expira la mujer. Una sonrisa felina aparece en mi rostro. Esta vez, la muerte es impartida por mí.

Viéndola allí, hermosa minutos atrás, marchita ahora y marchando inevitablemente a la putrefacción...

Si su maestro pudiera oír su disculpa, quizá pudiera escuchar lo que a nuestro respecto dice el código. Con voz grave, casi gutural, recito:

Yo soy el corazón de la Oscuridad,
no conozco el miedo pero
suelo causarlo en mis enemigos.

Luego, me hago con el sable de mi enemiga y ahora si, con cautela, curiosidad y ansiedad mal contenida, camino a buscar el objeto triangular...Presumiblemente, un holocrón.

Veamos de que se trata...

Avanzas en silencio por la sala hasta llegar al holocrón piramidal. Por el camino recuerdas tus experiencias con la grave perturbación en la Fuerza. Sin duda aquel que era el Elegido había experimentado un brutal cambio y la oscuridad se cernía sobre la galaxia, un manto oscuro cuyas sombras parecían tapar toda presencia de luminosidad espiritual.

Algo tan grandioso como trágico. Semejante cambio sólo podía significar que el rumbo de la historia había cambiado. Quizá tu destino era servir al Lord Oscuro en este nuevo rumbo de oscuridad, quizá debieras visitarlo y revelarte ante él...