Un trazo, hecho en el aire.
Un escrito, impuesto en papel.
Líneas que se unen, haciendo formas.
Trozos de realidad, que sentido toman.
Una verdad, reducida al mínimo espacio.
Una realidad, recreada en tan sólo un símbolo.
Ofrendas, para el que pueda controlarlos, o moverlos.
Oportunidades, para el pueda darles un sentido, entre toda la demencia.
Stanley.
Stanley Virgil.
Ni ju ichi sai. Veintiún años de edad.
¿Actual ocupación?
Ronin.
Algo así como un Samurai sin Señor, sin Shogun.
Algo como... O más bien, específicamente, un Universitario sin Universidad.
Alguien que ya había pasado una carrera, y quería otra. Una especie de falso ronin, ya que... No había fallado.
Sino que, había simplemente esperado. Tenía mucho tiempo para tomar los examenes.
Pero si había fallado, en otro aspecto.
Aquel que a su familia correspondía.
Al aspecto empresarial, social.
Financiero.
No se había podido hacer con las compañías, e inconmensurables recursos de los Stanley.
Y en eso, si que había fallado. Por eso, se podía sentir... Sentir como un Ronin.
浪.
Aquel kanji se formaba en tu mente, a medida que te hacías consciente...
¿Huh?
¿Que hora era?
¿Que había pasado?
Sí, efectivamente.
Nada.
No había pasado nada, porque no tenías nada que hacer.
Precisamente hasta el mes de diciembre, era que no tenías nada que hacer.
Y recién era Mayo. Mes 5, hacia mes 12.
Te quedaban 7 meses para estudiar.
Y para hacer lo que quisieras.
Al ir pensando en ese Kanji representativo para tí, notabas que por fin le ibas tomando ritmo al idioma.
Al japonés. Nihon jin desu.
Tenías, una vez más, el día libre.
¡Tal como todos los otros días!
Así como mucho, te tocaba estudiar, o visitar algún lugar donde pudieses hacer esgrima, como... Un club de esgrima de alguna universidad o preparatoria, y lo mismo respecto al tiro con arco.
Así, fuíste haciendo recuento de tu vida, echado en tu futón, al estilo japonés, puesto que a veces era necesario para acomodarte, a pesar de tener una cama a lo occidental. Sin embargo, molestaba tu pelo, el que tendrías, con detallismo, que lavar, siendo eso parte de tus deseos, un ritual.
Primero que nada, tenías en cuenta tu primera acción hecha al llegar a Gakuen Toshi, la Metrópolis Ilustrada, la Ciudad Universidad. Nada menos que aquella jugosa donación, ofrecida al Núcleo de la Urbe misma. Aquellos profesores y supervisores, así como científicos parecieron gustosos, o al menos así lo parecieron al momento en que ofreciste tal suma. No fué tanto tampoco, pero si suficiente para asegurarte algo. Tu estancia en Gakuen Toshi sería bastante cómoda. No soportarían cualquier abuso ni crímen que cometieras, al menos como ya pudiste ver al ser retenido más de una vez, sin embargo, se aseguraría de una u otra forma que siempre tuvieses, dentro de todo, algo de seguridad, o al menos, dentro de lo que se te podía ofrecer socialmente. No estarían tras tuyo, ni sobre tuyo, observando constantemente, pero si moviendo hilos para que "No te fuera mal"... Al menos hasta que entraras a la universidad. No suponías que te fueran a dar el examen tampoco, porque era una molestia añadida... Pero aún quedaba tiempo para ver. Si es que no se "Olvidaban mágicamente" de tu donación.
Siguiente, un asunto mas directo, mas "A tierra". Al ser un Ronin, al tener apariencia inglesa, aún con los pequeños rasgos japoneses casi inexplicables, y al ser mayor, tenías... Muchas... Admiradoras. Suficiente era que, con verte estudiar todo taciturno en una biblioteca, bastaba con que te vieran para los suspiros. O al verte en algun bar por las noches, también, tuvieses varias chicas que, mezclando tu aspecto Gaijin (Extranjero), con tu pasividad exterior y frialdad de actitud, sintiesen "Deseos" a la hora de mirarte. Sinceramente, eras popular. Quisieses, o no, tenías terreno, aplicable. Fuese una chica desde 1º de Preparatoria, con 15 años, hasta chicas de 19 o 20 años, Universitarias como tales, que sintiesen ganas de "Explorar lo exterior", "Viajando al extranjero" sin salir del país. Lo bueno, es que gracias al avance científico, y los tiempos, las chicas japonesas ya no estaban tan delgaditas como antes, habían desarrollado sus aspectos un poco más, pero sin perder ese encanto tierno. Prácticamente, vivías en un mundo de anime... Siendo un personaje popular. ¡Que podía ser mejor!
Si había algo. Algo interesante. Algo que descubriste ayer, por puro asunto de suerte, en un bar, mientras bebías como un maniaco, pero controlándote para no ser atrapado de nuevo por la ley. Tras emborracharte un poco, oíste hablar a dos sujetos, quizá universitarios, o semejantes. Quizá simples vagos, como tú, pero a fin de cuentas, personas que se comunicaban. Que se enviaban... Mensajes. Mensajes que "Saltaron" casualmente a tí, y que pudiste tomar en cuenta. Se trataba de nada menos que una especie de fuente de información. Un sujeto, en específico. ¿Quién? Se mencionaba mucho sobre él, pero a su vez muy poco, o nada. Algo así como un verdadero enigma vivo. Sus referencias eran casi incoherentes, ideas como "Aquel que todo lo sabe" o "Mensajero del caos" vienen a tus recuerdos. Una vez pasado eso, recuerdas haber oído su nombre. Suzarte. Un nombre sumamente extraño. No, no era japonés. No era inglés tampoco. La única opción que te quedaba era... Hispano. Si, hispano, tenía que serlo, quizá Portugués, o semejante, quizá de algún lugar del Mediterráneo que tuviera hablar hispana, o parecida. España, Portugal, Francia, Italia. Aquellas eran las opciones mas viables. A lo que pasó eso, oíste sobre este tipo lo mejor de todo. Que de verdad, lo sabía todo. Que no había enGakuen Toshi algo que pasara, sin que él, Suzarte, lo supiera. Se sabía fuente de información para quién tuviese la suerte de poder contactarlo, y se decía que investigaba lo que deseaba, sin cobrar, pero sólo si era de su interés. Se vestía con ropajes cómodos, buzos, y polerones, usualmente de colores oscuros, y tenía el cabello en múltiples ondas, largo, tirado hacia atrás, con una piel clara, y una actitud fría, casi sin alma aparente poseída. Sólo eso, fué lo que lograste oír. Mucho más no sabían los que recuerdas de la noche anterior, siendo que después pasaron a temas averiguados por Suzarte, que tenían que ver con ellos... Y no contigo.
¿Que tenía que ver este sujeto contigo? Que tu mente, en ese momento, borracha, y desconexa de varios canales neurosinápticos, de pensamiento, lo consideró útil. Si encontrabas a este 'Suzarte', era como hallar al ganso de los huevos de oro, al arcoiris que llevaba a la olla con oro. Algo relacionado con oro, a fin de cuentas. Tu mente no pensaba muy bien en esos momentos, pero la idea principal quedó grabada. Si le interesabas a Suzarte, o como se llamara, tendrías oportunidades, para vencer en tus negocios perdidos, para poder saber sobre los exámenes... O para quién sabe que más. No parecían haber límites.
¿O sí?
Ahora, Virgil Stanley, miraba su reloj de habitación, notando que eran las 9:00. Se había levantado temprano, a pesar de todo, como un acostumbramiento propio, aún si se hubiese acostado parte, como un método de autodisciplina, dentro de toda su rebeldía, impuesto por James, aún así.
Ahora, le tocaba a él, al joven de cabellos plomos, su camino, decidir...
Sorry por la demora!
Lista por fin tu escena!
Si tienes dudas, pregunta ^^!
Suzarte -pienso mientras miro el techo de mi habitación-. Estaba tendido en mi suave futón dónde me gustaba meditar cada mañana antes de ducharme. Me fuí a preparar un poco de café mientras me fumaba el primer cigarrillo de la mañana. Uff, que dolor de cabeza -dije en voz baja a mi mismo-. Ayer por la noche creo que me pasé un poco. Cuándo me había terminado el cigarro me fui a preparar la bañera. El baño estaba al lado de mi cuarto. No era muy grande pero tenía todo lo que necesitaba. Salí y saqué del cajón una bosita de cannabis que me había traido un amigo de inglaterra que había venido a verme hacía unas semanas. Era difícil encontrar en Japón, y casi siempre tenía que ir a Tokio a buscarla o pagar una suculenta cantidad a algun "conocido". Me fuí a parar el agua, la bañera estaba ya casi llena, y me volví al salón para liarme un suave porrito buscando un rato de tranquilidad. Me duche, centrandome en mi pelo gris que tanto hace fijarse en mi a la gente, y tras afeitarme me metí en la bañera. Acerqué el cenicero y me lo encendí. Mientras iba fumando intentaba recordar la anterior noche. Me lo había pasado bien, en un par de pubs con unos amigos y amigas, bebiendo sin temer a nada, sólo queriendo vivir hasta que cerrara el último bar. Ése nombre... Ése "profeta"... ¿quien sería? ¿podría resultarme interesante de algun modo?... Claro que si. Mire mi brazo, y cerca de la muñeca izquierda ví el pequeño tatuaje que me había hecho ayer, de ese kanji que tanto me representaba. ...Una realidad, recreada en tan sólo un símbolo. Ofrendas, para el que pueda controlarlos, o moverlos. Oportunidades, para el pueda darles un sentido, entre toda la demencia.
Mire el canuto ya medio consumido, hice un profundo calo mientras sentia cómo mis pupilas empezaban a dilatarse y la realidad me parecía más lenta, más efimera. Hacía tiempo que no fumaba, y me gustaba no perder ese ritual de relajación que tanto se diferenciaba de mi actitud normal. Ya se que hacer -grité de golpe-. Salí rapido de la bañera y me sequé con una toalla. Salí desnudo y abrí el armario para sacar unos pantalones tejanos y unos calzoncillos que me puse rápido. Fuí a llenarme una taza de café recien hecho y me encendí otro cigarrillo, para ponerme delante del portatil e intentar entrar, cómo tantas otras veces, dentro de los archivos del ayuntamiento. No hay nada que no pueda hacer un amigo algo hacker y un pequeño fajo de billetes. Una vez dentro del sistema, me dispuse a buscar su nombre. Suzarte. Sólo tube que escribir eso y esperar. Lo quería saber todo de él. Si estaba empadronado, dónde vivia, si tenía alguna multa,... absolutamente todo. No soportaba que alguien estubiera en el camino de mi vida, no si podía aportarme algun beneficio.
He puesto algunos objetos en el apartado de Equipo. Miratelos a ver si te parecen bien y aconsejame sobre algo más si creieras que es conveniente.
Asombroso era que no tuvieses ningún problema consumiendo tres sustancias adictivas distintas en un lapso menor al de media hora. Primero Nicotina, luego Tetrahidrocanabinol, y finalmente Cafeína. Todo en un compendio reducido de tiempo. Tiempo mismo fué aquel en el que meditaste sobre aquel Sujeto, y sobre tus actuares anteriores, tus necesidades, y lo relajante que era indulgir en sustancias neuroactivas para poder ofrecerte placer a tí mismo. Al mismo tiempo que pensabas en dicho relajo, lo sentías, metiéndote dichas sustancias directamente, sintiendo como el tiempo y el espacio parecían carecer de sentido, como si todos los conceptos ofrecidos por la humanidad fuesen innecesarios, o simplemente sobrantes, moldeables con facilidad y descartables por otros nuevos e ingeniosos. Nada valía nada en ese momento. Un momento de pura tranquilidad y psicosumisión. Una mezcla del sentimiento que producía el agua, mas el pelo recién lavado, más la cannabis, mas el tabaco, y más... ¡Una realización!
Sonó fuerte, haciendo "Splash" el agua, a medida que te salías. Algo del piso de tu baño quedó mojado, pero podrías limpiarlo, suponías, ya que aún en el lugar que vivías, el piso era de baldosa, así que problemas no habría con simple agua. No tenías para un departamento aún mejor, pero era necesario, escatimando gastos en pos de recuperar tu poder adquisitivo... Y de claro, poder nutrir tus deliciosos, y no tan baratos vicios, incontables, humanos vicios. Tras eso, avanzaste, a tu pieza llegaste, y ropajes te pusiste, sin demora, y con algo de torpeza, pero también con fluidez. Al final te quedó el pantalón algo apretado, ladeado, pero encima del cuerpo a fin de cuentas, junto con el calzoncillo, para que cubriesen ambos tus partes mas... Nobles... Así como también tus piernas.
Una vez en el ordenador, preparaste tu programita amable, organizado tras prolongados, duros, o quizá simplemente entrópicos, casuales, y suertudos eventos difuminados en el pasado tiempo. Aquel programita que te permitía meterte a una de las bases principales, aunque no más profundas de Gakuen Toshi, pero que era más que suficiente para saber cosas esenciales y un poco privadas de las personas. Personas, porque esas eran las piezas que importaban. Porque eran las personas las que se comunicaban, eran el fruto, el campo de cultivo de tu Poder, así como aquellos que nutrían empresas, con su consumismo, con su mano de obra, con su sola existencia. Porque en las Personas se basa la Humanidad. Humanidad que necesitas cometer ante tus comandos, con ofrendas, aún entre toda la demencia.
Y entonces, el Sujeto... Aquel que te hizo despertar de la ducha y del abismo cósmico de cannabis con tabaco. Sumaste el café al asunto y quedó aún peor. Tu mente era un caldillo de ideas disparatadas que lograban, con algo de suerte, entre todo el maréo y el gusto sentido, converger en una sola idea específica. Una idea que tensaba tu cuerpo y que, gracias a la adrenalina disparara intermitente, pero potentemente, te hacía concentrarte de lleno, mezclando el nerviosismo e hiperkinesis, la relajación e irriación pulmonar, junto a la alteración de la percepción y la anulación de las sensaciones. Todo un compendio que terminaba en una sola idea. Aquel sujeto. Aquel profeta. Aquel enigma vivo.
スザルテ
Ahí estaba su nombre, escrito desde el idioma Gaijin, extranjero, hacia una literalización Nipona. ¿Que significaba? ¿Había algun mensaje oculto sólo en su nombre, o posiblemente más bien, apellido, dando a entender que era quizá lo único que dejaba de sí mismo? Tal vez ni eso, tal vez fuese un simple apodo, que tus ojos miraban rabiosamente, empezando a irritar sus capilares, mientras tu mano temblaba producto de la estimulación muscular que causaba la cafeína, sumado al nerviosismo de todo esto, la ansiedad ante la chance de la sola existencia de un sujeto capaz de obstruir tu camino, tu sendero, tu vía personal. Al ir mirando fijamente ese conjunto de letras, que iban siendo buscadas esforzadamente por el programa, parecía como si se fuesen haciendo más y más grande. Hubo un momento en que creíste que se iban a salir de la pantalla y golpearte, o atacarte. A poco estuviste de, por movimiento reflejo, caerte de la silla. Pero entonces, se volvió a ver, de la nada, el conjunto de símbolos normalizado. Siempre estuvo ahí, nunca se movió... Aun si viste que se moviera. Sabes que es loco, pero sabes que es cierto... Y no parece dar ningún resultado aún, así como ningún mensaje oculto a la vista. Ninguno.
Quizá pueda ser un dibujo, o aplicable a un dibujo. Sabes, por tu conocimiento en idiomas y linguística, que los kanjis japoneses son... Sólo eso. Dibujos interpretados que se conviertieron en "Letras", o "Frases" conjuntas con muchas otras visiones. Aún si se trate de una interpretacion directa desde el posible español, italiano, o francés, sigue pudiendo tener algo descifrable, algo que aún parece escapar a tu vista. Justo entonces, cuando tu mente rebusca, entre el mar de substancias que oscilan en tu sangre y tus nervios, el programa termina lo suyo. Tu programa, hackeante, termina por dar resultados.
Suzarte.
No está apadrinado. No tiene maestro, ni discípulos.
Se encuentra registrado oficialmente en Gakuen Toshi, sin embargo. Sólo por su nombre de familia, o apellido, Suzarte. No tiene parientes en la ciudad ni relativos de ningún tipo.
Su edad es de 23 años. Su fecha de nacimiento no se encuentra.
Su residencia actual es desconocida. Aunque indica haber tenido más de una en el pasado.
No tiene ninguna multa de ningún tipo. No usa ningún vehículo propio, sólo públicos, o incluso caminando por sí mismo, por lo que se deduce de los reportes encontrados.
No ha utilizado ningún servicio que implique registros, al menos bajo su nombre personal.
No se ha metido con la ley en ninguna circunstancia.
Un solo trabajo se le ha encontrado. Anteriormente trabajó en Neurorehabilitación así como Cardiorehabilitación para al menos tres hospitales y dos laboratorios distintos, nombrados en la pantalla, con imágenes correspondientes de sus ubicaciones. Durante su estancia ejerciendo, otorgó resultados y desempeño excedentes.
Finalmente, aparece una foto de él. Una sola, la del registro ciudadano de Gakuen Toshi.
Su aspecto es tal como oiste en la foto. Su cabello es ondulado, por no decir una mata de cabellos espiralicos sin fin ni comienzo, posados sobre su cabeza, algo lacios, y caídos por su espalda, no llegando mucho mas abajo del hombro en extensión total. Su piel es clara, sin llegar a pálida. Sus ojos son negros, y su expresión es fría, muy fría, distante, como si careciese de cualquier cosa. No es una frialdad tipica, sin embargo. Su estatura debe ser amplia, aunque su postura es algo mal posicionada, o al menos eso deja notar. Su contextura es delgada. Lleva un polerón negro con capucha, y nada más. Ningún sentido del estilo o la elegancia, al menos a nivel de moda. Sus rasgos no son fáciles de definir a nivel étnico. No directamente.
Muy poco, pero algo ha sido lo que has encontrado.
Tu programa se ha detenido. Un programa que ha sido reforzado con mucho detallismo.
Y esto es todo lo que ha encontrado.
Sólo eso, es lo que su Nombre... Ha desvelado.
¿Quién es este tipo?
¿Que clase de Caja de Pandora es la que estás intentando abrir?
¿O más bien, donde se encontrará su Llave Maestra?
Aún queda eso, por descubrir...
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Adiction Tolerance
Resultado: 2(+1)=3
Tirada oculta
Tirada: 3d10(+1)
Motivo: Adiction Tolerance
Resultados: 2(+1)=3, 8(+1)=9, 1(+1)=2
Tirada oculta
Tirada: 3d10(+1)
Motivo: Adiction Tolerance
Resultados: 10(+1)=11, 5(+1)=6, 8(+1)=9
Tirada oculta
Tirada: 3d10(+1)
Motivo: Adiction Tolerance
Resultados: 5(+1)=6, 1(+1)=2, 6(+1)=7
Tirada oculta
Tirada: 3d10(+1)
Motivo: Symbol interpretation
Resultados: 4(+1)=5, 6(+1)=7, 1(+1)=2
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Symbol interpretation
Resultado: 1(+1)=2
Tirada oculta
Tirada: 4d10(+1)
Motivo: Symbol interpretation
Resultados: 6(+1)=7, 7(+1)=8, 2(+1)=3, 1(+1)=2
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Sinister Search
Resultado: 71
Mega-post, tal como corresponde. Perdona la demora, te mandé un PM explicativo.
Por lo demás, necesito que me complementes el asunto de tu Programa, que es el que interpreté que usó tu pj.
Ahí, en tu equipo, pone "Portatil (en el apartamento) con un programa que piratea los archivos del ayuntamiento, pu..."
Y no dice nada más. Me gustaría que me lo escribieras completo en tu siguiente post (O Mensaje Privado)
Además, también necesito que me expliques la obtención de este util dispositivo/programa, un pequeño trasfondo para iluminarme, ya sabes, las ideas producen mas ideas!
Nos veremos, Virgil-san.
Era poca información pero almenos era algo... Al salir de la bañera sólo sabia un nombre, algo más de información no va mal. Ahora, almenos sabia que, pese a su juventud había elegido unas especialidades bastante extrañas. Neororeabilitación y Cardeoreabilitación..., lo podía saber casi todo... ¿Usaba acaso alguna extraña tecnica para sonsacar la información? Todo podía ser... en mi retorcida mente cabían todas las posibilidades. Di la orden de imprimir toda la información. Desde su información básica hasta la localización de sus últimas residencias y lugares de trabajo. Necesitaba encontrarle, y seguramente algun dueño de las viviendas o algun compañero de trabajo se acordará de él... y quien sabe si sabrá algo más.
Me encendí otro cigarrito y encendí el equipo de música mientras aprovechaba el ordenador para recojer información sobre los equipos directivos de los hospitales y laboratorios en que había trabajado y en el registro de la propiedad a los propietarios de los pisos... Me gustaba tener toda la información previa antes de ir a la busqueda de alguien, y más si ese alguien podia resultarme tan de interés, o incluso llegar a ser peligroso en sus artes... Si yo me aprovechaba todo lo que podía de mi "don de gentes", porque no aprovecharía él el suyo... Además, 23 años es demasiada poca edad para alguien con tanto conocimiento. Algó sucio tiene que tener ese tio -pensé-. Y aunque sólo fuera una su infracción o su secreto sabía que ese conocimiento me podía ayudar a "resultarle de interés".
Era mi forma de ser. Toda persona tiene sus debilidades, yo el primero, y por muy poderoso que fuera, no dejaba de ser su talón de aquiles. Ya seas policia, cientifico, empresario, profesor o hasta cura... todo el mundo tiene sus vicios, pero el subidón inicial siempre puede destruir... y a mayor subida peor bajada. Cuantos examenes no había aprovado gracias a ellos. Normalmente una amante asegura un notable -pensé-.
Sabía que estaba demasiado obsesionado con el tema de Suzarte pero, tampoco tenía mucho más que hacer... nada más venía a mi mente a parte de ese nombre hasta que decidi poner un Cd. En la radio sólo daban noticias, y empezar el día llorando no me gustaba. Le dí al play, y me quedé un rato absente, escuchando la canción mientras el ordenador hacía el resto del trabajo...
Era impresionante... Cada día que pasaba en mi vida era una nueva experiencia que me gustaba vivir al limite, hasta volver y reencontrar mi paz.
Una vez ya terminada ésta baje el volumen. Eran casi las 11 de la mañana pero en ese país la gente llamaba a la policia por todo, y no me apetecía otro escandalo... Quizá me irian bien unas vacaciones en Ibiza -pensé-, hasta que tras levantarme vi que el ordenador ya había terminado con su búsqueda. Primero Suzarte... si todo va bien podré aprovechar un merecido descanso -dije en voz baja-. Estaba sólo, pero tanto daba. Le di a imprimir mientras mi mente ya viajaba a un futuro dónde ya tenía mi "piedra filosofal". Mi camino al final del arcoiris era ese chico... y el tesoro que me esperaba no se podía ni imaginar. Pero primero quería saberlo todo sobre él.
Ni leí la información que el programa había encontrado. Simplemente, limpié todo el historial y las cookies del ordenador para que nadie pudiera rastrear mi paso, mande un corto email a James, mi humilde "tutor", contandole las cuatro cosas de siempre: lo bonita que era la ciudad, cómo echaba de menos Inglaterra, lo duro que era estar todos los días con los libros delante,... todas esas chorradas que le gustaban tanto. Puse las dos copias impresas en dos carpetas de cartulina, y después de poner el nombre del sujeto en la tapa delantera me guardé uno en mi maletin negro y el otro lo guardé en el archivador de mi habitación, letra S. Me gustaba conservar toda la información recojida. Era mi pequeño tesoro y, ¿quien sabe si alguna vez volverá a ser necesaria?.
Me puse la americana, aunque fuera ya mayo el tiempo allí daba demasiadas sorpresas, y me guardé las llaves de casa, el móbil en ella, además del paquete de tabaco ya abierto y el encendedor, y otro paquete de reserva en el maletin y la PDA. Nunca se sabía a que hora volvería al apartamento.
Bajé la calle y avisé a un taxi para que me llevará a la facultad de economicas de la Universidad. En su bar preparaban unos riquisimos cafes con pastas, y así podría leer detenidamente la información mientras estaba en el ambiente que pronto tendría que ser diario para mi, si todo iba bien... Quien sabe, quizás oía algo más sobre Suzarte o algun futuro profesor alli
Toda la información es obtenida.
Absorbida. Depositada. Nada menos que en papel. Papel, eterno papel.
Te imaginas como Suzarte-san debe hacerlo. Poco menos que "Sacando la información de la nada".
Mágicamente. Pero no. No en una Ciudad de Ciencia. No siendo el mismo un científico.
Algo andaba mal. ¿Que era?
Todo. O al menos, muchas cosas.
Un backup, archivado en tu departamento, y otro para llevar contigo.
Aquella frase del tema es repetida en tu mente.
"Las cosas mas triviales... Se vuelven fundamentales..."
Trivialidades. Trivialidades. No pudiste descifrar ninguna cosa oculta en su nombre, sus kanjis.
¿Que trivialidades? Algo aletéa en tu mente, pero cuesta atraparle. Escurridizo es, aquel elemento.
¡Pero lo atrapas!
Trivialidades... Ahí está una de las posibles claves.
Al parecer, el método que tendría que usar Suzarte, hipotética, no, más bien en la práctica, es el de tomar incontables trivialidades, y unirlas, en una especie de puzzle.
Un rompecabezas, que arma con sus propias manos. Tal como hacen los Psicópatas, o Stalkers. Absorbe cosas "Sin importancia" y las junta, de modo que forma un panorama. Después, queda obtener las "Piezas mayores", que tan sólo confirman sus previas teorías.
Tras deducir aquello, terminas por salir, levemente desabrigado, pero a su vez preparado para el frío. Está como nublado pero no, pero sí, así que es mejor cuidarse. Sales, y te diriges hacia la calle, hacia el centro como tal, entre los múltiples Sectores de Gakuen Toshi.
Ahí, paseaste por los incontables lugares. Calles con pocas personas, pero no inexistentes. Autos, camiones, y semejantes, de civiles, quienes eran ausentes a los poderes, y a la ciencia, aunque sin ser ajenos a esta. Todo era tranquilidad, con un clima que mezclaba nubes, algo de cielo celeste visible, y un poco de viento, frío, leve, e intermitente.
Llegas, y te sientas a comer, pidiendo uno de esos cafés ricos pero no tan empalagosos, y una de esas pastas humeantes, que no parecen demorar mucho. Sin que tomen mas de unos minutos, procedes a leer, la primera pista sobre Suzarte-san. Su primer laboratorio trabajado.
Shinryuu.
新龍
Shinryuu Tsuuken.
Laboratorios Shinryu. Una institución conocida dentro de Gakuen Toshi, la cual ha llevado a cabo varios experimentos, y anexo a eso, varios logros. Un lugar de reputación buena, dentro de todo, y con pocos "Altercados"... Al menos públicamente aceptados.
Suzarte trabajó ahí por aproximadamente un año, hace dos años. O eso dice al menos en el registro. No especifica casi nada de lo que trabajó anteriormente, pero menciona que usualmente trataba con pacientes muy poco, y que se dedicaba más al asunto de investigación y evaluación. Sí, evaluación, a los 21 años...
Además, el otro laboratorio en el que estuvo, se llama Mizuho. Alcanzas a notar que algo tiene de interesante, ves varias palabras que tu mente, ya acostumbrada a las lenguas, al lenguaje, absorbe antes de leer por completo, como "Cerrado" y "Reabierto", y antes de que empiezes a leer su interesante historia, con Suzarte siendo parte de dicha... Ocurre algo.
Una camarera, linda por lo demás, vestida con una de esos trajes no cortos, pero si agradables a la vista, bien diseñados, sugestivamente seguros, se tropieza algo torpemente. No tendrá más de 20 años, más o menos, y supones que será alguna universitaria de otra facultad trabajando en tiempos libres, o hasta una Ronin como tú. Al sacudirse su cuerpo por el tierno, y torpe tropiezo, algo se le cae.
Justo en frente tuyo. Justo de forma que tu curiosa percepción alcanza a leerlo.
'Mega same ta'
Sólamente eso, está escrito. Secamente. Centralmente, y en un color negro, oscuro, y brillante. Aquel Mensaje, llega directo a tu retina. Tras pasar por tus nervios, tu cerebro lo analiza... ¡Al instante!
Se encuentra escrito en romaji (Tal como sale), para comenzar. No en japonés. Segundo, se encuentra mal escrito. No tiene sentido.
O al menos, no hasta que se lo logras dar.
"Nunca mirar a los ojos".
Sí. Algo así como "Todos los ojos son únicos", "Ningún ojo es repetible", pudiendo leerse, si unes los kanjis que debería ir, como...
"Nunca mirar a los ojos".
Aquella jovencita, instantes después de levantarse, mira, y toma el papel, haciendote muchos gestos de disculpas, tiernos, y algo exagerados, como si fuese un Anime. Tras tomarlo, lo arruga y lo guarda en un bolsillo, como si fuese basura.
Pero no... No lo es.
Sientes.
Que está.
Aquí.
Algún lugar.
Sientes la presión, la verdad.
No eres tú el que ha salido a cazarlo...
Sino él.
Sientes los nervios, la presión internamente, en tu sangre...
Y la posibilidad de encontrarlo. Ahí mismo, en una iniciante, y ferviente casa física, social, y mental.
Ahí, a tu alcance de la mano, se podría encontrar.
Suzarte-san...
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Observation?
Resultado: 9(+1)=10
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Destiny
Resultado: 95
En observar el contenido de la nota que se le había caído a esa atractiva joven un tenue escalofrío de desconfianza asaltó en mi cuerpo, lo que izó despertar en mi un espíritu defensivo. Mientras ella aún estaba recogiéndola del suelo procedí a guardar la carpeta dentro del maletín para posteriormente resguardarlo entre mis piernas. Si Suzarte estaba allí seguramente no le gustaría saber que lo estoy siguiendo ni indagando en su pasado, cómo no me gustaba a mi que lo pudiera estar haciendo él. Tenía que ser precavido, y no dar ni un sólo paso en falso. Tenía que saber todos sus puntos débiles antes de encontrármelo en persona. Intentarlo no sería suficiente.
Tranquila no pasa nada, le dije a la chica para tranquilizarla un poco mientras le ponía suavemente la mano debajo de su cara, para alzar un poco su cuello. Ése señal de sumisión que tenían los orientales en el momento de pedir disculpas no me gustaba, y menos si creía que lo que había pasado no había sido un mero accidente. ¿Hace mucho que trabajas aquí? -le dije cómo intentando quitar hierro al asunto- No te había visto nunca, y creo que me acordaría. Le sonreí levemente. Esa nota la quería para mi. Sabía que no era simplemente basura, si no porqué esa molestia en guardárselo tan deprisa. Alguien se la había dado, quizá incluso había algo más escrito, y la duda me mataba por dentro. Mi nombre es Vírgil, estoy aquí estudiando para ver si apruebo las pruebas de acceso a la Facultad de Económicas. No hace mucho que he llegado a la ciudad y voy un poco perdido. Quería coquetear un poco con ella para despertarle un cierto interés y que bajara la guardia para hacerme con esa nota. ¿Con quien tengo el gusto de hablar? Ésa técnica siempre me había funcionado, y más aquí con las chicas. Mi procedencia les despertaba algo hacía mi persona, un extraño interés para saber más de mi. Pero la información era poder, y el mero hecho de saber lo que yo despertaba en la gente me permitía utilizarlo a mi voluntad. Creo que eres una buena chica, le dije mirándole a los ojos fijamente para que sólo se centrara en mis palabras. Nunca mirar a los ojos. En ese momento esa frase vino de nuevo a mi mente. Estaba claro, quizá sabía de mis artes, o utilizaba él las mismas, pero ésa vez sonó en mi mente cómo una advertencia. Abrí el maletín para sacar un trozo de papel y un bolígrafo para apuntarle el número de mi teléfono móvil y posteriormente mirar el reloj, cómo si se me hubiera hecho tarde. Tengo que irme, y además, si tu jefe ve que te entretengo más quizá te diga algo. Su jefe o Suzarte, quien sabía, pero tenía que salir de allí e intentar hablar con más calma con esa chica. Llamame algún día cuando termines de trabajar y me enseñas la ciudad le dije mientras, ya levantado y con el maletín cruzado en mi hombro por el asa larga, le metía el papel en el bolsillo dónde antes había colocado la nota arrugada, intentando en ese momento quitársela guiñándole un ojo para distraerla después de hablar.
Mientras esperaba para pagar mi desayuno y salir de ese lugar rebusqué con la mirada si veía a alguien parecido a Suzarte. Quería que supiera que lo había visto, y que él no era el único que sabía cosas de los demás.
La veda estaba abierta, y lo único importante era saber tu lugar en esa competición. No era lo mismo ser la presa o el cazador.
Una vez ya fuera de ese lugar me coloqué los auriculares para escuchar algo de música con el móvil de camino a casa. Era quizá el sitio más seguro en el que poder terminar de leer toda la información obtenida sobre ese hombre, además de ser dónde gozaría de más tranquilidad.
Una canción que realmente, me inspiró. Si me estaba persiguiendo lo mejor era ocultar mi persona hacia sus posibles informadores. Para ello debería no sólo intentar cambiar un poco mi peinado y me loock, sino además dejar de usar mi apellido paterno por el de mi madre cuando aún era soltera. Era menos común y tenía menos influencia, pero también me permitiría pasar más desapercibido por la ciudad. Vírgil Hobbes -murmuré-. Me gustaba.
Al llegar a casa tenía claro mis obligaciones: terminar de leer toda la documentación, buscar un apartamento un poco más asequible y empezar mi vida de cero. Aún faltaban unos meses para que tuviera que hacer las pruebas, por lo que no necesitaba usar el apellido Stanley, además, en los antiguos trabajos de Suzarte no daría ni mi nombre. Me presentaría cómo señor Hobbes. Tenía que empezar a mostrarme cómo lo que era, el verdadero heredero de las empresas familiares y dejar mi alocada vida a un lado, al menos por ahora. Además, un empresario en busca de una joven promesa en el campo de la investigación no despertaría tantas sospechas cómo un Ronin.
1-Si consigo la nota me la guardó disimuladamente en el bolsillo interior de la americana.
2-Empiezo a buscar un apartamento dónde mudarme después de leer la información, y si veo a algun antiguo propietario de los pisos dónde vivió Suzarte alquilando de nuevo le llamo con la excusa.
Un duelo.
Un duelo psicológico.
Uno que necesitaba medir la manipulación de ambos.
Manipulación. Claro. Ahora lo comprendías. Así era como Suzarte lo hacía.
Observación, y Manipulación. Sólo dos aspectos, totalmente normales, humanos, necesitaba.
Manipulación, simple, y casi patética. ¿Que hacía a este sujeto?
Tal vez uno de esos... Poderes.
Un Poder.
Por otra parte, te enfocaste en el asunto de la chica, y esta... No parecía seducida. Sólo miraba confusa, tus palabras. No lo hacías mal, pero ella se notaba que tenía experiencia, práctica, la templanza necesaria que una camarera, por subestimable que fuera, obtenía, y requería con el tiempo en su trabajo. Seguía calmadamente tus coquetéos, pero sin devolverlos nunca. Sencillamente no era cualquier camarera, por mucho que pudiese parecerlo. Suzarte la eligió correctamente. Nada que él haga no está planeado, medido, debidamente.
Por otro lado, ella no tenía ninguna excusa, o método para poder romper la cortesía de Vírgil. Aquella situación estaba medida por la "Conveniencia Social", las reglas tácitas que, aún sin estar escritas, impiden hacer una u otra cosa. Aquella bella joven, no podía romper el actuar de Vírgil, por mucho que no hubiese encanto real ocurrido a nivel psicoquímico. Ahí fué, cuando el joven Ronin, ofreciendo su número de teléfono... Trató algo atrevido. Un Enroque. Literal, de papeles.
Funcionó. Por suerte. Por muy poco, la joven casi se da cuenta, pero al final, el joven logró irse antes, apurando la situación, en un actuar riesgoso, pero necesario. Obtuvo el papel, le bastaba con eso. Quizá, o no, recibía la llamada de la chica, pero eso era lo de menos. Suzarte quizá ni siquiera la "Mandó", sino que la indujo, sin que ella supiera de que iba el asunto. Quizá manipuló observativamente todo desde antes para que pasara. ¿Que clase de sujeto era para lograr algo así?
Pudiste salir entonces, del lugar, habiendo comido, pero sintiendo que el nerviosismo y la calma peleaban en tu interior para ver si digerías, o bien, o mal, tu comida recién absorbida. Fuiste caminando, a paso rápido, pero sutil, dirigiéndote de vuelta a tu hogar. Todo estaba planeado. Todo pasaba como tenía que pasar. O al menos, hasta el momento, como necesitabas que pasase.
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Seduction
Resultado: 3(+3)=6
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Seduced?
Resultado: 8(+1)=9
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Paper Take
Resultado: 4(+1)=5
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Avoid
Resultado: 2(+1)=3
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Duel
Resultado: 10(+3)=13
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+2)
Motivo: Duel
Resultado: 7(+2)=9
Un duelo.
Un duelo psicológico.
Uno que necesitaba medir la manipulación de ambos.
Manipulación. Claro. Ahora lo comprendías. Así era como Suzarte lo hacía.
Observación, y Manipulación. Sólo dos aspectos, totalmente normales, humanos, necesitaba.
Manipulación, simple, y casi patética. ¿Que hacía a este sujeto?
Tal vez uno de esos... Poderes.
Un Poder.
Por otra parte, te enfocaste en el asunto de la chica, y esta... No parecía seducida. Sólo miraba confusa, tus palabras. No lo hacías mal, pero ella se notaba que tenía experiencia, práctica, la templanza necesaria que una camarera, por subestimable que fuera, obtenía, y requería con el tiempo en su trabajo. Seguía calmadamente tus coquetéos, pero sin devolverlos nunca. Sencillamente no era cualquier camarera, por mucho que pudiese parecerlo. Suzarte la eligió correctamente. Nada que él haga no está planeado, medido, debidamente.
Por otro lado, ella no tenía ninguna excusa, o método para poder romper la cortesía de Vírgil. Aquella situación estaba medida por la "Conveniencia Social", las reglas tácitas que, aún sin estar escritas, impiden hacer una u otra cosa. Aquella bella joven, no podía romper el actuar de Vírgil, por mucho que no hubiese encanto real ocurrido a nivel psicoquímico. Ahí fué, cuando el joven Ronin, ofreciendo su número de teléfono... Trató algo atrevido. Un Enroque. Literal, de papeles.
Funcionó. Por suerte. Por muy poco, la joven casi se da cuenta, pero al final, el joven logró irse antes, apurando la situación, en un actuar riesgoso, pero necesario. Obtuvo el papel, le bastaba con eso. Quizá, o no, recibía la llamada de la chica, pero eso era lo de menos. Suzarte quizá ni siquiera la "Mandó", sino que la indujo, sin que ella supiera de que iba el asunto. Quizá manipuló observativamente todo desde antes para que pasara. ¿Que clase de sujeto era para lograr algo así?
Pudiste salir entonces, del lugar, habiendo comido, pero sintiendo que el nerviosismo y la calma peleaban en tu interior para ver si digerías, o bien, o mal, tu comida recién absorbida. Fuiste caminando, a paso rápido, pero sutil, dirigiéndote de vuelta a tu hogar. Todo estaba planeado. Todo pasaba como tenía que pasar. O al menos, hasta el momento, como necesitabas que pasase.
Llegaste a tu casa, y miraste el papel. Sólo decía eso, no tenía nada más por detrás. "Mega same ta". "Nunca mires a los ojos", interpretado, claro. Tal vez literal dijese algo distinto. Te pusiste a cranear las palabras, y te llegó a la mente. Lo único que hacía mas coherencia, era: "Todos los ojos son distintos, unos de otros", o "Múltiples ojos varían entre sí".
Mirabas inconscientemente los ojos de la gente, hasta que finalmente llegaste a tu hogar, abriendo la puerta, y tranquilamente haciéndote en dicha, ya más relajado de todo, de la tensión de estar expuesto en el campo de batalla, y volviendo a tu fortaleza segura, tu hogar. Ahí encontrándote, todo se empezaba a planear. Cuidadosamente, medías tus movimientos. Cambiar tu nombre, dirigirte a los lugares donde estuvo Suzarte, y avanzar en esta búsqueda, de manera mas cautelosa, pero mas proactiva a la vez. Dejarías todo atrás, y empezaría una nueva vida. Un nuevo...
Sonido.
Un... Sonido que se escuchaba, ya habiendo entrado a tu departamento, ya habiendo cerrado la puerta. ¿Pero cómo? ¿Que pasaba? Te concentraste, y entonces, al buscar silencio, lograste encontrar el ruido. Un ruido que no habrías notado si no hubieses estado lo suficientemente tenso, y preocupado, así como adaptado a tu propio hogar.
Pudiste notarlo, como se encontraba sentado, frente a tu otra mesa, la que no era escritorio, sino la que usabas como mesa para comer. Se encontraba tranquilamente, revisando unos archivos, posicionado en la silla, mirando sin cuidado. Al notar que lo notaste, te habla de reojo, sin mirarte a los ojos, haciendo notar claramente, quién era. Su hablar, fué acompañado del inicio de una canción que inició en tu computador, el cual ya estaba prendido, y que no notaste debido a su pantalla apagada. Lo controló con una especie de control remoto que tenía en su mano, dando inicio al elemento que comentaría.
- Una de piratas, tal como la que venías escuchando... Me gusta en particular esta...
Se había, ya, mientras el hablaba, empezado a escuchar el tema. Uno que conocías, sin duda, porque venía de tus tierras, de Europa. Un grupo muy conocido, llamado "Tierra Santa".
Su rostro se reflejaba en la poca luz que venía desde afuera, en aquel apartamento, del cual aún no habías prendido la luz. Su cabello, ondulado, y hacia atrás, notablemente de manera ordenada, tirado. Su piel, clara, pero no pálida, algo así como la tuya. Su estatura, ni baja, ni alta, oscilando el metro 80, sin superarlo. Sus ojos... Oscuros.
Negros como abismos. Su vestimenta, ausente de moda, y cómoda. Le oíste cantar, cuando el tema llegaba a la segunda parte, más melancólica que el inicio fuerte y bravo. Usaba el idioma español al hacerlo, nada menos. Hispano.
- Sólo quiero por riqueza, la belleza sin rival... Sentenciado estoy a muerte, yo me río no me abandone la suerte... Y al mismo que me condena colgaré de alguna antena...~
Cerraba sus ojos, al cantar. Tenía una voz notablemente buena para cantar, contraria a su tono habitualmente seco, y casi ausente de... Alma. Aguardó el solo de guitarra, mirando hacia abajo, medio ladeado, como si fuese a mirar hacia tí, pero no totalmente todavía.
- Y del viento he de bramar... ¡Yo me duermo sosegado, arrullado por el mar!
Finalmente, se volteó hacia tí, y sus manos unió, con sus codos en sus rodillas, y su mentón en la unión de sus manos, mirándote. Fijamente. Nada menos que él mismo, en persona.
Suzarte.
Te miró, finalmente, y sin demora, habló.
- Vírgil... Tu idea era buena, pero me temo que he ganado, al menos en esta partida. No te preocupes, no pienso hacerte daño. Sé que la espada que tienes allá atrás sería un problema para mí. Y mucho más, tu arco... Joder, que no me gustan las armas de distancia. Sólamente... Quiero que charlemos. Ya que nos hemos encontrado...
Finalmente, esperó. Si, sin duda... Había hecho un lujazo. Sabía sobre tu esgrima y tu tiro con arco. Sabía todo, y estaba ahí. Pero no había un sólo movimiento o indicio agresivo de su parte...
Sólo estaba ahí, dentro de tu fortaleza.
Sorry por el post en tantas partes, es que Umbría es una mierda ^^, simplemente resulta imbécil, sobretodo con mi excelente suerte...
Al llegar a mi apartamento y encontrarme a Suzarte allí vi que mis peores temores estaban sentados en mi mesa, utilizando mi propio ordenador, con un mando que nunca había visto. ¿Sería que me lo había dejado alguna vez dentro del cajón y no me acordé de que lo tenía? Que lástima, la verdad, lo bien que me hubiera ido para escuchar música tranquilamente entre mis fumadas.
Al oír ése poema de Machado versionado en mi ordenador me sorprendí, mucho más cuando ése hombre lo relacionó con lo que estaba escuchando de camino a casa.
Esa canción para mi tenía una fuerte atadura emocional, la descubrí cuando en el instituto estudie Literatura Española, básicamente para usar sus poemas y romances para seducir mejor, pero ésa letra me marcó. Mostraba la prepotencia española que tanto habían tenido en tiempos de antaño, ésa prepotencia que fue su perdición, ésa prepotencia que aún conservaban y que Suzarte me mostraba en ése momento. Si no era de tierras hispanas poco le faltaba, se le notaba en los impulsos, cómo un buen cazador entraba a matar, pero a veces era peligroso mostrar tu postura demasiado temprano. ¿Fue así cómo perdisteis Gibraltar, verdad? Le dije al imaginar que podía predecir mis pensamientos, para dirigirme hacia la nevera dónde saqué dos cervezas Guiness, la cerveza irlandesa no se podía comparar a ninguna otra, y ya que Suzarte estaba en casa, al menos acomodar su estancia.
Suzarte no estaba invitado a mi dominio, pero éso no quitaba que tuviera que perder también la educación británica de un buen anfitrión.
Las abrí, y poniéndome las gafas de sol que anoche, con la borrachera, dejé tiradas en la entrada me acerqué hacia él.
Vaya morado llevas chaval -le dije haciendo alusión a la extraña oscuridad de sus ojos-. O te ha estallado un petrolero dentro o tienes las pupilas demasiado dilatadas.
En ése momento dejé las dos cervezas encima de la mesa, y acercándome hacía el ordenador para pararlo murmuré:
...Yo me río, no me abandoné a la suerte.
Y al mismo que me condena
Colgaré de alguna antena...
...Yo me río, no me abandoné a la suerte.
Y al mismo que me condena
Colgaré de alguna antena...
Era la parte de la canción que en ese momento sonaba, y ya con la música parada proseguí: Quizá de su propio navío...
Mientras escuchaba su largo monologo dando más importancia a sus movimientos que al fin que lo había traído allí me dirigí hacia la parte del salón dónde tenía colgado mi espadón. Aunque la esgrima con fuallet siempre me había gustado mi pasión siempre había sido la de espadón. Más agresiva, más pasional, más calculadora,... más cómo yo. Y acariciando su frío hierro de acero me acerqué de nuevo hacía él, cerrando los ojos bajo las oscuras gafas de sol en fijarme que me estaba mirando.
Con los ojos cerrados le acerqué el filo a cinco centímetros de su cuello, tal y cómo tantas veces me habían enseñado a luchar, murmurando: acero toledano... de las pocas cosas buenas que han salido de tu país. El sentido visual muchas veces podía llegar a engañarte, y aunque siguiera siendo el más importante también podía ser el que más nos llegara a perjudicar.
Le quité la espada de sus cercanías en el momento en que me senté a su lado, manteniendola de pie entre mis piernas, y encendiéndome un cigarro mientras la clavaba ligeramente sobre el parquet, proseguí hablando. Es una sorpresa verte. Ya me estaba empezando a comer la cabeza y tu presencia ahora mismo me ha ahorrado mucho tiempo. Me extrañaba encontrarme con otro europeo en ése país, y aún más en esa ciudad....Pensé que sólo eran los asiáticos quienes venían a nuestro continente -le murmuré-. Sabía que había perdido ésa partida, pero podía sacar aún beneficio. La guerra entre él y yo no había ni empezado, y sería importante saber su posición y sus intereses hacia mi antes de decidir mi próximo movimiento.
Aún así, ni las personas cómo tu son perfectas. Le dije mientras le mostraba la nota que se le había caído a la chica en la cafetería. Creo que deberías elegir mejor tus -hice una leve parada para buscar la palabra más adecuada- siervos cuando me quieras dar un mensaje. Su repentina “patosidad” me advirtió, lo único que no logré entender es si la advertencia de éste papel era para ella o para mi. Hice unas caladas del cigarrillo con calma, quería tomarme mi tiempo para poder mostrarle que su presencia en mi casa no me daba ningún miedo, sino al contrario. Ése paso en falso que acababa de hacer mostraba que era él quien necesitaba de mi, mucho más que yo de él. Sino ¿por que arriesgarse a cometer un delito de allanamiento? Aún no conocía sus debilidades, pero sus palabras y sus acciones habían delatado sus puntos fuertes. Sería cuestión de dejar de pensar y actuar de forma más impulsiva. Menos trabajo para mí.
Bebí un trago de la fría cerveza, fijándome que él ni había tocado la suya. Tranquilo, no está envenenada ni adulterada -le dije cómo quien no quería la cosa-, precisamente por éso las saqué. No sabía que había podido manipular mientras había estado fuera. Sin violencia pero con precaución. Le dije cuando me mostró su intención de tan sólo hablar. Aunque si sólo querías eso haberme llamado y quedábamos en un bar. Al menos me podrías haber avisado y hubiera limpiado un poco el piso -le dije con total frialdad y desprecio-.
Veo que me conoces bien, y sabrás que para mi, las conversaciones en que no haya algún tipo de beneficio no me apasionan, lo digo por no hacerte perder el tiempo. Apagué el cigarrillo en el cenicero, y abriendo los ojos con mirada amenazadora pero sin mantener en ningún momento contacto visual con los suyos le sentencié. No se que puede ver de interesante un científico en un empresario, pero si se trata de comercializarte algún tipo de substancia te invito a salir. Sabía que en ningún momento el tema podía ir relacionado al comercio de drogas ni nada por el estilo, pero quería que le quedara claro que para mi, su presencia en mi casa era una ofensa.
Así, la llegada de Suzarte a tu hogar es oficial, y físicamente absoluta. Su asalto, sutil, como el de un ninja, dándote la bienvenida, a nada menos que tu propia casa, resulta una mezcla entre ennervante, aliviador, extraño, y esperable. Una paradoja auto-circundante. Tus palabras llegan a él, a medida que le comentas sobre su propia arrogancia.
- No sé sobre historia, Stanley. O más bien, no me acuerdo. Me iba bien en primaria, pero después me aburrió. Me preocupo del presente...
Su tono era como de molestia, no dirigida hacia tí, sino del hecho que al parecer el humanismo no es lo suyo, y de que le jode tener que intentar recordar tal evento histórico para seguirte la charla. Sea como sea, tomaste tus gafas, las encajaste en tus ojos, sobre tu nariz, y mientras seguía sonando aquel poema de Machado, tocado por Tierra Santa, Suzarte volvía a responderte aquel comentario, esta vez sobre fisiología, la suya propia.
- No lo creas... Mis ojos también pueden brillar...
Pronunció en un tono desafiante, pero en una actitud distinta, como si el mismo se supiera alguien oscuro, pero apelara a hacerte saber que no es lo que parece completamente. Al hacerlo, te mira, levantando la vista, de lo cabizbajo que quedó antes ante tu pregunta de historia, y se nota, un brillo intenso en sus pupilas, y sólo en dichas, como si su cristalino reflejara mas luz de la normal. Parecía un Yin-Yang, o un Eclipse Lunar.
No mucho fué lo que dijo de las Guiness, excepto contemplarlas. Sujetó la suya un poco, y la hizo balancear, contemplándola curioso, para luego dejarla donde mismo, sin beberla, tal como preverías después. Al apagarse el sonido, hizo un gesto como de "Ohhh...", pero sin decir nada. Tu cantar posterior llamó su atención. Sobretodo, al decir la última frase, haciendo esbozar lo que parecía ser una sonrisa en él, como de complicidad, como de contrariedad divertida, que no podías confirmar del todo, debido a que aún, no habías prendido la luz, estando ambos en una agradable y cómoda semi-oscuridad.
Fué después, cuando cambió el ambiente. Pusiste tu espada, ancha, pero portable, gruesa, pero no tanto, y sobretodo hermosa, además de bien diseñada para el combate. Suzarte movió un poco sus ojos, su cabeza hacia arriba y atrás, unos pocos centímetros y grados. Parecería que sudó incluso, pero no lo sabes, aunque no se quedó sin reaccionar, aunque tampoco manifestó excesivo miedo. Además, hizo un gesto aprobativo, en el que parecía opinar que tu cerrar de ojos para poder percibir mejor el tacto es una buena idea, una táctica destacable.
- Asumes que soy español... Asumir puede hacerte mal... Vírgil...-kun...
Una pausa. Mira tu espada, a poca distancia de su cuello, donde vitales arterias fluyen. No está intacto definitivamente, pero supones que sabe que no lo dañarás. Tanto así, que el bastardo es capaz de hablar con sorna, mientras demuestra miedo físico. Todo un sujeto único en su especie, sin duda.
Al verte posicionar tu espada en tus piernas, clavada, cual Excalibur de Arturo, al piso, se alivió un poco, más que nada volviendo a mirarte directamente, con su actitud de "Yo lo sé todo, yo estoy en el punto preciso", pero pasiva, neutral. Su mano izquierda jugaba con la tapa de la cerveza, casi de una manera que dirías infantil, o inmadura, pero todo el resto de su cuerpo estaba atento a tí, cual estratega estaría. Tus comentarios le hacen responder tras una pausa leve de unos segundos.
- Pues parece que pensamos igual. Acelerar este proceso, catalizarlo me pareció la mejor opción, así que actué. Sobre lo de los asiáticos... No creas. Hay muchos Gaijin (Extranjeros) en este país, aparte de Tí. Por ejemplo...
Su mano derecha saca un pequeño bloc de notas de su mochila, la cual abre y amarra luego con destreza casi incoherente, lo que te hace confirmar que tuvo que ser rehabilitador y trabajador de área medicinal, sobretodo de tacto y trato, para luego dejarla en la mesa, y escribir en ella con la misma mano. Parece ser diestro. Su escritura es rápida, y una vez la termina, deja el lapiz y el bloc de notas ahí mismo, para arrancar la hoja en la que escribió, y entregártela.
- Aquí, la persona que puedes leer. Aquella joven, es una de las Psíquicas, Usuarias de Poderes más fuertes de toda Gakuen Toshi. Se encuentra entre los rumoreados "Nivel 5". Su ascendencia tengo entendido que es inglesa, o italiana. Sí, creo que era italiana, y es sangre pura, nada japonés...
Tu lées la nota, y pone sólo tres cosas, en líneas separadas, con una letra grande, entendible, y poco armónica. Al parecer esta es su primera muestra de confianza inicial, como en compensación por haberse infiltrado a tu hogar, poco menos que habiéndolo allanado.
"Liz Wright
Dormitorios de Tokiwadai, Sector 7
Nexos con Laboratorios Miwaru, Taneshima, y Sakayaki"
No es mucho texto, pero a su vez, es un mensaje tan profundo, que te da incontables opciones. Su nombre, su hogar, y sus conexiones. Casi llega a dar miedo. Al menos no te ha dado el cuarto exacto de donde vive en los dormitorios de Tokiwadai, ni las personas que conoce en dichos laboratorios.
- Y así, hay otros. Dentro de los mismos Nivel 5, que son 10, hay al menos 2 Gaijin, la joven Liz, y otro joven más, para que veas. Gakuen Toshi tiene de todo, sin duda...
Alza sus manos con las palmas hacia arriba, así como sus hombros, como en gesto de "Shiranaida", o "No tengo idea", todo despreocupado, como si el miedo que sintió antes nunca hubiera estado. Tras eso, baja sus manos, y te escucha de nuevo, atento. Une sus manos con sus codos en las rodillas, y sus dedos entrelazados, dejando su mentón sobre los nudillos conectados de ambas manos, fijamente observándote, con los ojos semicerrados. Finalmente, te volvió a responder.
- Una excelente deducción, para ser hecha en un tiempo tan apresurado. Mi intención era, precisamente, que era dejara caer "Casualmente" el papel para que leyeras el mensaje, y supieras de mi presencia. Le pagué para que lo hiciera, y lo hizo. ¿O no sabes, Vírgil, que toda chica bonita es comprable con unos buenos fajos?
Sus palabras son ácidas, crueles, y carismáticas. Bien este tipo podría, con una mejor pinta, es decir usando un traje, y alisándose ese pelo, insultar al mismísimo presidente de Japón en su cara y hasta recibir aceptación por parte del mismo, si realmente lo necesitara. Prosiguió después, con su explicación.
- Salió tal como yo esperaba, aunque no me esperaba que te fueras tan rápido. Pensaba que seguirías el jueguito de la caza. ¿No has visto Death Note? Quería que hicieramos algo como lo de L y Light, pero al final tuve que ir y yo y hacer la del "Soy L...", viniendo a tu residencia. Andrea-chan sólo fué mi marioneta temporal, no mi sierva, aunque podría serlo de tí, si seguías coquetéandola de ese modo, y la invitabas luego a un lugar de precios altos... ¡Lol! ¿Lo ves? ¡Ahí tenías a otra Gaijin, frente a tus narices!
Siguen sus palabras ácidas, y burlonas, pero llenas de información precisa y datos innegables. Ahora sólo el silencio os acompaña, y el humo que oscila de tu cigarro, yéndose en medio del aire de la habitación, tal como las esperanzas perdidas, o los sueños efímeros. Parece ser que le molesta mucho el humo de cigarro, pero que ha llegado a un nivel en que es capaz, superficialmente, de aparentar controlar dicha molestia. Su gesto apenas cambia un poco, frunciendo el ceño unos pocos milimetros, causando un movimiento ocasional de sus cejas. Tras eso, miró la Guiness, y la tomó, haciéndola girar de nuevo.
- Original Guiness from Ireland... 120 seconds to a perfect drink... Aunque al estar en lata, no se pueden aplicar esos segundos. No te preocupes, sé que no está envenanda, aún si hubieses tenido tiempo, o algún poder, me habría fijado por la forma en que la hubieses traído en dicho caso, por su peso, por tu actitud, por la soltura, si es que envenenarla era premeditado, o la tensión, si es que se te hubiese ocurrido en el momento de sacarla del refrigerador. Una buena idea, admito, pero soy mala hierba, y ya sabes que pasa con la mala hierba...
Sonríe, pegadamente, sin mostrar los dientes, como en un gesto de confianza absoluta, como si fuese un tipo que, sin ningun escudo, no fuese a ser dañado jamás. O al menos, eso es su tapadera. Te das cuenta, claramente, con sólo haber estado hablando este rato, que el tipo es una tapadera tras otra, incontables mecanismos de defensa, como una cebolla. Una cebolla que apesta cada vez más a medida que más la pelas.
- Sí, habría estado bien lo de la salida, pero así fué mas rápido. Además, quería darte la sorpresa de "La Canción del Pirata", sorry, una vez que me pongo algo en la cabeza, no se sale... Hasta que se cumpla, destruya, o me deje de interesar. Quizá en otra ocasión nos vamos de juerga...
Te habla cual español, aún dominando bien el japonés. Finalmente, tus últimas palabras hacen que se torne serio, siendo estas las definitivas, que él escucha, a medida que abre su Guiness, y la bebe con parsimonia, sin dejar de clavarte ni los ojos, ni las orejas, que son bastante grandes, por cierto, aún si son cubiertas por su ondulado y abundante cabello. Una vez se toma media cerveza, con gusto, se levanta de la silla, para empezar a hablar, respondiéndote.
- Pues... Somos dos, Vírgil. Si algo no me es útil, o no me importa, ni ofrece chances de lograr mis proyectos, pues me la puede sobar, con todo el respeto a tu método de lenguaje. Así que, por eso mismo, quize que habláramos, directamente, cara a cara, sobre los asuntos que nos conciernen.
Se dió vueltas cual león encerrado, mirando hacia los lados, arriba, abajo, y luego de nuevo hacia tí, prosiguiendo.
- Me pareces interesante. Y tal como oíste de esos borrachos ayer, si algo me interesa, lo ayudo. Sin embargo, no será tan fácil. Te daré una ayuda inicial primero, y ahí iremos viendo como resulta. Si me puedes ayudar de vuelta, será mucho, mucho mejor. Ya no soy un científico... Al menos oficialmente, sigo siéndolo en actitud, y en ideas, pero no a nivel de ejercer. Tú tampoco eres un empresario, ya que no tienes empresa que dirigir, sólo dinero para intentarlo...
Unas palabras frías, y crueles, pero dichas sin mala intención, sino punzante verdad. Toma autocontrol el no tomar tu espadota clavada cerca tuyo, en pos de asestarle un buen tajo a la pierna, o al estómago, para hacerle tragar su actitud tan 'Directa'. Sea como sea, él prosigue.
- Por eso, es que, siendo parecidos, podemos hacer algo. Comenzaré por darte algo que pocos saben, y que podría darte... Frutos.
Se vuelve a acercar al bloc de notas, y anota algo más en otra página nueva, y blanca. La arranca, tal como hizo con la de la joven Liz Wright, y te la entrega, dejándola muy cerca de dicha hoja, siendo ya dos las que te ha dado como "Ofrendas".
"R.Y. Corp.
Sector 46. Bodega Nishimura #4
Taku"
Tales datos, de nuevo, se leían insanamente correctos, casi como si te diera la esencia de lo que buscabas. Antes de que preguntaras, te explicaría, parado, y mirando con una sonrisa triunfante.
- Aquella compañía, R.Y. Corp, pertenece a un joven emprendedor, de menos de 20 años, el cual tiene, hasta ahora, sin contar a los laboratorios grandes, el mayor índice de éxito, lejos, obtenido en los últimos 3 años. Si quieres ser grande en los negocios, necesitas conocer a tus enemigos. Te presento al mayor de ellos...
Su sonrisa era siniestra, casi maléfica. No mentía. Algo te decía que no mentía. Sus manos, posadas tras su espalda, unidas a nivel lumbar de su cuerpo, indicaban su confianza en que no intentaría bloquear ningún ataque, esperando saber cual sería tu reacción, casi prediciéndole. Sin embargo, pareció darse cuenta de algo, levantando su mano izquierda, y elevándola con el índice levantado, en postura de "Oh, se me olvidó algo", para luego hacértelo saber.
- Oh, por cierto, Shinryuu, no se escribe así, el laboratorio donde trabajé antes. Se escribe Shinryu, como "Dragón" pero con una "U" menos. Al comienzo era un Typo, pero después lo aprovecharon para ocultarse de la vista pública...
Aquello. Ryuu-Ryu, sonaba casi como... Una pista, una indirecta, de algo más, sin contar que era un claro indicio de decir "Sé todo lo que investigaste sobre mí". Suzarte sin duda...
Sabía lo que hacía.
¿Y que harías tú?
Sólo la oscuridad, y el silencio os acompañaba.
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Analysis
Resultado: 4(+3)=7
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Mistery
Resultado: 7(+1)=8
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Analysis
Resultado: 9(+1)=10
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+2)
Motivo: Mistery
Resultado: 2(+2)=4
En ver cómo me entregaba ésa nota mi incliné para abrir la pequeña lampara de cerca los sofas, no muy alejados de allí, no quitando ojo a la espada en ningún momento, viendola estatica en el suelo, para volver a frotar su frío acero cuando volví, antes de empezar a leer el contenido de la nota.
Liz Wright. Dormitorios de Tokiwadai, Sector 7. Nexos con Laboratorios Miwaru, Taneshima, y Sakayaki. Interesante... -pensé por mis adentros-. Percatandome de que aún no me terminaba de encajar toda ésa situación, y más cuando me empezó a hablar de poderes y niveles.
A éste tio se le va la olla -pensé, sin ni siquiera importarme que llegará a saberlo él de algun modo-.
En el momento en que empezó a alagarme por la rapida comprensión de sus intenciones en el bar, contandome la historia de ésa chica y sus comentarios machistas demasiado subidos de tono empecé a hablar, tras toser un poco para cortar sus enerbantes palabras, creyendo que ya llevaba demasiado tiempo siendo educado con ése tio. Tampoco me creas tan listo, si mi inteligencia la tengo que medir al descubrimiento de tus pasos es que me tengo en demasiada poca estima -dije mientras apagaba el cigarrillo delante suyo para al poco rato encender otro-. A él le molestaba el humo, se le notaba en los ojos y en la extraña forma que tenía de intentar esquivarlo. Su presencia no era cómoda para mi, tampoco lo sería para él, escuchando atentamente las palabras que tenía que decir, cuanto antes terminara mejor. Además, tenía claro que intentar cortar a un demente era lo peor que podías hacer. Alguien que no controlaba sus palabras tampoco controlaría sus actos.
Me costó no interrumpirle en el momento que mostró el interés en mi persona, pero cuando me mostró sus errores en decirme que era un empresario sin empresa deje que terminara sus alegaciones, cojí sus dos notas y tras ponermelas en el bolsillo de dentro de la americana me levanté, cojí la espada y observando el roto del parquet me dirigí hacia la ventana para abrir de par en par las cortinas, mirando el paisaje matutino de la ciudad mientras clavaba de nuevo la espada. Igualmente tengo perdida la fianza, no viene de un roto más -pensé antes de empezar a hablar mientras miraba por la ventana-. Antes de creerte cazador conoce la victima -murmuré un poco alto para asegurarme que Suzarte me oía- Precisamente éstos son los errores que no quería cometer yo amigo Miyagui. Dal cela, pulil cela -dije irónicamente mientras imitaba los movimientos que había visto en la película de principios de la década pasada, para después girarme hacia él y acercandome de nuevo a la silla, desclabando de nuevo la espada, para apoyandandome en la mesa, mirandole desafiante murmurarle bastante cerca suyo. Realmente veo que la historia te interesa poco, pero para conocer el presente de alguien precisas tener claro su pasado, así que deja de creerte mi maestro. Que yo sepa, Stanley Corp está en uno de sus mejores momentos, cómo si mi padre nunca hubiera muerto -le dije mientras me alejaba de él-. Qué esté siendo llevada por un gran hombre y muy buen gestor no significa que yo haya dejado de ser el máximo accionista de ésta, y legitimo heredero claro. Solamente porqué no esté en un despacho no presupongas lo que soy o dejo de ser -dije en alusión a sus anteriores palabras-, ni yo soy tu alumno ni tu mi maestro, y da grácias de que no llame a la policia Suzarte, me pareces simpatico, además, que mi primer allanamiento haya sido por parte de alguien escapado de alguna institución no está mal -sentencié sarcasticamente-.
Me gustaba poner nerviosa a la gente, además, mi paciencia ya estaba llegando a su limite. Me sentía cómo la niñera de un niño tonto que quería jugar, pero a mi las peliculas de policias habían dejado de gustarme a los 15 años, y él parecía que viviera en una. No se en que te puedo interesar, ni si realmente conoces los míos -le dije una vez ya sentado de nuevo delante suyo-, además, el juego de las notitas se está empezando a hacer algo cansado. ¿Que pensarán los ecologiastas de éste malvaratamiento de papel?
En ése momento me encendí otro cigarrillo, soltandole todo el humo en la cara después de la primera calada. No se en que me puede interesar ésa chica, ni porqué ésa empresa o ése chico pueden ser mis enemigos.
Entendí que Suzarte no entendía nada del mundo de los negocios, al igual que no sabía nada ni de mis intereses ni de mis movimientos empresariales.
Mira, te contaré una cosa para que así, cuando descubras que aún y saberlo todo no conoces nada, la caida no sea tan dolorosa -le dije en un tono burlesco, riendome directamente en su cara-. Tanto en las relaciones sociales cómo en las empresariales mientras los intereses converjan existe una gran amistad. Además -seguí comentandole de forma relajada-, tanto en un caso cómo en el otro, los intereses siempre són los mismos: riqueza y poder, no hay nada más. Sólo cuando los medios para conseguirlos diverjen entre ellos aparecen las enemistades pero, bueno, cuentame una cosa ahora tu -hice un leve silencio para apagar de nuevo el cigarrillo- ¿a que se debe ésta actitud a lo Garganta Profunda? ¿que quieres de mi y que me puede interesar a mi de ti?
Notas: el tema de la empresa lo deje claro en el trasfondo que me admitiste, por lo que he preferido dejarselo claro a Suzarte mostrando su error.
Suzarte se fijó como ponías sus notas en tus ropajes. Sus movimientos oculares eran precisos, y delineantes. Sus ojos negros, completos, no dejaban diferenciar demasiado que observaba, no sin ennervarse, o por el contrario, hacía directamente que se notara mucho. Tras eso, tu posicionar del cigarro cerca suyo pareció no afectarlo, haciendo únicamente que mirar tus movimientos, con ese mismo desplazar de sus ojos, rápido, pero enfático.
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Subtelty (Suzarte)
Resultado: 1(+3)=4
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Observation (Virgil)
Resultado: 3(+1)=4
Tirada oculta
Tirada: 2d10
Motivo: Untie (Suzarte, Virgil)
Resultados: 2, 9
Suzarte se fijó como ponías sus notas en tus ropajes. Sus movimientos oculares eran precisos, y delineantes. Sus ojos negros, completos, no dejaban diferenciar demasiado que observaba, no sin ennervarse, o por el contrario, hacía directamente que se notara mucho. Tras eso, tu posicionar del cigarro cerca suyo pareció no afectarlo, haciendo únicamente que mirar tus movimientos, con ese mismo desplazar de sus ojos, rápido, pero enfático.
Algo que si resultó ser curioso, fué que cuando hiciste la alusión al Sensei Miyagi. Algo pareció... ¿Afectarle? Fué por un segundo, menos de dos, pero como que lograste causarle un gesto, uno que, por haber estado lejos, no notaste bien. Pero... Algo había. Aunque difícil de discernir, con un payaso, un loco experto como el que es Suzarte.
Luego de eso, escuchó tus palabras, a lo que sus gestos iban cambiando entre afirmación, apatía, y ausencia de ideas aparentes, como si todo lo que dijeses le entrara por un oído, y le quedase dentro, pero sin ser demasiado procesado, o si lo era, tan sólo con poca energía. Al final, terminó por responderte por partes a tu hablar completo.
- No supongo nada... Virgil-kun. Tan sólo digo las cosas tal y como son. A nadie le gusta escuchar la verdad, porque siempre la verdad mas cruel, mas féa, mas vomitiva, dicha con el peor sentimiento, es la mas acertada, o cercana al absoluto...
Pronuncia con sorna, pero con algo de... ¿Sabiduría? No, no es eso. Más bien como si tuviese peso de experiencia, o completa confirmación de sus palabras. Luego, su rostro cambia, a la hora de oir, y después responder tus siguientes palabras.
- Tashikani Sensei ja nai... Por lo demás... No es como si fueses "Puro y ausente de culpas". Más de una vez te han atrapado. A mí no me ha fichado ni una sola vez el Anti-Skill, ni fuerzas menores de justicia, estimado..
Pronuncia, inicialmente diciendo "Ciertamente no soy tu Maestro", en un tono aceptativo, para luego soltarte, con sorna absoluta, pero a su vez pacífica, majadera, el hecho que menciona, o más bien idea, porque no tienes como confirmar que sea un hecho. Si, definitivamente este sabe bastante, o lo suficiente.
Ante tu comentario del papel, hace un gesto de "Pff, por favor", ni siquiera respondiendo. Por otro lado, parece tomar en cuenta, debido al movimiento de sus ojos, lo que mencionas sobre la chica. Sin embargo, tu sutileza, tu calma, parece ser superior, implacable, lo que hace retroceder al maniaco, para luego comentarte, todo enseriado, ante lo que dijiste de los jovenes que te entregó en bandeja.
- No subestimes ni a Wright ni al dueño de R.Y... Son competentes, tanto como pudiste serlo con esfuerzo, y menos vicios, o como pude serlo yo sin tantas distracciones. Sólo... Tenlos en cuenta...
Te mira serio, con esos jodidos ojos abismales, que parecen más de mounstro que de humano, pero que, sí, brillan, aunque apenas pareciera. Su voz es totalmente seria al decir lo anterior, y objetiva, cruda incluso, porque sabes que tiene razón. Al menos en eso, si lo tiene, aún a pesar de su propia insanidad. Al parecer hasta ignoró el asunto del cigarrillo, de momento.
Finalmente, escuchó todo tu discurso sobre la Alianza entre Amistades, y Economía, con el clásico gesto apático, y decaído, siniestro que poseía, tomando en cuenta lo que decías, casi como si recordara algo en especial, o te hiciera querer pensar que lo hacía. Fuese como fuese, con un tipo como ese las máscaras son irrompibles, o es como una cebolla. Tras una capa, hay otra, y otra, y a medida que despelas, cada vez huele peor. Al final, termina por responderte, mirando hacia el frente, y no a tí directamente.
- Mi actitud tan secretista es porque soy alguien meticuloso. Mido cada cosa que me ocurre, o que manejo. Nada se escapa de mis manos. ¿Que veo en tí? Potencial, desgastado, derrochado patéticamente. ¿Que podrías ver tú en mí? Que lo sé todo. Pregunta algo. Lo que sea, y te lo diré... O no. Mejor... Hazlo después. Manda un mensaje a algún medio, el que sea, y yo sabré que esa pregunta iría para mí. Menos papel, porque parece que eres ecologista... Lol...
Fué entonces, cuando se levantó, lentamente, haciendo un gesto de suspirar, cerrando sus ojos. Así mismo, tranquilamente, salió hacia la puerta, mirando el lugar, oscuro, contrastante con luz, de las ventanas, y de la pequeña lámpara que prendiste. Sonríe, por un motivo realmente desconocible, y luego abre la puerta, como si nada, saliendo entonces, pero dejándola abierta, y dirigiéndose hacia la baranda frente a tu departamento.
- Ya nos veremos, Vírgil... A medida que el tiempo amerite...
Aquello, lo dijo en un tono casi jovial, burlón como siempre, en su "Alegría macabra"; para luego, pasar a un tono mucho, mucho mas sombrió, y en una voz grave, que creíste te lograría costar escuchar incluso, si no fuese por tu oído sano.
- Te darás cuenta, de la verdadera naturaleza de esta Ciudad...
Al parecer pensó en agregar algo más, pero no lo hizo. Notas, mirando a través de tu ventana, o puerta, como es que Suzarte se dirige hacia la baranda, se sube en esta, dando un ágil salto, y entonces...
Se deja caer.
Así como si nada, sin hacer ni un gesto, tal cual saco de patatas, ha caído, hace instantes, por la baranda, hacia abajo.
Al mismo tiempo, notaste como atrás tuyo, había algo, un paquete, cuadrado, sellado, como una caja, ordenada, que parecía contener algo interesante, o misterioso, y que no estaba ahí antes.
Y además...
Un pequeño tirón en tu pierna, en tu rodilla, por lo bajo.
¿Que es lo que está pasando... O ha pasado... O pasará?
¿...A tu alrededor?
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Analysis (Suzarte)
Resultado: 2(+3)=5
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+2)
Motivo: Subtelty (Virgil)
Resultado: 10(+2)=12
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Damage (Kick)
Resultado: 1(+3)=4
Tirada oculta
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Stance (Sudden)
Resultado: 10(+1)=11
Perdona por la demora, como indiqué en el Off, tuve un examen difícil, e importante, pero pasé! Y ahora te compenso con post ^O^! Más regalo especial de parte de Suzarte-kun xD!