Partida Rol por web

Chris meneó la cabeza y trató de apuntar a alguno de los leñadores que quedaban en pie con la sana intención de vaciarle el segundo cartucho simulado en toda la cocorota simulada de leñador simulado.

El problema era que sus compañeros estaban trabados en combate con ellos y su arma era una escopeta.

Por un segundo sopesó la posibilidad de cargar con la escopeta a modo de cachiporra contra el leñador que se enfrentaba a Feelgood pero desechó la idea y disparó sobre el leñador en cuanto le pareció que el doctor se hacía a un lado.¹

Uno de los dos grito de dolor y, a priori, Feelgood no parecía Feelbad²...

«No es momento de vacilar», se dijo a sí mismo el doctor. El leñador había encajado el puñetazo mejor de lo que esperaba. Por supuesto, sus oponentes habituales eran académicos como él, por lo que debería haber supuesto que un hombre más fornido iba a ser un rival mucho más duro de roer.

—A ver ese juego de pies, hijo. Izquierda, derecha, izquierda y ¡PUMBA!

Su oponente ya era consciente de que no podía subestimar a Feelgood, es por ello que el gancho de derecha estuvo menos inspirado pero logró impactar contra el objetivo*.

Chris se quedó estupefacto viendo como Feelgood le encajaba un puñetazo al leñador al que acababa de descerrajar un tiro y se encontraba evidentemente muerto. Estaba claro que la presión estaba afectando al buen doctor¹.

El último individuo restante, lejos de amilanarse, decidió lanzarse al todo por el todo contra Todd. El hachazo buscaba su cabeza pero el muchacho se apartó a tiempo, aunque no vio venir un rodillazo que lo dejó sin aire momentáneamente².

Feelgood no cejaba en su empeño de dejar fuera de combate a algún leñador ¡y vaya gancho acababa de meterle al último de ellos! El hombre estaba ahora realmente en un problema: aturdido, superado en número y rodeado.

Pero algo estaba sucediendo. De pronto los visitantes notaron como todo a su alrededor se nublaba: era como si la realidad lanzase chispazos. O más bien como si algo estuviera pasándole a la simulación. Algo serio.

El leñador quedó totalmente inmóvil en una postura imposible. Todo a su alrededor parecía haberse congelado: hasta las hojas en los árboles, mecidas por el viento. La sensación era muy desagradable para los sentidos, totalmente irreal. Sintieron un pequeño mareo provocado por eso.

Todd se agarró a lo primero que pudo aquella sensación le embargó y todavía no había sido capaz de volver a recuperar el aliento.

- Vaya. - fue lo único que atinó a decir cuando comprobó que su punto de sujección era la muñeca de aquel leñador, que se mantenía extrañamente en el aire.

Miró alrededor, sin estar seguro de lo que pasaba pero su instinto de superviviente le hizo no perder la oportunidad que tenían por delante.

- ¡Vamos, no perdamos un insntante! - dijo a sus compañeros mientras se dirigía hacia el aserradero sin perder un instante.

Chris instintivamente intentó salir corriendo hacia el aserradero pero no podía moverse. Su cerebro analizó la situación rápidamente: era una simulación, la física no tenía porqué aplicarse... Pero, por probar...

Así que comenzó a discurrir en dos planos: por un lado como poder volver a moverse en una simulación, por otro como volver a moverse en esa situación física. Y lo primero era saber qué demonios estaba pasando. En ambos casos.

Feelgood se quedó paralizado, mirando sus propias manos, pero terminó poniendo rumbo al aserradero mientras sacudía la cabeza. ¿Cómo se le ocurría pensar que todo aquel desbarajuste era cosa suya? Había encadenado un buen par de golpes, pero aquello probablemente se debiese a algo completamente ajeno a su persona.

¿Lo habrían logrado ahí fuera? ¿Acaso tenía que ver con lo que había "visto" Brotzman en el faro? No, no era tiempo para más preguntas.

Debía continuar y averiguarlo por sí mismo.

—Espéreme, Todd. Voy con usted.

Estaba claro que la simulación se había colgado. Lo que en un videojuego sería un glitch de proporciones bíblicas allí lo era todavía más. La pregunta para Chris era ¿un fallo más del sistema o una operación realizada por los de fuera? ¿Acaso no les habían dicho que realizar operaciones que fueran contra natura eran altamente peligrosas para su cerebro? ¿Tan mal estaban las cosas que ya no importaba eso?

Pero en ese momento Todd abrió la puerta del cobertizo y vieron la luz.

La luz lo inundó todo.

Si lo pudieran recordar dirían que la sensación era muy parecida a la que tuvieron cuando nacieron, durante ese segundo tras el parto en el que un golpe seco hace que cobres sentido de que existes fuera de otra realidad.

Quizás al final era cierto que volvían a nacer.