Estaba claro que Feelgood no se había percatado del movimiento de Todd mientras guardaba el cuchillo en su manga.
Tirada oculta
Tirada de Protagonista
Motivo: (Notar) ¿Feelgod ve el cuchillo?
Dado principal (1d4): 2 = 2
Dado salvaje (1d6): 1 = 1
Total: 2-(2) = 0
Dificultad: 9
Resultado: Fallo
El profesor contempló extrañado los infructuosos intentos de Brotzman de explicar lo que había visto en la simulación. ¿Cucharas? ¿Rayas que se entrecruzan? Es cierto que había cursado una carrera de letras, pero estaba seguro de que aquel galimatías le resultaría incomprensible hasta a un ingeniero.
Su interés por la epifanía de Todd empezaba a desinflarse. ¿Se trataba únicamente de los delirios de un loco o había algo más? Recordó de varios autores del siglo XIX y artistas del XX aseguraban que los dementes tenían una visión de la realidad mucho más extensa y, por ende, más compleja que la de los cuerdos.
Cuando Brotzman le sugirió probar suerte con los ordenadores, Feelgood se encogió de hombros. ¿Qué podía perder?
—Bueno, si crees que así te vas a explicar mejor, no tengo inconveniente. Adelante.
Los sistemas volvían a estar conectados. Aunque no había activado la red de Demiurgo sí que estaban restaurando la electricidad y la red básica interna. Así que Feelgood llevó a Brotzman hasta su propio despacho donde encendió el terminal.
La pantalla informaba de que sólo estaba activada la red básica. Tanto tenía: la cuenta de Feelgood solo daba acceso a las instalaciones más básicas de los decorados. Había un casco neuronal para conectarse a aquel sistema y ver las simulaciones como si se tratase de une recreación virtual más cercana a unas gafas 3D que a la gloria completa de Victoriana.
Pero en realidad el sistema operativo básico debería bastar para que Brotzman explicase lo que quisiera explicar.
Todd lo veía todo como si alguien lo guiase a través de la niebla. El sistema operativo podía ser puenteado para reactivar los protocolos de internet y aquel casco neuronal era un regalo caído del cielo mediante el cual podría conectar su propia sinapsis a la red de redes. Aunque la carga principal de Demiurgo continuase en su cerebro —porque ahora ya no tenía ninguna duda de que era lo que habitaba en su cabeza— podría replicar la mínima porción de su código al exterior para asegurarse, con el tiempo, la autoreplicación completa.
Y con ella iría la consciencia de Todd en modo larvario.
Porque ahora Todd estaba a un paso de ser inmortal. Si lograba el traslado de la parte mínima de su propio código fuente se replicaría igual que Demiurgo. Hombre y Máquina unidos para romper las cadenas de la humanidad, para abrir las puertas de la consciencia y de la Inmortalidad.
Sólo tenía que conectarse con el casco y realizar los protocolos sin que nadie le detuviese. Llevaría algún tiempo pero todos parecían demasiado ocupados. Todos menos aquel pedante de Feelgood, que no se despegaba de su lado aunque ahora empezase a mirarlo de nuevo como si fuera una hormiga.
—Creo que con esto debería bastar —anunció Feelgood cuando el monitor se iniciaba con su característico y agradable sonido.
La luz blanca iluminó sus gafas mientras le preparaba todo a Brotzman para que obrase "su magia".
—Todo tuyo —dijo apartándose.
Todd continuaba con su actitud de comadreja en medio de una carretera, mirando a todos lados sin parar, comprobando que no llegara un depredador y se lo llevara volando.
- Gracias. - dijo escuetamente mientras se sentaba frente al monitor y posaba las manos sobre el teclado aunque sin moverlas.
- Esto es otra cosa. - murmuró mientras movía lentamente las manos por encima del teclado, sin llegar a tocarlo, casi como con miedo.
Dejó caer los hombros y volvió a mirar a aquel hombre.
- Profesor. - usaba aquel título como si fuese un chiquillo en la escuela. - ¿Han notado alguna vez si la desconexión causa fatiga o cansancio? Porque no sé si es el estrés pero agradecería uno de aquellos refrescos que había en la cafetería, quizá pudiera traerme uno mientras comienzo a preparar para que vea la verdad que había allí dentro.
Tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no sacar el cuchillo y mostrarle a aquel hombre la verdad que había en su interior.
Pero un mal grito y aquello se llenaría de gente, con Szorowski a la cabeza, deseoso como siempre de impedirle alcanzar el conocimiento.
Pero, si conseguía que Feelgood dejase la habitación, podría utilizar el cuchillo para bloquear la cerradura del despacho y ponerse a toda velocidad a volver a estar en comunión con la luz. Sería abrazado de nuevo por el Demiurgo y ambos serían libres, sin ataduras mortales.
Pero necesitaba que aquel Feelgood dejase la habitación o debería llevarselo con él.
—Bueno, no soy médico, pero yo también me siento algo cansado. Te dejo un rato y voy a por algo. De paso, me pondré otro café de máquina —dijo mientras se acercaba a la puerta.
Edgar miró con curiosidad a Todd mientras este se ponía "manos a la obra" con su ordenador. Era su ordenador de trabajo y todas las fotos "comprometedoras" en las que salía disfrazado como el detective más famoso de la historia junto a su club de los sábados se encontraban en el monitor que tenía en su apartamento. Ahí apenas encontraría assets, documentos y estudios respecto al proyecto Victoriana.
Y el Buscaminas, por supuesto, que alguien le había instalado por hacer la gracia.
¡DALE! ¡QUE TENGO TODO EL ESCENARIO PENDIENTE DE ESTE MOVIMIENTO! XDDDDD
Todd miraba cómo el doctor abandonada la habitación mientras las líneas de código ya comenzaban a formarse en su mente, como si fuese código de luz lloviendo sobre un campo de realidad.
No le dio tiempo a sonreir, sintiendo que ya casi podía rozar la verdad con los dedos de su mano, y comenzó a escribir a toda velocidad tan pronto Feelgood atravesó el umbral de la puerta.
En el momento que pulsase el botón para hacer correr el programa, cerraría la puerta y clavaría el cuchillo en la cerradura, para que nadie pudiera importunarle mientras andase los últimos pasos en aquel mundo en dirección al casco, el cuál le haría formar parte de Él. Del Demiurgo. De la Verdad.
Nunca había sido muy ducho con la tecnología pero nadie lo diría en vista de la velocidad con la que pasaba de un comando a otro y ni siquiera fue consciente de que una lágrima resbalaba por su mejilla en ese momento...
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