Partida Rol por web

Cuando la tengas reviso la ficha entera ;)

Reparto:
Fuerza = 13 + 0
Destreza = 13 + 0
Constitución = 7 + 0
Inteligencia = 16 + 1
Sabiduría = 16 + 1
Carisma= 6 - 1 

¿cómo vas?

Bueno, nosotros vamos a empezar. No eres nada de eso, la vida real es la vida real. Nosotros vamos a empezar, y si tienes un hueco sube tu ficha e incorpórate. Si no puedes, no pasa nada (estaremos por aquí). Un saludo.

Nombre completo: Elijah Benjamin Frostwood.

Apodo: El (Solo para sus amigos… nadie lo usa, no tiene amigos… bueno, solo Mary.)

Sexo y sexualidad: Hombre heterosexual.

Edad: 35 años.

Fecha de nacimiento: 1 de enero de 1900.

Signo zodiacal: Capricornio.

Clase: Profesor

Talentos: “Lo leí en un libro” y “Camaleón social”.

Atributos:

Fuerza: 13 (+0)

Destreza: 13 (+0)

Constitución: 7 (-1)

Inteligencia: 16 (+1)

Sabiduría: 16 (+1)

Carisma: 6 (+0)

Habilidades:

Alerta: 1

Comunicación: 1

Manipulación: 1

Erudición: 1

Subterfugio: 0

Supervivencia: 0

Presupuesto inicial: $ 1300,00. Restante: $ 1021,00.

Inventario:

1.- Machete

2.- Cuchillo

3.- Revólver calibre 32

4.- Rifle 30-06

5.- Cantimplora

6.- Chupa de cuero

7.- Mochila

8.- Linterna

9.- Saco de dormir

10.- Botiquín

11.- Cámara fotográfica

12.- Equipo de radio

13.- Bengala

Trasfondo:

Desde niño a Elijah le interesaban las culturas antiguas. Su padre, Ernest, era profesor de Historia en la Universidad de Harvard y tanto su hermano mayor, Ernest Jr., como Elijah; disfrutaban de las coloridas historias que siempre tenía para ellos. Antes de dormir, los hermanos podían escuchar a su progenitor contarles sobre los reyes del pasado, los héroes intemporales y las hazañas épicas que asombrarían por siempre a las generaciones venideras.

Elijah no conoció a su madre Caitlin, pues ella murió al darle a luz. Sin embargo, el amor de su padre y la compañía de su hermano fueron suficientes para que el pequeño El tuviera una infancia feliz. La relación con Ernie Jr. era muy buena y aunque, como es frecuente, las peleas eran cotidianas, siempre terminaban con un apretón de manos y un abrazo, como su padre les había enseñado.

Cuando Elijah tenía 13 años su mundo cambió radicalmente. El profesor Ernest Frostwood recibió una invitación para participar en una expedición arqueológica en las islas Pitiusas en la que se pretendía investigar a fondo la presencia fenicia en Ibiza y Fomentera. El catedrático de 45 años, que nunca había hecho trabajo de campo real, estaba muy emocionado. Cuando lo comentó en casa, sus ojos brillaban de ilusión. Ernest Jr. y Elijah le rogaron que los llevara con él en el viaje y después de darle muchas vueltas al asunto, el profesor accedió. Sin embargo, unos días antes de la partida Elijah enfermó de sarampión lo que le obligó a guardar reposo y no poder acompañarlos. Fue dejado al cuidado de su tía Adeline Clark, la hermana mayor de su madre, una vieja solterona que odiaba a la gente y vivía rodeada de gatos.

Una semana más tarde llegó la terrible noticia, un accidente en la tumba que estaban explorando había causado un derrumbe aplastando a los Frostwood y otros miembros de la expedición. Nadie había salido con vida. Los cadáveres de su padre y hermano fueron devueltos a América para ser sepultados. Durante el funeral, Elijah escuchó decir a unos adultos que no conocía, al parecer colegas de su padre, que las cuencas oculares de ambos cuerpos estaban vacías y que no había forma posible de que eso fuese causado por el accidente. Sin embargo, como suele suceder en estos casos, una explicación lógica y racional fue sugerida. El tiempo que habían tardado en rescatar los restos mortales, había permitido que los insectos carroñeros hicieran parte de su trabajo.

Al finalizar la ceremonia, uno de los señores de traje y aspecto académico, se acercó a Elijah. Le dijo que era el Decano Lewis, que era un buen amigo de su padre y que él personalmente había viajado, cuando supo la noticia, para acompañar los restos en su viaje de vuelta. También le dijo que cuando encontraron a su padre, tenía dentro de su puño cerrado un objeto que, a pesar de parecer a todas luces una antigüedad, no podía pertenecer al sitio arquelógico en el que se hallaban. Por tanto, después de un cuidadoso escrutinio en el que el propio Lewis había participado, determinaron que se trataba de un objeto personal del Profesor Frostwood, probablemente algún tipo de imitación muy bien hecha y meramente decorativa.

En ese momento del relato, el Decano se metió la mano en el bolsillo de su americana y extrajo un artículo que depositó, envuelto en un paño de lienzo, sobre la palma extendida del chico. Le dijo que no debería valer mucho, pues solo era bronce cubierto de vidrio, pero que aquel medallón con correa de cuero y que contenía la imagen de un escarabajo egipcio, con alas y garras de águila, coronado por un disco solar con manos; debía ser muy importante para el profesor Frostwood, quizás incluso con algún valor sentimental. Lewis creyó que sería un bonito recuerdo de su padre y por eso trajo el objeto consigo para entregarlo a Elijah personalmente.

El muchacho miró unos segundos el medallón y las lágrimas que hasta entonces se habían rehusado a brotar, salieron con un flujo incontenible. El chico lloró inconsolablamente, mientras Lewis le colgaba el medallón del cuello, le daba un abrazo y unas palmaditas en la espalda y le decía: “Tienes que ser fuerte. Te queda mucha vida por delante”. Y, a pesar de que las palabras del Decano iban acompañadas por una intensa mezcla de olores a tabaco y loción de afitar que emanaban de su cuerpo; era cierto lo que decía, aún quedaba mucho por vivir... para bien o para mal.

Los años fueron pasando, como es habitual que hagan los años, el joven Elijah Frostwood había heredado una decente suma proveniente de los ahorros de toda la vida de sus padres que los habían sabido invertir. Sin embargo, hasta sus 18 años no pudo disponer de ello, pues su tía Adeline, su albacea, no lo permitió. No obstante, tampoco se puede decir que la vieja haya tocado un céntimo, se limitó a ser una fiel guardiana del patrimonio de su único sobrino restante, protegiéndolo incluso de él mismo. Pero las intenciones de Elijah nunca fueron las de malgastar el dinero.

Desde la muerte de su padre y su hermano, El se había tornado un chico retraído. No le gustaba socializar en lo absoluto y conviviendo con su tía, aprendió a rehuir del contacto excesivo con el género humano. Se enfocó entonces en sus estudios. Los primeros años, Adeline se encargó de continuar su educación en casa y luego contrató a varios profesores que terminaron de instruirlo al nivel de un Bachiller en Ciencias y Letras de la época. El era brillante, aprendía mucho más rápido que un estudiante promedio y no solo se limitaba a lo que estudiaba con sus maestros, era un ferviente autodidacta y un ávido lector de todo género de textos. Su verdadera pasión eran los libros de Historia, principalmente aquellos en los que se detallaban las culturas antiguas, sus costumbres y comportamientos. Cuando contaba con 16 años, ya sabía que quería ser antropólogo y hacia allí enfocó todos sus esfuerzos.

Sus excelentes calificaciones le valieron para que se le concediera la entrada a la Universidad de Harvard a los 17 años años con una beca que cubría toda la matrícula. Allí, el joven Elijah pudo desarrollar todo su potencial y cuando murió su tía en 1922, ya hacía un año que había culminado su carrera, primero de su clase y con inmejorables resultados. Pero Elijah no se detuvo allí y a sabiendas del excelente programa de Doctorado en Antropología que ofertaba la Universidad de Virginia, utilizó parte de su pequeña fortuna para matricular en el mismo y con el tiempo accedió a una plaza de Catedrático en dicho campus.

En Virginia, Elijah Frostwood conoció a quien sería su mentora, colega y amiga, la Profesora Mary Klauftnen, la primera conexión humana verdadera que establecía desde la muerte de su familia.

Ahora la profesora Klauftnen está desaparecida en una de sus expediciones al Amazonas y el empresario que financia en parte sus viajes, el Sr. Foster, le ha pedido a Elijah que se una a un viaje de rescate donde sus conocimientos pueden resultar muy útiles. Sin embargo, Elijah nunca ha estado en una expedición, su experiencia es puramente teórica. Además, se ha especializado en culturas egipcias y mesopotámicas y aunque no es poco lo que sabe sobre civilizaciones sudaméricanas, no se considera a sí mismo un experto a la altura de Klauftnen. Encima, su salud no es la mejor, nunca lo ha sido desde aquel mal caso de sarampión y un clima tropical no le vendrá nada bien a sus pulmones. Pero no es momento de dudas, algunos libros en la maleta y su medallón en el cuello es todo lo que necesita para sentirse seguro de dar el paso y embarcarse en esta aventura.

Bueno, el medallón te lo regalo , no pasa nada que lo incluyas. Muy buena historia ;)

Eso sí, una cosa: hay un error en tu ficha. En el apartado de Atributos, el -1 de malus lo tiene que llevar Carisma, no Constitución (haz el cambio).

Ah sí, lo siento, no sé que pasó ahí porque en el post anterior lo puse bien. Parece que al copiarlo trastoqué las cosas. Gracias por notarlo.

Sí, el único fallo es ese que te dije. Ya puedes postear. Bueno, no es estrictamente imposible. Hay gente más joven que otra y puede tener ciertos rangos,títulos y todo lo que quieras añadirle (aún siendo más joven) ;)