Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
- No soy yo quién está perdiendo el tiempo mi capitán. - Le digo cuando le tengo enfrente de mi y desnuda, agarro su cara y le doy un casto beso, separo mi cara y le muestra una sonrisa mientras le agarra la mano y llevo a la cama. Tumándome en ella.
Su beso casto, que deje terminar de caer la toalla, ir a la cama tomándome de la mano... Hace un click en mí que hace que una gran parte de mi consciencia se apague y que me abalance sobre ella cual animal para besarla, cargado de pasión, como sólo los piratas sabemos hacer, como sólo el mar sabe hacer, un beso que pretende llegar hasta ella, acariciar su ser, estremecerla, para luego, como yo mismo hago, retirarse...
Desde la breve distancia que consigo tras el beso, mientras me relamo sin pensar siquiera en ello, mientras mis ojos se deleitan con su figura, unos pensamientos. No, Simón... Es doncella. No debes de mancillarla. No debes dejarte caer. Pero es hermosa. Ella lo desea, ¡te lo ha dicho! ¡Y no quiere ninguna atadura! Pero... Seguirá siendo tomar a alguien que es pura. Mis ojos le miran, brillantes, deseosos y firmes, una tímida sonrisa, mientras mi mente se debate mi cuerpo avanza hasta acariciar con suavidad su pecho. ¡Detente! implora mi mente.
Siento como se abalanza a mi, pero a la vez le noto tenso e inseguro de querer hacer esto. Acaricio con mis manos su rostro y retiro el pelo de su cara, acerco mis labios a los suyos y le digo tan cerca.
- ¿No estáis seguros?, os deseo. No os ataré a mi si no lo deseáis...o a caso tengo que ser vuestra esposa para que podáis poseer mi pureza... le dijo con una sonrisa en la cara mientras le beso con dulzura en los labios y me retiro unos milímetros.
Lee bien que lo he modificado, ya que anoche no lo hice XD
¿Me desseáis...?
Un instante de duda en mis ojos. Es muy sagaz. No puedo evitar pensar. Pero he sido sagaz toda mi vida, incluso para alguien como ella que, al menos, parece estar a mi nivel. Me muerdo el labio tras sentir el roce de los suyos, mis ojos la desean, mis dedos recorren sus labios, su cuello, toda su silueta con el mero roce de la yema de los dedos. Y mi conciencia, o quizá mi maldad, o mi picardía, me muerden. Me levanto, visiblemente interesado corporalmente en ella, pero me giro dándole la espalda.
¿Sabéis? Creo que ahoga segéis vos la que os lo tendréis que ganag.
Dejo una única opción a réplica antes de salir definitivamente, pero dudo que vaya a conseguir retenerme. Por muy poco.
Siento su roce de sus labios con los míos a lo que le doy un casto beso y dulce. Pero a la vez se levanta y se pone de pie diciendo todo aquello. Inmediatamente me tapo de nuevo con la toalla y me pongo justo delante de él que está situado en la puerta.
- Le deseo, pero no estoy enamorada aún de vos, solo siento deseo.- le miro a los ojos y rozo mis labios en su comisura, - no me rendiré hasta teneros dentro de mi, eso grabatelo capitán.-
Mis dedos hacia su mentón y mis ojos en los suyos.
Si os posseo ahoga como me pedís... Quizá podáis cruzag el umbral, enamogagos de mí... Pues es vuestro más inconfessable secreto ¿ciegto?
Una sonrisa de victoria surca mi rostro.
Dentro de vos, decís...
Un beso profundo donde mi lengua juega con la suya. Me separo y me encamino hacia la salida.
Mañana segá un dugo día, Segunda Oficial.
Siento su beso y su lengua jugar con la mía a lo que juego también con la suya. Y abriéndole la puerta de mi camarote le digo.
- Quizás pase el umbral de enamorarme...o quizás no... eso nunca se sabrá. Como no sabrás hoy si realmente me quieres poseer y yo sentirle dentro de mi. Hasta mañana mi capitán, si se arrepiente venga sino...ya le veré en otra ocasión en mis aposentos...-
Y termina un noche llena de insinuaciones y de dudas mientras me marcho a mi camarote con media sonrisa en el rostro... Curiosa Segunda Oficial... ¿A dónde llegaríamos a parar?
Se queda detrás de la puerta tras, ver como se ha ido de allí. ¿Podría haber conseguido que se quedara?, quizás, pero eso esta noche lo sabré.
Me metí en la cama y pensé en sus besos y sonrisa.