Partida Rol por web

Verner va mirando a todos lados durante el camino al hospital de campaña, evidentemente busca algo o a alguien, concretamente a algún prisionero, paciente, o soldado rumano.

Si lo encuentra, se acerca a el/ella con la esperanza de arrojar algo de luz sobre el asunto de los Strigoi, y confiando en que la joven se más comunicativa con un compatriota, le dice:
-- Ven, necesito que me ayudéis en un asunto.
Aquella joven ha sufrido mucho en la guerra, -- dice señalando a la joven -- necesito que hables con ella y que me digas que le ha pasado.
(evidentemente el tono se ajustaría al "tipo" de rumano, soldado, prisionero, enfermo...)

Si no hay ningún rumano y/o después de hablar con este y de que este hable con la joven (estando Verner cerca para oír) y de que le diga que le ha relatado la joven y le cuente que es eso de los Stigoi, Verner busca al doctor que haya atendido a la joven y le dice tras saludarlo.
--¿Doctor, que me puede contar sobre aquella prisionera?-- señala a la rumana de la iglesia --¿Qué tipo de heridas sufre, que las ha podido causar? ¿Y psicológicamente que tal esta, ha podido hablar con ella?

Tras todo esto pide que le atiendan sus heridas y se dedica a descansar y reposar sus heridas un rato en algún lugar tranquilo.

-Pues suena muy interesante el libro.- Le sonríe, -sera un placer leerlo. Yo por mi parte, le daré el mio que llevo encima, La divina comedia. Ahora mismo estoy en el purgatorio...mira alrededor...que no se diferencia demasiado de esto.-

-Pues volviendo al oro, baja la voz justamente por eso nos han escogido, Paul. Tenemos algo que ganar, limpiar nuestros expedientes, y no le importamos a nadie. Si al final en ese bunker solitario al que tenemos que ir, al comandante le da por quedarse él todo el oro, podrá acabar con nosotros...y nadie ara preguntas...- un escalofrió recorre su cuerpo al pronunciar esas palabras. Evidentemente él haría lo posible para que sus chicos no acabasen así...

“y nadie hará preguntas”. Aquella frase quedo en mi cabeza, dando vueltas al punto de quitarme el hambre que horadaba mí estomago. Bajo la voz para contestar. – Sargento, debemos ser muy cuidadosos en cada uno de nuestros movimientos cuando tengamos el oro y volvamos para entregarlo al comandante. Debemos ir un paso adelante del comandante porque podríamos terminar con los pies por delante.  – luego de comprobar que nadie escucha termino con otro pensamiento. – apenas estamos en el purgatorio, pero el infierno pronto abrirá sus puertas. - 

Günter se sienta con los tres soldados y les regala una sonrisa engatusadora... Comienza el juego y uno de los jugadores presenta una cartas excesivamente buenas... Vaya!, piensa Günter... o estos saben hacer muy bien las trampas o tiene una suerte increíble....

Günter comienza a preguntar sus nombres a los soldado y cual es su puesto.... Pero la respuesta es decepcionante...

Cállate y juega..!!. le responden los soldados...

Scheisse!!! Piensa Günter....

El sargento escucha con atención las palabras de Paul mientras recibe su plato.

-Tienes razón, una vez tengamos la carga, ya pensaremos un plan para no acabar todos encerrados en el bunker a su merced.-

Mientras empieza a comer Joder, tenia hambre escucha la ultima frase de Paul.

-Cuanta razón amigo, cuanta razón...-

Aunque consigues conversar con la mujer, esta vez parece estar algo más receptiva pero tu insistencia sobre el tema de lo ocurrido en la iglesia la cierra en banda. Al final acaba llorando y gritando, por lo que los médicos te apartan de ella pues le estas haciendo poco bien al insistir.
Acabas volviendo al comedor para comer algo y reunirte con tus compañeros.

Fuera lo que fuera que pasase allí dentro acabo con la violación en varias ocasiones a la mujer, y esta solo atina a responder lo mismo de siempre: Strigoi.

Los dos reclutas se sorprenden cuando les das el tabaco. Sin duda no se lo esperaban pero pronto te dejan caer que no pueden dejar pasar a nadie que no lleve autorización. De hecho tras coger un cigarro cada uno te devuelven el paquete.
Se trata de dos chavales, dos críos, que parecen estar más preocupados en no cagarla que en aprovechar la oportunidad de conseguir tabaco gratis.

Mientras conversáis y hacéis cola podéis ver como sirven la comida, y de donde procede. Así que tras recoger el rancho con una hogaza de pan os situáis cerca de la cocina. En un momento dado os acercáis demasiado pero un cocinero que esta en la entrada os ve antes de entrar, en lugar de echaros os entrega cuatro patatas cocidas y os echa del lugar.

Al final acabáis en un sitio a la sombra, cerca de donde sirven las comidas, a la espera de que lleguen los demás miembros del grupo.

A ti te parece que esta siendo sincero.

Entre tanta gente resulta complicado encontrar gente rumana ya que la mayoría de los heridos son alemanes pero finalmente encuentras a alguien, un soldado rumano que llevan como prisionero. Su guardián accede a dejártelo aunque no se aparta de ti. Cuando llegáis ante la mujer veis que esta muy alterada, y los médicos acaban de echar a tu compañero Zsigmond Kovács en ese mismo momento.

Los médicos insisten en no hablar con la mujer pero finalmente consigues anteponer tus falsas ordenes sobre interrogarla. El soldado rumano termina diciéndote, y esto lo entiendes tú en rumano, que la mujer esta loca. La violaron y torturaron, solo atina a decir strigoi una y otra vez. Te explica que hay una leyenda del pueblo rumano que habla sobre unos vampiros que son el séptimo hijo y que se alimentan de sangre. Pero la mujer no da muestras de estar falta de sangre, su aspecto es débil y demacrado pero no más que la mayoria de soldados o lugareños que has visto por aquí.

Las rondas van pasando, en un momento dado alguien pasa con el rancho y os da de comer. Estáis todos muy liados jugando a las cartas e incluso hay gente mirando. Poco a poco dos jugadores acaban perdiéndolo todo y acabas jugándotelo todo contra un maldito tipo con pecas en la cara y el cabello rubio. Tienes un trío pero le has visto dudar, esperabas que se echará atrás con la apuesta pero tras unos segundos de indecisión decide verte las cartas.

Desgraciadamente para ti pierdes la mano pero el tipo decide devolverte parte de lo que pusiste ya que, según sus propias palabras, lo que quería era quitarle el dinero a sus compañeros.
Eso si, con la emoción de las cartas no terminas de preguntarles sobre los problemas en el frente. Lo único con lo que te quedas es que se están retirando y que el ejército rumano parece que ahora ya no os apoya. Nada nuevo, la verdad.

Acabas volviendo a la zona de comidas con el resto de tus compañeros.

Sven acompañó a Verner hasta la enfermería. Juntos llegaron donde la mujer. Mientras Verner preguntaba por su estado, Sven se acercó a verla.  Se sentó a su lado e intentó comunicarse con ella en alemán. Viendo que su reacción no era mejor de lo que había sido anteriormente, se alejó y fue que le atendieron. Tuvo que esperar por la ayuda. Al fin y al cabo, su herida no era más que un rasguño que merecía ser tratado para que no se infectase, pero que no era nada comparado con otras cosas que se veían por ahí.

Afirmo con un gesto las preocupaciones de Carl. Ya tendremos un momento para pensar en ello porque ahora las patatas son un extra que deseo disfrutar junto al plato de comida y a la hogaza de pan enmohecido.

¡Hum! Lo que daría por un trozo de carne asada y un buen vino. – Sin más nos acomodamos en algún sitio tranquilo a la espera de los demás.

Abandono la partida pues está claro que la suerte hoy no está de mi parte... al menos en el juego. Me consuelo pensando en que al menos no he perdido el poco dinero que llevaba y que sobre todo todavía seguimos vivos... aunque esto último no sé realmente cuanto durará....

Me acerco hacia la zona donde reparten el rancho pues allí puedo ver que están algunos de mis compañeros... al llegar pregunto.

- Buenas.... ¿Con qué delicatessen nos ha sorprendido hoy nuestro chef?...

Una enfermera te lleva hasta una silla y atiende tus heridas. Por fortuna no son más que rasguños, no hay nada serio pero haces bien en desinfectar las heridas. La mujer te atiende con rapidez, sin ganas de conversar contigo, más preocupada en otros heridos que en ti. Pero al menos te atienden correctamente.

Puedes ver como Zsigmond Kovács intenta hablar con la mujer sin producir nada más que asustarla. Al final los médicos le expulsan del pabellón.
Luego es Verner quien lo intenta de nuevo acompañado de un prisionero rumano, pero por la expresión de su rostro no parece haber haber averiguado nada nuevo.

Asiente ante el comentario de Paul sobre una buena carne. Pero esa comida es lo que tienen, y hay que aprovecharlo. Carl nunca había sido remilgado para la comida, viniendo de una procedencia tan humilde como la suya, para el cualquier comida era bienvenida.

Y usted Paul? Que me puede contar? De donde viene? Tiene familia? A que se dedicaba antes?

Al sargento le gustaba saber sobre sus chicos, era una manera de conocerlos mejor.

Y usted Paul? Que me puede contar? De donde viene? Tiene familia? A que se dedicaba antes?

 Entre bocado y bocado comienzo a responder a las inquietudes de Carl. No había tenido muchas oportunidades para hablar con el sargento y los demás porque nunca sabía cuando un obús podría terminar con todo.- Mi familia es de Berlin y se dedicaba en la tierra madre a la construcción de barcos. Digo dedicaba porque luego de la crisis posterior a la Gran guerra tuvo que emigrar a Sudamérica y volver a empezar. El tratado de Versalles nos dejo en la ruina junto a la mitad de los alemanes en aquella época. Mi interés es la carrera de veterinario pero mi padre me obligo a continuar con el negocio familiar hasta que comenzó la guerra. Fui uno de aquellos que acudió al llamado de la madre patria. Uno de los descerebrados voluntarios. Y mírame ahora… - observo el horizonte y los recuerdos de mi familia llegan a mi desde las distantes tierras patagónicas.