Desvestís al tipo, lo amordazais y lo atais.
Qué haceis ahora?
Lo dicho en mi plan. Ellos me llevarán tranquilamente, como si fuese un preso. Si vemos un guardia desamparado por el camino, lo ejecutamos por la causa, y me disfrazo yo también. Si no, que me lleven a las mazmorras, con las llaves que he cogido perfectamente escondidas, al igual que alguna ganzua, por si acaso. Una vez allí ya veremos, que el tipo de la dinamita vaya a hacer su trabajo mientras yo monto revuelo en las mazmorras.
Salis los tres por la puerta y enfilais un largo pasillo con celdas individuales. En algunas de ellas hay prisioneros encadenados a la pared. Uno de los prisioneros es el maestro de Kiwn, Tah Amorgos.
¿Hay guardias por los pasillos? Sino, que Kiwn y el otro se adelanten, a vigilar, y yo intento abrir las jaulas para liberar a los prisioneros (el primero Tah Amorgos, claro)
Al ver a su maestro encerrado, el joven espadachin tiene que controlar sus impulsos para no correr hacia la celda y seguir actuando como el soldado que pretende ser. Esta vivo, eso el lo importante estúpido. Si corriera a salvarle ahora descuidando el plan seguro que me lo reprocharia.
Vamos!- impera con la voz más ruda que su garganta le permite a Calimero para que avance hacia la celda.
Abre la celda, -dice al compañero de la dinamita- pongamos a esta escoria en su sitio
Eso es, poco a poco...ya casi esta
EL corazón empieza a palpitar con fuerza,ya que reunirse con su maestro da un soplo de esperanza al joven para llevar a cabo la misión.