Anonadado, bajo el arco, y no puedo evitar soltar- ¡Coño, si habla!
- ¡Anda! ¡Si habla! - exclamo sorprendida al mismo tiempo que Calimero.
Lo veis!, ya sabia yo que esta criatura era especial -dice dandose aires de señor importante-. Tranquilo amigo, no te vamos a hacer nada. Si estas herido podemos intentar ayudarte. Por cierto, qué haces aqui??
Una vez que no le apuntais amenazantes, el monstruo parece más tranquilo. Se sienta sobre sus patas traseras y relata con su grave voz.
-Soy prisionero del mago Eik, mi misión es destruir a todo aquél que aparece por aquí.... pero... ya estoy cansado.... llevo comiendome a gente muchos años y.... no creo que lo que haga esté bien.... pero mi amo me trata fatal...
Sigo mirando al monstruo con la boca abierta, sorprendido. No soy capaz de creerme que hable.
Cita:
Increíble, esta criatura parece tener consciencia...y qué bien habla!!! piensa para sus adentros Kiwn.
Si te trata tan mal cómo es que aún no has intentado marcharte -donde sea que vivan los monstruos como tu...-. Sabes, nosotros estamos buscando a Eik, quizas podamos ayudarte a librarte de él. Sabes cómo encontrarle?
Me olvido por un instante de la plancha de metal, y me acerco cuidadosamente al monstruo.
Menos mal que le ha dado por cansarse ahora, y no dentro de una semana... Pienso para mis adentros.
- No, la verdad es que eso de comerse gente no está nada bien... - musito. Yo también me pregunto por qué una criatura tan grande no ha intentado escapar hasta ahora. O quizá sí lo intentó pero no le salió bien. Eso sería más interesante. Donde él falló, nosotros podríamos tener éxito.
El monstruo grandullón parece torpe y estúpido, pero él parece pensar lo mismo de vosotros.
-Qué por qué no he intentado salir de aquí? No sé si os habreis dado cuenta pero mido casi cinco metros y no por aquí no hay ninguna salida de mi tamaño...
La única posible salida es por esa chapita de metal que hay allí, a veces algunos guardias la abren para tirarme comida.
Respondiendo a Kiwn, el monstruo se rasca la cabeza pensativo.
Algo he escuchado de que el mago Eik se pasa todo el tiempo en su torre, hablando con un prisionero nuevo, un tal maestro o maestre...
- Oye, ¿y no podrías arrancar la chapita para que nosotros saliéramos? Caimos aquí cuando intentamos entrar en la torre del mago. Nos preguntaron la contraseña y no la sabíamos. Si pudiesemos ir y liberar al nuevo prisionero del mago, tal vez luego podríamos regresar y liberarte a ti también.
Y esa chapita es la única posible salida...Mmmmm, desde luego eres demasiado grande como para pasar por ahí. Quizas con las herramientas adecuadas o con una carga de dinamita podríamos hacer un buen agujero. Pero el Maestro tiene razón, ¡antes de eso tenemos que detener al mago!
Eeehhh... -digo, aún algo atemorizado por la criatura- ¿Y no has probado a destrozar el techo o la pared?. Lo digo por aquello de que mides 5 metros. Si no, como bien te han dicho, podríamos sacarte con dinamita. Por cierto... ¿No sabrás la contraseña para subir a la torre, verdad?.
Por preguntar, que no quede.
Es verdad!! Seguro que eres muy fuerte! Apuesto a que podrias vencer a un batallón tu solo si te lo propones.