Partida Rol por web

Me detengo un instante cuando sus manos encuentras mi miembro y lo toman con sus pequeños dedos. Es algo que estaba claro que pasaría, pero aun así me estremezco y cierro los ojos un instante mientras siento como su calor, mayor que el mio me envuelve en caricias de seda.

Tengo que obligarme a recordar que Noukky esta cansada, que Nana anda por la casa a apenas unos metros de distancia y que estoy por primera vez con Noukky en su hogar, y en todo lo que he pensado en estar con ella. En estar dentro de ella.

Cuando siento que esta preparada la miro a los ojos, sonriendo pero con gesto grave y espero a que ella misma me guíe a su interior, sabiéndome así mil veces bien recibido en esta casa.

La muda pregunta de Tyr me hizo sonreir. Una sonrisa que fue sustituida por un jadeo en un momento que sus dedos rozaron una zona especialmente sensible. Mordiéndome los labios para no gritar, me recordé que Nana aún andaría por casa y que debía mostrar algo de discreción. Antes, cuando me había desnudado ante él, había imaginado que quizás nos lo tomaríamos con calma, que jugaríamos, nos acariciaríamos un rato largo antes de llegar a ese punto. Pero la realidad era que le echaba demasiado de menos y llevaba demasiadas horas pensando en él, en su cuerpo, en sus labios, en su sexo como para ir despacio. Por eso, no me lo pensé demasiado. Sintiendome enloquecer y solo deseando una cosa, tiré de sus calzoncillos para apartarlos sin molestarme en quitárselos del todo y girándome para tumbarme de espaldas le guié hacia mi. Cuando se deslizó en mi interior, el fuego abrasador que era su pene me hizo gritar y todo sentido del aquí y ahora desapareció.

- Tyr...oh dios..- temblando le rodeé con mis piernas la cintura, introduciéndolo más aún y mis manos agarraron sus nalgas- no...no creo que sea capaz de aguantar demasiado...-murmuré mientras comenzábamos a movernos.

Pese a lo intenso del momento y lo concentrado que estoy, casi estallo en una carcajada cuando en el momento de penetrarla un grito de lo mas llamativo escapa de los labios de Noukky. Con todo el interés que estaba poniendo en guardar silencio por Nana y ella lo rompe en un instante.

Aunque es de lo mas gratificante sentirla de tantas formas. Físicamente mientras me abro camino hacia su interior mientras me siento de alguna forma mas completo que hace tan solo un minuto, y espiritualmente, sabiendo que pese a lo que puedan decir o pensar otras personas hacemos bien en disfrutar de los momentos como este, que serán preciosos en un futuro no muy lejano.

Noukky reacciona como la noche anterior cuando estoy en su interior, mostrando una pasión y unas ganas por poseerme que me llena de satisfacción y mas que un poco de orgullo.

Me río por lo bajo y la beso, mientras comienzo a moverme sobre ella mientras me mantengo tenso y firme, alcanzando rápidamente un ritmo que creo satisface a ambos.

Y decías que no querías hacer mas ejercicio por hoy. Has estado a punto de engañarme Noukky...

-Siempre es buen momento para este tipo de ejercicio...- murmuré contra sus labios sonriendo antes de que sus movimientos desviasen mi atención hacia ese punto en el que nuestros cuerpos se unían. Gimiendo me apreté contra él y ajusté sus movimientos a los míos, en una coreografía que en tan solo una noche habíamos logrado adaptar con resultados increíbles. Mis manos se movian por su espalda abrazándolo, mi cuello se arqueaba revelando las marcas que sus dientes habían dejado la noche anterior en mi pálida piel y una inmensa felicidad iba creciendo en mi pecho poco a poco, al tiempo que mis músculos se convertían en pura agua  bajo su contacto abrasador. En un crescendo aturdidor oleadas de placer me recorrieron, traspasándome una y otra vez y solo unas palabras salieron de mis labios antes de que dejase de oir, de ver, de sentir algo más que no fuese él y el fuego que sentía- Tyr...no aguanto- con un grito roto, angustiado, una oleada más fuerte que las otras llegó arrastrándome con ella, mi cuerpo se alargó, mis músculos se tensaron, mis brazos y piernas le abrazaron intensamente mientras el orgasmo me llevaba muy muy lejos.

No es propio el sentir tanta necesidad de poseer una mujer como la que siento de estar junto a Noukky de dicha manera. La forma que tiene de agarrarse a mi, de susurrar contra mi cuello hasta que el éxtasis le comienza a llegar y es sustituido por gritos semiocultos hasta que por fin el placer estalla en su interior...todo eso hace que el hacer el amor con ella vaya mas allá que un simple acto sexual y me haga sentir placer y satisfacción por partes iguales.

Mientras oigo y siento como le llega el orgasmo, voy dando buena cuenta del mio, que no ha estado muy lejos del suyo, de manera que lo alcanzamos prácticamente los dos, con la única diferencia que yo consigo guardar un silencio mas o menos adecuado a la situación.

Termino mis últimos movimientos con la caza enterrada entre sus senos, y un gemido largo y profundo que deja salir parte de la soledad que hasta ahora era la parte fundamental de mi existencia.

Siempre me había excitado el sentir cómo un tio tenía un orgasmo dentro de mí. Era extraño, pero el notar su cuerpo tensarse, su respiración acelerada y oir sus roncos y angustiosos gemidos me llenaba de un orgullo y una satisfacción que no hacía más que incrementar mi propio placer. Si encima, el que lo tenía era Tyr, al que me unía un vínculo extraño de explicar, la maravilla y la satisfacción era aún mayores, tanto que hacían casi estallar mi corazón de amor. Tyr y Nouk, dos almas solas que en un mar de extraños se habían encontrado y a golpe de sexo y cariño intentaban alejar ese dolor y soledad....

Aún medio en las nubes, sentí cómo Tyr se relajaba encima de mí una vez alcanzado el orgasmo. Inconscientemente, mis caderas siguieron moviéndose, a un ritmo más lento hasta detenerse, como si estuviera acunándole en su placer. Sin saber muy bien dónde mis labios besaron su piel con cariño y, abrazándole, le acaricié la espalda, los hombros, la cabeza con cariño mientras nuestras respiraciones volvían a la normalidad. Una vez pasado el momento, estaba tan relajada, tan cansada e ida, que me costaba hablar y moverme. La felicidad iluminó mi rostro mientras lentamente me sumergía en los brazos de Morfeo.

Me aparto un poco de Noukky para no cargarla con todo mi peso, pero de ninguna manera estoy dispuesto a soltarla o dejar mucho espacio entre ambos, así que permanezco abrazado a ella, recorriendo su torso con leves besos y caricias, recuperando el aliento poco a poco ante lo que acaba de suceder.

A sido tan...intenso que no puedo describirlo. Ni siquiera se por donde comenzar a analizarlo. Si al menos tuviera el valor de hablarlo con Noukky.

Cuando elevo un poco la cabeza la contemplo con los ojos cerrados y una oleada de ternura, mas grande aun que la del placer reciente me recorre, haciéndome darme cuenta de cuanto quiero a la propietaria de esa carita de ángel, y cuerpo de diablesa.

Sin pensar en lo que pasara si Nana nos descubre así, cierro los ojos y apoyo mi frente contra la suya antes de quedar dormido junto a ella.

Lo ultimo que pienso, es que es lo mas natural del mundo.

Flotaba....mis ojos, espejo del cielo que se extendía entorno mío, se abrían a un horizonte infinito en el que nada manchaba su increible azul. Brillante, cegador, el sol del mediodía caldeaba mi cuerpo desnudo y me deslumbraba al reflejarse en las gotas de agua de mis pestañas. Silencio, un silencio lleno del sonido del mar, de las olas, de los barcos lejanos, del piar de las gaviotas, me arrullaba en mi adormecimiento mientras mi cuerpo, boca arriba flotaba llevado por las corrientes...se estaba tan bien...

Giré para recuperar la posición vertical y de repente un brazo se deslizó por mi espalda. ¿Un brazo? Parpadeé y mis ojos se abrieron a la oscuridad del dormitorio. Desorientada los cerré de nuevo e intenté situarme. Poco a poco los acontecimientos de los últimos días volvieron a mi mente y cuando los volví a abrir pude distinguir la silueta del rostro de Tyr, profundamente dormido a mi lado. Una sonrisa tierna curvó mis labios y durante largos minutos me limité a contemplarle en su sueño a la escasa luz de las farolas de la calle, maravillada de los sentimientos que me ligaban a él. Una ligera barba había empezado a cubrir su mentón y labio superior dándole un aire de chico malo que encontré adorable. Como adorables eran también sus largas pestañas o la curva de sus cejas. Le quieres...el pensamiento, no invitado, afloró desde no se sabía donde pero, en lugar de desesperarme, sentí como me llenaba con su calidez. También me aterrorizaba un poco, para que negarlo y quizás por ello me resistía a decirselo. Al fin y al cabo da lo mismo decirlo o no mientras lo demuestres...pensé mientras mis ojos bebían de su visión. Resistiendo el impulso de besarle y despertarle me giré levemente para ver el reloj de la mesilla. Las nueve...probablemente Nana ya habría vuelto de su clase pero conociéndola ni habría osado asomarse a ver qué hacíamos. Era muy respestuosa con la privacidad de cada uno y, por extraño que pareciera, siempre había tenido un concepto un tanto peculiar sobre lo que era educar a un adolescente. Sabía que el año anterior no lo había pasado nada bien, viendo como noche tras noche dormía fuera de casa o me relacionaba con personas que consideraba de dudosa fiabilidad, pero nunca me había dicho nada. Entendía que tenía el corazón destrozado y siempre había estado ahí, apoyándome. Sin duda, después de haber visto a Tyr, estaría más que feliz sabiendo que por fin había recuperado un poco el sentido. En parte al menos.

Seguro que le cae mejor que Marcus, al que no se por qué cogió manía desde el primer momento que le vio...pensé mientras con cuidado apartaba lo suficiente el edredón para poder salir de la cama. Con cuidado volví a colocarlo entorno a Tyr y silenciosa me encaminé al baño en la penumbra mientras anudaba la bata de seda china entorno a mi desnudo cuerpo. De repente noté cómo algo suave me rozaba un pie y sonreí. La gata había encontrado la forma de entrar en la habitación y tenía ganas de jugar por lo que parecía. Conteniendo los juramentos ante sus mordiscos y arañazos crucé el vestidor y entré en el baño seguida por la bestezuela.

Cinco minutos después estaba de vuelta. Pensativa me paré en medio de la habitación, dubitativa respecto si despertar o no a Tyr. Debía estar tan cansado como yo pero a lo mejor querría irse a su casa...Bueno...es pronto...dejémosle dormir un rato más, decidí asintiendo para mí. Silenciosa, fui a la habitación de al lado y al poco volví con un cuaderno entre las manos. La luz de las farolas de la calle entraba por la ventana, creando una penumbra a la que mis ojos se habían acostumbrado lo suficiente como para permitirme ver. De todas formas...no necesitas ver, te lo sabes de memoria...me dije mientras con toda precaución para no hacer ruido me sentaba en el banco de la ventana, con las piernas recogidas a un lado y apoyada sobre un cojín comenzaba a hacer trazos con mano experta.

Poco a poco me voy dando cuenta de algo mientras duermo.O mas bien, la falta de algo.Aun medio dormido recorro con la mano las cercanías de mi lado, en donde espero encontrar un cuerpo cálido y con puntos deliciosamente blandos, y frunzo el ceño con los ojos aun cerrados al no hallar lo que esperaba. Al final elevo la cabeza y abro con lentitud los ojos, buscando a mi alrededor y esperando no encontrarme solo en una habitación extraña.

Tardo un poco en enfocar a Noukky, sentada en una silla mirándome y haciendo algo mas que aun no puedo precisar, debido al sueño.

Hola...es muy tarde?.No podías dormir?. Te he dado alguna patada?...un mordisco tal vez?. Le sonrío mientras parpadeo tratando de centrar la vista en la preciosa muchacha.

El tono adormilado de Tyr y su expresión de búho cegado me hizo sonreir. Alzando la mirada del bloc de dibujo le sonreí con cariño y negué con la cabeza.

- Qué va...no sé...me desperté y estaba bastante despejada y me dio el impulso de dibujar un poco...con tanto lío llevaba varios días sin tocar un carboncillo...- comenté en tono suave y dulce- son poco más de las nueve, y media diría yo...no te he despertado porque estabas tan mono roncando...- reí ligera bromeando.- Sigue durmiendo si quieres...yo iré en un rato...

Asiento con lentitud, centrado en lo de seguir durmiendo. Aun así trato de decir algo inteligente para que no se diga que no presto atención.

Ronco?...yo no ronco no?. Como mucho babeo la almohada. Estiro los brazos y abrazo la almohada del lado de Noukky. Ya que no puedo tenerla a ella por el momento, me tendré que conformar con su almohada, que al menos huele a ella.

Nñño tardesh...

La ternura que su actitud me inspiró me hizo dejar a un lado el bloc de dibujo. Si había que poner en una balanza el abrazarle y el dibujar la decisión era dura pero sin duda ganaba él, sobretodo teniendo en cuenta que estaba desnudo metido en la cama. Sonriendo para mi misma me puse en pie y tras dejar el bloc en el banco me acerqué a la cama, disfrutando de la visión de su rostro medio enterrado en la almohada. Mi almohada. Ains..

- Anda...hazme un hueco...- murmuré apartando el edredón para meterme en la cama después de dejar caer la bata al suelo. Cariñosa me pegué a su espalda y le abracé  desde detrás hundiendo mi rostro en el hueco formado por su nuca. Mis labios le besaron dulcemente el cuello. No dije nada. Prefería limitarme a disfrutar de aquella sensacion en silencio, acunándole en su sueño.

Me muevo un poco cuando escucho su voz, aunque sin abrir los ojos. Aun así, una amplia sonrisa llena mi rostro cuando siento su cuerpo contra el mio y sus labios en la nuca. Por un instante siento como la pasión esta a punto de hacerme reaccionar, pero le vence el sueño y la agradable sensación de bienestar.

Muevo un brazo para posar una mano sobre su cadera, acariciándola con gesto adormilado, cada vez mas lento pero sin apartarla de su pierna, contento antes la sensación de calor y el saber que esta ahí que me trasmite.

Quizás sea un poco exagerado, pero me veo obligado a reconocérmelo a mi mismo. Dormir con ella así esta resultando tan placentero como el sexo.

Había algo relajante, cálido en estar así tumbada, pegado mi cuerpo contra el suyo como dos piezas de un puzzle encajando a la perfección. Su mano buscó mi cadera acariciándola en su sopor en un gesto cariñoso que casi, solo casi, hizo despertar en mi el deseo. Pero era tarde, habiamos dormido muy poco y el sueño pudo más que cualquier otro instinto. Hummmm....parece que se queda...pensé feliz. Ni siquiera me había dado cuenta de que la posibilidad de que decidiese irse a su casa me hubiera angustiado tanto. Ese pensamiento fue el último que tuve anets de que la calma que su presencia a mi lado me inspiraba me arrastrase a la inconsciencia. Silenciosa, elegante, Isys se acercó a la cama, los ojos muy abiertos en la oscuridad. Pensativa observó el bulto de nuestros cuerpos debajo del edredón y, finalmente, con un ágil salto se subió a la colcha. Sus diminutas patitas no hicieron ruido mientras ronroneando se hacía rosquilla a nuestros pies. Su boca se abrió en un bostezo enseñando sus diminutos dientes. Luego cerró los ojos y se durmió.