Partida Rol por web

No se da mucha cuenta de lo que hace la chica. Está muy ocupado pareciendo sobrio como para siquiera escuchar con atención lo que dice. Además, era consciente de que en un par de horas se arrepentiría de haberle contado eso.

- Supongo que es otra manera de ver la cosas...

- ... - Se mueve un poco el pelo, y se pone una mano en la boca para evitar un bostezo. - Bueno, en todo caso no importa, es una historia muy antigua. Y siempre me lo dijeron más como consejo que como amenaza...

Debería llamar a Genie. Y definitivamente no debería de estar pensando en eso en aquel momento. Se para un momento y la mira, para luego volver a caminar. En contra de la mayoría de la gente; el alcohol no le desinhibía. Al contrario. Sí, decía cosas fuera de lugar, como la historia que acababa de contarle, pero al contrario que la mayor parte de la gente, ahora se sentía como un niño de diez años caminando junto a una chica.

Suspira. Mejor no pensar en ello...

- ¿Y tú qué? ¿En qué piensas al mirar las estrellas?

Danny siente un pequeño alivio. Robert había cambiado de tema, y bueno, en principio no le había disgustado que ella se pusiese algo más profunda.

Ante la pregunta se lo piensa unos segundos. Segundos en los cuales mira a las estrellas.

Realmente no pienso mucho... Dice como pensando en voz alta. Simplemente noto calma y me permite tranquilizarme y olvidarme de mis problemas. Almenos durante un ratito. Pero desde hoy las miraré de otra manera. Dice sonriendo de forma infantil guiñándole un ojo.

Percibe el bostezo de reojo. Lo siento. Supongo que debimos ir en limusina. Dice algo apenada. No había pensado que Robert quizá estuviese cansado. Una vez más, había sido una egoísta. Como todo el mundo pensaba: una niña de papá.

No le interesaban mucho las conversaciones profundas en ese momento. Todo lo que abordaba su mente era eso, conseguir andar recto. Aunque poco a poco ya se le había ido bajando. Quizás por eso le había entrado el sueño.

- No que va, si fue buena idea. Así se me baja. - arquea una ceja. - Creo que una vez dijeron que no es bueno acostarse aún borracho... aunque no se por qué.

Gira un poco la cabeza hacia ella y sonríe.

- Además, si hubiésemos ido en limusina, seguro que me hubiese quedado dormido. Y te aviso que ronco. - dice en modo de broma, riéndose levemente, y quitando tensión a la situación.

Piensa en decir algo más, pero no sabía mucho sobre ella, salvo que vivía en un hotel, era amiga de Nei y tal... así que le cuesta sacar un tema de conversación. Decide mejor quedarse callado y esperar a que ella dijese algo. Por lo menos gracias a su broma, incluso si se quedaban en silencio no sería incómodo.

Definitivamente sabía hacerla sentir mejor. Todo el mal rollo que ella había guisado y se había comido había desaparecido con tan solo unas pocas palabras de él.

Sonríe y finalmente ríe por su comentario.

Tranquilo, yo duermo como un tronco. Le sigue la broma y guiña un ojo, siguiendo con la comodidad de la conversación.

Así que va usted borracho, señor Anima... Dice con tono interesante y algo traviesa. Lo disimula usted bastante bien. Dice como si de un policia se tratase deteniéndose delante de él y analizándole con los ojos entrecerrados de bastante cerca. Pero rápidamente ríe dejando ya de hacer malas imitaciones y el tonto, volviéndo a ponerse a su lado. Era buen momento para irse conociendo. De repente le viene a la mente la conversación que habían tenido esa tarde en la que él... bueno, se le había declarado y ella le había pedido tiempo, precisamente para conocerse. Se sonroja levemente y baja la cabeza, esperando que él vaya concentrado en caminar y no se fije en su cara en ese momento. ¡Basta, Danny! ¡Naturalidad!

En un año que había "estado" con él, en la misma clase, apenas sabía cuatro cosas de él: sus padres habían muerto y su tío le había criado.

Sin embargo, se contiene las ganas de hacerle preguntas, pues había demostrado que estaba realmente cansado.

Dejaremos la parte en la que nos conocemos mejor para otro día. Dice con una sonrisa sincera, demostrando que no le importaba. Prefiero que estés al 100%. Añade finalmente en el mismo tono.

Cuando no puedas más avísame, y yo te llevaré a caballito. Soy más fuerte de lo que parezco. Dice levantando el brazo y doblando el codo, intentando enseñar músculo en señal de fuerza, incluso poniendo cara de esfuerzo, aunque su delgado brazo no le hace caso.

- Nena, yo siempre estoy al cien por cien. - dice con voz grave y sonriendo, en broma. No sabía bien qué decirle, ni cómo actuar delante de ella.

Cierra un segundo los ojos, y luego los abre. Al abrirlos se da cuenta de que en verdad no sabe dónde están. Ya no se ve la casa de Ian por detrás, pero tampoco nada reconocible con la poca luz de las farolas por delante. Están en medio de ninguna parte.

Sigue caminando un poco más, hasta que encuentra un banco. No es muy normal un banco en una calle residencial, por eso le llamó la atención. Además de por la sensación de no estar en ninguna parte en ese momento. Debía ir más borracho de lo que pensaba... Sin dudarlo un momento, se gira, y se sienta sin más.

- Mejor que descansemos... me temo que mis comidas últimamente no son todo lo saludables que deberían, y cómo me tengas que llevar a caballito no llegaremos muy lejos. - dice mientras se toca el abdomen, haciendo notar una "tripa" que en verdad no sobresalía apenas.

Se tiende en el banco y mira al suelo.

- No, no estoy ya apenas "pedo". El paseíto y el viento le bajan los ánimos a cualquiera. - dice levantando un poco la cabeza para sentir el viento. La verdad es que frío no hacía, pese a ser altas horas de las noche, pero sí había un ligero viento. Se da cuenta de que las mangas de su camisa aún están remangadas, y se las baja.

- La verdad, es que ahora mismo me quedaría a dormir aquí... el banco parece muy cómodo, y las vistas son espectaculares.

Por vistas espectaculares se refería a lo poco de estrellas que se podían ver detrás de un edificio. Lo único a destacar sería que como la luna quedaba por detrás de ellos, se reflejaba ligeramente en los cristales de los pisos no iluminados, aunque por lo demás no dejaba de ser la típica calle de las afueras de París.

Danny sonríe y finalmente se sienta a su lado. Cierra los ojos y también se deja llevar por el ligero viento. Realmente Paris era precioso, lo dijo en el momento en que pisó por primera vez esa tierra.

Seguramente Robert, ahora que la conocía algo mejor, y que seguramente pensase que es una niña mimada como el resto del instituto, hubiese cambiado de opinión respecto a su declaración. No importaba... ¿o sí? Era lo lógico, pero no sabía por qué la apenaba.

Puedes apoyar la cabeza un rato aquí si quieres. Le propone sonriendo señalándose las piernas apenas cubiertas por la chaqueta del chico, para que las utilizase a modo de almohada. Prometo despertarte si te quedas dormido. Dice con una mano levantada a modo de juramento. Lo que no le dice es que pensaba dejarle dormir un rato. No pasaba nada si dormía unos minutos. La otra mano, aún sujetaba con cariño el peluche. Palabrita de niña buena. Dice esta vez sonriendo con algo más de malícia.

Se recuesta en el asiento, y mira al cielo. No conseguía que estar con ella dejase de ser incómodo, y ella tampoco se lo ponía fácil. Lo mejor sería dejar el tema pasar.

- No necesito dormir... - dice aún mirando al cielo en voz baja. Con la caminata se le había ido bajando, y ya casi estaba del todo sobrio. Y con su sobriedad volvió su timidez. No sabía bien qué decirle, pero tumbarse encima de ella sería... muy incómodo.

Tampoco necesitaba decir nada. Le pasa el brazo por detrás del hombro a Danielle, y se queda callado. Se podía escuchar una sirena de policía al fondo, y de vez en cuando algún coche pasaba por la calle.

No sabe qué decir y tampoco cómo actuar, por lo que decide quedarse quieto, muerto de vergüenza, con el brazo detrás de ella, y en silencio, como si se hubiese parado el tiempo.

Danny esconde su cara de decepción al notar en sus movimientos y palabras el rechazo del chico. Bueno, ya se había hecho a la idea de que el chico había cambiado de opinión pero aún así no sabía que hacer para que él no se sintiese tan incómodo.

Por esa razón, le sorprende de sobremanera el siguiente paso del chico. Se sobresalta levemente y se estremece cuando nota su brazo detrás de sus hombros. Pero se le dibuja una pequeña sonrisa. Resultaba adorable la timidez de Robert. Adopta una pose más cómoda para ella y dobla las rodillas apoyando los pies en el banco, rodeando sus piernas al descubierto con sus brazos y dejando el peluche entre su cuerpo y piernas. Aprovecha la comodidad y apoya levemente la cabeza en el hombro y pecho del chico. Finalmente cierra los ojos algo sonrojada. Parecían niños de primaria. Esperaba que no fuese demasiado osado y Robert saliese corriendo.

Robert... yo... gracias por todo.. Le dice casi en un susurro. En ese "gracias" iba incluido todo: por hacerla sentir mejor, por su declaración, por haber estado ahí ese último día y por supuesto por acompañarla a casa.

Cuando pasan unos minutos, en los que casi es ella la que se queda dormida, levanta la cabeza aunque sigue sentada de la misma manera. Será mejor que acabemos el recorrido en mi limusina. Así podrá llevarte a tu casa. Dice escribiendo un rápido mensaje. Cuando acaba cierra el movil y se lo vuelve a guardar. No tardará en llegar. Dice girándose al chico y sonriéndole.

Se queda con ella en silencio hasta que el coche aparece. Es parecida a la suya, quizás un poco más grande. Le abre la puerta a la chica para que entre delante de él.

Una vez dentro, se sienta en el otro lado del coche para que el conductor no piense nada raro. Más de una vez le había pillado el padre de alguna chica por un conductor indiscreto, o bueno, mejor dicho, contratado para vigilar a la chica.

Mira por la ventana mientras se alejan del banco. Aún no sabe dónde estaban exactamente.

- Me gusta ese banco. Algún día tenemos que volver. - dice recostándose en el asiento, y mirando de reojo por la ventanilla, a la espera de lo que quiera que pasase cuando llegasen al hotel.

Danny sube también. El viaje al hotel se haría algo incómodo y silencioso. Robert se había sentado bastante lejos de ella, así que Danny solo se limita a mirar por la ventana también. Pero al oírle pronunciar esas palabras, Danny esboza una tímida y encantadora sonrisa, y también mira al banco.

Un simple: Vale... Sale de sus labios a la vez que le regala una fugaz mirada. Robert le daba una de cal y una de arena. Si no fuese porque se le había declarado esa misma tarde en el italiano, jamás se habría imaginado que ella le gustaba. No era chico de muchas señales ni palabras, y por eso el viaje continuó en silencio.

Finalmente llegan al hotel. A causa de su lejanía, despedirse con dos besos sería algo forzado. Por lo que espera a que el chofer abra la puerta.

Te llevará hasta tu casa... Mejor que las cosas terminasen así. Robert no parecía aún muy cómodo en su compañía. Nos vemos mañana en el instituto. Descansa y gracias por acompañarme. Dice haciendo el ademán de salir de la limusina.

Vista la frialdad de la chica se ve forzado a hacer algo. La había acompañado a casa y ella se había ido practicamente sin despedirse, como si fuera un extraño al que estaba haciendo un favor, lo que seguramente fuera mejor que aquella situación. Le coge por el hombro un segundo, levemente. Ella obviamente podría soltarse sin problemas.

- Escucha... no soy la clase de persona que es rechazada por una chica. - tras escucharse corre a corregirse. - Quiero decir... que se declara, que tiene novia o bueno, que simplemente habla con chicas. Soy amigo de Andre y Noah... soy más el tipo de persona que simplemente está con una chica una noche y ya está. - visto como podía interpretarse lo que acababa de decir vuelve a corregirse. - No hago más que cagarla... me refiero... no suelo hablar, con gente, y tal. Me gusta leer, el baloncesto, correr... Paso la mayor parte del tiempo en un piso vacío y no suelo relacionarme mucho con la gente salvo para entrenar o puede que alguna fiesta.

Tras el discurso en el que seguía fastidiándola, como siempre, ya que parecía que era lo único que conseguía cuando hablaba Suelta el hombro de la chica, y antes de volver a su asiento le dice un par de frases más en voz baja.

- Con esto quiero decir, que es mejor que te olvides de mi. No se cómo tratar a las personas, no se cómo actuar de manera correcta fuera de la cancha o mis libros. Lo siento por este día que te he hecho pasar.

Danny que estaba apunto de bajarse de la limusina algo cabizbaja, nota un tacto en su hombro. Rápidamente se gira, y se encuentra con Robert a su lado. No le da tiempo a decir nada, pues él empieza a hablar.

Su cara pasa de asombro, a una cara divertida y finalmente una expresión dulce. Había descubierto más de él en estos segundos, que ayer y esa noche juntos.

Al ver que se vuelve a alejar, cierra la puerta, y se sienta a su lado.

Robert...¿es que no has escuchado nada de lo que te he dicho esta noche, tonto? Le dice con dulzura, agachando si hace falta la cabeza para que el chico la mire a los ojos.

No quiero ni puedo olvidarte. Estos dos días has sido un gran apoyo para mí. Y créeme que no lo olvidaré. Prosigue. Pero en este punto ya no busca la mirada de él, sino que es ella la que la esconde. Y no te he rechazado... dice con más timidez. Solo te he pedido tiempo...me gustas así tal y como eres... Dice casi en un susurro.

Gracias "por este día que me has hecho pasar" Dice con cierto tono repitiendo las palabras que él había dicho y sellándolo con un beso en la mejilla.

Pues nada... con esto damos por concluido el día. Lo digo por que si esperas un acto romántico a gran escala, no es la clase de persona... y como más que un "se sonroja, intenta tartamudear algo, y finalmente se va en el coche" no vas a conseguir, prefiero dejarlo como está ;)

Si quieres postear o redactar algo más por mi perfecto... y por que llegué tarde y el conflicto Michelle llena todas las portadas, que en nada llegará el ex-novia de Robert cuando la máster lo decida xD