"Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo."
Juan 2:16
Los caminos no son seguros, es bien sabido. Gentes de mal vivir acechan en los bordes de oscuros senderos mas que dispuestos a separar a los honestos de sus bolsas y sus vidas. Mientras bandidos sin escrúpulos montados en caballos robados esperan en solitarias rutas secundarias una presa sobre la que caer. Incluso los hombres de ley, encargados de proteger el paso, acaban torciéndose bajo la tentación de una bolsa tintineante o las curvas de una moza...
Que a lo largo de ciertas zonas, más que ocasionalmente, alguien se pierde...
A menudo gente que nadie echa en falta, campesinos, fugitivos, prostitutas, mendigos o criminales. Quizás los diablos que infestan las sombras los tomen, si hay que beber su sangre o devorar sus almas, o quizás algún conocimiento oculto que rezuma de la misma tierra los reclame. Quién sabe. Aunque la mayoría de las veces es la misma maldad humana la que hace a la gente desaparecer...
Esta historia presenta esa maldad humana infectada por un siniestro toque de magia y superstición, y cuenta como, sin dejar rastro, una joven y noble muchacha desapareció.
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