Me quedo mirandola un rato al ver que no se une al juego sin dejar de prestar atención a los demas niños, finalmente miro a los niños que juegan conmigo y les hago gesto para que hagan un coro alrededor mio, me agacho para quedar a la altura de ellos.
---bsb ( ¿Que le pasa a vuestra amiga? ¿no le gusta el juego?)- digo irando a ver si hacen alguna reacción rara respeto a ella.
Los niños te respondieron, diciendote.
-No le gusta jugar a Inquisidores y Monstruos.
Segun pasa la noche, cenas tranquilamente. Al acabar la cena, el sacerdote te invita a dar un paseo, devolviendote tu arma por seguridad. Os alejais durante un buen rato, y por el camino te das cuenta de algo que no habias visto durante el camino... una cruz de la inquisicion bordada en la espalda del cura. El se detiene.
-¿Lo has visto verdad? Esa niña es parecida a ti... no es un hija de dios, si no del demonio... es mi deber... acabar con gente como tu... y como ella.
Antes de que te des cuenta, recibes una patada, que te rompe irremediablemente varias costillas... nunca nada te ha golpeado tan fuerte... es inhumano.
Durante un rato combates, parece jugar contigo, o no querer matarte en el fondo de su ser.
-Tienes potencial... escucha chico... haremos un trato... ¿protegerias a la niña? ¿La llevarias a un lugar con mas como ella? Juralo... desde el fondo de tu alma... y te dejare llevartela, pero incumple tu promesa.... ¡y la muerte sera un alivio!
¿Cual es tu eleccion?
Despues de que respondas, toca final del epilogo y regalitos XD
El golpe me pilla completamente desprevenido, mientras caigo maldigo interiormente no haberme fijado antes en la cruz de la inquisición. Como es logico, cuando empieza el combate no tengo ninguna opción contra él, me resulta imposible concentrarme debido al dolor que tengo.
Finalmente caigo derrotado y gadeando, aunque por un instante me olvido de hacerlo al escuchar la petición suya.
---¿por....por que.... haria algo asi.....espec....especialemtne ustedes?- logro decir con bastante dificultad.
El inquisidor tuerce el rostro.
-Mate a sus padres, sin pensarlo, como a monstruos, pero esa niña... es una niña, como las humanas... ¿Y si estaba equibocado? ¿Y si he obrado el mal bajo lo que han llamado los mandatos de dios? Quiero enmendar mi error, pero no puedo cuidarla, no puedo evitar siempre que la descubran, ni cuidarla como los suyos. ¿La llevaras con mas como ellos?
Me callo un momento ante el comentario del sacerdote, en verdad mi primer impulso ha sido reirme en su cara, pero luego lo he pensado mejor y me guardo el comentario.
---Esta bien, aunque despues de los golpes que me has dado, dudo mucho que pueda llevarmela a alguna parte, me has roto un par de costillas ¿sabes?- le contesto cerrando asi el trato.- A proposito ¿ como se llama?
El sacerdote te apunta con una de sus armas, su gesto a cambiado.
-No tiene, que yo sepa. No habla nuestro idioma. Ahora, es tu eleccion, tu vida por ayudarla, ese es el trato, si fallas o me traicionas, te encontrare y te matare...
--- Creo que ya he dicho vale- digo mirandole de mala cara- Y tranquilo,no le traicionaré si es eso lo que le preocupa, tengo bastante apego por mi vida.
El inquisidor guarda sus armas.
-Una de la santas de Nathaniel me dio esto, dijo que el hombre que me ayudase, podria usarlo.
Es una carta del tarot, con el simbolo de la emperatriz. El inquisidor de obliga a formar un pacto con el arcano, jurando que protegeras a la niña, y mientras tanto, podras convocar a La Emperatriz para que te ayude en batalla. Cuando el pacto se sella, el cielo emite un color rojo sangre, y siente que algo no sale bien.
A la mañana siguiente, el inquisidor te da un caballo y provisiones, y acto seguido el mismo sale a trote hacia El Dominio, el principado del vaticano.
Mientras, tu, acompañado por la silenciosa niña, te dirijes en una aventura que ni siquiera has elegido voluntariamente.
Fin del Prologo.