Partida Rol por web

El golpe de Zenram me pilla totalmente desprevenido y de espaldas, aúllo de dolor pero por arte de magia su espada en lugar de partirme en dos sólo produce un profundo corte del cual mana la sangre a raudales, los escarabajos también se acercan a mi posición y los esquivo como buenamente puedo.

Sabedor de que dispongo de un golpe para salvar la vida descargo dos certeros tajos sobre Zenram, sonrío al ver que los golpes son bastante fuertes aunque no se si serán suficiente para acabar con él, no obstante dirijo una última mirada cargada de amor a la sacerdotisa despidiéndome de ella...

Los dos espadazos caen sobre Zenram a una velocidad que indica que su rival es más poderoso y hábil de lo que hubiera imaginado, y ante ello, el guerrero solo puede intentar interponer a Skrai, que todo y su fuerza, es incapaz de detener los golpes, los cuales atraviesan la férrea armadura y se adentran en la carne, donde para maldición de fiel humano de Aelyn, pierden buena parte de su fuerza, sin duda debido a la misteriosa fuerza que parece socorrer a los impuros.

Por su parte, la esfera de fuego convocada por el mago rueda de forma infernal, abrasando ramas y zarzas, pero su movimiento no es muy duradero, pues apenas avanza diez pies, se detiene, al parecer interrumpida por algún obstáculo. Su victima, que soporta el dolor en silencio, no puede evitar el siseo del fuego al chamuscar su carne y parte de su ropa, y un fino hilillo de humo se alza al aire.

 Viendo aparecer al guerrero me dispongo a descargar mis lluvia de saetas sobre él, sin embargo con el rabillo del ojo veo volar a Rikel cerca y le envío silenciosamente a marcar a Zenram.

 Al aparecer el guerrero y tras recibir la orden mental de su amo el halcón se lanza hacia él en picado dejando una pequeña rozadura en su mejilla.

 Una vez el halcón ha dejado su marca en Zenram, suelto mis mortíferas flechas.

Atravesando con precisión la armadura del guerrero en su costado.

Al sentir el picotazo del halcón, el furioso guerrero ni siquiera duda o piensa al respecto, y en un rápido giro de sus muñecas, mueve a su daga-espadón en un amplio arco, el cual, de forma certera, alcanza al halcón en su vuelo de huida, arrastrándolo al suelo con un ala destrozada y un feo y profundo corte en su pequeño cuerpo lleno de plumas...

Tirada: 2d6(+15)
Motivo: Daño A.O. Sobre Rikel
Resultado: 8(+15)=23

Las flechas de Ricard, que parece dudar inicialmente sobre si dispararlas o no, aunque en realidad lo único que hace es esperar a que su halcón marque a su presa, vuelan sobre el campo de batalla en aun arco mortal, aunque por enésima vez, y sin llegar a sorprender a nadie, su vuelo parece afectado por alguna fuerza, y de las tres saetas, la segunda es incapaz de alcanzar a su objetivo, y desviada se aloja en la tierra a varios palmos del guerrero. Aún y así, tanto la primera como la tercera flecha buscan y encuentran su objetivo, atravesar la armadura de Zenram para alojarse en su carne, la primera en la pantorrilla izquierda, donde se entierra con fuerza y la segunda en la espalda, aunque en este caso es apenas un rasguños, ya que la coraza del guerrero absorbe la mayor parte del impacto.

Y mientras que el guerrero aguanta estoico las heridas que mellan su cuerpo, sin duda gracias a la iracunda furia que brilla en sus ojos y en esos momentos inflama su cuerpo, Rikkel emite un graznido o similar desde el suelo, donde, perdiendo sangre a causa de la herida sufrida, cae inconsciente.

Todo y las nuevas heridas, que hacen que el guerrero sangre de forma alarmante, Zenram vuelve a fijar su mirada en el rival que tienen ante si, y decidido a ganarse la ventaja necesaria, tanto para él como para su amada, alza a Skrai por encima de su cabeza, y acompañando el descendente arco, grita con todas fuerzas..

MUEEEEEEREEEEEEE!!!!

La daga-espadón, dotado de un filo inquebrantable, atraviesa, a la atura del hombro izquierdo, la completa armadura de su rival con la facilidad que corta la mantequilla, y sin disminuir ni un ápice su fuerza, hace lo propio con carne, el hueso y los músculos que salen a su encuentro, y solo cuando la herida alcanza el pecho del guerrero, en esos momento cubiertos por una inmensa cantidad de sangre, Skrai termina su movimiento, y con un tirón de Zenram, abandona el cuerpo al que acaba de arrebatarle la vida...

Tras el tremendo golpe, de un fuerza quizás equiparable tan solo por unos pocos privilegiados, Zenram intenta golpear a la mantis, pero su golpe es impreciso y débil, y tras errarlo, vuelve su mirada hacia atrás, y agotado, cabecea ligeramente antes de que su rodilla derecha ceda y acabe hincada en el suelo. Aferrando a Skrai con amabas manos, el guerrero libera un suspiro, y solo gracias a la punta de su arma, clavada en la tierra, parece logar evitar que su cuerpo se desplome al suelo..

Apenas el filo de Skari abandona el cuerpo de Tyr, este parece caer a cámara lenta, y aunque la vida ya no se aloja en su ser, su mirada, vidriosa, parece buscar un último punto, una ultima imagen que guardar en su retina. Pero es en vano, y Tyr, cubierto de sangre, se desploma hacia atrás, el pecho rajado en una herida terrible y mortal...

En ese momento, el ruido de gritos y relinchos os hace desviar la mirada hacia atrás, para ver, a lo lejos, y acercándose, las figuras de al menos medio centenera de soldados, que ondeando el estandarte de Aelyn, y con Lucius a la cabeza, se acercan, cabalgando unos, corriendo otros, lo más rápido posible...

Una vez Skrai, empuñada por Zenram, se abalanza, con éxito, sobre Tyr, tu mente parece incapaz de apartar el dolor que en esos momentos siente tu amado, y por unos eternos segundos, la imagen de su cuerpo atravesado por el arma así como las sensaciones que te avasallan te arrancan profundas arcadas y silenciosos gritos de horror, pero tan de repente como sorprenderte, dicha sensación desaparece y es sustituida por una calma que solo sientes cuando oras y tu diosa te bendice con su mística presencia.

Por un momento incapaz de hallar una explicación, te miras las manos, y en ellas adviertes un ligero temblor además de un intenso cosquilleo que poco a poco parece iluminar tus dedos, aunque dirías que es solo a tu vista. Y entonces, como si se tratara de un estallido, la respuesta llega clara a tu mente, y su origen no es otro que tu bella armadura, la cual tiembla de forma muy suavemente, aunque en su caso no es causa del dolor o la ira, sino al poder obtenido tras la sangre bebida.

Y a sabiendas de lo que puedes hacer, pues en ese instante el poder parece desbordarte, te preparas para aprovecharlo...

La drow ve desplomarse al guerrero y una mueca de dolor se refleja en el rostro invisible de la horrible saga, sin duda alguna había sido un fiel compañero, leal y siempre presto a acompañarla, sin duda alguna la mejor compañía que había tenido la solitaria hechicera.

Con una lágrima brotando de sus ojos, la drow mira iracundia al mago rojo y planea su propia venganza.

El primer garrazo, que efectúas en un arco de arriba a abajo, y más desde tu elevada posición, alcanza a Murdock en el rostro, ocasionándole cinco surcos de brillante roja sangre en el mejilla. El segundo garrazo, que sigue al primero sin tiempo para que el mago reaccione, es algo más fuerte y sus garras rasgan parte de la carne del cuello, donde el sangrado es más profuso y peligroso. Pero el verdadero dolor viene cuando en un movimiento simultaneo, mueves ambas garras de derecha a izquierda y a la inversa...

Y es entonces cuando todo cambia. La figura de Murdock deja de ser Murdock, y en su lugar, es Zenram quien sufre el dolor de los garrazos, los cuales rasgan su pecho y cuello, sin lograr arrancarle ni el más mínimo grito de dolor. Todo y el cambio de objetivo, tus dientes se lanza de todas formas a terminar la faena, y en un brusco y rabioso mordisco, arrancan la oreja diestra del humano, que, ahora si, emite un leve quejido antes de caer de rodillas, a decir de su expresión, al borde su resistencia.

Tan de repente como extraño, la figura del guerreo, que mantiene una rodilla en el suelo, parpadea y chispea con fuerza, y un instante después es el mago de rojiza barba el que ocupa su posición, y a decir por su sorprendente mirada, tan sorprendido como el que más. La sangre, roja y brillante, mana de los cinco surcos que cruzan su mejilla izquierda, así como de otros tantos que han rasgado su cuello.

Zenram aparece no muy lejos del mago, y junto a él, Daenerys, que observa como una invisible criatura golpea al guerrero, rasgando su pecho y cuello con los que se intuyen dos garras, antes de arrancarle la oreja diestra de lo que parece un furioso mordisco. Entonces si, el guerrero emite un leve quejido antes de caer de rodillas, y a decir de su expresión, al borde de su resistencia.

Agotado, y cubiertas sus manos de su propia sangre y la de sus enemigos, Zenram fija su mirada en la de su amada, y en silencio, tiende sus manos, que empuñan a Skrai, hacia ella.

Todo transcurre muy deprisa y la drow apenas tiene tiempo de abarcarlo todo, ve a su amado propinar un duro golpe al guerrero con el que se enfrenta y éste caer a sus pies derrotado con el pecho abierto, entonces suspira aliviada pero poco dura pues las flechas atraviesan el campo y encuentran su objetivo en él, -no...

Sin tiempo de reacción algo golpea a Murdock que está a su lado, y por los surcos que aparecen en su cuello y rostro parece una garra, por lo que se prepara para atacar y defender la vida del mago y la suya propia cuando al momento, y nuevamente, todo se torna irreal, Murdock es sustituido por Zenram el cual recibe la peor parte del invisible ataque y cae al suelo arrodillado habiendo perdido su oreja derecha y extenuado.

- Nooo, esta vez la voz si que surge de sus labios mirando al derrotado Zenram, y rápidamente la que fuera fiel servidora y Sacerdotisa de Aelyn comienza a invocar sus poderes curativos para procurar salvar la vida de la persona que mas ama en esta vida, pero este, en cambio, unicamente le ofrece, arrodillado como está, a Skrai. La decisión es firme en su mirada y sabedor que ha llegado su fin nada ni nadie le hará cambiar de idea.

La drow nota el poder fluyendo en su interior preparada para curarle o hacer lo que pueda por él, pero al ver su mirada de decide por negar con la cabeza y apretar fuertemente su espada debido a los nervios. Las lágrimas comienzan a brotar y tanto la poción, como la espada y el escudo, acaban, finalmente, cayendo al suelo por no poder aguantarlas ya en sus manos.

La drow lo mira comprendiendo lo que ha de hacerse, - no puedo hacerle eso, no puedo...he de dejarle ir, y le sonríe tomándose un precioso segundo para acariciar por última vez su rostro, - te quiero lo has sido y eres todo para mi, Y ELLA NO NOS TENDRÁ NUNCA; A NINGUNO DE LOS TRES; afirma, alzando la voz en un nuevo desafío a la que un día consideró su madre.

En un último instante, tomada ya la decisión de su siguiente acto, Daenerys vuelve su rostro para mirar al explorador caído y a Zoe, y luego a Murdock, a quienes les ofrece las gracias con un gesto de cabeza, los futuros padrinos de su hijo que nunca llegará a ser. Luego, se arrodilla frente a su amado para acabar cogiendo la empuñadura de Skrai que este le ofrece, feliz por poder estar los últimos segundos junto a él...

Cuando las manos de la drow rodean la empuñadura de Skrai, el guerrero hace lo propio alrededor de las negra manos de su amada, y luego, intenta en vano pronunciar palabra alguna, pero tan solo el silencio parece digno de pronunciarse, y con él como único mensaje, Zenram inicia el movimiento que logra volver el filo de Skrai hacia Daenerys. Acto seguido, y una vez la drow cierra los ojos y asiente, el extasiado guerrero empuja con sus ultimas fuerzas, y el filo de la daga-espadón atraviesa el estómago de su objetivo.

Por un largo segundo, infinito a decir de su importancia, los ojos de la drow vuelven a abrirse, y aunque es dolor lo que debería sentir y expresar, pues de su estómago mana la sangre de forma descontrolada debido a la mortal herida que la infringido el arma de su amante, es una suave y amorosa sonrisa lo que tensa sus labios, y con esa expresión, plácida y tranquila, el cuerpo de Daenerys pierde cualquier fuerza o sustento, y lentamente, resbala hacia atrás, cayendo a un suelo ya cubierto por su sangre. Zenram, que apenas si puede contener las lágrimas que vierten sus ojos, ofrece sus brazos en la caída de su amada, y con suavidad, permite que este no se desplome, sino que alcance el suelo con delicadeza. Luego, y una vez

El guerrero, que deja surgir su determinación en su intensa mirada, desentierra a Skrai del cuerpo de Daenerys, y antes de sumirse en la más auténticas de las iras, se vuelve hacia Murdock, a quien dirige una mirada, brillante a causa de las lágrimas y feroz gracias a la determinación de saber que es lo que debe hacer, cargada de un significado que solo ambos conocen y entienden. Y entonces el guerrero chilla con todas sus fuerzas, y Skrai, que vuelve a estar empuñada por sus manos, estalla en un intenso brillo rojizo que ciega a todos los presentes y tan poderoso e intenso como inimaginable, se expande en una inmensa onda que abate toda magia u efectos de su alrededor ...

Cuando el brillo desaparece, en el transcurso de un tiempo que parece una eternidad, Zenram ha logrado incorporase, y Skrai, la que fuera una daga a simple vista, se muestra ahora tal y como es, un espadón de filo rojizo y afilado, tan largo como dos espadas y custodiado tan solo por una empuñadura de plata, que lisa y alejada de adornos, revela un pulido perfecto y destaca como la más brillante y hermosa de las piedras preciosas. El guerrero, que la empuña con ambas manos, mantiene los ojos cerrados, y a decir de su cabeza gacha, la barbilla sobre su pecho, parece sumido en el sueño o quizás la inconsciencia o la muerte. Aún y así, la fluctuante e intangible visión de un elfo, alta y atlética, que se confunde, de forma intermitente, con el cuerpo del guerrero, deja patente que quizás es otra la esencia o el alma que en realidad gobierna el cuerpo del humano, y cuando su voz se alza al cielo, barre cualquier duda al respecto.

Yo Haylin, reclamo vuestra vidas en nombre de la Bondad y el Amor, exclama la voz, que parece provenir de Zenram, aunque este no llega a pronunciar palabra alguna. y por el sacrificio a mi ofrecido, la mano del humano y también la del elfo, señalan a Daenerys, su cuerpo, cubierto de sangre y sin ningún atisbo de vida, aparecido a los pies del mago, ambos en el límite del campo de batalla, emplearé toda mi voluntad en hacerlo.

Tras las desafiantes palabras, Skrai vuelve a emitir un fogonazo de luz, en este caso sin ser suficiente para cegar a nadie, y tras ello la translúcida y parpadeante imagen de Haylin, enfoca su mirada en Ricard, Amyra y por último, aunque no sin vacilar, a su izquierda.

Tras el estallido de luz, que te obliga a cerrar los ojos con todas tus fuerzas, pues este parece incluso capaz de dañarlos, es otra ofensiva y apremiante sensación la que te obliga a preocuparte aún más, y es que esa luz, dota de poder, impacta sobre tu propia magia, dispuesta a desbaratarla y destruirla. Por una largo momento, tu cuerpo, transformado en Saga, siente el ataque y la ferocidad de este, y aunque batalla contra este, parece incapaz de vencer, pues tu poder es muy inferior. Y con la certeza de dicho conocimiento te preparas para lo peor, el mostrar tu posición a tus enemigos y la debilidad que ello conlleva, pero en el último instante, el anillo que te diera Gaherion parece arder, y de él, percibes como el poder se libera, rodeándote y uniéndose al tuyo propio en la lucha con la rojiza luz.

Cuando eres capaz de volver a abrir los ojos, tu magia, a diferencia de la del resto de aliados y enemigos, sigue indemne, aunque el anillo de Gaherion ha acabado convertido en polvo...

 ...El nefasto escenario que ahora ante mis ojos se muestra me estremece el corazón. Como si la vida hubiese abandonado el mismo viendo como mi amado yace ahora en el suelo sin vida, hace que de repente se me queden rígidos todos los músculos, y apretando los dientes comienzo a experimentar un sentimiento y a la par una extraña sensación que ......Viene de mi armadura!!! un poder infinito y desconocido ahora recorre mis venas y lo único que quiero es correr al lado del inerte guerrero. Corro lo más rápido que puedo hasta llegar a su posición, y con un rápido movimiento, toda mi ira acumulada la encauzo para tratar de cerrar su herida. Y mientras esto ocurre....unas palabras vienen a mi mente: "....Ya estamos en paz, lo que te quité te lo devuelvo, pero no me vuelvas a dejar..."

Tras estos pensamientos, las lágrimas brotan en mis ojos ajena e ignorante de lo que ahora mismo me rodea, tan sólo me concentro en lo que tengo delante, esperando que el milagro ocurra.....

Loada sea mi diosa por los dones que nos concede, levanta a este valiente guerrero que en tu nombre dio la vida para que pueda seguir haciéndolo, castigando  a todos aquellos que te ofenden, por siempre Aelyn....

...El nefasto escenario que ahora ante mis ojos se muestra me estremece el corazón. Como si la vida hubiese abandonado el mismo viendo como mi amado yace ahora en el suelo sin vida, hace que de repente se me queden rígidos todos los músculos, y apretando los dientes comienzo a experimentar un sentimiento y a la par una extraña sensación que ......Viene de mi armadura!!! un poder infinito y desconocido ahora recorre mis venas y lo único que quiero es correr al lado del inerte guerrero. Corro lo más rápido que puedo hasta llegar a su posición, y con un rápido movimiento, toda mi ira acumulada la encauzo para tratar de cerrar su herida. Y mientras esto ocurre....unas palabras vienen a mi mente: "....Ya estamos en paz, lo que te quité te lo devuelvo, pero no me vuelvas a dejar..."

Tras estos pensamientos, las lágrimas brotan en mis ojos ajena e ignorante de lo que ahora mismo me rodea, tan sólo me concentro en lo que tengo delante, esperando que el milagro ocurra.....

Loada sea mi diosa por los dones que nos concede, levanta a este valiente guerrero que en tu nombre dio la vida para que pueda seguir haciéndolo, castigando  a todos aquellos que te ofenden, por siempre Aelyn....

Aquello se había convertido en una pesadillas donde el espectro o el alma de un antiguo semidiós se había aparecido para plantaros cara. Los impuro estaban mermados y al borde de la derrota, pues de sus miembros, solo el mago de rojiza cabellera podía andar aún por su propio pie, ya que Dae, la drow, se había sacrificado por su amado y al parecer para poder así liberar el poder de Skrai, - la daga que contenía la esencia de Haylin, - mientras que su compañero de sangre había sucumbido a las flechas de Ricard hacia ya varios minutos. Pero Haylin acaba de tomar partido en el combate, y su poder amenazaba con hacer cambiar el rumbo de aquel encuentro.

Su fuerza era notoria y su aura parecía por si sola capaz de derrotaros. Pero no estaba todo perdido, pues Shyn se mantenía férrea a su poderosa magia, y pensaba plantar batalla. Cerca, Ricard aún era capaz de esgrimir su fabuloso arco, y todo y la perdida de Rikel, que agonizaba en el suelo, aún podía ser capaz de convertirse en la diferencia entre ganar o perder. La que no parecía resuelta a continuar en el combate era Amyra, quien había corrido en pos de su amado, y en esos momentos, y rodeada por un halo de poder, se arrodillaba junto a este, acunando su cabeza mientras murmuraba palabras que solo ella podía llegar a entender. Su divino poder, el más poderoso de todos, pues descendía de la propia Aelyn, se libera por cada uno de sus poros, y su armadura, perfecta, radiante y divina, hacia el resto. Tyr, el fornido guerrero que había sucumbido al azote de Skrai, se desangraba entre sus brazos, pero algo lo mantenía aferrado al mundo de los vivos, una fuerza que podía competir contra la misma muerte...

La batalla fue entonces tan cruenta como corta, y si bien Zenram era un semidiós, no se tardó en descubrir que su poder no era tan superior como parecía. Sus fuerzas fueron suficientes para golpear y malherir tanto a la drow como al explorador humano, pero tenía límites, entre ellos el cuerpo humano donde se hallaba y la fuerza combinada de magia y acero, flechas y garras, dio al traste con su resistencia. Skrai, que se había convertido el espadón que era en realidad, azote de cualquier vida, cayó de sus manos cuando su energía no fue suficiente para sostenerla, y Zenram, el cuerpo humano poseído por el divino, hincó la rodilla cuando el alma de aquel que quería usurpar el poder de Aelyn lo abandonó. Luego, el humano se desplomó, su vida olvidada y en manos de la muerte.

Pero aquello había sido tiempo más que suficiente para el peligroso mago enemigo, y cargado con el cuerpo sin vida de la única que Aelyn os había pedido atrapar con vida, huyó, escondiéndose en el interior del Bosque Maldito. Atrás solo dejó el agonizante cadáver de su otro compañero, el drow, y su mascota asaetada, el krenshar.