Sigo observando a través de las grietas y aprieto los dientes. Cada vez tiene peor pinta la situación, estamos rodeados y ese puto gigante acorazado podría entrar y acabar con nosotros en cualquier momento. Nos habría venido genial un explosivo.
Cuando escucho sus exigencias me da un leve escalofrió al nombrarnos. ¿Nos vendería de nuevo Sam?¿De verdad era un hombre de fiar? Saldríamos de dudas en pocos segundos, hasta entonces me mantengo a la espera. Después de todo parecían querer solo su tributo, sino ya habrían agujereado el edificio entero.
Marcus y yo estamos jodidos, en cuanto a Eddie espero que haya sido lo suficientemente inteligente como para huir de aquí cagando leches o al menos seguir escondido.
Con más pesadumbre que miedo el viejo granjero se levanta y camina hacia la puerta. Se asoma lo mínimo para que su voz viaje sin barreras hasta el otro interlocutor.
- No tengo nada para vosotros, ni productos ni fugitivos. Ya os habéis llevado todo, ni siquiera tengo para volver a empezar.
Por el gesto del hombre de invernadero parece que no le ha gustado nada la respuesta. Antes de hablar se gira, parece que alguien le dice algo desde el otro lado del camión. Se encoge de hombros y saca algo de su mochila, no tardáis en ver que se trata de una botella con un trapo, un cóctel molotov.
- Todavía no nos hemos llevado todo, aún tienes estás tierras y esas ruinas que llamas casa. Todo este lugar va a arder, estés dentro o no.
Sam hace un gesto al viejo para que regrese.
- No se van a arriesgar a quemar un posible botín sí Joe está mintiendo, solo quieren que nos marchemos para facilitar el trabajo. Aunque a Dominic le da igual lo que pueda sacar de aquí, seguramente no permita que nadie huya.
Ahora el callejón no tiene salida en ninguna dirección, la tensión aumenta incluso entre vuestros enemigos. El portavoz parece discutir con Dominic, escucháis a este último gritar.
- ¡Quema a esos cabrones de una puta vez!
El portador del cóctel molotov se debate entre obedecer las ordenes de su jefe o las del tipo que en cualquier momento puede matarlo a él y a todo su grupo.
Finalmente enciende un mechero y prende el trapo, todos levantan sus armas preparados para un ataque. Antes de que el hombre pueda dar un paso todos lo tenéis en el punto de mira, escucháis un disparo y el tipo cae.
Mientras se forma una pared de fuego todos corren a ponerse a cubierto o simplemente a tumbarse para ocultarse parcialmente.
Nadie del piso inferior ha disparado, la voz femenina de Jen suena arriba.
- ¿Quien coño ha disparado?
Sea quien sea no está en la casa y parece tener una puntería excelente, los sesos del hombre han llegado al suelo antes que la botella.
Por suerte nuestros 'aliados' no nos han vendido, pero lejos de estar salvados la cosa se pone más tensa. Observo con una mueca aquel hombre sosteniendo el coctel molotov. La casa ardería rápidamente como la paja seca y estariamos jodidos, y aún más jodidos si salimos fuera sin cobertura ninguna.
No, no podíamos permitirnos eso. Teníamos que matarle antes de que incendiara la casa, al menos tendríamos la oportunidad de resistir un tiroteo con la cobertura. Observo desde las rendijas la posición del hombre y preparo mi rifle, dispuesto a alzarme y volarle los sesos antes de que lo lanzara. Pero de pronto alguien se me adelanta.
Yo no he sido.. -digo a Jen, en voz baja y aún desconcertado si ella dice que tampoco fue. Tomo el prismático y con cuidado de no delatar mi posición miro los alrededores para intentar localizar al nuevo jugador que se ha unido al tiroteo. Seguramente se formaría el caos en pocos segundos y quería hacerme a la idea de que ha pasado.
No ha podido ser Eddie, ni de coña tiene esa puntería, no le daría ni a un buey a dos metros.. -pienso- y tampoco ha tenido tiempo de pedir ayuda..
Tras unos segundos de confusión Jen responde a su propia pregunta.
- Están al Oeste, creo que son esos niños del Arsenal.
Allan busca en esa dirección con los prismáticos para descubrir entre la maleza un par de figuras tumbadas, apenas se ve sus cabezas y el cañón de un rifle asomando en dirección a vuestros enemigos.
- Hubiera preferido que llegasen antes, pero en estas condiciones no me quejaré. - dice Sam más para si mismo.
Desde el camión comienzan a abrir fuego a discreción contra la casa, la madera cruje y las astillas vuelan cada vez que una bala impacta en las paredes. Por suerte no os pueden ver y sus disparos son más bien aleatorios, pero la demostración de potencia de fuego indica que tarde o temprano vuestras coberturas cederán o alguna bala terminará por encontrarse con alguno de vosotros.
Un nuevo disparo de los chicos y una nueva baja entre los hombres de Invernadero, ellos tienen mejor linea de tiro gracias a que los enemigos se cubren de vosotros y no de ellos. Sin embargo la suerte dura poco, no tardan en replegarse hacia la parte trasera del camión. El vehículo retrocede ampliando la cobertura hacia ambos lados y completándola con un giro que lo deja cruzado en mitad del camino.
Veis como uno de los hombres sube a la moto de retaguardia y comienza a huir por donde han venido.
Bienvenidos sean.. -murmuro apretando los dientes y sudando de la tensión. Al oir que comienzan a silbar las balas contra nuestro edificio me tumbo en el suelo para mitigar daños y espero a que cesen un poco para volver a incorporarme. Parecía que aún no conocían de nuestra posición, lo cual me daría al menos un par de tiros por sorpresa antes de que intentaran hacerme un colador. Oigo a la moto intentar huir y se que es el momento de salir a disparar.
Vamos, vamos, vamos.. estate quieto cabrón.. -acaricio el gatillo y espero que tome una línea recta para que el tiro me sea más fácil.
Si aquel hombre escapa la situación puede volverse incontrolable con nuevos refuerzos. Otro punto interesante era el depósito del camión. Con aquel cóctel ardiendo cerca, gasolina saliendo y un poco de suerte o un virote en llamas de Marcus podríamos tomar cierta ventaja de la situación.
Una vez hechos los disparos me agazapo de nuevo en mi cobertura tan rápido como me es posible.
Motivo: Disparo 1
Tirada: 3d10
Resultado: 9(+12)=21, 2(+12)=14, 5(+12)=17 (Suma: 52)
Motivo: Disparo 2
Tirada: 3d10
Resultado: 9(+12)=21, 9(+12)=21, 1(+12)=13 (Suma: 55)
Si me permites hacer dos disparos por la sorpresa y el primero acierta y le mata, el segundo me gustaría hacerlo en el deposito de combustible del camión si es que lo tengo a tiro.
El primer disparo de Allan falla por poco, la distancia y la velocidad a la que huye el motorista dificultan el disparo pese a la calidad del arma y la precisión de la mira.
Aguanta la respiración mientras el ruido de disparos se intensifica a su alrededor, aprieta el gatillo y la bala vuela hasta el hombre de invernadero. Un segundo después parte del cuello del motorista se abre y tanto él como la moto caen a un lado de la carretera.
Mientras tanto detrás del camión los asaltantes se convierten en asaltados. Los hombres de Invernadero se cubren mejor con la nueva posición del camión, el vehículo está recibiendo fuego desde la casa y el bosque y no tardará en ceder.
Aunque apenas podéis verlo el grupo de Dominic regresa al bosque para cubrirse entre los arboles, no tienen nada que perder allí aunque no se trata de una retirada si no de más bien un movimiento táctico.
De repente veis salir algo volando desde detrás del camión, parece una esfera semi transparente y por la fuerza no parece lanzada a mano.
Vuelta sobre vosotros y cae rápidamente para impactar sobre la segunda planta de la casa, acto seguido el ruido y la luz os indican que se ha iniciado un fuego en el piso superior.
- ¡Fuego! ¡La casa arde! - grita Jen mientras desciende corriendo.
Cuando un par de balas alcanzan el deposito del camión y el combustible comienza a verterse los cuatro hombres de invernadero que quedan huyen hacia el bosque buscando reunirse con Dominic.
El fuego y los arboles forman un muro para la visión, afortunadamente funciona en amos sentidos.
Me agacho y me encojo como una mierdecilla cualquiera. Cuando vuelan las balas lo mejor es morder el suelo y apretar el culo, rezando para que ningún abejorro se encuentre contigo. Agarro con fuerza la escopeta y aprieto los dientes. No tengo ni puta idea de lo que está pasando ahí fuera y por el momento poco me importa.
Todo ese fuego desperdiciado en una casa. Con esos hierros se podría tirar una fortaleza abajo, pero esos mamones disparan como si no hubiera mañana.
Pero si disparan es porque no van a entrar, por lo menos de momento, así que alargo la mano hasta la ballesta, solo por si alguno de ellos se lleva una sorpresita.
Entonces baja la mujer. Creo que hay fuego arriba. Hay que salir de ese puto sitio por la parte de atrás, colarse en un sótano o...coger ese puto camión.
Me asomo, el deposito está hecho un colador. Ya no hay tiempo para eso.
-¡Vámonos cagando leches! ¡Allan!
Motivo: Ballesta
Tirada: 3d10
Resultado: 8(+5)=13, 6(+5)=11, 8(+5)=13 (Suma: 37)
Buenas de nuevo. Mi intención es salir por la parte de atrás. Hay cobertura alguna? Hierba alta? Podría pensar en disparar con un virote incendiario al tanque de gasofa, pero no me parece realista pensar en prepararlo en medio del tiroteo en solo unos segundos.
Escupo algo de sangre de mis labios tras el segundo disparo, he apretado demasiado los dientes al ver que el cabrón se me escapaba, por suerte conseguí dar en el blanco. Mi satisfacción dura poco y pasa a una cara de asombro al ver a aquella extraña esfera acercarse a nosotros. Segundos despues estalla un infierno en llamas en la habitación de al lado. De nuevo parece que la fortuna me sonríe un poco entre todo aquel caos, podría haber acabado en llamas y muy jodido.
Escucho el grito de Marcus y eso me hace reaccionar. Recojo mi mochila, cuelgo el rifle al hombro y bajo a toda velocidad- ¡Ya voy!
Una vez abajo, nos reunimos todos los supervivientes - Hay mucho humo, podemos aprovecharlo para largarnos -miro a Sam para que se decidan a acompañarnos o no, pero realmente no voy a quedarme mucho más tiempo. Luego le doy una palmada a Marcus - Vamos, tenemos que intentar encontrar a nuestro negro.
Ya fuera grito entre todo el caos - ¡EDDIEEEE!! ¿DÓNDE COÑO ESTÁS!? TENEMOS QUE IRNOS!
Re-bienvenido ;) esto se pone peliagudo
Salís corriendo de la granja saltando por una ventana en la parte trasera. Huis interponiendo la casa entre vosotros y el camión, de modo que no exista linea de visión entre vuestros enemigos y la ruta de escape.
Entre matorrales avanzáis hasta alcanzar una pequeña linea de arboles que os servirá de cobertura. Cuando llegáis podéis ver como el Sam y los demás os han seguido y están llegando a vuestra posición.
Jen no tarda en tumbarse para cubrir cualquier acercamiento, pese a los arboles estáis muy expuestos y las opciones son subir una colina a vuestra espalda o correr hacia el bosque que hay a unos cien metros.
De Eddie no hay ni rastro, apenas veis parte del camión pero a ningún enemigo ni supuesto aliado.
De repente el camión explosiona, el segundo que veis en apenas un día. Parte del vehículo sale volando hasta el bosque cercano, el chasis permanece en la carretera envuelto en llamas.
La casa sigue ardiendo, la madera vieja y seca no ayuda a retener el fuego. Comenzáis a ver algunos focos iniciándose en el bosque donde se oculta Dominic y sus hombres, seguramente por los trozos de camión que han volado hasta allí.
Los disparos cesan, parece que no hay nadie contra quien abrir fuego. Aun así nadie se mueve, cualquiera que salga de su escondite es un blanco fácil.
- Que ardan esos hijos de puta - espeta Sam agachado tras un árbol.
No arderá eternamente..
Observo los alrededores con nerviosismo y amargura. No hay ni rastro de Eddie para bien o para mal - Joder, no ha podido ir muy lejos - pienso mientras me entra un pequeño ataque de tos. Cada vez el humo comienza a ser más denso, aquella vieja casa ardía como la paja seca.
Miro a los demás que parecen tan perdidos como yo y trato de pensar cual es nuestra mejor baza. Subir a la colina nos daría un par de tiros de ventaja pero solo nos expondría al enemigo, y no queríamos seguir luchando sino salir de allí cagando leches. Así que la opción era evidente.
Tenemos que llegar a aquel bosque, no está muy lejos. Separaos los unos de los otros, corred en zig-zag y agazapados por si tenemos que tirarnos al suelo!- tras eso abro la marcha hacia el bosque, preparado para tumbarme al primer indicio de disparos y asi minimizar los riesgos.
Aprovechando la sorpresa y con un poco de suerte lo conseguiríamos. Mientras corro pienso en el viejo, del cual me había olvidado por lo tenso de la situación. Lo más seguro es que no lo consiguiera, pero igual nos daba unos segundos más de tiempo a los demás con su caída. Frunzo el ceño dándome un poco de asco a mi mismo por esos pensamientos y continuo la marcha. La adrenalina mandaba en estos momentos, pura supervivencia.
Allan encabeza la carrera hasta el bosque, tras él los demás comienzan a correr. Sam ayuda al viejo a mantener un ritmo medianamente digno, los demás no tardan en adelantarlos.
En cuanto tres de vosotros abandonáis la cobertura empiezan los disparos, sin embargo no provienen del camión o del otro lado de la granja, quien dispara lo hace desde el mismo lugar al que os dirigís y la dirección de las balas es precisamente el lugar donde se encuentran vuestros enemigos.
Viendo la cadencia de fuego y lo numerosos de los tiradores es evidente que se trata de fuego de cobertura para que podáis llegar sanos y salvos. Y así es, todos lográis alcanzar el bosque y poner arboles entre los hombres de Dominic y vosotros.
A medida que os aproximáis al lugar desde el que disparaban comenzáis a ver los refuerzos que os han salvado de un asalto. La mayoría son adolescentes y algunos ni siquiera deben de tener quince años. Uno de ellos, que debe rondar los dieciséis, se acerca a Sam con un rifle al hombro.
- Se suponía que íbamos a dar una lección a Invernadero, ¿qué hace aquí Dominic y sus hombres?
- Bueno, las cosas se han complicado, se supone que no tenemos nada contra él aunque Dominic no opina lo mismo.
- No nos han reconocido, nos replegaremos a nuestra base. Os aconsejo abandonar este sitio ahora que estáis a salvo, tenemos a un civil que dice estar con vosotros. Lo hemos llevado hacia el Oeste, no paraba de hablar y estaba comprometiendo el elemento sorpresa.
Pese a su voz adolescente la forma de hablar es totalmente adulta, de hecho roza el estilo militar.
El resto de niños permanecen atentos a cualquier movimiento enemigo, sus poses también recuerdan a las antiguas formaciones militares de antes del fin del mundo.
Sam se gira hacia vosotros, se puede ve la pesadumbre en su rostro.
- Os he vuelto a fallar, esta vez tampoco habrá recompensa y se me acaba el crédito. Al menos habéis recuperado a vuestro amigo, todavía podemos irnos de aquí orgullosos de haber sobrevivido. Pero no tengo nada para compensar vuestras penurias.
El viejo se adelanta y pone una mano sobre el hombro de Sam.
- En realidad si que puede haber una recompensa. Tenía un plan B, si Invernadero creía que esto era el fin de su competencia nos dejarían en paz. Guardé un alijo de semillas en otro lugar, lo escondí bien para que solo yo pudiera acceder a él. Está al noroeste de aquí, pensaba empezar de nuevo con algo pequeño, sin llamar la atención. Puedo compartir algo de mi material con vosotros, no será una gran recompensa pero al menos no os iréis con las manos vacías.
Mientras corremos empiezo a ver fogonazos de disparos provenientes del bosque y eso me hace agazaparme bruscamente durante unos instantes, el tiempo que mi cerebro tarda en procesar que no son una amenaza sino más bien aliados. La tarde no dejaba de sorprenderme, ahora había otro ejercito desconocido. Parece que Sam nos seguía ocultando cosas.
Cuando por fin llegamos allí veo que todos no son más que chavales.
¿Quienes son estos, Sam? ¿Y por qué diablos no nos dijiste que tenías a este pequeño ejercito en la retaguardia? -digo volviendo a fruncir el ceño. Cuando oigo hablar del que parece ser Eddie relajo un poco mi expresión.
No me sorprende que Sam vuelva a dejarnos sin nada pero el viejo parece que no es mal tipo en el fondo. Asiento a sus palabras - De acuerdo..gracias, eso nos ayudará.. - saco mi mapa y se lo tiendo al viejo para que indique la posición del alijo.
Tras despedirnos Marcus y yo echamos a andar apresuradamente para alejarnos de aquella pequeña batalla cuanto antes.
Primero iremos a por Eddie o a saber donde acabará perdido. En cuanto le tengamos buscamos el alijo del viejo.
Sam se justifica rápidamente.
- Os dije que era posible que apareciesen, pero no quería contar con ellos porque si fallaban estaríamos todos muertos.
En cuanto el viejo granjero os da a conocer el alijo vuestras prioridades cambian, os despedís de todos y seguís a uno de los jóvenes soldados del Arsenal a través del bosque hasta llegar a un pronunciando desnivel. Tras un silbido y otro de respuesta aparece de entre los arboles otro adolescente, tras él se asoma Eddie con cautela hasta que os ve.
- ¡Tíos! Estaba escondiendo la moto y aparecieron todos esos tíos armados con el calvo al frente. Había uno enorme, como blindado. Salí corriendo y me encontré a estos boy scouts guerrilleros.
Sin más dilación os marcháis en busca del alijo. Según el mapa las semillas se encuentran escondidas al oeste de Nolan, enterradas bajo una gasolinera.
Por el camino, que dura casi todo el día, Eddie os cuenta como perdió la moto y lo mucho que lo lamenta ya que seguramente con ella podría haber ligado mucho en cualquier sitio al que fuese. También tiene tiempo de ordenar a las mujeres con las que os habéis cruzado en función de su atractivo y, pese a vuestras reticencias, que haría con cada una de ellas.
Comienza a anochecer cuando encontráis el lugar indicado, una gasolinera abandonada que irónicamente conserva el cartel de "abierto 24 horas".
La poca gasolina que le quedaba seguramente fue saqueada o evaporada durante los últimos años, al igual que los surtidores y prácticamente cualquier cosa de valor.
El pequeño edificio que sirve de ventanilla y aseo para el personal permanece en píe, las puertas han sido destrozadas pero las paredes aguantan. No se puede decir lo mismo de las columnas que sostienen el tejado exterior, el oxido y la total falta de mantenimiento hace que presenten un estado tan peligroso como lamentable.
Las indicaciones del viejo fueron tan claras que apenas tardáis unos minutos en localizar el frasco con semillas enterrado junto a los restos de un depósito de gasolina vacío.
Dentro del frasco hay una veintena de pequeñas bolsas con semillas, en algunas pone de que se trata mientras que otras carecen de identificación o sencillamente son ilegibles. Serán suficientes para montar un huerto y autoabasteceros, aunque llevará tiempo.
Cuando habéis terminado la noche ya ha caído, la oscuridad es total y apenas veis algo a un palmo de vuestra cara.
Según el mapa no estáis a más de tres días de casa, tenéis las semillas y solo os ha costado la enemistad con media región.
- Tíos, ¿y ahora qué? ¿Vamos a volver a casa para hacernos granjeros? Deberíamos seguir buscando semillas, ninguna de esas parece lo que yo quiero... ya sabéis... - Eddie imita el gesto de dar una larga calada a un cigarro imaginario para después expulsar el humo lentamente - Ya que no hemos conseguido mujeres con algo tendremos que divertirnos...
Sonrío cuando veo aparecer a Eddie entre los árboles y le doy un abrazo cuando estamos ya cerca - Te faltó tiempo para correr cagando leches eh? Anda que nos dejastes ahí con un buen marrón. Casi no lo contamos si no llega a ser por los chavales - rio algo más calmado ahora que ya nos vamos alejando de la zona de guerra.
Nos ponemos en marcha hacia el alijo y ya a mitad de camino el ritmo es más relajado. Disfruto de la tranquilidad tras la tormenta, reflexionando el camino entre viaje y viaje era una de las cosas que más me gustaba. Solo nosotros y la naturaleza, o lo que quedaba de ella más bien.
Llegamos a la gasolinera, la cual tiene un aspecto lamentable, pero no importa, no hemos venido a saquearla. Por suerte el alijo es real y no un farol del viejo. Observo las semillas saquito a saquito, muchas de ellas será difícil saber que diantres son hasta que crezcan.
Llega la noche y nos sentamos para cenar y charlar, dejo caer mi cansado trasero al suelo arenoso y suspiro - Hoy tocara cenar frío, no me atrevo a encender una fogata con todos esos chalados rondando y furiosos por encontrarnos.- Eddie reflexiona sobre nuestro futuro y me encojo de hombros- Cada día que estamos fuera de casa las probabilidades de acabar muertos, esclavizados, torturados, desmembrados.. aumentan considerablemente. Lo de hoy ha sido una suerte increíble, salir de allí ilesos, como volver a nacer.
Si no hubieras perdido la jodida moto seguro que habríamos podido contratar a un par de buenas fulanas - sonrió negando con la cabeza algo decepcionado - Pero bueno, yo no tengo ningún problema con ser granjero. Con un poco de producto y tu labia seguro que podemos hacer algo grande.. imagínate.. no un granjero sino EL GRANJERO de la región, las tías se pelearan por nuestros pepinos y berenjenas, ya me entiendes - sonrío y sigo comiendo el interior de mi lata de conservas.
Podemos pasar por algun asentamiento a la vuelta a ver si venden semillas de hierba, pero yo no me haría ilusiones de encontrar, je.
¿Tu que harás, Marcus? Tienes un buen par de pelotas, serás bienvenido si quieres venir. Seguro que necesitaremos hombres fuertes para defender el negocio de los carroñeros que aparecerán cuando nos vaya bien.
En plena oscuridad apenas se puede ver el brillo de los ojos de Eddie, sus dientes también podrían verse si no fuera porque son totalmente mate, el sarro se ha encargado de ocultar cualquier brillo.
- Tíos, solo escuchar la palabra granjero ya me provoca dolor de espalda. Yo tenía que ser el puto chulo mas famoso del lugar... el chulo... no el puto, ya sabéis, no puto en el sentido de... solo el chulo, con muchas putas a mi servicio. Ese siempre fue mi sueño, y si no en control de calidad de un gran prostíbulo. Aunque en los tiempos que corren casi preferiría otra cosa, en Romeo había una prostituta llamada Ébano. No te ofendas Marcus, pero era como tú, con una peluca y los labios pintados.
Al oír la idea de buscar hierba Eddie también parece tener pocas esperanzas.
- Con lo que nos ha costado encontrar éstas que son para comer dudo mucho que alguien tenga de las otras. Hace muchos años que no veo a nadie colocarse con eso, de hecho salvo drogas de laboratorio solo he visto cultivar tabaco. Eso sí que debe dar dinero, sería fantástico que alguna de esas semillas sin nombre fuese de tabaco. Nos podríamos forrar y pagar a otros para que trabajasen por nosotros.
Ante la pregunta de Allan a Marcus Eddie se queda en silencio, sin embargo no tarda ni dos segundos en abrir su enorme boca.
- Eso tío ¿qué harás? ¿Volverás a Romeo?
La noche pasa sin mayores problemas que las habituales fugas de gas de Eddie, por suerte el único peligro es la asfixia.
Al amanecer ya estáis preparados para seguir adelante, desconocéis si os persiguen y aunque no sea así siempre puede aparecer cualquier peligro como los muchos con los que os habéis topado en los últimos días.
- Tíos, según el mapa no estamos muy lejos de Nolan. Todavía tengo algunas de esas fichas que usan por aquí, - urga dentro del forro de su chaqueta para sacar una pequeña bolsa de basura con un buen puñado de fichas - apuesto a que si invito a una copa a esa chica del bar será mía, aunque sea durante media hora. Si no siempre puedo probar con la antipática esa de la tienda, ella será el plan B.
Os mira unos instantes y después mira a vuestro alrededor, os rodean kilómetros de vegetación moribunda y ruinas de un mundo no tan antiguo como para estar acabado.
- O podemos volver a casa y empezar a plantar lo que sea que hemos conseguido. Me haré un sombrero de paja, o todo lo contrario...
Marcus es un hombre parco en palabras, por la extraña manera en que nos mira sin decir nada intuyo que nos acompañará en nuestra aventura empresarial de hortalizas y habanos. Sonrio a Eddie y asiento, ojalá alguna de esas semillas fuera de tabaco, así podría dar rienda suelta a mi vicio sin tener que jugarme el pellejo por una valiosa y escasisima cajetilla.
La noche transcurre sin más problemas que los gases de Eddie y al amanecer este nos plantea varias opciones. Una vez más, hago mi papel de voz sensata del grupo y le cojo del hombro para pararle los pies - Tio, me encantaría que cabalgaras a esa chica del bar, incluso a las dos a la vez, de verdad, sé que tienes el aguante para empotrarlas bien como se merecen pero.... es demasiado arriesgado acercarnos a esos pueblos por los que hemos pasado. Nos ha visto ya demasiada gente en la región y lo raro sería que no nos estuvieran buscando en varias.
Así que mejor vamos directos a casa, es lo más seguro. Dentro de un par de meses podemos hacer una excursión para gastar esas fichas - le guiño el ojo a Eddie para que recobre un poco el ánimo y abro la marcha de retorno. A pesar de la aparente tranquilidad cada media hora de trayecto procuro detenerme en un punto elevado y echar un vistazo a los alrededores con el rifle. Estábamos a punto de conseguir cumplir nuestra misión y toda precaución era poca para no acabar tirados en una cuneta del camino por viejas rencillas con nuestros enemigos.
Estad alerta tios, hemos llegado demasiado lejos como para cagarla al final.