Una vez terminada la cena, tomáis vuestras pertenecencias. En la posada quedan unos cuantos borrachines y gente de mal vivir.
Fuera está un carruaje de madera que os parece bastante nuevo, la madera aún brilla. Se trata de un carruaje cuadrado tapado con pieles y un toldillo.
Suponéis que la mercancía está en el interior, pues el carro parece estar lleno a juzgar por la altura de las pieles y el toldillo.
Una mula color canela será la encargada de tirar del carro, junto a ella está Tobías sujetándola por los arreos y demás.
Malaquías monta una hermosa yegua blanca bien herrado, en buen estado y con pinta de galopar veloz.
Tanto a Tobías como a vosotros os tocará recorrer la larga distancia hasta Toledo a pie. Aunque digamos que todos estáis de acuerdo en que mejor es nada, y la comida y los 500 maravedíes de plata bien lo valen, como si hubiese que ir andando hasta el mismísimo infierno...
Pronto echáis a andar y enfiláis las callecitas del centro de pamplona para tomar el camino hasta Estella, donde haréis noche.
El viaje ha comenzado.
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