Partida Rol por web

El mago extrae un pergamino enrollado de su estuche y comienza a copiar el conjuro de invocación. Después, ante la atenta mirada de todos vosotros y los ejércitos impresionados, se sienta frente a las cinco Espadas de Corusk y medita durante un minuto. Sus manos se mueven sobre las hojas mientras lee los escritos mágicos. Un viento gélido viene del oeste, soplando la nieve que forma remolinos. Las palabras que salen de su boca te suenan como un galimatías. Mientras lee el conjuro, un fuerte trueno suena sobre vosotros.

A medida que los ecos del trueno se apagan, las espadas tiemblan y vibran. De repente, las espadas desaparecen con un estallido abrupto y la nieve se convierte en vapor bajo ellas. Escucháis un "crujido" agudo detrás de vosotros, y una ráfaga repentina de viento os empuja hacia adelante. Sorprendido, el mago deja de leer y se gira para ver qué está sucediendo.

Cuando os dais la vuelta, veis a un bárbaro gigantesco frente a vosotros. Con apariencia de humano, excepto por su altura de 12 pies, el hombre te sonríe con una mueca amable. Entonces, cuatro enormes lobos aparecen a cada lado de él: estas cuatro bestias os miran con ojos ambarinos. Mientras tanto, las tropas del norte y suroeste reanudan su marcha hacia vosotros.

Gracias, hijos míos. Me habéis despertado tras siglos de un sueño maldito. En agradecimiento, os concederé vuestros más ansiados deseos siempre que no alteren el camino que los eventos están destinados a suceder. Habladme.

Ingrid Hashandir se sobresalta al ver que los filos, que tanto ha costado reunir, se esfuman durante el ritual del semielfo. No obstante, la súbita aparición de aquel gigantesco bárbaro trae a la memoria de la druida albina una antigua leyenda:

-Los cinco serán uno.

La mujer de los bosques observa a los recién llegados con gesto sereno antes de afirmar:

-Nuestro mayor deseo es traer la paz al pueblo de los bárbaros de la escarcha y sus tierras.

- ¿Nuestro mayor deseo en abstracto o inmediato? Porque tengo muchos mayores deseos para otros momentos... pero es que de forma inmeidata ese ejército de ahí -dijo señalando a la líder que acababa de amenazarlos- estaba a punto de matarnos, y quizás nuestro mayor deseo inmediato es que no se cumpla sus deseos...

Baern, sorprendido por la aparición del gigante y sus lobos permaneció en silencio mientras sus compañeros hablaban. Después de todo el no era demasiado amigo de las palabras, sino de la acción. Sin embargo, no puedo menos que dar un paso atrás mientras observaba al aparecido y preguntar, en voz baja, casi con miedo - Un sueño maldito? Que, quien, como? -

Tras una pausa agregó, ya en tono normal - Y quien es que sois. Y que tienen que ver las espadas con vuestra aparición -  

El bárbaro gigante va contestando con suma amabilidad a cada uno de vosotros.

Mientras tanto, el mundo a vuestro alrededor parece haberse congelado. Como si toda la existencia a vuestro alrededor se hubiera detenido mientras esta epifanía se sucede ante vosotros.

La paz llegará - afirma contestando a Ingrid -. Pero la guerra es inevitable. Como la calma tras la tormenta, las tierras de los bárbaros serán libres y prósperas. Los bárbaros de la escarcha, hielo y nieve serán uno. Pero como te he dicho, no está en mi mano cambiar el curso de los acontecimientos que han de llegar. Para que exista la paz, también debe existir la guerra. Ésta es la dicotomía de vuestro mundo.

Los bárbaros se sobrepondrán - dice en respuesta a Sabrala -. Habéis de confiar en vuestros hermanos. Todos los bárbaros seréis uno y seréis dignos de superar éste y muchos otros desafíos - sentencia -. No está en mi mano lo que acabo de decir, es algo que sucederá con o sin mi ayuda. Todas las huestes de los ejércitos tienen el derecho a existir y el derecho a hacer la guerra, si así lo desean. Eligieron luchar y nosotros lucharemos contra ellos en estos términos. Interrumpir el flujo adecuado de eventos es un crimen contra todos.

Baern... - dice esbozando una sonrisa - Siempre tan desconfiado... Mi nombre es Vatun y vuestro pueblo me conoce como "El Gran Dios del Norte". Los filos reunidos tienen el poder de convocarme a este plano de la existencia. Ahora, se han vuelto a dispersar por toda Flaenia aguardando a que quienes sean dignos de su poder vuelvan a encontrarlos.

Mallon, tembloroso, ve como el pergamino que acababa de inscribir se hace cenizas al intante. Antes de que pueda concluir su copia.

Ohhh... - susurra.

Sin dejar de observar la gigantesca aparición, muy atento a sus palabras, se acerca tímidamente hacia Baern.

Su su su... su condena es estar aprisionado en una celda pla planaria hasta que a... alguien dig... digno de su presencia lo convoque de nuevo. Ta... tal como habéis hecho vo... vosotros ahora mismo.

El tartamudeo del mago se hace muy severo. Está claramente nervioso ante la presencia de Vatun.

Su... supongo que que la marcha de de... mi maestro es es parte del destino - dice con dificultad.

En este caso, mi mi petición es alcanzar mayor conocimiento de de... la magia.

El semielfo estaba embelesado con la figura de Vatun, casi no podía apartar su mirada de la gigantesca deidad.

- Mi señor Vatum, si algo nos han enseñado los cuentos clásicos es que un deseo es algo sumamente peligroso cuando no se conocen los límites de lo posible. Podría pediros la inmortalidad y convertirme en una no-muerta. Podría pediros ser la juglar más grande del reino y el deseo me hiciese medir 15 pies. Podría desear ser la artista con más talento del reino, y que el deseo matase a todos los que ahora me superan... Formular un deseo es siempre peligroso, pues un deseo demasiado importante y formulado en un lenguaje ambiguo puede dar un resultado desastroso. No sé cuales son los líimites de las peticiones que podemos realizar, a mí me gustaría adquirir el poder de un héroe épico, pero si la petición es excesiva y optando por una opción más discreta, un objeto mágico que aumentase mis capacidades arcanas lo máximo posible dado que sin la Dreamsinger volveré a tener que depender de mi magia para la guerra que se avecina. Si una petición es demasiado ambiciosa, pero la otra lo es demasiado poco, rogaría que me lo dijese y buscaría alguna tercera opción intermedia.

- Pues... - repentinamente el guerrero bajó los ojos, recordando las historias que había oído de niño, y no tan niño, ante el fuego de los campamentos y siendo consciente de que las leyendas se estaban cumpliendo ante sus propios ojos.

- Yo no se que pedir - se sinceró finalmente - No tengo grandes ambiciones excepto ayudar a mi pueblo lo mejor que sepa - se explicó tras escuchar las palabras de la bardo y temiendo que si pedía demasiado sus propias palabras fueran el preludio de un problema antes que de una solución - Quizás... quizás podría pedir que lo que he aprendido en esta búsqueda me permita mejorar mis habilidades para la lucha que se avecina? - propuso sin estar demasiado seguro de sus propias palabras - incluso, si es posible, mejorando estos guantes de fuerza física para combatir mejor -

-Bien--asiente Ingrid satisfecha por la ecuánime respuesta de la deidad--Entonces mi corazón sólo alberga un único deseo: que el maestro de Mallon, el viejo Karasten, sea resucitado para compartir con nosotros este milagroso momento.

Helden da un paso adelante, hinca una rodilla frente y se dirije a su dios.

No soy muy dado a rezar a nuestros dioses pero si algo hemos hecho ha sido por evitar, o si no es posible, ganar la guerra con los orcos. Si no puedes intervenir en ella para ganarla y evitar inumerables las bajas de nuestros hermanos te pedimos poder para ganarla lo más rápido posible.

No creo que ninguno de nosotros merezca la inmortalidad pero ese viejo merece volver. Es uno de los culpables de que seas libre.

El gigantesco bárbaro sonríe a Helden e Ingrid.

Como bien ha apuntado vuestro querido amigo Mallon, Karasten Meldraith ya ha cumplido su misión en estas tierras. Su alma ahora pertenece a otro mundo. Será mi confidente y mi guía durante mi cautiverio. De alguna forma, siempre estará a vuestro lado - dice solemnemente.

Si devolviera al mago a la vida en Oerth, estaría alterando el destino de estas tierras. Estaría siendo injusto con el río del tiempo.

Salvo Ingrid, todos parecéis embelesados con la aparición de Vatun. Sus palabras, su imagen, os atraen poderosamente. Incluso Ingrid siente esa atracción, pero es capaz de ser consciente de ella.

Decidme, hijos míos. ¿Qué puedo hacer entonces por vosotros?

Su pregunta va dirigida a Fenestir y Stumred que permanecían en silencio y también a Helden e Ingrid que no parecían haber formulado una petición alcanzable por la deidad.

Un poco abrumado por el tamaño del dios, no puedo pronunciar palabra, con solo escucharle era suficiente mientras mi cabeza hervía con multitud de cosas que podría pedir, aunque algunas de ellas ya estaba claro que no iba a poder concederlas, más bien parecía cosas físcas.

¿Podria acaso traerme una hachas de batalla, de esas que eran capaces de cortar la cabeza de un certero golpe, y que sean mejores que las que ya tengo en todo caso? ¿O era mejor algún tipo de armadura de exiquisita manufactura? ¿Podría acaso convertir mi cuerpo y mejorar mis condiciones físicas como mi fuerza, agilidad y constitución?

-No necesito nada más--mantiene con orgullo la druida albina--Entiendo y acepto la muerte de Karasten. Sin duda, el curso de la naturaleza debe seguir fluyendo con normalidad. En cualquier caso, haber podido disfrutar en vida de vuestra mera presencia ya ha colmado cualquier deseo mundano que pudiera anhelar. ¡Gracias por honrarnos Gran Vatún!

Fenestir se qued acomo petrificada , un Dios y les concede un deseo ... lo que se le va cruzando por la cabeza pronto es descartado por el propio Dios ... la extinción de los orcos no va a poder ser, la paz inmediata tampoco... resucitar al viejo tampoco. Murmura la joven buscando que anela su corazon

Si no me puedo quedar con la espada que me ha elegido me gustaria tener un par de espadas cortas que aunque no fuesen tan impresionates como merodeadora fuesen dignas de un heroe en la batalla que se avecina . Y si me puedo quedar con la espada me gustaria un compañero lobo ahora que he aprendido a quererlos .

Viendo que todos pedían sus deseos, me encogí de hombros

Me gustaría tener unas hachas de batalla, de esas que eran capaces de cortar la cabeza de un certero golpe, como si la magia fuera capaz de dirigirla, y que sean mejores que las que ya tengo, claro, porque no siempre seré capaz de acertar digo sin saber bien el nombre de las espadas

Vatun sonríe. El avatar del Gran Dios del Norte parece tan complacido como vosotros de esta reunión.

Tu poder crecerá, hijo mío. Debes ser digno del poder que te concedo - sentencia mirando a Baern.

Vatun hace entonces un ademán con una de sus manos y envainadas en dos fundas majestuosas aparecen dos espadas cortas muy cerca de la posición de Fenestir - Hija mía, no está a mi alcance que ninguno de los filos de Corusk permanezca en vuestra posesión. Es mi tarea divina que éstos los hallen otros seres dignos de su poder. Sin embargo, creo que estas espadas te servirán bien, en cambio.

Helden - dice ahora serio dirigiéndose a vuestro líder -. Ahora es el momento en el que tendrás que demostrar tu valía al frente de todos estos héroes. El campo de batalla os espera y será duro -. Helden ahora se sentía especialmente poderoso, capaz de aplastar a todos los enemigos de los bárbaros y ser digno de su condición.

Ingrid - dice en tono más distendido -. Tu modestia es admirable y más después de portar la Franjiverde con tal diligencia y haber apoyado a tus hermanos como lo has hecho. Sin embargo, la batalla que ha de llegar no será sencilla y mi deseo es ayudarte a mantener tus opciones -. Al tiempo que la Franjiverde se desvanece de las manos de la druida, una nueva y bella cimitarra ribeteada con cristales helados aparece ante ella.

La portadora de la Dreamsinger - dice dirigiéndose a Sabrala -. No has de temer mi poder. No estoy aquí para poneros a prueba pues ya habéis superado muchas y habéis demostrado vuestro valor. Cuando llegue el momento agradeceré que endulces mi cautiverio con tu asombrosa e inigualable voz. Pero ese momento aún está por llegar. Tu poder mágico aumentará y tu capacidad para ayudar a tus compañeros se verá magnificada.

El avatar ahora se dirige a Stumred: - JA, JA , JA - suelta una risotada -. Mi querido Stumred... Ni si quiera has tenido oportunidad de acostumbrarte a la Harmonizadora. Espero que estas dos hachas te sirvan bien.

Por último, un Mallon tembloroso también recibe la bendición de Vatun -. Sé que no está en mis manos devolver la vida de tu maestro y sabes bien que ahora está a mi lado por toda la eternidad. Que su conocimiento y poder imbuyan tu alma para que parte de él siga viviendo en ti.

Honrada por recibir un regalo de de los dioses, Ingrid Hashandir recoge la curvada hoja con ambas manos mientras hace una reverencia. Luego, al recorrer los gélidos cristales con los dedos, la mujer albina comprende que aquella legendaria arma será siempre parte importante de su círculo druídico.

-¡Gracias, oh Gran Vatún! La llamaré Frosid Audn.