Partida Rol por web

Magosto acusó el golpe al oir su nombre. A pesar que intentó disimular poniendo cara de poker aquello no le gustó nada. ¿Era aquello una amenaza? Siempre había intentado dejar al margen de su nueva vida a su familia, pero el enano le recordaba que todo hombre tiene puntos débiles.

No añadió nada y siguió en silencio cuando el muy descarado le dió órdenes a Bárbara, pero tampoco le contradijo. De repente quería a ese cabrón fuera de su coche cuanto antes. Ocho mil era una buena cantidad divisible entre cuatro. Y en principio parecía una mejor oferta que la del orco. En principio. Las piedras no se podían matar (o las arcanas quizás sí) aunque era mucho más fácil ocultar una piedra que una persona. ¿Sería una piedra muy grande? ¿Pequeña? Si era de contrabando era de suponer que debería de ser de tamaño discreto.

En su mente se enfrentaba el hecho de parecer un buen trabajo con la posibilidad de que después del trabajo quisieran borrar pistas de ellos. Había sido una contratación discreta, secreta, sin un fixer mediante que certificara cierta buena fe de las dos partes.

Antes de que se pudiera bajar escrutó con atención a ese tipo con sus sentidos astrales. 

Matisse vio al enano intentar maniobrar entre brazos, piernas y armas para bajarse del coche y levantó un dedo. -Oiga, le repito la pregunta ¿Qué sabe usted de la desaparecida? Piense que cuanto antes la encontremos, antes recuperará el pisapapeles...

Era esa una pregunta excelente. Quien sabe... Quizás hasta era el enano con quien debía reunirse la arqueóloga, y no con el contratante de McCallister. 

Asintió a la insistente pregunta del samurai, pero sin decir nada. Cabreado por ser incapaz de ver los patrones del aura del enano. O tenía una defensa mágica o bien Magosto estaba demasiado agitado después del tiroteo.

- Bueno... 8000¥ parece una buena oferta. Recibirá nuestra llamada.- dijo Loky74 sonriente - Pero lo que pregunta mi amigo es una buena manera de empezar: ¿qué sabe de la mujer que en teoría introducía de contrabando esa piedra? ¿cree que ha desaparecido por culpa de ella? Cuanto más sepamos al empezar antes podremos resolver el caso como bien dice Matisse.

El decker estaba encantado. Las ganancias parecían a punto de multiplicarse sin esfuerzo. Si la mujer había desaparecido y el enano no tenía nada que ver en la desaparición habría que suponer que como mínimo alguien más quería la piedra. Si la recuperaban siempre se podría montar una subasta en línea.

El enano se apoyó en la ventanilla del coche para responder a Matisse.

—Me temo que eso es por lo que le han contratado. Podría decirles todo lo que ya saben, pero entiendo que no será necesario, ¿verdad?

El enano no esperó a la contestación. Comenzó a andar saludando formalmente al grupo mientras se perdía en la oscuridad de la noche.

El grupo tenía dos encargos y mucho dinero sobre la mesa. Pero ahora tenían que empezar a mover ficha. ¿Por donde empezarían a buscar?

Era bien avanzada la noche y quizá era un buen momento para descansar pero, ¿acaso la sombras descansan?

- Cualquier día alguien nos contratará dándonos información útil para empezar y será toda una sorpresa ¿no creéis? Empiezo a pensar que ser advino y runner viene a ser lo mismo, sepas de magia o no.

Loky74 se dirigió a Magosto:

- Pareces un tío de posibles.- dijo señalando a la chófer - ¿Tienes una casa acorde con el estilo con el que te desplazas? Porque igual podemos ir hasta allí y vosotros descansáis un rato mientras yo surfeo un rato en la red buscando algo de información. O si eres de los que les va el rollo de preservar la intimidad me dejas en mi apartamento y mañana nos vemos todos de nuevo. No es que no sea hospitalario pero si entra Cojones en mi apartamento ya no cabemos los demás.

Matisse asintió -Me parece perfecto, si alguien conoce a alguien que conozca a alguien que conozca gente, también puede preguntar si alguien está intentando vender un pisapapeles arqueoloquesea...- Levantó el dedo otra vez -Lo único que no veo es lo de esperar a mañana. Todos van detrás de la piedra esa, daos cuenta de que a los "patrones originales" se la suda que la chica esté viva o muerta, así que lo que les interesa en realidad es también la piedra. Y probablemente los que la han desaparecido también van detrás de la piedra... Así que si aparece la piedra, perdemos la pasta. Yo diría que vamos contrarreloj...

El viejo se quedó mirando al enanoc omo desaparecía en la noche y, por un momento, sintió la punzada de la envidia al pensar en la vida tranquila de corporativos como aquel enano.

- Ahora se va a su casa, sin tener que pensar en si le van a llegar los neoyens necesarios para pagar las facturas.- Pensó. Además de aquel entorno de peligro controlado en el que parecía moverse. Pero pronto s ele pasó al recordarse que camino mágico pedía sacrificio y pasarlas canutas.

Le tomó por sorpresa la petición del decker.

- me temo que mi casa no es la delicia de un decker. No sé si me entiende. Todo lo que tengo le parecería asquerosamente anacrónico.- Y lo cierto es que también tenía reparos en meter a aquellos recién conocidos en su casa.

Matisse añade algo que comparte el propio mago y asiente.

- Sí. Seguramente tenemos hasta los minutos contados. lo ideal sería que alguien mirara si hay alguna reserva a nombre de la srta. Craig en alguno de los hoteles de la ciudad. Y empezar por los del barrio que comentó Mccallister.

Fue pensando en más posibilidades.

- Y saber qué vehículo alquiló o con qué salió del aeropuerto. O si alquiló alguna taquilla en el propio aeropuerto. Sería ideal poder acceder a los mails de Craig. Quizás atrave´s de su perfil profesional en la red se puede llegar a otros mails sincronizados...

Iba diciendo, mirando al decker. Todo aquello parecía trabajo para el decker. Mucho trabajo. O a él le parecía muchísimo. Con sus habilidades de matusalen podía tarder cientos de años en hacerlas.

- Yo, por mi parte, podría sondear a mis contactos para ver si han habido movimeintos para adquirir la piedra, o contactar con los secuestradores. Ahora mismo debe ser la comidilla de todos los círculos arcanos. Y quizás si consigo más datos de esa piedra puedo crear un rastreador astral para buscar la matriz arcana de la obsidiana.*

Seguro que los samuráis tenían sus formas de conseguir informaciones de bajos fondos o bien otras ideas. Aquellos cerebros cromados tenían cierto pensamiento lateral que siempre sorprendía al viejo mago, acostumbrado a acercamientos más tradicionales.

- ¿Sólo eso? Pan comido. Pues nada Magosto: déjame en casa, yo me encargo de hacer esas búsquedas antes de ir a la cama. Que digo yo que nos esperan unos días ajetreados y será mejor que descansemos mientras podemos ¿no? Salvo que lo que encuentre sea especialmente urgente, que entonces no dudéis en que os aviso de inmediato.

Barbara detuvo el vehículo donde indicó Loky74. Después de recopilar la información de sus commlinks para mantenerse en contacto el hacker se bajó del coche y desapareció tras la puerta de su edificio.

El coche de Magosto se mantuvo parado durante unos instantes...

Inetntó disimular su asombro al escuchar con desenfado lo banal que le parecían las búsquedas pendientes. ¿O era ironía? No lo parecía, al menos.

Dejó asomar una tímida sonrisa y se puso cómodo mientras Bárbara conducía hasta dejar a Loky en su destino. Miró su reloj de pulsera, un acto reflejo que no había podido cambiar por lo habitual que era consultar la hora mediante los sistemas de VR que todos tenían.

- Es tarde.- Anunció.- No sé si encontraré a alguno de mis socios despiertos. Mmmm... Creo que los wiccanos del Brote Dorado tenían hoy ritual nocturno. Si no lo han cambiado podría ir a visitarles antes de ir a dormir.- Comentó.- Mañana a media mañana podría ir a visitar al resto. Hasta casi la hora de cenar no los tendré todos. También podría ir a los principales y mirar de quedar a la hora de comer y ver qué tenemos entre todos.

Matisse miró a los dos "vulnerables" del grupo -Si alguien necesita escolta que lo diga ahora, de lo contrario me iré a sobar un rato... Preferiría hacer algo más productivo, pero no se me ocurre qué.

El coche se volvió a detener unas calles más adelante. Las puertas se abrieron y el mago invitó a los dos guardaespaldas a salir y, una vez lo hicieron, el coche continuó su camino.

Big y Matisse quedaron en la calle en plena noche. Era bien avanzada la noche. Quizá las 2:00. Un vistazo a sus commlinks confirmó que eran exactamente las 2:11.

Poco más se podía decir o hacer, así que Big solo dijo a Matisse—.  Si no quieres tomar nada, yo me voy a dormir. ¿Cuándo hemos quedado otra vez?

Matisse se lo pensó menos de un segundo -Mmmmmmmmmm... Podríamos tomar algo sí. Quién sabe, a lo mejor nos enteramos de algo... Tendría su gracia que nos enterásemos nosotros de algo y no los listillos ¿eh?