Partida Rol por web

Los orcos bajaron las armas y franquearon el paso a los runners. En el interior de la habitación había una chica sentada y atada sobre una silla. Parecía ilesa aunque agotada.

Detrás de la silla un tipo de piel negra apuntaba una pistola sobre la cabeza la Fiona, pues estaba claro que esa era Fiona.

—¿Qué hacéis idiotas? —increpó a los orcos—. No deis un paso más o le vuelo la cabeza.

Al entrar en la habitación el grupo vio un generador de ruido en el techo que estaba emitiendo el sonido de un helicóptero. Parecía que, después de todo, no iba a venir un helicóptero a socorrer a ese Turner.

—No deis un paso más o ñiñiñiñi... —Dijo Big en tono de burla. Era gracioso ver como el troll de voz grave y pausada intentaba aflautar la voz. Dando una calada a su puro, miró algo enfadado al tipo. Lo cierto es que no recordaba para qué querían a esa chica, los detalles de la misión le distraían casi siempre. Él era un troll de acción.

Pero una cosa había clara. Si la chica no estaba muerta todavía, era porque la necesitaba para algo. Lo que no tenía claro era para qué—. Mira, a mí me da igual la chica, tú, o los orcos que nos han dejado pasar. Todo esto es cuestión de negocios. Si no has matado ya a esta humana es porque es un buen negocio.

—Así que... ¿Quieres negociar y que todos mantegamos nuestras columna vertebral en su sitio, o prefieres una sesión de masaje con final MUY infeliz? —terminó para darle la última calada al puro y tirarlo al suelo, mientras lo pisaba.

Tras esto, miró a Bumbum. Él no era buen negociador, solo sabía acojonar. Además no recordaba a quién tenía que matar y a quién no. Ahora les tocaba al resto seguir con la negociación.

BumBum asintió a Big. Lo de negociar no era lo suyo pero creía que el grandullón había empezado bien. Mientras Big le distraía, BumBum revisó la habitación en busca de una manera de acabar aquello por la vía rápida sin dañar a la tipa. -No se preocupe señora, la sacaremos de aquí. El hermano no le va a hacer nada si quiere seguir vivo.- entonces cayó en la cuenta de algo -La piedra, no te olvides de la piedra Big...

Loky se mantuvo tras sus compañeros para que no se le viera el brazo destrozado y como sudaba con cada frase que decía. Escuchándolo podía pensarse que estaba tranquilamente sentado en un bar.

—Si matas a la chica nosotros cobramos igual pero tú mueres. Si la chica sobrevive nosotros cobramos más y tú sobrevives. A mí me parece una oferta de esas que no se pueden rechazar, pero igual eres el imbécil del mes. Tus orcos parecen mucho más listos que tú. Si dejan las armas en el suelo dará igual el final de la negociación: ellos se irán sin problemas. Tal como lo veo no tienes opciones pero igual me sorprendes haciéndote el héroe. ¿Quieres algo concreto para tu lápida o 'El gilipollas que no sabía perder' te vale?

El viejo sonrió mientras seguía a las dos bestias del grupo. Gente como Bum Bum y Big eran necesarios en el negocio, y lo cierto es que tenían estilo. El estilo es importante en el mundo de los runners. Demasiado ruidosos para su gusto, pero tenían estilo. Eso era innegable.

Asintió a las sabias palabras del decker y se apoyó en la pared más cercana, como si fuera algo casual, aunque lo cierto es que estaba hecho mierda y se moría por tumbarse en la cama.

- Estas técnicas de rehenes son buenas con la poli.- Añadió para intentar dar más peso a las palabras de Loky.- Pero no somos polis. Sólo queremos a la chica y la piedra. Hoy has perdido. Otro día ganarás. Así que, como ha dicho aquí el amigo, sé listo y no nos causes más problemas. A mí me parece un tipo listo, señor Turner. Matamos por negocio y si no se interpone entre nostros y nuestro contrato, su vida no corre peligro.

Con su visión astral intentó percibir la signatura de la piedra Morel. Quizás seguía allí, o quizás había volado. Eso sería muy inconveniente, pero poco probable, o sino no estaría allí la srta. Craig. Si Turner intenataba ocultarla, no le sería fácil mientras él pudiera seguir su rastro astral.

El contrabandista miró de arriba a abajo al trol y, en seguida, el resto del grupo reafirmó la presencia intimidatoria.

—¡Joder! —dijo ladeando la cabeza y mirando a sus guardias.

Magosto notó una presencia mágica: un elemental. Pero se estaba debilitando, como si se estuviera alejando en el plano astral o su invocador (alguien a varios kilómetros de allí) lo estuviera desterrando. Pero ni rastro de la piedra.

Turner tiró su arma al suelo e hizo un gesto a los guardias orcos que hicieron lo mismo y comenzaron a retirarse de la sala. Con los brazos en alto se dirigió hacia uno de los sofás del cual levantó uno de los cojines de la base para descubrir una caja fuerte.

—Ahí está la piedra —dijo mientras se echaba a un lado.

Dirigió una mirada agresiva al grupo. Le costaba admitir su derrota pero estaba claro que no tenía nada que hacer. Pasó su commlink por la cerradura magnética de la caja y ésta se abrió descubriendo un fragmento irregular de una piedra de obsidiana. Magosto ahora notó un tenue flujo de energía mágica proveniente del fragmento. Demasiado tenue para poder rastrearlo a distancia.

Una vez abierta la caja, Turner se dirigió hacia la puerta, a través del grupo. Llegó a la altura del trol y lo miró de abajo a arriba, casi desafiante. Luego continuó su camino.

Bum Bum se apartó manteniendo distancia entre él y el hermano en todo momento, y sin darle la espalda, claro. Sonrió y apretó el botón del encendedor... Y le encendió el puro a Big. Luego se acercó a la chica y la desató. -Señora, ¿esa piedra es "la piedra"?- preguntó mientras mantenia el arma apuntando a Turner, por si acaso... -Los orcos pueden irse, tú te quedas con las manos quietas donde podamos verlas.-

Fiona estaba consciente cuando Bum bum la desató y miró hacia la piedra. Trató de levantarse pero parecía agotada y cayó sobre los brazos del runner. Pero la mirada de Fiona a la piedra y el leve asentimiento de su cabeza ofrecieron la confirmación que Bum bum necesitaba.

- Un momento.- Dijo Magosto. Al igual que Bum Bum, allí había algo que no le cuadraba. El elemental podía ser obra de un mago asalariado que al ver que su contrato se esfumaba, él hacía lo mismo con su creación. O podría ser que fuera el contratante de Turner y que tuviera la piedra. El rastro ténue lo tenía intrigado. Debía ser un rastro mucho más potente, aunque cuadraba con la razón pro la cual no había podido rastrear el fragmento en el pasado.

Observó también el aura de Fiona. Si no era una despertada, podía ser más sencillo engañar sus sentidos mundanos con una falsificación del fragmento.

- ¿Quién es el mago implicado?- Inquirió al contrabandista. Tras ello avanzó para tomar la piedra. Quería sentirla con sus manos desnudas. Sentir ese fragmento de cuando el mundo era joven y los dioses caminaban sobre la tierra. Quería saber si lo que había dicho Aiwass era cierto. Entender las razones por las que la gente se peleaba por poseer aquel pedazo de piedra.

Aquello llegaba a su fin pero a Loky74 le gustaba la profesionalidad del equipo: mejor no dejar cabos sueltos.

—No tengas prisa Turner y contesta lo que pregunta nuestro mago. Que te haya salido mal esta movida no quiere decir que no podamos ser amigos e incluso invitarte a unas copas otro día.

Al decker le parecía absurdo que se hubiera montado semejante lío por un maldito trozo de roca, pero en su cabeza ahora sólo estaban las cuentas de cuanto le saldría un brazo cibernético y si le llegaría lo que tenía ahorrado más la paga de este lío para obtenerlo. Tendría que ser un brazo de mierda, no cabía duda, pero al menos estaba vivo para hacer algún otro trabajito y ganar lo suficiente como para mejorarlo en el futuro.

—Todo por un puto trozo de arenisca, hay que joderse.— rumió apoyándose en la pared mientras dejaba que los orcos se dieran el piro.

Turner se detuvo y dirigió su mirada a Magosto.

—¿Cómo prentendes que lo sepa? Mis contactos en el negocio me ofrecieron la posibilidad de trabajar con él. Solo lo quería para dar salida al objeto —dijo señalando a la caja fuerte ahora abierta—. Le pagué y él hizo su trabajo. No necesito saber nada más de él.

Magosto cogió la piedra y, como le había anticipado el ser astral, la piedra parecía inerte, apenas perceptible. El mago notó como el poder del fragmento se apagaba por momentos y supuso que en poco tiempo se desconectaría completamente del astral.

—¿Unas copas? Encima no vengas a mearte en mis heridas, lisiado —espetó. Miró al resto del grupo con la mirada todavía enrudecida—. ¿Puedo irme ya?

Magosto sentía pena por la piedra. Estaba viva y agonizaba. En breve estaría muerta. Eso quizás hasta era bueno. No le hacía gracia entregar algo con ese potencial a nadie, aunque se preguntaba si la irresponsabilidad de Fiona habría destruido el artefacto completo. Le costaba de creer que algo tan antiguo y poderoso pudiera ser destruido tan facilmente.

Apenas le dedicó una mirada al comentario de Turner sobre el mago mercenario. ocultaba mierda, eso estaba claro. Un encargo así no había salido de él. Alguien se lo había encargado, pero daba igual. Ese no era su trabajo.

- Es la piedra, chicos.- Anunció.

Ahora, al tener en las manos el fragmento, lo que quería era ir con Fiona. Volver a Creta e investigar la Piedra Morel. El Ónfalos. Aquello le parecía mucho más interesante que ir persiguiendo orcos y que lo rellenaran de plomo.

Turner estaba de guasa. Irse ya. No valía la pena que dijera nada. Seguro que Big lo pillaría por el cuello como un conejo. Ese tipo valía 3000 por cabeza. Él tenía en mente algo más importante. Intentó aplicar sus conocimientos de curación sobre la piedra. Era algo tan vivo (o más) que ellos.

Comprobada la buena salud del objetivo número 1 y que el objetivo número 2 estaba asegurado, BumBum se  centró en el objetivo número 3. -Ya, sí. Sobre eso colega, si no te importa, nos acompañas hasta que salgamos de aquí, no sea que salgas por la puerta, avises a unos cuantos orcos más y tengamos un intercambio de plomo... Lo entiendes ¿verdad? El negocio es así y nos han dicho que te protegen los Escraches esos así que... Si pones las manos donde podamos verlas para que Big te inmovilice, temporalmente por supuesto, te lo agradeceré mucho...

El runner sonreía, pero sostenía el rifle de asalto con ambas manos, no apuntando directamente a turner, pero sí en una pose lo suficientemente sutil a la par que significativa...

Mientras los demás se iban hacia la puerta Loky74 se quedó rezagado

—Lisiado por tu culpa... pero no soy rencoroso. Id saliendo, ya voy ahora.— dijo apoyándose en la silla donde estaba la chica mientras los otros salían.

En cuanto los demás, Turner incluido, descendían por las escaleras conectó su Comlink con Dana Oaks. Él no había hablado con el Caballero Errante de forma directa¹ pero sus compañeros le habían mencionado el encargo.

—Señorita Oaks tenemos el paquete. Mande una unidad de extracción a la posición que le estoy señalando en su sistema cuanto antes si lo quiere vivo. Mis compañeros no suelen ser muy sutiles con quienes intentan escapar.

Se levantó suspirando por el dolor para alcanzar al resto esperando que el Caballero Errante enviase a los suyos cuanto antes. Esos 3000¥ le vendrían bien para su inversión cibernética.

—Lisiado mis cojones, pringado.— dijo mientras bajaba las escaleras.

—Ey, esperad —dijo cuando Big Cojones lo empujó hacia el exterior—, puedo pagaros. ¿Cuánto os dan? Os daré más. ¿Mil? ¿Dos mil a cada uno? ¡Venga joder, no seáis cabrones!

Big Cojones no escuchaba a Turner y controlaba sus acciones como si se tratara de un pelele.

Loky confirmó con el Caballero Errante el punto de extracción, en la salida del Subterráneo por Lordstrung.