Partida Rol por web

Megan, ahora llamada NO, se acercó atenta hacia la humareda. En realidad lo que vio fue una cueva de la que salían volutas de humo, además de a unos metros, el cadáver carbonizado de alguien. 

Ah, y a Rihanna escondiéndose tras unas piedras, llevaba un cuchillo y una piedra en las manos.

Rihanna había tratado de esconderse, pero justo en ese momento había llegado Megan y la había visto. Megan tenía varias heridas en el cuerpo y sangraba por varios lugares pero su cara mostraba... que estaba totalmente ida y con furia asesina. En las manos llevaba un madero con clavos. El madero también estaba manchado de sangre. Y los clavos. 

Es inútil que te escondas chimpancé , apesta a negra desde el pueblo abandonado...

Evangelio de Rihanna 5:8

Aquella isla era el reino de las divas. Y de las guapas. Algunas estaban buenas. Yo sí. Ella no.

En el país de las flacas, Megan es una puta vaca.

Madafaka.

–Foca.

Y también fea.

No se lo dije por no hacer leña del árbol caído.

Pero podría. Demasiado fácil con esa cara de tragar donuts de cuatro en cuatro.

Suficiente tenía esa con que saber toda su puta vida que su carrera era de chiste y que la recordarán por ser, simplemente, fea y gorda.

No en plan «Megan la cantante».

No.

Cuando hablan de esta dicen «¿Qué Megan? Ah, sí. La gorda».

Y ya.

«No eres tan estilizada y bonita como TODAS las demás reinas del pop, Megan». Eso decían las miradas de todos los fanes y los periodistas en las entrevistas. Incluso sin abrir la boca.

«Meganterio, hagas lo que hagas hasta Adele está mejor que tú».

Joder, y era cierto.

Usar la cueva como señuelo había sido una gran idea. Mierda para moscas. Retrete para la mierda, que cae rápido. Pero demasiado rápido. Que pensaba yo que iba a estar un buen rato lanzándole besos a las cámaras, pero no.

Ladies don’t worry cause they got plenty more
Men be falling like the rain so we ain't running out
Falling like the rain so we ain't running out
Falling like the rain so we ain't running out
Oh its raining men girl what you worry ’bout?

No te preocupes, Rihani. Los maromos caen solos como lluvia.

Solo que esta no era maromo, era maromón y cayó como granizo. Pesado.

Ploc ploc ploc en mi capota.

No había tenido tiempo de ocultarme a esperar a mi presa, cuando de pronto llega la mole. Fue cosa de unos segundos, no me dejó ni esconderme bien. No sé cómo no la sentí venir.

Porque Megan hacía temblar los charcos.

Trainorceratops venía echa polvo pero con hambre de tragar tierra. Y si de morder el polvo se trata ahí estaba yo para darle polvo, tierra y piedra. De eso estaba segura.

Esa boca pedía canto. Y no de solfeo.

No. Del que tenía yo en la mano.

Sonreí. Esa canción ya me la sabía:

You got me mistaken thinking you gon get it easy
First of all you need to know that I’m not the one
Think you getting something baby, you ain't getting none
All you need to know that I’m a 2 times 5

-Te equivocas si crees que te será fácil.

Levanta la mano, Rihani.

-Lo primero que tienes que saber, vaca: vienes a por algo, y te llevarás caca.

Apunta, Rihani, perra. Hombros, cadera, pierna adelantada.

Sonríe, Ri.

– Que lo sepas: soy dos veces cinco.

Y por el culo te la hinco.

O por la boca. La piedra, digo.

Dispara, Ri.

Marcando nalgas, por supuesto.

Cinco.

Megan, o como se hacía llamar ahora, NO, estaba exhausta. Había luchado contra un lobo, contra el twerking de Miley y con sus fuerzas restantes había tratado de intentarse de en medio a Rihanna. Bueno, intentar sería ser generoso, la verdad es que había entrado en el radio de muerte que llevaba a su paso la de Barbados y había caído como una mosca. La rubia murió como siempre quiso: con unos donuts en el estómago.

Evangelio de Rihanna 5:8 (bis)

You got me mistaken thinking you gon get it easy

Deja que te diga, Rihani, que eres la hostia.

– Soy la hostia -le dije al aire.

La piedra le partió la boca. Claro. Ahí se cometió el Meganicidio, que es como el magnicidio pero por gorda, no por importante.

La pequeña y valiente Ri-Ri, y la mole Megan.

Set your standards lower boy you’re aiming too high

Picaste demasiado alto, Megan. Tuve que bajarte el labio.

Busqué mi cámara.

– ¿Cuál es mi cámara? –pregunté.

Todas, Ri, ya lo sabes, tontita. Beben por ti.

– Jay -me dirigí a mi representante-. Estas tardando en organizar algo. Mi próxima gira se llamará Scars y será en homenaje a mi experiencia en esta isla. Uno de los temas se llamara David… o quizá One-Shot. Dedicado a mi gran combate contra Goliat Trainor, la gigantesca filisfea de Battle Royale. David contra Goliat, la pequeña y dulce reina Rihanna-David, que de una pedrada venció a la temible Goliat, armada con un garrote. Bíblico. God bless America.

Cogí el palo de Megan y la empujé con él comprobando que estaba tiesa. Había caído como un puto árbol pero nunca se sabía.

– También quiero que negocies con la cadena una participación en Scars y el disco que sacaremos de la gira. Nos vamos a forrar todos.

Esa panda de cabrones no se lo merecía. Pero solo conocían el idioma de la pasta y tonta no soy.

Ah, pajillero, que me estás viendo pasarme el palo por entre las piernas como si nada... decida si es o no casualidad o es para provocarte.

No es casualidad.

Ya, imagino.

Pero vamos, ¿cuántas horas de debate de reality se llenarán hablando de tu sensualidad natural, Ri?

Mogollón.

– Queridos fanes míos… os quiero. Jay-Z y la cadena organizará una encuesta. Llamad y votad: ¿One-Shot o David? Entre todas las llamadas se sortearán diez pases VIP para Scars, y una noche especial conmigo… –guiño, guiño, lengüita, guiño.

Que te crees tu eso, cascapajas. Pero quédate con la duda de si será verdad y llama, joder.

– Pero claro, para eso tengo que ganar Battle Royale, ¿verdad? ¡dadme fuerza y yo os daré espectáculo!

Eso: que votes. Asegúrate de que llego a la final.

Al público había que darle chicha. Ya se la había dado: carne, sangre y hormonas. Pajas mil y gore. Eso quería EE. UU. Era momento de pedirles a cambio. Si quieres brasas, trae la carne, hijoputa.

Me agaché junto al cuerpo de Megan, de cuclillas, culo apretado y raja buena ahí. El público mira y yo hago como si nada, pero en realidad pensaba.

Britni, Nicki, Beyoncé, Gaga, Megan. En ese momento podía estar segura de cinco muertes. La pobre Megan venía hecha mierda. ¿Habría matado a una? Seguramente. O eso, o no podía con su peso y se cayó ladera abajo entre piedras.

Piedras.

Benditas piedras.

A ver, yo había entrenado y sabía defenderme de puta madre en el cara a cara. Pero esa panda de hijas de puta también. La que menos daba sus clases de artes marciales o cualquier otra mierda.

Una manera como cualquier otra de soltar la mala leche que te da saber que eres la puta ama pero al mismo tiempo que tienes que pedir perdón a los productores y chupar alguna polla de vez en cuando.

La que lo niegue es anormal, mentirosa o las dos cosas.

El show es así y the show must go on, putas. La rueda no para y si no aceleras tú te adelantan otras.

Así que acercarme demasiado siempre sería un riesgo.

Pero las piedras, las granadas… lo que fuera para combatir a distancia y ablandar la carne antes de cortar los filetes. Eso me estaba yendo de puta madre.

Tanto que me hice un fetiche: metí los dedos en la boca de Megan y saqué la piedra que le había regalado. Mía.

Y unos cuantos dientes sueltos.

Megan y un palo con un pincho. Nada más aprovechable. Podría usar la grasa de su cuerpo para llenar cuatro lámparas de aceite de ballena, pero no era el momento.

Es que no soy Gaga, y eso de mancillar cadáveres y hacerse abrigos de filetes como que no.

Era la hora de un momento peliculero para emocionar al espectador anormal cateto americano medio.

– No soy una psicópata. Soy una superviviente. Igual que América. Una nación joven que lucha contra un planeta que está en su contra, plagado de enemigos que nos odian. Pero uno a uno todos caen –caminé a paso jaca, sabiendo que en la cadena los productores harían su trabajo convirtiendo mi paseo en un puto videoclip: zancada, zancada, cara de hijaputa, cámara que sube piernas arriba, culazo, coño, culazo, cara hijaputa, culo respingón, despliegue de tetas, mirada prometedora–. God bless America, madaka. Make America great again. Animad a vuestra reina de chocolate, hijos de puta.

Dirección: al oeste, donde se pone el sol y donde está el destino manifiesto de América. Como los colonos.

Todo símbolos, joder. Claro que sí.