Partida Rol por web

En ese momento se escucha un terrible estruendo y la nave tiembla como sacudida por un terremoto...

-Gaius. Lo que Dios te ha dado, fácilmente te lo puede quitar. Arrepiéntete y cree en él antes de que sea demasiado tarde...

Muchos decían que Gaius ha tenido la suerte de su lado siempre, pero eso es porque nunca se han visto en su pellejo. Últimamente, si tenía suerte librándose de una desgracia, la fortuna se lo devolvía a la inversa 10 veces más. ¿Qué pasaba ahora? Aislado como estaba, se sentía el último mono. Se dijo que iba ayudar a la humanidad. Pero la humanidad repudiaba y pasaba de él como él mismo lo hacía de ese ser al que su proyección llamaba Dios. La ironía era a veces más cruel que la propia Fortuna.

-¿Y ahora qué?- miró a lo que él creía era su manifestación de la culpabilidad.

Se le borró la sonrisa anterior del rostro. La coincidencia entre su negación a ese Ser y lo que podía ser una desgracia era tan alta que casi le hizo pensar si era realmente una coincidencia. Casi. Aunque la sensación de que la rubia parecía saber más cosas que lo que su propio subsconciente le decía eran cada vez mayor. ¿Realmente sabía más que él mismo? ¿O realmente solo se lo parecía a él?. Pero su mirada tintada de pánico e interrogantes no dejaba a dudas que quería respuestas y que empezaba a creer que sus visiones podrían tenerlas realmente.

Pero tu rubia amiga había desaparecido. No sabías si era porque se había ofendido con tus palabras o porque finalmente te habías dado cuenta de que algo no iba bien en tu cabeza. El marine de guardia te había escoltado hasta fuera del sector de las celdas. Podías regresar a tu laboratorio, pero a partir de ahora ibas a estar constantemente vigilado. Si pensabas mantener más conversaciones contigo mismo, era un buen momento para fijarse en quién podía estar escuchando.