Partida Rol por web

El bardo se queda con la flecha en la mano, viendo como el engendro se esfuma y da paso a otro personaje, embotado en negras ropas, que habla como si fuera el dueño del mundo. El bardo no esta para escuchar tonterias...

Claro que nos uniremos a ti, pero antes tengo que contarte un secretito, acercate un poco mas y te lo susurro al oido...

Dice fanfarrón Fircus mientras se agacha y coge de nuevo su ballesta.

No tengas miedo hombre...

El bardo mira a Traig, su mirada de fuego atraviesa a esa forma oscura que es su enemigo, su media sonrisa descubre confianza y alegría, por fin su adversario tendrá lo que se merece.

Si crees que montando numeritos vas a asustarme, Traig, lo llevas claro, ya he vsto mucho en esta vida, y no me importa pasar a la otra...

Miro la escena entre el bardo  y el odiado Traig mientras intento pnrme en pie apoyandome en el suel y en las rodillas hasta incorporarme.

jajajaja la verdad es que tienes huevos maldito bardo... nunca dejarás de bromear eh? digo dirigiendome a mi compañero de penurias Fircus.

Ahora mirando a Traig Secundo a Fircus, si nos unimos a ti será en el infierno. Le hecho una mirada a la elfa en señal de que vaya peparandose ya que necesitaremos de la ayuda de sus inestimables hechizos para la última batalla.
Un orco paladín de la fe de Gruumsh batallando con una elfa... Así será

-Maldito bastardo. ¿Cómo te atreves a decirnos esto?. Juro que este será tu último día Traig. ¿Algunas palabras antes de morir?- El explorador tenía una flecha anclada en el arco dsipeusta para ser soltada al mas minimo movimiento.

-Jajajaja...- Su risa suena tan fría como su voz. Parece que le hace gracia estos aventureros. Golpea al suelo con el cayado y sus ojos se vuelven llamativamente blancos, y sus dientes se vuelven de color negro azabache.

Alarga el bastón apuntando hacia el Bardo. -Tú. Vas a unirte a mi.. del bastón emerge un humo que poco a poco se va acercando al joven humano.

El bardo cierra los ojos con fuerza, poco a poco parece que las fuerzas le abandonan, hincando una rodilla en suelo.

Volviendose a levantar, con los ojos en blanco y mirando al vacío, queda claro que Fircus ha quedado ajo el control de Traig.

Traig no deja de apuntar al Bardo con su cayado hasta que el humo se transmite hacia el humano. El Bardo siente una extraña sensación que le corroe y no deja de sentirse cofnuso. -Ven Fircus. ¡Únete a mi! es la única forma de que salgas vivo-

Dice con sus palabras tan calculadoras y frías hacia el humano. -Vamos, ¿qué me dices?-

-¡NO LE ESCUCHES FIRCUS!-

La esposa de Leon no duda en soltar dos certeras flechas hacia el malvado Traig, advirtiendo a Fircus de que esta siendo sometido bajo el control de uno de sus poderosos hechizos.

-Maldito. ¡Dejalé!-

Al ver que se estab apoderando del Bardo, el explorador no dudó en dejar caer su arco y echarse a la carrera. Mientras se encaraba hacia el maldito hechiceró dibujó un atauqe descendente hacia su adversario.

Fircus... No!!! Me concentro en mi ira cogiendo mi medallón entro en comunión con el gran Gruumsh señor de un solo ojo y de la supremacía orca.
Derrama tu abrasadora luz sobre este infiel!!! digo señalando con mi símbolo a Traig.

La elfa concentrada en su poder empieza a aumentar su tamaño hasta alcanzar la altura de unos cuatro metros. Sus brazos y sus extremedidas han alcanzado un tamaño enorme.

-Priakpta..

Fircus queda a las ordenes del poderoso Traig. Antes de que pueda obedecer sus ordenes, tanto el explorador como su inseparable compañero Mid. van a la carga. Primero es Leon el que desenvaina su espadón mágico para dañar de gravedad al hechicero (-14pg). Después es el clérigo el que alza su sello hacia el techo y el mismo expulsa una luz que abrasa los ojos de Traig (-22pg).

El maligno hechicero se duele y se arrodilla quedando totalmente vencido en el suelo. -¡¡Malditos!! ARGHHHHHHH..- El dolor que debe de estar sintiendo tiene que ser inexpicable. Acto seguido se envuelve en una nube de gas parecida a la del vampiro mientras se esfuma levemente por la sala.

-Volveré.. se escucha antes de que se fumige del todo.

El malvado hechicero se esfumó por uno de los agujeros del techo habiendo derrotado al fin por todas al desconocido hastaahora Traig. Seguramente no quiera volver en una buena temporada a estas tierras. Las estirges de las jaulas desaparecen de inmediato al instante que lo hace Traig.

Os miráis unos a otros y esas miradas no dicen nada mas que; hemos vencido al fin. Empezaron a sentir una sensación extraña que les invadían a todos los aventureros. La vista se les nublaba y poco a poco iban entrando en un trance hasta que los párpados se les cerraron.