Me quedé observando a la pelirrosa con una mirada dolorida, como si mi contrincante no comprendiera algo y sufriera por ello.
- La reina hizo aquello para protegeros, para que pudierais llevar una vida normal. Nosotras mismas, las guerreras, no habríamos despertado si la situación no lo hubiera requerido - traté de explicarle despacio.
Sin embargo, a pesar de mis suaves palabras, mi gesto era determinado. No iba a permitir que siguiera haciendo daño a mi amado.
Me preparé para poder lanzar el primer ataque, pero me sorprendió la rapidez con la que Allan atacó primero. Rápido como el rayo que me caracterizaba, lazó el primer ataque sobre la pelirrosa.
- S-sí - asentí maravillada ante su pregunta.
El siguiente movimiento lo realizó Crythra atacándome con fuerza. Ni siquiera el intento de Allan de protegerme sirvió, sintiendo el filo de su arma, apreté los puños y alcé mi hoz para lanzar mi ataque de rayo.
- Hagámoslo juntos - conmovida por las palabras de mi amado, lo abracé enterrando durante un segundo el rostro en su hombro. Después, me separé un poco y concentré la mirada en la enemiga - Crythra, no quiero pelear contigo, pero si no me dejas otra alternativa no dudaré en acabar contigo.
Convoqué un nuevo ataque de guerrera mágica. Quería terminar cuanto antes, Allan estaba herido, aún tenía que ayudar a Mariko y no sabía cómo estaban mis amigas. Esperaba que no les hubiera ocurrido nada.
Motivo: ataque de guerrera magica
Tirada: 2d6
Dificultad: 8-
Resultado: 8 (Exito) [4, 4]
- Eso es lo que dices porque no fuiste dejada atrás. Adelante, no pelees para que pueda matarte más rápidamente y que tu amado te vea morir - y se abalanzó hacia ti una vez más, pero Allan fue más rápido y te miró con una cálida sonrisa. Cuando la atacó, Crythra pudo esquivar su golpe sin dificultad y ella misma clavar su arma en su hombro. Allan gruñó de dolor y entonces, la electricidad te rodeó de pies a cabeza para luego salir disparada hacia la guerrera mágica. Esta gritó intensamente por el dolor que sentía, pero entonces, Allan tomó impulso una vez más y sus ojos parecieron rodearse de la misma electricidad que a ti te cubría y, tras un gruñido, atravesó a Crythra mientras canalizaba todo el poder de la tormenta a través de su arma para que entrara a su cuerpo. El ataque combinado de ambos había llevado a disolver a la guerrera en una nube de polvo. Como si su existencia artificial hubiera terminado allí.
Su arma cayó al suelo después de un fuerte ruido metálico y se disolvió luego en orbes de luz que volaron por los cielos. Habían vencido. Allan se dejó caer en el suelo algo agotado y respirando agitado. La herida de su hombro sangraba, pero parecía estar bien por lo demás.
- ¿Estás bien, Lightning? - le miró sonriente -. Estuviste increíble como siempre - acarició tu cabeza y se quedó mirándote a los ojos con añoranza. El sentimiento de no haber visto a alguien querido en mucho tiempo embargaba su expresión.
Miró a su hermana expectante. Ephorus estaba bastante inquieto - ¿Y bien? -.
Miró a Nereida y le dijo - La verdad es que yo puedo caminar como estoy. Preferiría que saliéramos de una vez - sonrió a las dos chicas mientras se puso de pie con ayuda de su espada. Luego, miró alrededor como si notara algo.
- Parece que la oscuridad se está debilitando. Es posible que la amenaza haya cesado - y era cierto, podían sentir que todo volvía a la normalidad en ese lugar -. Creo que lo mejor es volver a nuestra forma humana y reunirnos con los demás - esperaba su aprobación, pero ya estaba en posición para empezar a marchar.
Para eso, necesitarías un control elemental de por lo menos 5 XD.
Te dirigiste en la dirección en que sentiste a Shiro y al llegar, viste que Shiro ya había tomado su forma de sacerdotisa, pero podías sentir la irregularidad de su poder. Y como era de esperarse, estaba en medio de una batalla, pero estaba junto a una mujer con una energía bastante extraña. Similar a la que sentiste de las bestias de la playa y de Zmiy.
Ella parecía estar luchando junto a Shiro contra alguien que tardaste en reconocer, pero que, de tus recuerdos como Ilify, podías identificar. Era una dragona leal y valiente, una guerrera formidable. Era muy amiga de una guerrera mágica llamada Crythra, quien murió antes de dañar a los dragones. Su único pecado era ser la hermana del traidor Walker. Su nombre es Dusklight, otra dragona de Hardak revivida. Pudiste sentir esa energía oscura emanar de su mano derecha.
Puedes dejar el post hablándole a Shiro y Onírica que yo me encargo de los destinatarios. También, si vas a luchar, recuerda tirar iniciativa y la tirada correspondiente a la acción.
Tenma sonrió complacido cuando afirmaste que guardarías su secreto y dijo simpático - Después de todo lo que has hecho, ¿te sorprende que yo pueda curarte? Lo que haces es más sorprendente. Pero gracias por guardar mi secreto. Puedo hacer eso desde que tengo memoria, es solo que nadie a mi alrededor lo sabe, pero tú me salvaste. Así que gracias - sonrió.
Miraste a Legolas y el búho parecía aún más confundido que tú. Parecía que aquello no le era familiar en absoluto.
Al preguntarle lo de la pareja, el joven parecía sorprendido - ¿Te refieres a Edward y Ruka? Ellos son mis amigos, estamos en la misma banda. Es solo que ellos corrieron aquí y me preocupan un poco. Cuando se trata de sus parejas, son muy impulsivos. Solo espero que estén bien - decía un poco triste.
Te hizo una reverencia en agradecimiento por lo que habías hecho y dijo - Supongo que no volveré a verte -.
"De acuerdo" pwnsó, era lo último que esperaba encontrarse... Llegaba a tiempo para ver algo que escapaba de toda lógica... ¿Porque aquel ser ayudaba a Shiro y porque le atacaba tan fiel dragona? Era una sensación contradictoria, quería defender a Shiro, pero no quería atacar a alguien que había dado su vida por Hardak. - este combate es absurdo, depón las armas ante la sacerdotisa, solo daré semejante aviso una vez antes de decidir atacarte. No deben atacarse los dragones, su sangre extinta no debe seguir bañando la tierra. Mientras hablaba volaba en dirección a la muchacha dragón, le arrebataría sus capacidades mágicas, o al menos parte. frenando ante ella y succionando el vapor que toda aura poseía impregnada en forma de capacidad mágica. Si aquel estúpido encuentro proseguía, tal vez sería necesario devolvérselo a modo de ataque.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d6
Resultado: 4(+7)=11 [4]
Motivo: Robar maná 1
Tirada: 2d6
Dificultad: 7-
Resultado: 4 (Exito) [3, 1]
Motivo: Robar maná 2 extra
Tirada: 2d6
Dificultad: 7-
Resultado: 10 (Fracaso) [6, 4]
No sé cuánto maná robo xD
En lo que intentaba buscar la presencia de Aimi, Animae escuchó a Nereida que buscaba curarles y negó con una tenue sonrisa para luego verla.
-No te preocupes, mejor salgamos de aquí. Como dice Ephorus, volvamos a la normalidad y...
Fue entonces que cayó en cuenta de la ausencia de la rubia. La guerrera se sumió en el silencio pensando rápidamente en las opciones que pudiesen explicar por qué se debía esa situación, sin darse cuenta que poco a poco su semblante se tornaba más y más preocupada al caer en cuenta de una posibilidad que comenzó a inquietarla.
-No puedo sentirla-declaró mientras el viento la rodeaba agitando sus cabellos con violencia.
Motivo: Esp a Jaycee
Tirada: 2d6
Dificultad: 8-
Resultado: 8 (Exito) [2, 6]
1-2
Luego de aquél remolino que la rodeó sin que ella lo hubiese ordenado en conciencia, dio paso a la figura de Katherine que volvió su atención a Nereida y a Ephorus observándoles con un miedo genuino y una preocupación muy arraigada en su interior.
-No está. Aimi no está-llegó a ella la memoria de cuando fueron atacados en el gimnasio y algunas compañeras habían sido secuestradas por los titánides, por lo que no pudo evitar pensar que la historia se repetía-. No, this can't be happening-su acento extranjero se tornó aún más marcado ahora que volvió a su forma humana y otra idea oscura terminó por alimentar su ansiedad-. What if she is not the only one who disappeared?
Recordó a Irisu porque fue a la primera que notó la ausencia y de ahí en el resto de sus compañeros, incluso aquellos que seguramente no tenían nada que ver con tener con una guerra de antaño. De nuevo no había podido evitar una terrible situación a pesar de que ya tenían el conocimiento y el poder.
-V-Voy a... v-oy a...-y, sin terminar de conjugar la frase, Katherine comenzó a caminar ignorando sus heridas en búsqueda de los demás. El miedo regresaba a ella y por lo mismo no estaba pensando bien, pues solo se enfocaba en ver por sí misma que todos estuviesen bien.
2-2
- ¡Allan! - al ver que lo hería me lancé al ataque para alejar a la pelirrosa de mi amado. Por fortuna, mi ataque logró su objetivo y, junto a Allan, conseguimos derrotarla.
Me quedé un par de segundos mirando el lugar donde Crythra había desaparecido con cierta tristeza. Lamentaba que hubiéramos llegado a esto, ¿qué le habría pasado? No era propio de ella, nunca habría actuado así. ¿La habría contaminado alguien con alguna magia oscura?
- Estoy bien - me arrodillé junto a él para mirar su hombro herido - ¿qué tal te encuentras? Estás herido... - cuando me dijo que había estado increíble no pude evitar sonrojarme - no, eso... bueno, soy una guerrera... más bien, gracias por protegerme - le sonreí dulcemente, devolviendo la mirada y permaneciendo a su lado tomada de su mano hasta que me acordé de algo - Cielos, ¡Mariko! ¡Y Koichi!
Me acerqué a Mariko, preocupada. Añoraba su contacto, pero tendría que esperar, primero debíamos ayudar a nuestros compañeros y salir de allí.
- Debemos salir de aquí y ver qué tal están el resto, Me preocupa que haya podido sucederles algo.
La dragona enemiga no esperaba que apareciera alguien más y, cuando lo hizo, le espetó con enojo - ¿Y tú quién eres? - al abalanzarse sobre ella y comenzar a absorber su poder mágico por medio del tacto, la dragona lanzó un espadazo que no golpeó su objetivo, ya que el gato enmascarado se lanzó hacia atrás, pero la sacerdotisa no podía ser tan paciente. Se veía que la dragona se tambaleaba y se le dificultaba enfocar.
- ¿Qué fue lo que me hiciste? -.
Miró a la joven con quien peleaba lado a lado y le sonrió - Es hora de acabar con esto. Luego investigaremos más - y así, la sacerdotisa tomó su flauta mientras las sombras a su alrededor parecían responder a su llamado. Como si de serpientes encantadas por la melodía se trataban, se agitaban a su alrededor, hasta que en un momento dado, el cuerpo de la sacerdotisa brilló y abrió los ojos, desplegando todo su poder hacia su enemiga. Estas sombras se transformaron en estacas que volaban a toda velocidad atravesando el cuerpo de la enemiga. La atravesaron y esta chilló de dolor. Cuando las estacas de sombra se desintegraron, Shiro ya había despegado la flauta de sus labios.
- Espero que esto te libere, Dusklight - Shiro parecía estar más pálida de lo usual mientras se tambaleaba suavemente.
Dusklight cayó al suelo de rodillas, pero parecía aún preparada para dar pelea - Sabía que usar tu poder te afectaría - hacía mucho esfuerzo para hablar, pero sonreía.
- Heleth-sama obtuvo justo lo que quería... - y rió para luego ser absorbida por unas sombras que, similares a la de la sacerdotisa, parecían cobrar vida.
Con la enemiga derrotada y la oscuridad disipándose de la cueva, Shiro cayó de rodillas en el suelo, visiblemente agotada.
- Aún me cuesta manejar ese nivel de poder - suspiró y miró a sus dos compañeros de lucha -. Es momento de salir de aquí - dicho esto, el gato enmascarado se perdió en las sombras, mientras las dos chicas se dirigían a la salida.
Ya una vez alejadas de aquel enmascarado, recuperaste tu disfraz humano y ayudaste a cargar a Shiro a la salida. La chica parecía afectada en verdad por su propio poder. ¿Eso era lo que pasaba?
- Gracias. Me gustaría reunirme con tu jefe. ¿Crees que sea posible cuando regresemos? - sonrió, aunque sus ojeras parecían más pronunciadas de lo usual.
No tardaron en dar con la salida, donde se cruzaron con dos integrantes de la banda juvenil más popular llamada Red Stones: Takeshi el guitarrista líder y Ono el baterista.
Así como te encontraste al profesor Shinta, quien estaba junto a Masaru. El chico estaba tendido en el suelo inconsciente.
Te separaste de las chicas para salir solo. Te habías destransformado en la oscuridad para que la mujer de cabello azul no te identificara y solo restaba esperar que Shiro no dijera nada. Era difícil fingir golpes o algo así, pero eso hiciste. Era mejor que Katherine siguiera pensando que no estabas involucrado, pero que también te habías esforzado en hacer algo. Además, estaba la esperanza de que Aimi saliera de ese lugar.
No tardaste en dar con la salida, donde te cruzaste con dos integrantes de la banda Red Stones: Takeshi el guitarrista líder y Ono el baterista.
Así como te encontraste al profesor Shinta, quien estaba junto a Masaru. El chico estaba tendido en el suelo inconsciente. Shiro Kuroryuu e Isabella estaban juntas y parecía que no habían llegado hace mucho.
Sonrió despidiéndose, sabiendo que esta podría ser la última vez que se vieran - Gracias, Mirari. Eres muy guapa y sería una fortuna que fueras mi novia en verdad - su tono sonaba jocoso. Solo quería seguir el juego.
Ya destransformándote, encontraste la salida. Gracias a Tenma, estabas prácticamente ilesa, solo con algo de suciedad en tus ropas. Así llegaste a la salida para encontrarte con Takeshi y Ono de los Red Stones, así como te encontraste al profesor Shinta, quien estaba junto a Masaru. El chico estaba tendido en el suelo inconsciente. Shiro Kuroryuu e Isabella estaban juntas y parecía que no habían llegado hace mucho. Jaycee parecía haber llegado con ciertas marcas en su frente. Aún no había rastro de nadie más, pero ya Shinta y los miembros de la banda no te permitían regresar.
La oscuridad de la cueva se disipó. Pudiste sentirlo. Sea lo que fuere que estaba allí, se había ido. Eso debían ser buenas noticias aparentemente.
Schmella miró alrededor y dijo - Es el momento de irnos. Puedo sentir a Mariko, pero si queremos salir, debemos hacerlo antes que algo más pase - Schmella parecía más inquieta de lo usual, pero aparentemente Sombra compartía su estado de ánimo.
Al dirigirse a la salida de la cueva, notaste que Sombra se iba adelantando - Debo esconderme para hablar con Mariko. Schmella te acompañará antes de que te vayas - y siguió, pasando desapercibido como ya te habías acostumbrado a que lo hiciera.
Al salir, te topaste con Takeshi y Ono de la banda de los Red Stones, así como también con un hombre bastante musculoso que lloraba junto a un chico que parecía inconsciente.
Además, viste a varias personas allí, cuyas energías te indicaban que podían ser especiales, al igual que tú. Al parecer, todos estaban juntos en la misma cueva. La chica de cabello blanco iba apoyada en la chica de cabello rojo. Ambas de figura esbelta y mirada gentil. El chico de cabello negro tenía unos cuantos rasguños en la frente pero parecía estar bien en términos generales. La chica de cabello rosa salió en buenas condiciones, aunque sus ropas se veían algo maltratadas. De ella destacaba su estatura, su figura esbelta, su belleza y su gracia para caminar.
Poco después, el bajista de los Red Stones, el pelirrojo Tenma, también salió.
Aunque miraste alrededor, Mamoru no parecía estar por ninguna parte. ¿Le habría pasado algo?
Antes de que pudieras notarlo, te quedaste dormido junto a Ruka en el borde de la cama sosteniendo la carta que te había escrito. Solo caíste en cuenta de esto cuando escuchaste que llamaban a la puerta. Se trataba del gerente del hotel, quien afirmaba estar junto al personal médico. Te costó un poco reaccionar por el mismo estupor que te dominaba, pero comprendiste justo a tiempo para que la chica pudiera ser revisada. Tal era su cansancio que Ruka no notó ningún procedimiento hasta que casi había terminado. Se sobresaltó, pero no se quejó al ver que seguías allí.
Según los exámenes médicos, parecía estar bien. Solo un tanto anémica, así que le hicieron las recomendaciones necesarias para eso y te dieron indicaciones. Ella se veía aún demacrada y agotada, por lo que en ocasiones se exaltaba y hacía ademán de perder el conocimiento, pero trataste de atajarla cada que le pasaba y ayudarla a permanecer consciente. Después de todo esto, la única fórmula era descanso, de modo que al regresar a la ciudad, la chica recibiría los tratamientos correspondientes. Revisaron tus heridas y te hicieron las curaciones necesarias igualmente, aunque los procedimientos en tu caso tomaban mucho menos tiempo. Viste que Ruka hacía todo lo posible para mantener sus ojos abiertos mientras te curaban, pero le era una tarea titánica, hasta que terminó por caer dormida una vez más. Con la carga de consciencia por todo lo sucedido, la dejaste dormir y, una vez se marcharon los médicos, te acomodaste nuevamente para descansar. Si te levantabas temprano, tendrías suficiente tiempo de empacar tus cosas antes de partir.
Edward se destransformó justo antes de escuchar lo que decía su hermana y se giró hacia esta con una expresión de pánico que no podía ocultar. Su rostro se desfiguró y apretó los puños con fuerza.
- Y el mocoso... Él está bien... - chasqueaba los dientes presa del enojo. Se giró y tras un fuerte grito hacia la pared, le pegó puñetazos a la fuerte roca hasta que sus manos sangraron. Con frustración se sujetó la cabeza mientras caía de rodillas al suelo. Tal vez sollozaba en silencio, pero no dejaría ver eso, no delante de su hermana. Después de balbucear algo entre dientes y girarse hacia su hermana y verla así, la sostuvo suavemente de los hombros y la abrazó como aquella última joya preciosa, casi como si quisiera con ello olvidar que su querida Aimi...
- It's OK, sis. I'm here... - sus manos temblaban, su temperatura corporal había bajado considerablemente y parecía al borde del colapso, pero su temple le hacía permanecer de pie y digno, como siempre lo había hecho antes.
- Vamos todos - y le hizo una señal a Hikari para que los siguiera. Quería sacar de su cabeza su propia frustración por solo un momento y ser el hermano que Katherine necesitaba, además de ser el mayor y, por lo tanto, el responsable de ambos chicos.
No tardaron en dar con la salida, donde se cruzaron con dos integrantes de la banda Red Stones: Takeshi el guitarrista líder y Ono el baterista. Pero no solo ellos, sino que notaron que tanto Kuroryuu como Isabella, Jaycee e Irisu estaban afuera. Tenma, el bajista parecía haber llegado hace poco, mientras que Isabella ayudaba a Kuroryuu a caminar. Shinta se encontraba junto a Masaru, quien yacía inconsciente en la arena y el gigante lloriqueaba a su lado.
Solo hubo alguien que no pudieron reconocer, un chico de lentes y cabello oscuro que estaba junto a una mariposa de color blanco a la cual solo Katherine podría reconocer con facildad.
Allan te miró con una sonrisa cuando le preguntaste por sus heridas y aunque sujetó su hombro te dijo - Estoy bien. No es nada - sabías que le dolía, pero de seguro trataba de quitarle hierro a la situación. La exclamación robó una expresión de sorpresa del rubio, quien parecía haberse olvidado de ellos igualmente.
Te giraste a Mariko, quien parecía de mejor semblante. Te miró un tanto sorprendida mientras observaba las palmas de sus manos igualmente. Se puso de pie como si temiera caerse, pero vio sus energías recuperadas. La Mariko de siempre había vuelto, aunque ella se veía tan sorprendida como tú. Incluso pegó un par de saltos para corroborar que todo estaba en orden. Al cerciorarse de todo esto, te dijo - Yo me ocupo de Koichi - mientras se echaba el chico a hombros. Era curioso ver cómo una chica de apariencia algo frágil podía tener tanta fuerza.
Te destransformaste y te giraste hacia Allan, quien se disponía a hacer lo mismo, pero justo en ese instante, el chico agarró su mano derecha con fuerza, como si algo lo estuviera quemando por dentro. Chasqueó sus dientes con tal tensión que parecía que fuera a astillarlos y gritó del dolor.
Viste que un extraño patrón negro que asemejaba un árbol se formaba en el dorso de su mano y, a medida que se expandía la figura, esa misma sustancia negra se expandía por todo tu torrente sanguíneo.
- Shiro, ¿qué está pasando? - viste una mezcla de desconcierto, temor y enojo en sus ojos mientras aquello viajaba hasta su cerebro. Justo al llegar allí, Allan gritó con mucha más intensidad. Mariko bajó a Koichi para tratar de auxiliarlo, pero unas extrañas sombras salieron del suelo y lo atraparon, llevándoselo. Mariko invocó sus cadenas y trató de atarlo con ellas, pero las sombras fueron mucho más rápidas y lo engulleron en cuestión de segundos. Para cuando la oscuridad de la cueva se disipó, Allan había desaparecido.
Mariko corrió hasta el lugar donde esto había pasado y golpeó el suelo con frustración, pero no había nada que se pudiera hacer. En ese momento, Koichi despertó y miró alrededor confundido. Al preguntar por Haruka, ambas se miraron. ¿Cómo explicarlo? Así que la única explicación era que lo habían perdido. Con resignación y dolor en el corazón, buscaron la salida de la cueva.
No tardaron en dar con la salida, donde se cruzaron con dos integrantes de la banda Red Stones: Takeshi el guitarrista líder y Ono el baterista. Pero no solo ellos, sino que notaron que tanto Kuroryuu como Isabella, Jaycee, Hikari, Katherine e Irisu estaban afuera. Tenma, el bajista parecía haber llegado hace poco, mientras que Isabella ayudaba a Kuroryuu a caminar. Shinta se encontraba junto a Masaru, quien yacía inconsciente en la arena y el gigante lloriqueaba a su lado. No había rastros de Mamoru por ninguna parte.
Solo hubo alguien que no pudieron reconocer, un chico de lentes y cabello oscuro que estaba junto a una mariposa de color blanco que revoloteaba junto a él.
Poco a poco, cada quien a su ritmo, todos los restantes fueron saliendo de la cueva. Unos diez minutos después, Eiji salió asegurando que ya no quedaba nadie más allí. En la playa, se encontraba un Masaru inconsciente y un Shinta lloriqueando mientras permanecía en cuclillas vigilando al chico, pero no solo eso. Ono y Takeshi, integrantes de los Red Stones, estaban allí, Tenma y Edward salieron después, pero no había rastros de Ruka. Ono les explicó que Mamoru estaba de vuelta y que se había llevado a Ruka al hotel mientras llegaba la ambulancia. Chidori parecía llevar un buen tiempo afuera, solo que su silencio era tal que nadie la había notado. Tal vez se debía al aura de tristeza que la rodeaba.
El único chico al que la mayoría no pudieron reconocer era un joven de cabello negro y lentes, quien estaba allí con una mariposa de color blanco que revoloteaba a su alrededor. A quien le preguntara por su procedencia, decía que solo había venido buscando a un conocido y que, por casualidad, había entrado a la cueva a buscarle.
Todos parecían heridos de alguna manera, pero no todos eran iguales. Algunos mostraban golpes en la cabeza, otros en el cuello y torso, otros no mostraban marcas, pero sí algo de polvo en sus ropas y en su piel… Todas eran diversas, pero lo más extraño era que ninguno daba razón de lo que había sucedido concretamente.
Yuuki-sensei no tardó en aparecer y lo primero que hizo fue llamar a lista. Después que a ella se le explicara lo de Mamoru, algunos nombres quedaron faltando, nombres de compañeros de los cuales nadie sabía su paradero: Haruka Otsusuki, Aimi Kitamura, Ren Aragami, Eiren Echizen, Leticia García. Cinco compañeros que todos los que estaban con ellos afirman que los perdieron en las cuevas, pero nadie los vio salir. ¿A dónde habían ido? O más bien, ¿cómo salieron sin ser notados?
Parecía volverse costumbre la visita de la ambulancia y después de atender a los heridos y hacer las curaciones correspondientes, se retiraron. Masaru y Ruka, quienes parecían ser los más afectados, solo necesitaban descanso por ahora. Podrían volver a casa e ir al médico de vuelta en su ciudad. Usui-sensei reprendió a Shinta por la actividad, asegurando que quería que los entretuviera, pero no que los pusiera en peligro y aunque no había peligros a considerar, igualmente se habían lastimado muchos de ellos, incluidos algunos de los Red Stones. Edward parecía tener diferentes marcas en el torso y brazos, además de los nudillos llenos de vendas que se teñían de rojo cuando este apretaba sus puños. Mientras que Tenma tenía algunos moretones sobre su piel. Edward miraba a Jaycee pero quitaba la mirada rápidamente. El nombre de su novia estaba en la lista de desaparecidos. Otras personas que parecían estar en otro planeta eran Katherine y Shiro Kasumi, cuyos rostros se veían inundados en la desesperación.
El estado de Ruka era reservado y solo Mamoru estaba con ella, aunque Hikari pudo entrar a su habitación y ver al rubio junto a la pelirrosa dormido. Todos regresaron a sus habitaciones magullados y con la preocupación latente por las desapariciones, aunque Usui-sensei trató de tranquilizarlos asegurando que la policía estaba en el caso.
Al día siguiente, los Red Stones se fueron en una limusina, pero Edward no se veía de buen semblante y Ruka seguía imposibilitada para caminar por sí misma, por lo que Takeshi la llevaba entre sus brazos. Partieron pronto porque la cantante estaba mal de salud, aunque esta aseguraba que estaba bien. El autobús no tardó mucho en partir después de eso, tal vez solo unas tres horas más tarde. Antes del mediodía, ya se encontraban en camino para pasar las siguientes dos semanas de las vacaciones de verano con sus familias y amigos. Aunque la carga emocional de los desaparecidos ensombrecería cualquier entorno. Masaru ya había despertado desde el día anterior, pero por su historial médico, debían tomarse las precauciones necesarias.
¿Podrían realmente pasar unas vacaciones tranquilas después de todo lo ocurrido?