Ilify negó con la cabeza aún no era digno de percibir a Shiro...
Motivo: Sentir a Shiro
Tirada: 2d20
Resultado: 32 [18, 14]
Motivo: Sentir a Shiro
Tirada: 2d6
Dificultad: 7-
Resultado: 8 (Fracaso) [5, 3]
El templo parecía vacío. Al menos un primer vistazo daba a entender eso. Sin embargo, pudieron tener acceso a un lugar que reconocieron con facilidad, el lugar donde la sacerdotisa dio su último discurso a su pueblo antes de ser atacados por Andelivian, el lugar donde sus guardianes eran nombrados después de la ceremonia... El centro de Hardak. ¿Cuánta sangre no había visto ese lugar?
Por algún motivo, Walker podía sentir la energía de la sacerdotisa más fuerte en ese lugar que en algún otro.
¡SHIRO!
Grité al llegar. Estaba claro: no pensaba, sólo actuaba. Miré a Ilify de reojo.
Es aquí.
Enuncié lo evidente. Miré alrededor. No la veía, pero si no respondía volvería a llamarla. Este representaba un lugar de desgracias, pero sólo era eso, una representación ¿verdad?
La plaza donde Ilify le había hecho frente a Ephorus, y donde el destino del planeta de los dragones había sido sellado... Estaban de pie justo allí, aunque había algo que no se sentía del todo real, casi como si ese lugar solo fuera una proyección mental del verdadero Hardak. ¿Era posible que la Sacerdotisa en verdad no estuviera allí?
En el momento en que Walker gritó su nombre, el viento empezó a soplar con fuerza para luego llenarse de flores de cerezo que danzaban como dando forma a algo. La corriente fue lo suficientemente fuerte como para que se vieran obligados a cerrar los ojos y, apenas cesó, una figura inmaculada se divisaba frente a ustedes, aunque su apariencia era traslúcida, como si de un fantasma se tratara.
Su blanco cabello que ondeaba con suavidad y armonía, su inmaculado vestido, su porte elegante y solemne... Era la sacerdotisa dragón, sin duda, pero no la Sacerdotisa de esta época, sino la sacerdotisa de antaño. Aquella que había caído junto a su pueblo cuando lucharon contra la Reina de cristal y el ejército de Andelivian. Su apariencia era diferente a la de la Shiro que conocían, pero su energía era la misma.
Les sonrió con gentileza - Ilify, Walker... - fue lo único que pudo decir antes de que las lágrimas surcaran sus mejillas. Su voz se escuchaba con un eco etéreo -. Me da gusto ver que están a salvo -.
Tsk...
Maldije internamente. No era Shiro. Al menos no la Shiro de esta época. Era como un reflejo de mi fracaso, y eso no me ponía precisamente de buen humor. Al menos a mi parte más antigua. Incluso llegué a soltar un ligero gruñido y mi posición corporal pasó a ser una ligeramente entre agresiva y defensiva.
¿Quién eres exactamente? ¿Un recuerdo? ¿Una proyección de la sacerdotisa? -tuve que contener la respiración para no decir algo peor, estaba llorando y, bueno, a una parte lejana de mí le daba cierta lástima- ¿Puedes saber si ella está bien? ¿Y comunicarte con ella?
¿Cómo será ahora mismo? ¿Tendrá ese mismo cuerpo? Tenía muchas más preguntas, pero no quería agobiarla, así que fui por orden y me callé para dejarle responder. ¿Y por qué demonios la he encontrado con tanta facilidad?
- toda sacerdotisa es la misma y única a la vez - dijo arrodillándose ante ella en honor al dragón que una vez fue Ilify. Una sensación de honor recorrió su cuerpo - ordene y su palabra será ley.
Ante la sacerdotisa que le hizo escudo, no podía evitar sentir mayor respeto incluso que por la Shiro de su época, era como si de hablar con una amiga perteneciente a la nobleza pasara a hablar con un monarca.
Las palabras de Walker la hicieron sonreír ligeramente divertida. Pasó a limpiar sus lágrimas para luego indicarle a Ilify que se levantara - Lamento que esta forma no sea aquella que conoces en esta vida, Walker. Esta forma es el último recuerdo que tiene Hardak sobre mí, así que por eso me muestra en esta forma, pero soy la misma Shiro que conoces, incluso aquella que entregaste para ser traída de vuelta aquí tras la batalla - ese eco etéreo resonaba con fuerza, como si resonara con todo el lugar.
Miró a Ilify - No tengo órdenes que darles, solo decirles que aún no los alcanzamos, pero pronto volveremos a vernos. Si me he mostrado es porque me han llamado - y los miró nuevamente con esa amable sonrisa -. Deben ser fuertes y permanecer unidos. Pero si Dawn no está aquí... - bajó la mirada un tanto triste -. Pobre. Ha sufrido una enorme pérdida y eso ha nublado su juicio -.
Pss... paradojas.
Mascullé con cierto desdén, aunque en el fondo debía reconocer que me tranquilizaba que sonriera. De reojo me fijé en cómo Ilify se arrodillaba casi al instante y negué con la cabeza. ¿Por qué demonios yo era incapaz de sentir esa reverencia? ¿Acaso es que yo estaba roto? Eso podría explicar algunas cosas.
Como sea -trató de quitarle importancia-, la cosa no pinta bien. Será mejor que no vuelvas hasta que te lo confirmemos, ya que es posible que el mundo deje de existir como lo conoces, si fallamos.
Luego los ojos en blanco al mencionar a Dawn.
Intentamos retenerla, pero nos falta poder -como siempre-. Quizá si terminamos con Heleth a tiempo podamos recuperarla. Pero no las tengo todas conmigo. El amor es algo por lo que merece la pena luchar, sólo que confundió la pasión con el amor. Es algo... habitual.
Quizá hablaba por experiencia, pero no sería yo quien lo desvelase. Miré hacia un lado, cruzándome de brazos. Tenía demasiadas dudas y no quería morirme con ellas.
Bueno, proyección de Hardak -se notaba cierto retintín en mi voz-... ya que eres de la época ¿a qué vino lo del viejo?
¿Un tono acusatorio? Totalmente.
El comentario de Walker siguió pareciéndole divertido a la Sacerdotisa, quien parecía ya haberse familiariazado a su forma de actuar con ella. Sin embargo, su mirada se tornó compasiva cuando siguió hablando. Era como si comprendiera el porqué decía todo aquello y parecía siempre hacerlo.
El eco etéreo de su voz resonó una vez más - Lo entiendo. Y confío que lucharán con valentía, hasta que por fin podamos llegar a ayudarles. El lugar en que se encuentran está sellado en su totalidad, pero si logramos debilitar lo suficiente a Umhti y a Heleth, es posible que se abra una abertura -.
La última pregunta la tomó por sorpresa, la cual enmarcó su rostro mientras se quedaba pensativa. Poco después pareció comprender de qué hablaba, por lo que habló por fin - Si te refieres al anciano que te entrenó, solo podría decirte que El Gran Dragón vela por todos sus hijos. No eres el primer dragón que se revela y no serás el último. Pero eso no quiere decir que cada uno tenga derecho a elegir su propio camino. Ese anciano solo era un fragmento de poder del Gran Dragón que quería ayudarte a elegir tu camino. Y como él había más. Cursed Dawn tuvo una maestra llamada Midnight Eternal. Ella también fue creada con ese propósito: darle a los dragones las herramientas necesarias para labrar su camino - se veía calma, no es como si aquello le molestara o algo así. De hecho, lo tomaba con bastante naturalidad.
- Muchos son aquellos que pierden a sus padres por las guerras, así que esa es la manera en que el Gran Dragón cuida de esos que no tienen alguien que los guíe -.
Había que reconocer que el buen humor con el que se lo tomaba todo la sacerdotisa resultaba incluso un poco irritante. Aunque también había que reconocer que no hacía falta demasiado para irritarme a mi, al menos a mi faceta más de dragón.
No tiene sentido intentar convencerte de que nos dejes hacer nuestro trabajo, supongo.
Bufé con cierto fastidio. Si lo mirabas en cierto modo era como la madre que no dejaba que sus hijos se cayeran o que jugasen con cuchillos. Tenía sus cosas buenas... pero los niños seguirían siendo niños. Luego vino la respuesta sobre el viejo y sencillamente miré parpadeando, como si aquello sólo fuese dar la razón a lo que pensaba. Una parte de mi, más humana, podía comprender su preocupación, pero mi parte más rebelde se sentía sensiblemente frustrada.
La vida es cruel -añadí-, a veces es el único modo de aprenderlo.
Luego entorné la mirada, volví a fijarme en Ili, sin saber cómo le afectaría lo que estaba sucediendo.
Hay una barrera, Scarlet Bat se ha levantado con el poder del árbol y ha matado a Heleth. Dawn está atrapada dentro de la barrera, pero no puedo hacer nada por ella.
Me falta poder. Como siempre.
Seguí mirando a la sacerdotisa. Tenía algunas dudas, pero finalmente puse los ojos en blanco y pregunté, casi más por obligación e inercia que otra cosa.
¿Cómo estás? No hablo sólo de salud.
Al fin y al cabo, aunque fuese una proyección, todo lo que estaba sucediendo era bastante dramático. Antes de que pudiera responder volteé para mirar el entorno.
Y mientras miraba hacia otro lado, como si el tema no fuese conmigo o fuese sólo una idea superficial...
¿Puedes usar mi cuerpo para salvar a Dawn? Yo ya estoy dentro. Luego si quieres puedes abrir una brecha para colarte.
Reconocer mi falta de poder era algo humillante, pedirle ayuda ya era el summum, sin embargo quería ayudar... aunque fuese así.
Sonrió compasiva ante las palabras del dragón - Confío plenamente en sus capacidades, pero sé que su poder no es suficiente para detener por completo a Umhti. Por eso necesitamos que se abra la brecha. Si lo logran, podremos ayudarles y brindarles nuestro poder - y luego miró a Ilify, quien aún guardaba silencio.
Las palabras sobre Scarlet la tomaron por sorpresa y bajaron la cabeza - Así que pudo liberarse... Era lo que me temía. Heleth tenía un freno, que era su hermano, pero Scarlet Bat es capaz de hacer lo que sea con tal de cumplir su objetivo. Deben ir con cuidado - para luego verse desconcertada por la pregunta sobre su estado. Sonrió una vez más - Gracias, Walker. Podré verlos pronto - aunque lo último fue lo que más la preocupó.
A continuación negó con la cabeza - Lo siento, pero no es posible. Solo podemos usar de receptáculos temporales a los guerreros cuya magia sea afín a la nuestra. Calíope, por ejemplo, fue el receptáculo de la Reina de cristal en la guerra anterior porque ella también maneja la luz, pero si lo hiciera contigo... Tu cuerpo no soportaría la diferencia de poder y morirías al instante - apretó sus manos ligeramente -. No podría hacer algo como eso contigo -.
No podría hacer algo como eso contigo... contigo... con-ti-go... Resonaba en mi mente.
He aprendido a dar mi energía y a drenar la de mis enemigos. He aprendido trucos de luz -había un cierto ápice de desprecio-. Yin y yang. Luz y sombras.
Me alejé un par de pasos, dándole la espalda. Había una promesa. Varias. Y nunca rompía mi palabra.
Scary quiere resucitar a la Reina Oscura. Ha invocado clones malvados de todos, además Mariko y Cursed están corruptas porque no pude actuar a tiempo. Esa es la situación.
Umthil está fuerte. No hay tiempo.
Quien que me una a ellas para resucitar a la Reina. En dos segundos estaré a su lado, y puede que no regrese.
No sé si mi alma sobrevivirá o se reencarnará, y no podría importarme menos.
Cinco segundos de tu poder podrían cambiar la balanza.
Es el momento de que tomes una decisión. Confiar en mi.
O dejarme ir.
Alcé el vuelo, sin voltear a mirarla.
Quizás yo quería llorar.
Quizás no quería despedirme.
Pero... ¿Quién si no?
Había en juego mucho más que mi vida y mis sentimientos.
Ilify aún en silencio golpeado por la perdida de Katherine suspiró al escuchar a Walker - ¿Ahora que empezaba a creer que se podría confiar en tí vas a voltear por un simple contratiempo? No te confundas, su poder me mataría también a mi... Se requiere mucho más que buena voluntad para ser un receptáculo. Y habiendo sido su escudo por tanto tiempo estoy algo más acostumbrado a su aura... ¿Cómo crees que me sentí cuando el orbe decidió caer en tus manos en lugar de acudir a mí como su protector?
Ilify se incorporó por fin - yo moriré hoy, un segundo antes de que eso ocurra ocupa mi cuerpo, y si walker decide confiar en ti, si va a morir, ocupa el suyo... Eso en caso de que no podamos ganar más tiempo para tu resurrección plena.
La sacerdotisa miró profundamente preocupada a ambos, mas solo suspiró - Se trata del poder elemental, no de tu naturaleza. Los dragones somos luz y sombra. Por eso somos los guardianes del equilibrio - era algo que se decía desde el inicio de los tiempos, después de todo.
Entonces, sus ojos se posaron en Ilify - El orbe fue recibido por Onírica, solo que esta lo entregó a Walker. Si no estoy mal, tú lo rechazaste - y se giró hacia Walker de nuevo, aunque comenzó a llorar -. No debes... No debes regresar. No me dejas mucha opción y lo sabes - se giró hacia el dragón de hielo una vez más y puso su mano sobre su cabeza un momento para luego agregar -. Solo usaré tu cuerpo cuando te acerques a la muerte, pero para hacer lo necesario, es importante un cuerpo fuerte - acarició a Ilify con la dulzura de una madre para luego aparecer su flauta en su otra mano y caminar hacia Walker. Aunque este quería moverse, se vio en un círculo blanco de luz que empezó a brillar.
Suspiró - Te daré aquello que me has pedido. Perdóname - y entonces, empezó a tocar su flauta. La marca del dragón empezó a brillar por todo el cuerpo de Walker a su vez que su cuerpo entraba en resonancia con el de la sacerdotisa y empezaba a tomar la forma del enorme dragón blanco que caracterizaba su apariencia de Gran Dragón. Voló en dirección a Walker mientras era absorbido por su cuerpo y entonces, el lazo que tenían se cortó de repente.
Queda en tus manos ahora, Ilify...