Partida Rol por web

-Oni, nos tienes aquí para lo que necesites- le recordó Heracles con calidez. Parecía dispuesto a partir piernas de ser necesario.

El sonido del mar pegando contra la playa, abriéndose paso entre las olas y estallando al chocar con otras... Ese sonido se hizo bastante nítido en tus oídos, tanto así que abriste los ojos de golpe. Al observar alrededor, estabas en una playa. Una playa que te resultaba familiar por algún motivo. Te pusiste de pie mientras sentías el roce de la arena con tus pies y aún parte de su contenido pegada a tu piel para luego ir cayendo de a poco. 

Había algo extraño en el ambiente. Un zumbido que te transportaba a otro lugar, a uno ajeno, pero cercano. Seguiste el zumbido como una polilla atraída hacia una lámpara y fue entonces cuando notaste que avanzabas hacia una extraña oscuridad en donde poco después, escuchaste un agónico chillido. No era humano, pero recordaba a algo cercano a un animal, aunque más fuerte, más hetéreo, más antiguo... Cubriste tus oídos para protegerte de esto y momentos después, una enorme raíz volaba hacia ti atravesando tu pecho.

¿Era esa tu muerte? ¿En la soledad de la oscuridad? Y mientras todo se tornaba negro, tu cuerpo se adentraba en un fuerte letargo.  

¿Qué… quién soy?

Irisu aturdida no sabía que parte era ella misma, podría ser un fragmento de Enola, una parte del guerrero de Sonoe… o ella misma.

Sus manos se levantaron en un reflejo, cualquiera que fuese de esas tres conciencias, todas estaban enraizadas en ella en un claro deseo de sobrevivir y preservar lo suyo.

-No…

Debía evitar caer inconsciente, pero aquello la abrumaba, quitando una mano de sus oídos, alzo sus dedos al cielo… ¿Qué intentaba alcanzar?

Y luego la inconciencia con ultima imagen de ella extendiendo su mano.

Heracles sonaba un poco indeciso - ¿Hola? ¿Todo bien por allá? Katherin me dijo que tratáramos de hablar por aquí. Tal vez así podamos idear una estrategia entre todos -.

- Herácles... -La voz de la Einar sonaba apagada.- No sé qué hacer. Mi poder... Yo no puedo hacer nada, no soy capaz. Y... y Mariko, ella ha caído por protegerme... -Pese a esa parte calmada al hablar, era fácil notar que algo no iba bien en la mente de la joven.- He intentado... Resucitarla. No era su momento... Yo debería estar en su lugar...

Heracles suspiró - No te culpes. Mariko siempre fue valiente. Debemos honrar el sacrificio de aquellos que han caído. Pero... hay algo que me preocupa.... - parecía dudar en decir lo que vendría a continuación.

- Al parecer, una de las guerreras de Andelivian ha sucumbido ante la oscuridad -.