¿Que os parece en una hora y media en la estación de Waverley?. En la entrada de Market street-
Sonríe ante el comentario del joven sin duda era algo que añoraba de su propia juventud, la espontaneidad. Niega con la cabeza.
Sin duda, lo más prudente sería salir al amanecer. Así podrán estar ustedes después de comer, la residencia está abierta las veinticuatro horas de modo que no deben ustedes preocuparse por ello. Yo personalmente haré una llamada telefónica a primera hora para que el director de la institución les espere.
-¿Quinientas libras para todos?
Suspira, lo cierto es que no estaba acostumbrado a ciertas contestaciones, los jóvenes de hoy en día parecían no tener modales.
Me interesa puntualizarles que estos no son sus honorarios, se trata de meramente de un adelanto para los costes.
Perdón, pero mis planes para Nochebuena incluían soledad, una botella de Absolut y el mando de la tele. No me malinterpretéis pero no voy a cambiar meses de cuidadosa planificación sólo porque ahora hayamos hecho una "pandi".
Pavel se pone de pie, al ver que todos se ponen de pie, ya había escuchado lo suficiente.
Señorita Stonewall, reitero que no hay obligación, es libre de marcharse. Realmente espero que concluyan la investigación antes de la Nochebuena, pero no puedo garantizarlo. Si no es así les ruego que acepten la hospitalidad de Brian.
Camina unos pasos pero se detiene en el linde de la puerta.
Nada más por mi parte, feliz Navidad, señoritas y caballero. Y... señorita Stonewall, hace una breve pausa mientras la señala con la mano que sostiene la pipa Espero un informe detallado y bien redactado, ya sabe, nada de basura amarillista.
- Mismo lugar a las ocho en punto -
Era una hora más que razonable, tendria tiempo de desayunar con la señora Geer y llegarían a Londres sobradamente, pensó Douglas.
Se dirigió a la puerta mientras jugueteaba con las llaves de la moto, que ya tenía en la mano.
Si salía ahora le podría echar un vistazo a la caldera, no quería irse sin intentar arreglarla, sobretodo si no sabia cuando iba a volver.
Cuando llego a la puerta Douglas se giró dd hacía sus compañeras
- Que pasen buena noche, hasta mañana - Tras despedirse salió de la habitación .
Lo que queráis hacer, si queréis hacer algo más ese día lo describís en esta escena. AVISO: Pensad muy bien lo que os vais a llevar, quiero el equipo detallado y acorde a lo que os hayáis puesto en el mérito "Recursos".
Douglas se quedo delante de su moto meditando durante unos segundos, esta iba a ser su primera misión de campo, no sabía como debía sentirse, nervioso, asustado, emocionado.
Suponía que un poco de todo, sin perder más el tiempo se subio a la moto y se dirigió a casa.
Cuando Douglas llego por fin a casa, se dirigió directamente a la cocina, donde guardó las judias y las patatas que le había encargado, la buena de la señora Geer.
Mientras se dirigía al salón con un plato de Haggis que la señora Geer había dejado preparado y que habia calentando en el microondas, así como dos sándwich de huevo.
- Le he dejado las judias y las patatas en la cocina, luego le echaré un vistazo a la caldera-
dijó mientras se sentaba y empezaba a comer mientras miraban Murder she wrote, la señora Geer no se perdía ni un episodio, y la verdad Douglas también disfrutaba de la serie.
Era un ritual, uno que rara vez se saltaban.
La señora Geer se encuentra en el comedor tejiendo, se sobresalta un poco por la llegada de Douglas, se notaba que tenía la mente en otro lugar. Sonríe.
¡Buenas tardes a ti también jovencito! dice sin parar de tejer la colcha de color verde lima. Si, luego las guardaré, gracias Douglas.
Sigue viendo el episodio en silencio quejándose alguna vez porque ella piensa que el asesino ha sido el marido desde el primer momento y finalmente tiene razón. Niega con la cabeza.
Estaba claro, que iba a ser el marido. Y quedarse ahí luego con la amante, esas cosas de modernos. Si yo me decidiera por asesinar a alguien... no me quedaría ahí mirando con la querida. En fin, como otro día más basta de perder el tiempo en ver la tele, voy a recoger esa cocina. Te da una palmada en la espalda y camina hacia la cocina. Tu sigue comiendo, cielo.
Las explicaciones del señor Klodzinsky me revelan algunas cosas que no sabía, por lo visto se nos ofrecía una residencia y aunque parece más práctico, no estoy segura de estar cómoda en un sitio así. Supongo que tendré que verla y al final dará igual como sean las cuatro paredes que me rodeen, el resultado será el mismo.
Al ponerse en pie Pavel, me levanto yo también y miro hacia la joven.
—Mírelo de esta forma, si no acabamos antes de Noche Buena, es que será algo que merezca la pena— comento sin confiar mucho en mis propias palabras, hay mil posibilidades que podrían retrasarnos, desde un simple pinchazo hasta problemas burocráticos, eso sí es aburrido y a pesar de todo, yo no iba a hacer el viaje en vano y eso siempre es un buen aliciente.
Asiento mostrando una sonrisa forzada. —Feliz Navidad a usted también, señor Klodzinsky— digo a modo de despedida.
Después, me giro hacia Douglas. —A las ocho. Igualmente— le contesto empezando a caminar hacia la salida.
—Hasta mañana— digo a las dos chicas. Luego cojo mi abrigo y salgo por la puerta.
- Usted siempre lo ve muy claro, si hubiera querido habria sido una gran detective-
Dijo Douglas mientras se llevaba otro trozo de Haggins a la boca.
- o una gran criminal- comemto con picardía.
Al terminar de cenar Douglas entró en la cocina, dejando el plato en fregadero para limpiarlo.
- Queria comentarle una cosa, me ha surgido un trabajo en Londres, es urgente, saldré mañana por la mañana.- iba diciendo mientras secaba el plato que acababa de limpiar.
- intentaré estar aquí para el 24, se lo prometo- dijó Douglas con convicción, pero sin atreverse a mirar a la señora Geer a los ojos.
- Ahora voy a batirme con ese aparato del demonio- cogió el manguito y se dirigió al sótano para intentar arreglar la maldita caldera.
Levanta la vista para mirarte unos instantes y sigue en su tarea un poco contrariada.
Oh, vaya... bueno, no pasa nada. Su voz tiembla levemente y carraspea. Si, claro, el trabajo es lo más importante Douglas, tienes que acudir con presteza. Claro... Claro... le sigue temblando la voz así que se levanta y camina hacia la puerta con dirección a las escaleras.
Se apoya en el pasamanos con delicadeza y empieza subir las escaleras con los ojos levemente enrojecidos.