Para cubrirte... Chungo XD, es una sala abierta, sin mobiliario... Tras las escaleras mecánicas, o subiendo al piso superior, y si, más bien necesitas una acción de movimiento para ir hasta algún lugar donde puedas cubrirte de forma decente.
Otra cosita.
Si gasto una acción primaria en apuntar y otra en disparar, ¿Podría esquivar luego los ataques de los bichos?
Ya me ha quedado claro que no puedo correr y parapetarme disparando, pregunto esto para saber si puedo apuntar o si lo hago pierdo la esquiva del turno.
Pues eso
Para esquivar necesitas 1/2 acción de combate o de movimiento. Ir hasta las escaleras mecánicas costará solo 1/2 acción, ir a cualquier otro sitio, 1 acción entera. Yo lo dejo caer XDDDD.
EDITO: Esquivar vale 1/2 acción de combate o movimiento. Si apuntas y disparas, gastas la acción de combate, pero si aún guardas 1/2 acción de movimiento, podrás esquivar. O sea si, puedes apuntar y disparar y luego esquivar siempre y cuando te quedes quieto o te muevas poco.
Los bichos venían, y la cosa estaba realmente fea. Pero no podía abandonar a los suyos, tenía que defenderles. En eso consistía ser un militar, y eso es lo que pensaba hacer. Apuntó a una de esas criaturas con cuidado, perfilándose para ofrecer menos "blanco" de frente.
-¡Doctores, replieguense a las escaleras mecánicas! ¡Sargentos, procedimiento de repliegue!
Dicho procedimiento se basaba en "uno dispara cubriendo la retirada, el más adelantado va hacia atrás y dispara para proteger la retirada del más adelantado y viceversa". Sabía que Hammer estaba ocupado con su "criatura", pero debía deshacerse de ella. Por eso, el que primero disparó siguiendo ese procedimiento fue él.
Apretó el gatillo con el selector de fuego en ráfaga de 3, pero estuvo atento por si le atacaba alguno que consiguera acercarse demasiado, para esquivarle.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Ráfaga de tres MP5
Resultado: 5(+7)=12
Total: 22 con la dote de puntería mejorada.
Tom apretaba el ceño, lo que hizo que una pequeña gota de sudor frio recorriese su sien se desviase ligeramente de su trayectoría, hasta llegar a su mejilla. Sus ojos se clavaron al frente, apretó los dientes, mostrandolos con furia. Aunó sus fuerzas rápidamente, tenía órdenes e iba a cumplirlas, no quería perder tiempo, y no temía que esto le acarrease problemas.
El maldito insecto que llevaba al pecho parecía aturdido, y se supone que él debía cubrir a los demás con su potencia de fuego. El capitán retrocede, lo hace primero, de forma acertada. Mis ojos titubean, en busca de mis objetivos más cercanos, no dejo que el miedo o la ira se hagan dueñas de mi cuerpo. Aguanto un segundo. Puedo sentir la punzada, hiriente, en el pecho, mi propia respiración, como...al hincharse mi pecho, cada músculo gime en un dolor agónico. Puedo soportarlo.
Mis biceps se tensan, tiran de la pesada arma con fuerza, llevan la culata hasta el bicho, de arriba a abajo, para aplastarlo o tirarlo al suelo, lejos de mi, o lo suficiente para poder retirarme con seguridad. Mas antes, tengo que contribuir a la alimentación de esas criaturas...y algo me dicen que están falta de hierro. Con la ametralladora en alto, y tras golpear al insecto hago una ráfaga de cobertura corta, no malgastaré munición...posiblemente pasemos mucho tiempo en ese planeta. No puedo evitar pensar en el arma que el cadaver tiene a su lado...sería la última de las opciones.
El dedo índice de mi diestra no tiembla en el gatillo, ejerce presión una vez, perfectamente flexionado, y le siguen otros dos tiempos, como un relámpago. Respiro hondo, no puedo hacerlo de otra forma, pero sumido en la tranquilidad.
- ¡Señor, si Señor!
Digo en alto, tratando de que mi moral no se haga añicos. No estaba solo, eramos un equipo, e ibamos a lograrlo.
Cuando ejecuté los disparos me dispuse a avanzar a la carrera, y si el bicho seguía aún en mi pecho, entonces...lo aplastaría, pero ahora...no hay tiempo para pensar en mi.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Ráfaga de 3 con la ametralladora
Resultado: 9(+7)=16
Tirada: 3d8
Motivo: Daño con la ametralladora
Resultado: 18
Una ráfaga de tres, también con puntería mejorada, si consideras que es un trabajo en equipo tengo además un +2
16+10+2= 28 para impactar
Daño: 18
Finalmente, el sargento Hammer golpea al ser con la culata del arma, aplastando gran parte del torso de la criatura. El chaleco del pecho y parte de su uniforme verde oliva quedan manchados por fluidos y entrañas. Lo poco que queda del insecto cae al suelo, como un saco, formando un charco amarillento.
Las armas de los soldados abren fuego al unísono, haciendo que la nube de insectos se reduzca casi a la mitad. Tres caen, por efecto de las ráfagas. Sin embargo, aún quedan cinco, y no se van a retirar. No sienten miedo, no sienten ansiedad. No luchan movidos por el valor, o por razón alguna. Solo responden a un coordinado automatismo biológico de alimento y reproducción. Han sido creados para eso. No son siquiera conscientes de su propia existencia, o de la de su misma especie. Son como máquinas, creadas para infectar y devorar. Y como ello, responden. Los soldados son una amenaza, ergo deben ser destruidos.
Se separan en dos grupos, uno de dos y otro de tres. Dos de ellos se lanzan a por Smith y los otros tres van a por Hammer. Sus armas son las más peligrosas, por tanto son las amenazas prioritarias. Los dos primeros se lanzan, tratando de engancharse como lapas, uno hacia la espalda del sargento Smith y otro hacia su cara. Algo ha cambiado, pues esta vez sus aguijones van a matar. Y de un golpe preciso, son muy capaces. Los otros tres se lanzan a por Hammer, pero algo sale mal. El sargento se mueve, y dos de ellos, directos al pecho y a la cabeza, se estrellan contra el suelo, y quedan aturdidos y panza arriba.
De nuevo la nube de insectos, miles de ellos, pasan volando sobre el techo de cristal, en el exterior, perfectamente coordinados.
Tirada: 2d20(+5)
Motivo: A por Smith
Dificultad: 15+
Resultados: 20(+5)=25, 10(+5)=15
Exitos: 2
Tirada: 2d20(+5)
Motivo: A por Smith (pinchazo, a matar)
Dificultad: 10+
Resultados: 16(+5)=21, 20(+5)=25
Exitos: 2
Tirada: 3d20(+5)
Motivo: A por Hammer
Dificultad: 15+
Resultados: 5(+5)=10, 8(+5)=13, 20(+5)=25
Exitos: 1
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: A por Hammer (pinchazo, a matar)
Dificultad: 10+
Resultado: 9(+5)=14 (Exito)
Ahora la dostora ;). Para quitarte el bicho de la cara no hace falta que tires nada, esta medio grogui así que de un manotazo te lo quitas. Para eso has superado la tirada de CON anterior XD.
Por cierto, es verdad, se os ha olvidado el daño XD. La MP5 y el M4 d4 por bala (3d4, en este caso). Pero bueno, los insectos son muy fáciles de matar, con una ráfaga de tres mueren fijo.
Nunca había tenido un excesivo asco a los insectos. La verdad es que más bien ninguno, pero quitando algún mosquito o bicho similar tampoco es que me hubiera intentado agredir ninguno de esta forma.
Ya me lo había intentado quitar a manotazor, más bién desclavarme esa asquerosa cola que m acababa de clavar, pero parecía que aún quería seguir, ya que por el único ojo por el que tenía alguna visibilidad en esos momentos vi como volvía a levantar la " cola " como si fuera un maldito escorpión.
En ese momento, no pasaba por mi cabeza el hecho de que me pudiera transmitir una docena de enfermedades o cosas peores, sino tan sólo el quitármelo de la cara antes de que en vez de acertar donde no hiciera más que una heridilla, acertara por ejemplo en un ojo. Mi instinto, eso que no me salía demasiado a menudo pero que por algún lado algo me quedaba, me llevó a cerrar el puño y darle un golpe para apartarlo de mi cara y lanzarlo al suelo.
No me paré ni siquiera a mirar dónde había caído, ya que escuché las palabras de McGraw y sacando la pistola de nuevo, aún con los guantes de látex puestos, me apresuré por llegar a la escalera mecánica.
- ¿ Y ese sonido? ¿ Pero cuántos hay?
Estaba demasiado concentrado en lo suyo como para darse cuenta de nada, pero cuando sintio que algo le pasaba rozando por encima de su cabeza tuvo que dejar las runas y fijarse que era. Lo que vio superaba sus espectativas. Era una suerte de mosquito que se había prendido de la pierna del sargento Smith.
Y no era solo eso, eran varios que estaban saliendo de Dios sabe donde y al menos vio como tres de ellos habían clavado sus aguijones a sus compañeros.
De pronto escucha un zumbido atroz, al levantar la cabeza ve una nube gigantezca de esos insectos, tan grande que sería capaz de tapar el sol. Instintivamente saca su pistola y le apunta a la nube, pero no hace fuego. Se da cuenta de que sería inútil tratar de combatir contra eso, especialmente dentro del edificio, tan inútil como contener el mar solo con las manos. Simplemente era algo imposible de llevar a cabo. Por suerte los bichos estaban mantenidos a raya por el techo del edificio, lo malo era que ahora ellos estaban atrapados dentro del mismo.
Parecía que los demás estaban lidiando eféctivamente con esos bichos por lo que el guardo temporalmente su arma para poder recoger rápidamente sus notas acerca de las runas.
Tirarme a esquivar los dos sargentos, si queréis, claro, aunque es casi recomendable XD.
Smith vio como venia aquellos insectos endemoniados hacia el e intento interponer el arma entre aquellos insectos endemoniados
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Esquiva
Resultado: 2(+5)=7
sorry, que el puente es lo que tiene, me retiro en mi guarida xDDD
lo siento no tengo el cuerpo para escribir mucho y la mente peor todavia, ;)
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: Esquivar
Resultado: 11(+8)=19
Sorry, empaning
La doctora logra, de un preciso puñetazo, quitarse de la cara al insecto, que cae al suelo. No muere, pero permanece inmóvil, con las patas hacia arriba, dejando su zona vulnerable al descubierto. El sargento Hummer logra zafarse del tercer insecto, que se estrella junto al suelo, junto a los otros dos. Smith, sin embargo, no tiene tata suerte. Ambos insectos se le enganchan en la cara y el otro en el cuello. Alzan su cola, y, usando el aguijón a modo de arma, tratan de causar la peor herida profunda. Saben bien donde pinchar. Uno lanza su aguijón a los pulmones y el otro justo al cuello, a las vértebras cervicales. Sin embargo, el sargento se mueve, y esto hace que los pinchazos fallen, aunque por poco, causando dos heridas. Una en el pecho, que sangra, y bastante, aunque por fortuna no roza ningún órgano vital. La segunda herida no es más que un pinchazo poco profundo en el cuello, sin ninguna importancia.
Pese a esto, el combate parece estar ya finalizado. De los cinco insectos vivos, seis contando al que yace inmóvil junto a la doctora, tres están aturdidos y junto a Hummer. Basta que este los remate. La mayor preocupación son los que se aferran al sargento Smith.
Sin embargo, oís como algo golpea el cristal, al fondo. Justo en el lado opuesto por el que habéis entrado, hay unas puertas de cristal. No se abren, aunque no hace falta. Un ser las golpea, con furia.
Su forma es humana. De hecho, podéis reconocer rastros humanos en él. Es un ser, encapuchado, vestido con un hábito, como un monje. En su mano, un mazo dorado, con aspecto ornamental, más que de arma. Golpea el cristal con él, mientras gruñe, y os mira. Por ahora los cristales aguantan, pero resulta evidente que no lo harán para siempre. Y si los rompe, no solo podría entrar él, sino esa nube de miles de insectos que revolotean sobre vuestras cabezas.
Tirada: 1d4
Motivo: Daños picotazos (1)
Resultado: 3
Tirada: 1d4
Motivo: Daños picotazos (2)
Resultado: 1
Smith está herido leve. Su CON+BF es de 7, y tienes 4 heridas. No recuperarás esos 4 puntos hasta recibir atención médica. Por ahora, las consecuencias son solo en cuanto al roleo. Solo di que te duele el pecho por la herida, nada más. No hay ningún tipo de penalizador a efectos prácticos.
Pero si recibes 3 heridas más si los habrá, estarás malherido.
Con una tirada de BF+CON puedes librarte de los bicharracos, aunque no puedes hacer nada más durante ese turno.
Nuevo turno, empieza Smith. Aún quedan cinco bicharracos vivos.
Smith sintió como aquellos insectos se le echaban ecnima y volvian a provocar mas heridas en el cuerpo. Él sabia lo que era el dolor un pequeño gesto de dolor se le escapo de los labios mientras se convulsionaba en el suelo para quitarse de encima a aquellos malditos insectos.
Era bastante asqueroso sentir eso y encima la impotencia de no poder hacer mucho más para quitarselos de encima, sus movimientos en el suelo parecieran que estuviera fuera de si pero sol oera par quitarse de encima a aquellos malditos insectos y volver a ponerse de pie empulando su arma
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: CON+BF
Resultado: 13(+8)=21
¿Pero quien demonios era el tipo de la vara? ¿Otro infectado por la enfermedad de los bichos? Sea como fuere, por esos golpes que estaba dando, así lo parecía. Los bichos no le atacaban a él, y si tuviera algo de inteligencia le hubiera dado por abrir la puerta como las personas normales. Si seguía así, aquello podía llenarse de bichos, y eso es algo que no le iba a gustar una mierda.
-¡Doctores, retrocedan y busquen una sala sin ventanas para guarecerse!
Lo primero era lo primero. Quitarse de encima a los bichos que ya estaban allí.
-Disparen a los bichos mientras se retiran, luego preparen una granada... Creo que la vamos a necesitar.
Apuntó y disparó a los bichos que atacaban a Smith, que eran los más "cercanos". En parte por aliviarle de aquel problema.
Tirada: 1d20(+17)
Motivo: Ráfaga de tres MP5
Resultado: 1(+17)=18
Joder, joder. ¡Smith apartate de ahí! La visión de aquello después de echarse a un lado para esquivar aquellos molestos insectos era algo tan real que podía dejar estupefacto a cualquiera, la presencia de aquel hombre golpeando el cristal y los insectos alienígenas sobre el sargento contribuían a alimentar la adrenalina que ahora descendía recorriendo el torrente sanguíneo de Hammer a punto de sustituir lo que quiera que llevase en ese momento. Los músculos en tensión aferraban su arma, que no era sino una prolongación de su propio cuerpo, no una simple herramienta de combate.
- ¡Aguante Sargento! - Grité sin ser consciente de ello, era un compañero y lo apoyaría a muerte. Me tomé mi tiempo para apuntar mientras retrocedía, de espaldas, con la columna ligeramente flexionada, el retroceso de la ametralladora tenía que controlarse con precisión, apuntar era una odisea, pero estaba entrenado para ello, es más...se suponía un especialista.
¡Morid hijos de puta!
No pensaba en aquel posible infectado. ¡Qué se pudra! Pensaba de forma irracional, sólo contaba con que debía librar a Smith de más dolor. En eso consistía ser un equipo, un comando del stargate. No dejaría que nadiese se quedase atrás, él no era un lider, el era un soldado entregado, pero jamás se rendía sin luchar hasta el último momento, cuando subitamente, la muerte le agarrase del tobillo y lo arrastrase al infierno. No, no le pondría fácil a ningún bicho o a ningún jodido zombie que se llevasen a uno de sus compañeros al otro barrio.
Obedecía las órdenes del capitán pero retrocedía con paso firme.
Toma trio de ases.
La ametralladora emitía un espantoso sonido, la ráfaga de tres balas emitía un trueno tal que el eco resonaba por aquella sala, era el sonido de un arma pensada para amedrentar al enemigo, de un arma pensada para hacer mucho daño...
Hammer...quería hacer mucho daño.
Disparó a los insectos cercanos a Smith, si podía abatiría a tres, sino, sabía que acabaría por terminar sus balas...sólo era cuestión de tiempo. Recurrir al modo automático podía ser una salvajada, almenos...tan pronto.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Ráfaga de 3 con la ametralladora
Resultado: 16(+7)=23
Tirada: 3d8
Motivo: Daño con la ametralladora
Resultado: 12
23+10+2= 35
No es que pudiera hacer demasiado. Seguramente si trataba de quitarle a todos aquellos bichos de encima a Smith acabaría haciéndole un agujero a él, y muy posiblemente, pero que el que pudieran hacerle aquekllas criaturas, así que me pareció bastante más sensato que fueran los militares los que se encargaran de ello. Tan sólo esperaba, que no tardasen demasiado, ya que estaba viendo como el hombre sangraba y sabía que tal cantidad de sangre perdida no podía traer nada bueno.
Por mucho que me costase reconocerlo, y más con lo " borde " que me resultaba ese sargento, me parecía que era mejor tener que aguantar su mal humor que perder así a alguien que podría defendernos. Mucho más en el fondo, por alguna parte, lo que de verdad me daba rabia era perder a uno de los que ahora iban a tener que ser mis compañeros, y con los que tendría que tratar de " convivir " si queríamos sobrevivir lejos de casa, pero claro, esto no lo reconocería ni reodeada de estos bichos por todas partes..
Enfoqué mi vista unos instantes en el hombre de fuera. Tan sólo se me podía ocurrir que era quien controlaba a estos bichos de alguna manera, pero no es que esto tuviera ninguna base científica y en estos momentos no creo que a nadie le importara nada más que sacarnos a esas criaturas de encima lo antes posible. en realidad, hasta a mí me parecía que era momento de salir por piernas y pensar más tarde.
No me hizo falta demasiado tiempo tras escuchar las órdenes para salir corriendo escaleras hacia arriba, buscando un lugar en el que nos pudiéramos refugiar al al menos, para poder atender a los heridos.
- Minun täytyy löytää huone, joka ei ole virheitä tai ikkunoita ... - Pensé más que nada para cercionarme de que las prisas no me jugaban una mala pasada y saber exactamente que era eso lo que me habían dicho que buscara, una sala sin ventanas..
Smith, con sus propias manos, se arranca los insectos de encima, y los lanza al suelo. Antes siquera de que los tres puedan levantarse, las balas de McGraw y Hummer los convierten en poco más que una ensalada de tripas y sangre negruzca. Ahora solo quedan tres, aturdidos, junto a Hammer, que no parecen poder levantarse. Están tumbados del revés, y por más que agitan sus alas y sus patas, no parecen poder equilibrarse para levantarse de nuevo.
Sin embargo, al fondo, el ser golpea con especial brutalidad la puerta, y el cristal, resistente, se quiebra. Unos pocos golpes más y conseguirá romperlo, y entonces ese edificio se convertirá en un muy amplio ataúd de cristal. Obedeciendo órdenes de McGraw, tratáis de encontrar una sala sin ventanas. No hay tiempo, y la única que parece ser segura es la puerta roja, al fondo. Mientras Hammer y Smith guardan posición, los doctores y el capitán McGraw corren hacia ella.
Es una puerta blindada, con dos zanjas rojas, y con un texto escrito, en ese extraño idioma. Al lado, junto a la puerta, un panel de seguridad, con un lector de tarjetas en uno de los laterales. La doctora lo observa, junto a Rosetti. Los símbolos podrían ser números, aunque podrían no serlo... Nada es seguro. Mientras lo examinan, es el capitán quien recuerda la tarjeta de identificación que le sacó al cadáver, poco antes de que este "explotara". La saca de uno de los bolsillos del chaleco y pasa la banda magnética por el lateral. El panel pita, y se enciende una luz verde. A continuación, se despliega un pequeño panel, del tamaño del dedo pulgar. La puerta sigue sin abrirse. Parece que la seguridad es más complicada de lo que parece en un principio.
Mientras tanto, Hammer y Smith ven como la puerta se resquebraja cada vez más deprisa. Preparan las armas, aunque saben que si el cristal se rompe, servirá de poco. La nube de insectos empieza a envolver el edificio, esperando. De repente, el techo se apaga, dejándoos a oscuras unos segundos. Sin embargo, a través del cristal, ahora veis dos lunas y un cielo estrellado, que os iluminan lo suficiente como para no tener que recurrir a las linternas. Parece que el que esas cosas entren es cuestión de tiempo.
La doctora, cada vez más presa de la histeria, teclea el panel, obteniendo resultados nulos. Ni siquiera un pitido o una luz roja. Nada. Sin embargo, al poner un dedo sobre en panel que se ha abierto al pasar la tarjeta roja, se enciende una luz roja, y aparece un mensaje en la pantalla. La conclusión es clara. Un lector de huellas digitales. Tanto la doctora como el capitán, que observa a esta sobre el hombro, miran el cadáver. El siguiente paso es claro. McGraw, extremando las precauciones, desenvaina su cuchillo de los SEAL, y corta, como un carnicero haría con un pedazo de ternera, la mano derecha del cuerpo, que aún está entera. A él no le hará falta. De nuevo pasa la tarjeta, y de nuevo el pequeño panel se abre. Coloca el dedo índice de la mano. Un pitido, y una luz verde, y la puerta, al fin, se abre. Todos entráis dentro, y la puerta se cierra tras vosotros.
No pasa ni un minuto sin que podáis oír en el exterior como se rompe el cristal. Un rugido de furia, que precede a un ensordecedor zumbido. Luego golpes en la puerta de metal, que os hacen retroceder. Sin embargo, es una puerta sólida, y se mantiene en perfecto estado. Parece que estáis a salvo, aunque encerrados. Y obviamente, no podéis volver atrás. Al menos no por ahora.
Cambio de escena. Todos a la siguiente.