Partida Rol por web

ó como Angel Herrero adquiere una nueva visión de la misma

Has tenido un sueño de lo más extraño y has despertado varias veces sudando en la noche. Últimamente sientes que estas descontrolado, y los espíritus de la morgue te han visitado con más frecuencia, y eso te asusta... hasta a veces sientes que te persiguen en la casa.  Tus compañeros de trabajo te han manifestado que te sienten extraño y tu les has dicho que no es nada... en realidad es que no te creerían.

Cuando sales del trabajo te encuentras con Carolina quien ha sido como tu ángel en todo este tiempo, es una mujer con muchos sufrimientos y a veces sientes que se va a poner a llorar, por ahora se ha podido ubicar en un apartamento en el centro, uno de esos edificios de interés social, y por primera vez en la vida, a pesar de que sientes estar descontrolado, sientes que la amas.

Has tenido un impulso sexual hacia ella desde el comienzo, y el sexo como propiamente se ha dicho no ha tardado en aparecer. Ella ha sido la mujer de tus sueños, y  sientes que es la única que te comprende.

Ayer se acostaron abrazados y todavía puedes escuchar su respiración.

El despertador de tu móvil ha sonado. Son las 8 a.m. El turno de hoy es por la tarde, pero aun asi te gusta despertarte temprano.

Me despierto algo sobresaltado por la alarma del móvil. Como un resorte mi brazo se desliza de entre las sabanas para alcanzarlo. Se encuentra sobre una sencilla mesita de noche, hecha de madera clara, ligeramente barnizada. Pulso los botones con los ojos todavía cerrados intentando atinar con el correcto. La alarma deja de sonar porfin...

Me incorporo mientras dejo el móvil tirado sobre la cama, a la altura de mis piernas. El calor que resta en el colchón no solo era debido a mi. Una mujer hermosa se arremolinaba bajo la colcha. Su cabello, negro como el azabache se expandía por su cara. Suavemente se lo aparto para poder verla mejor. Casi en la penumbra, iluminada solo por los rayos de sol que se filtraban a través de la persiana. 

Le doy un beso en la frente después de despejársela. Ella suelta un ligero sonido entre sus labios. 

Todavía duerme. Será mejor que me levante y la deje descansar un rato más...   

Me pongo los vaqueros que ayer quedaron tendidos sobre el suelo de moqueta barata de color verdoso. Nunca me había importado el aspecto que presentará mi habitación hasta entonces. Me pongo a quitar las cosas que estorban para que cuando ella se despierte no se tropiece con un zapato o un abrigo. Salgo de la habitación silenciosamente para acercarme a la cocina.

El piso es pequeño por lo que solo cuenta con dos modestas habitaciones, un baño y una salón-cocina. Veo que Jack, mi compañero ya se ha ido como cada mañana. El piso es solo para mi y Carolina durante toda la mañana. Me dispongo a preparar algo de café...

La cafetera es el invento mas preciado a la hora de la mañana. Vas a la cocina y comienzas hacer café. Cuando vas a servirnotas nuevamente ese temblor en tu mano... de repente te has puesto nervioso. Escuchas en tu cabeza un sonido y sientes un corrientazo en todo el cuerpo.

De repente todo mi cuerpo se convulsiona. Mi mano tiembla con la taza de café fuertemente agarrada por la tensión. El tintineo de la cuchara al chocar con los bordes blancos de cerámica y el café ardiendo asomándose por el borde de la taza a cada vibración. El ardiente liquido marrón se desliza hasta mi mano quemándome y haciéndome soltar el recipiente en el acto. 

Un estruendoso ruido retumba en ese momento entre las paredes del silencioso apartamento. La taza se parte en mil pedazos dejándolo todo perdido. Me afano en volver a la normalidad limpiando efusivamente el estropicio con una bayeta húmeda. El vaquero se me había manchado y tendría que cambiarme de pantalones.

Pero en ese momento, volcado hacia el suelo de la cocina, me detengo a pensar.

No se que me está pasando... ¿Es posible que sea el efecto de la abstinencia? Desde que estoy con Carolina no he vuelto a tomar nada. No se si puedo seguir resistiéndome mucho más...

Una voz terrible suena en tu cabeza mientras escuchas una voz que te dice, de repente vez una especie de sombra, pero no sabes si es solo una: Tienes que acabar con todo... tienes que acabar con todoo

En el oscuro charco del café veo un negro reflejo. Una sombra que se eleva frente a mi. Me habla, me atormenta durante unos instantes... 

¡Apartaos! ¡Dejadme en paz!

Hago aspavientos con los brazos intentando hacer desaparecer ese humo, esa sombra. No se quienes son, y no se lo que quieren. Corro para apartarme de la cocina, dejando tirado en el suelo todos los trozos rotos de la taza. La mancha marrón sigue deslizándose por las juntas de las blancas baldosas...

¿Que queréis que haga? Que puedo hacer para que os olvidéis de mi...

Un tono de desesperación sale de mi garganta mientras pienso que quizás este volviéndome loco.
 

Pasa algo mi amor? dice Carolina levantandose y con actitud de no saber lo que esta ocurriendo.

Olvidándome por un momento de las visiones me giro en redondo para dar con la puerta de mi habitación. Carolina se asoma por ella con poco más que la ropa interior puesta. Me afano en acercarme a la taza del suelo para hacer ver que reanudo la limpieza de aquel estropicio.

Me agacho cogiendo la bayeta para limpiar el café derramado mientras con la otra amontono los pedazos de cerámica blanca. Mientras hago eso...

No te preocupes cariño. Es solo una taza de café... intentando quitarle importancia a lo que había sucedido Limpiaré esto en un minuto...

¿Puedes pasarme mi camisa?

Así entrará a por la ropa y ella misma se vestirá, ganaré un par de minutos. 

Carolina te mira un poco sin saber, e igual la cosa que te hablaba ya no esta, se ha ido. Como quieras bebe...ultimamente estas muy nervioso. Trae tu camisa y se pone otra camisa tuya encima, se acerca hacia ti y te besa. Y bueno cual es el plan hoy?

Te doy un beso para después acariciarle la cara suavemente mientras la miro. Sonrió sin decir nada

No te preocupes amor. Solo se trata de aquello que a veces me sucede. Son esos extraños sueños que tengo... 

 Carolina, pese al poco tiempo que llevaba saliendo conmigo se había percatado de mis recurrentes pesadillas. Nunca le había contado exactamente que sucedía en ellas. Pues no quería asustarla. Los espíritus venían a mí, me decían cosas, pero no lograba entenderlos la mayoría de veces. En ocasiones las palabras y las frases cobraban sentido pero aún así no sabía que hacer con aquella escueta información , o con aquella otra petición de ayuda.

Pero no quiero que eso sea un problema para ti. digo cambiando de una expresión reflexiva a una más desenfadada.  

Olvidémonos de eso. Hoy vamos a ir al parque. En esta época dicen que está muy bonito.

Mi intención es clara. Quiero olvidarme de mis visiones y mis pesadillas, quiero disfrutar de la vida. Ahora que hay algo por lo que luchar, una razón para tirar hacia delante.  

Es un día de Febrero,  muy hermoso día de primavera. Ella te mira y se lanza encima tuyo y te besa apasionadamente. Es algo loco pensando que solo tiene tu camina y ropa interior. Toman el cafe en silencio y ella te toma de la mano y se duchan juntos. Estar con ella ha sido toda una fantasia, no solo sexual sino emocional, hace mucho tiempo no sientes que te estas enamorando.

Salen de la ducha y ella se viste y mientras lo hace te dice: tienes razón es un dia genial para salir...  y olvidate de esos sueños, acuerdate que yo estoy ahi.

La abrazo por detrás mientras se viste y le doy un beso en la mejilla, tras lo cual se susurro al oído...

Estando contigo no he de preocuparme por nada. 

Nos acabamos de vestir para salir a la calle y disfrutar de la fantastica mañana. Nos encaminamos al parque tranquilamente sin pensar en nada más que en disfrutar del paseo. Hay poca gente al no ser fin de semana todavía. Pero hay varias personas sacando el perro a pasear o haciendo footing.

Todo parece ideal para una mañana relajada...

¿Quieres que al mediodía vayamos a comer a tu restaurante? Jaja, se que no te gusta comer en tu lugar de trabajo pero aún no lo he visto por dentro. Vamos...

Digo con esa media sonrisa que se que no puede decir que no.

Te sonrie de manera dulce. Si, en realidad podria ser... pero no en el mismo restaurante. Hace un puchero. Mira el reloj.  aunque ahora que lo recuerdo debo ir a las dos a la cita medica con el doctor Rogers, tu sabes para seguimiento.

Recuerdas ese dia en que entro ensangrentada al hospital por el puñal que le clavaron en el costado y le perforo un pulmon, ese dia casi muere y aun asi, todavia tiene secuelas de ese incidente.

Entras hoy a trabajar a la misma hora?

Nunca le había preguntado a Carolina sobre los echos que acontecieron la noche del incidente. Seguramente se debriera a un intento de atraco frustrado. No quería hacerla recordar esos malos momentos. Todo mi esfuerzo se dirigia justo en la dirección contraria. Quería que ella fuese feliz.

Todavía es pronto. Podemos volver andando hasta mi apartamento y por el camino te comes un sandwich de esos que tanto te gustan. ¡No vas a ir con el estomago vacio a ningún lado, jeje!

Nos detenemos en una cafetería para comprar un par de sandwich de atún. Al salir del local noto un leve dolor de cabeza, que me recuerda lo mal que me he sentido esta mañana.

Cuando lleguemos te llevaré en moto ¿vale?

Para un joven idepediente como yo el mejor medio de transporte era la moto. No necesitaba hacer largas esperas en los atascos ni en el tranporte publico. Era ideal para moverse por una ciudad como Huoston.

Llegan al parque, es un lugar  hermoso, hay niños jugando y un pequeño lago artificial con un par de patos, al lado de estos hay  sillas largas de acero, una pequeña plaza donde hay un hombre alimentando las palomas, una arenera para niños (vacía) y un hombre vendiendo perros calientes en el ultimo rincon del parque . El dia es hermoso.  No hay mucha gente en el parque.

Tras dar un paseo de más de una hora decidimos volver al apartamento. Carolina tiene que ir a la revisión medica y yo quiero acompañarla. Parece haberse recuperado del todo, pero la revisión es algo rutinario en estos casos. No puede mandar a alguien que ha recibido una puñalada con el alta y no volver a visitarla más.

Subimos al apartamento para coger los cascos de la moto. Desde la ventana del salón puede verse mi vehículo...

Le tengo un especial cariño, pues no hace mucho que la tengo. Llevaba meses ahorrando para poder comprarla y no tenía a nadie mejor que Carolina con quien compartirla. Nunca me había gustado tanto conducirla como cuando ella me agarraba. 

Una vez en la calle y con sendos cascos le propongo subir. Aunque se que a ella le da un poco de miedo.

Vamos, sabes que cuando subes conmigo conduzco con cuidado...   

Ambos nos montamos en la moto y nos ponemos en dirección al hospital.

La cita medica transcurre de manera normal. El medico al cual conoces te dice que  parece no existir secuelas de las heridas, y cree que podra seguir la vida común y corriente. Justo cuando estan Saliendo, Carolina mira su reloj y te dice: el tiempo exacto para ir al trabajo. Te besa de manera alocada en el centro medico y te dice: te amo Angel Herrero, sos el amor de mi vida, nunca lo olvides. y se va.

Yo también te quiero pequeña. digo dándole un beso antes de despedirla.

Viendo marchar a Carolina decido irme de hospital y volver a mi apartamento. Aun quedan muchas horas para entrar a trabajar y no me apetece estar ahí. No suelo tener mucha relación con mis compañeros y eso hace que no me sienta especialmente alentado a quedarme fuera de mi horario laboral.

Me dispongo a subir en mi moto cuando de nuevo viene el recuerdo de esas apariciones a mi mente. De pronto la angustia me supera y tengo tentación de robar la droga de la farmacia que hay en el ala de cuidados intensivos. Tras unos momentos empiezo a relajarme...

He de quitarme eso de la cabeza. Ahora hay alguien por quien seguir adelante, ella no me lo perdonaría. He de ser fuerte...

Los recuerdos me llegan de nuevo, pero esta vez no me atormentan tanto. Me pongo el casco y me dejo imbuir por los recuerdos mientras avanzo por la carretera.

¿Son realmente espíritus lo que veo? ¿O solo se trata de cosas que crea mi mente? De todas formas, pronto estaré en casa...

Llegas al hospital, a la morgue. Ese ambiente frio, y casi sin sonidos. Los cuerpos en si no hablan, solo se escuchan las voces del patologo quien es el unico que tiene la oficina cerca, lugar donde tambien hace las autopsia para saber causa de muerte.

Puedes oler el cafe que han puesto cerca. El médico debe estar cerca.