Partida Rol por web

-Uy, sí. A ver si viene el fresquito ya.- responden ellas, decelerando un poco, pero siguiendo con su marcha, ahora algo más sonrientes.

Con la cabeza apoyada en su mano mirando el paisaje moverse por la ventanilla de la combi, escucha el pedido de Ernesto y sin romper su posición
-A la vuelta me siento alado del conductor, hay voy a tener mejor angulo que aquí detrás
Cuando llegan, es el primero en bajarse con la camara de vídeo en mano la quita de su funda, la enciende, y comienza a hacer un paneo general del lugar.
Mientras sigue al grupo y filma donde le indica Ernesto... pero ni siquiera su pasión puede retenerlo de seguir filmando para mirar los intentos de Ernesto

Tras hablar un poco con las ancianas, Ernesto extrae poca información. Las cuatro casas pertenecen a los "Sánchez", una familia de aquí. "Las alquilan." Cuando sale a colación el incidente de los asesinatos, se santiguan y afirman "Una desgracia, sí. Pero de eso hace mucho. A la pobre Henar le ha costado mucho que la gente volviera a querer alquilar las casas." Desde luego, ninguna quiere hablar para una cámara y menos de ese tema. "Estas cosas levantan ampollas y no deberían removerse".

Mientras tiene lugar la conversación, avanzáis, paralelos a las dos abuelas hacia la cuarta casa, viendo que parece igual de cerrada que la primera, también con candado y con un cartel en la puerta que dice "Cuidado con el perro" y debajo "Luna Llena". NO hay perro a la vista y es un jardín poco frondoso, de césped, así que a menos que esté en la parte posterior.. Pegada a esta casa hay otra de distinto diseño, aparentemente más vieja, desde la que sí os ladra un pastor alemán.

Tal y como habíais planeado, os acercáis por fin a la tercera casa. La puerta delantera sigue abierta y se escucha música lírica, creéis que alguna cantante folclórica, tipo Rocío Jurado o algo igual de casposo, saliendo de dentro e incluso alguien, una mujer, cantando. En un momento dado, la música se detiene y el murmullo de la voz continúa, pero va desapareciendo. Por fin os decidís a entrar a preguntar. La puerta del jardín se abre con un espeluznante chillido.. Al acercaros a la casa, la observáis con cuidado. Parece tener una sola planta, aunque el tejado es lo bastante inclinado como para tener un ático sin problema. También hay una caseta de madera en el jardín.

Tan pronto como os acercáis a la puerta, una mujer aparece sin previo aviso del interior. Da un respingo.

-¡Oh! ¿Quién es? ¿Querían algo?-

Ernesto dejó ir a las mujeres sin más preguntas que las básicas. Al meter un poco la mano en el bagage de aquellas mujeres, se había dado cuenta que no tendría mayor éxito. Su experiencia se lo decía: y también le recordaba que más valía retirarse a tiempo que protagonizar un papelón.

Volteó hacia sus acompañantes, haciendo un gesto negativo con la cabeza.

- Esto nos va a pasar con la mayor parte de los lugareños mayores - dijo, con extraña tranquilidad - Es una lástima, porque su punto de vista es muy relevante. Vamos a tener que trabajarlo. Andá preparando tu mejor cara de yerno bueno, Facundo - remató, con una media sonrisa.

Sin decir más, le hizo una seña a Diego, y traspasó las rejas. El chirrido oxidado de la reja le recordó por un momento al disco compacto de efectos de sonido, el maldito disco de "hagámoslo más dramático" de los editores de la productora. Lo había escuchado cientos de veces. Eso le hizo lanzar una mirada fastidiada al objeto, como si éste le hubiera hecho algo personal. Al traspasar esa línea, Ernesto contempló la casa con atención. La miró de arriba abajo, detalle por detalle, de izquierda a derecha...

Encontrarse con la mujer cara a cara le hizo reaccionar.

- Discúlpemos - dijo Ernesto, fijando su atención en ella - No era nuestra intención asustarle. ¿Esta es el Cuarto Creciente?

-¿El qué? Ah, sí.- la mujer, a la que calculáis unos cincuenta años de edad, tras ver a Diego con la cámara parece haber comprendido. -Soy Henar Sánchez, la dueña.- os dice con extrema timidez, pero sin apartarse de la puerta. -Pero el concierto es allí, en el pueblo, ya se lo he dicho a los otros, aquí es la fiesta.- termina, señalando con la mano a vuestra espalda y hacia la izquierda, a la zona del pueblo más cercana a la estación de tren que habéis pasado antes.

- Por supuesto - El locutor sonrió con calma, a Ernesto entendiendo perfectamente que es lo que se pretendía de el. Ya lo había hecho antes. No sería la primera vez. Y si era necesario lo haría de nuevo

Con todo se mantuvo en un segundo plano mientras Ernesto terminaba su conversación con las ancianas y lo siguió mientras abría la puerta y comenzaba a conversar con la dueña de la casa. Al ver su reacción, esbozó la más agradable de sus sonrisas, mientras decidía entrar en acción.

- Si, si, nos lo dijeron. Parece que tanto la fiesta como el concierto resultarán un éxito - comenzó a hablar - Pero la verdad es que, si Ud. está de acuerdo, nos gustaría antes de que empiece el concierto y debamos salir corriendo, que nos permita curiosear un rato. Ya sabe como somos los periodistas. Siempre queremos estar preparados para todo - Facu se encogió de hombros, como disculpándose por las actitudes de todos los periodistas del mundo.

- En realidad no queremos molestar, pero no pareció que quizás nos podría ayudar - El tono de Facundo se volvió súbitamente conspirador - Cuando venga toda la gente será difícil encontrar esas pequeñas cosas que se vuelven imprescindibles para trabajar. Ya sabe. Los mejores ángulos de luz. Los rincones intimos para las entrevistas. Los sitios donde se pueda filmar sin molestar a los invitados. Todas esas cosas que solo la dueña de una propiedad nos puede indicar - Cambiando nuevamente el tono de conspirador a admirador Facu continuó - Se que está ocupada, haciendo mil cosas, y que lo nuestro es una molestia adicional, pero... sería muy impertinente de nuestra parte que le pidamos ayuda con esos detalles. Seguramente nos podrá mostrar en pocos minutos lo que nosotros tardaríamos horas en encontrar -

Sin saber si prefería que solo les diera acceso ó que realmente se convirtiera en su guía Facundo esperó la respuesta de la dueña de casa mientras mantenía la sonrisa que lo había hecho famosos en la pantalla chica... Siempre le había dado resultado. Esperaba que esta vez también

Al principio Henar no parece entender lo que le dice Facundo y pasan dos o tres segundos de silencio un poco tensos durante los cuales sólo se escucha el chillido de alguna urraca, hasta que, entresacando palabras de entre todo aquello que no entiende de la conversación, si logra entender que queréis entrar a ver la casa.

-Es que ahora estoy limpiando, ya se lo he dicho a los otros. Si quieren, puedo enseñarles la parte de atrás, vamos a poner ahí la barbacoa.-

- Pues sería realmente muy amable de su parte - Facu sabe que no es exactamente lo que quería, pero es un principio, quizas pueda convencerla más adelante de ingresar a la casa.

Con su sempiterna sonrisa en los labios se dirige a sus compañeros - Pues ya ven, esta amable mujer nos ha dado permiso para ver el fondo. Tratemos de no molestarla que está más que ocupada con sus tareas - Antes de comenzar a caminar continúa conversando amablemente, poco dispuesto a dejar pasar la ocasión de averiguar algún dato que pueda ser útil para el reportaje

- Nuevamente le agradezco. Es un placer que alguien, para variar, sea tan amable. Si supiera lo negativa que a veces es la gente. No se lo imagina! A veces piensan que somos robots, como si no pudieramos entender los sentimientos de quien entrevistamos - poco a poco el locutor vuelve a su tono confidencial - Entiendo que alguien no quiera expresar sus ideas en público, pero de allí a agredir a quien le hace una pregunta... es desquiciante - Mientras vuelve a acomodarse el pelo con su mano derecha, en lo que es un gesto reflejo en su actitud, Facundo espera que la mujer los guie hacia el fondo y conteste, buscando conseguir la confianza para poder preguntar sobre la historia de la casa.

- Lamentamos, de nuevo, molestarla - dice Ernesto, que ante la charla de Facundo se ha mantenido al margen - No queremos interrumpir su trabajo, y no dudo que se encuentra con mucha presión por el tiempo. Nosotros sabemos lo que es eso - le dedica una sonrisa, sinceramente comprensiva - Le agradecemos su cortesía. Por los planos de luz y demás, podremos hacerlo después, cuando usted no esté ocupada y si nos lo permite, claro.

La excusa de Facundo es muy buena; Ernesto se lamenta que el conductor no haya tenido éxito con ella. No está de más, sin embargo, continuarla por lo pronto. Así, Ernesto se acomoda el bolso que carga, les hace un gesto a los demás que se traduce en que sean silenciosos y traten de molestar lo menos posible. Y entonces, se pone a disposición de lo que la dueña haga.

Te fijas en las ventanas de la planta baja y llegas a la conclusión de que son demasiado altas para no tener sótano la casa, así qeu presupones que debe haber una entrada por algún sitio. Igualmente te pasa con el tejado, que dudas no tenga un altillo, aunque por esta parte no veas ventana alguna. Además, el alero de la casa te hace suponer que si los muros de la planta baja continúan hacia arriba, debe haber un espacio hueco, una especie de corredor tras de ellos por todo el ático, si es que lo hay.

Henar parece ahora aliviada por las buenas palabras que le habéis dedicado y algo más dispuesta a colaborar. Observáis sus manos callosas de trabajadora mientras las limpia en sus pantalones y mira hacia el lateral de la casa.

-Bueno, la parte de atrás se puede ver sin que vaya yo. Si quieren vayan ustedes, pero no toquen el depósito de la caldera, ¿eh? Bueno, la puerta está cerrada de todas formas, pero vamos, que, ya saben. Si quieren mientras miran el jardín, yo termino dentro.-

Luego de no haber abierto la boca con los otros entrevistados, hace una de sus preguntas rebuscadas y normalmente consideradas ridículas por el resto del equipo. -Señora, antes de pasar a investigar la parte trasera, de casualidad, ¿Tiene usted mascotas?

Sige filamndo el frente de la casa desde distintos angulos mientras los otros hacen relasiones publicas, cuando escucha el comentario afirmativo para ir asia el patio de la casa comeinsa a caminar asia alli, pero la rpegunta de František lo hace voltearse, au con la camara filmando
-Te veo venir Dvorák... ya preguntale si le ladra al aire o no
Tratando de bromear con el parasicologo