Interesante, esos inuteles estan aprendiendo, y al ver que su desorganización encontrabamos una fácil forma de matarlos, pareceque que ahora se estan preparando y organizando para ir a la guerra...
Es casi increible pensar que las mentes atrofiadas de los yomas y demás despertados puedan concebir una armamentistica de tales magnitudes...y con esas horrendas formas.
Tal vez... le respondo a Cynthia, ...¿ no sería mejor intentar bloquear la entrada a la cueva y así evitar darles acceso a todas estas armas a esas sanguijuegas? Dios sabe lo que podrían hacer con ellas. Si con sus propias manos son tan letales, estas armas y armaduras les daran un poder de destrucción que todo el mundo estara en peligro.
Cojo una de esas montruosas armaduras y una de las imposibles armas para sacarlas de allí por si el caso de que la respuesta de Cynthia fuera positiva.
No contesto hasta que estamos de nuevo a la salida de la cueva y miro hacia arriba, Elena desde mi espalda tambien mira al techo.
-Uhmmm, no es mala idea, ¿pero como piensas tapar la entrada?
La cueva parece bastante estable, y desde luego por mucha fuerza que imprima al claymore no conseguiría derribar la entrada.
-Quizá lo mejor sea apresurarnos y llevar eso a los sabios para que tomen las medidas oportunas.
Me quedo espectante mirando a Alice, ¿se le habrá ocurrido algo acaso?.
El martillo del Kakuseisha solo puedes utilizarlo como arma con fuerza 7 (contando modificador) o utilizando Fuerza yoma en el momento en el que lo blades. El martillo suma +4 al daño igual que el claymore, pero obtendras dos exitos automaticos extra en las tiradas de daño contra objetivos de tamaño medio y pequeño. No podras correr mientras lo lleves encima.
Igual en un futuro, si decides cojerlo, decido hacerle alguna modificación en algun aspecto.
Lentamente salgo de la cueva tras Elena y Cynthia, y tras escuchar como cuestionaban la probabilidad de efectuar mi idea y una leve mueca, mi visión se posa en un punto fijo y mi rostro se torna jactancioso al puntualizarla:
-Todo esta controlado.
Una sonrisa de felicidad se dibuja en mi cara como un niño con juguetes nuevos, cuando me dirijo a los restos del kakusheisa, y apartandolos me abro paso hasta el arma que blandía. Ese enorme mazo sería suficiente para armar un buen estropicio en aquella cueva para que no pudieran encontrar su armería.
Con ambos claymor cruzados a mi espalda, sujeto el mango de ese enorme mazo intentando calibrar su peso y calculando la fuerza necesaria para manejarlo. Estaba claro que tal arma no había sido creada para la utilización por un humano convencional, ni tan siquiera por yomas normales, sino era un arma excepcional, con una enorme capacidad destructiva y el consecuente pesaje que ello conllevaba, pero yo sabia, tenia la absoluta confianza en que podría manejar ese arma.
Me heche el arma mango al hombro, y apoyando mi brazo en la parte saliente, forzé para que su cabeza de alzara, y lo pose frente a la entrada de la cueva. Lo así con sendas manos, mientras mi biceps se contraían y aumentaban considerablemente de tamaño, cuando con gran esfuezo lo alzo sobra mí, y lo lanzo contra la cara de la montaña que recubría la entrada.
fuerza yoma 4
El gran mazo voló a una velocidad dificil de creer para un objeto de semejante tamaño y peso, lejos de silvar como lo haría una espada, las rafagas de viento que emitía al abrirse paso en el aire hacían un sonido grave.
Cuando el martillo entró encontacto con la roca, esta se rompo como fuese mero barro seco quedando incrustado, todas la piedras que había alrededor de las claymores saltaron y en el lago se dibujaron ondas de choque, el suelo temblo y el golpe sonó como si de un trueno se tratase. Sin embargo el martillo quedó incrustado sin mas consecuencias. Cynthia y Elena miraban boquiabiertas con cierta incredulidad, pero cuando pasaron varios segundos y nada se derrumbó miraron a Alice, como diciendo ¿ves?
De prontó se comenzaron a oir profundos crujidos en la montaña... sonidos que precedían a lo que parecía un autentico terremoto, sensación que provocó cuando las enormes rocas del techo de la entrada de la cueva comenzaron a caer hasta sepultarla, pero no solo eso, una avalancha de tierra rocas y piedras se precipitaron desde lo alto de la montaña.
-¡WOAAHH! ¡Cuidado!
Dijo Cynthia que agarró con fuerza a Elena y saltó para apartarse de la lluvia de rocas, una gran nube de polvó se alzó al lado del lago.
-Ehmmm.... bueno, no se me había ocurrido hacerlo asi, pero será mejor que nos vayamos, esta columna de polvo se verá desde varios kilometros a la redonda y no estamos en condiciones de luchar. Descansaremos en Sontera.
Dijo la numero 14 aun bastante impresionada por los metodos tan poco ortodoxos de la numero 45. Alice podría recuperar el mazo si lo desea apartando algunas rocas.
Realmente es muy pesada...pienso para mí misma.
Miro a Cynthia y Elena con una sonrisa debujada en mi rostro y las digo:
-Jajajajaj, ves Cynthia, no ha sido tan dificil complicarselo un poco a esos putos yomas...tiro del mango para sacar la cabeza del mazo de entre las rocas, y mirandolo continuo; además, hemos saco algo bueno de todo esto, una potente arma para enfrentarnos a esos desgraciados.
Ya podemos ponernos en marcha a Sontera si es lo que vos deseavais.
Sin decir nada más, pongo mi nuevo arma al hombro y me coloco a la altura a Cynthia y Elena esperando ordenes, eso si, con una mueca de felicidad.