Partida Rol por web

Las preocupaciones de Galena en realidad agradaron a Andrea, aunque no le gustaba ceder una carga de ese tipo a nadie

—Ésta vez, nada de salir corriendo por la nieve...

Andrea miró a Galena con ua expresión perpleja y quizá algo incordiada. Sacudió la cabeza y volvió a mirar al frente.
Parpadeó y habló
No es algo que pueda... elegir. Es o eso o quedarme bloqueada....

No creía que lo hubiea dicho con malicia, aunque ese... hándicap la ruborizaba y avergonzaba mucho

Hmm.... así que llegaremos de noche. tsk.

Escuchó el resto de la conversación con interés. Aunque su expresión no se volvio mucho mas animada, si que la charla distrajo sus fantasmas.

En realidad estamos aquí por los yoma, han habido demasiados informes, y es eso lo que nos interesa, pero también reconocer el terreno y conseguir toda la información posible, ya que podría ayudarnos en futuras cacerías, de ahí mis preguntas...
¿Sabe de alguien en Tarso que pueda conocer el terreno, o quizá que tengan mapas de la región, o similar? Nos seria muy útil.

A propósito... eso de los Yetis... ¿Es real? qué o como son?

Esperando la respuesta, no dejó pasar la oportunidad de seguir alerta. Seguian avanzando y probablemente habia mucho que descubrir, no iba a dejar que les cogiesen desprevenidas. Esta vez era particularmente peligroso.

Galena caminaba girando suavemente la cabeza de un lado a otro de vez en cuando,no decía nada pero escuchaba la conversación entre el humano y Andrea.

Cita :

La número 28 miró disimuladamente a su compañera de reojo, aquello era una mentira del tamaño de un castillo, sinembargo... también era una forma original de evitar preguntas comprometedoras. Pero...

Cita :

Galena dejó de mirarla y giró totalmente la vista hacia el lado contrario como si le hubiera dado pro observar una de las montañas lejanas... en realidad era para que sus ojos abiertos de par en par ante la pregunta no le dieran una imágen errónea a la número 30.

"Dioses... eso sí suena irreal"

Se rascó una ceja con la mano distraidamente como si no no hubiese escuchado nada... y continuó caminando, sabía que Andrea probablemente estaría rastreando los alrededores pero "por si acaso" no estaba mal que ella también mantuviese despiertos sus sentidos, les esperaba un día muy largo...

Aunque la bufanda cubría su rostro en los ojos se denota una expresión sonriente, en el tono tambien.

-Bueno, la verdad es que salvo a algun otro comerciante no conozco a nadie allí, me dedico a viajar por estas tierras, porque dado que pocos mas se atreven a hacerlo el comercio es muy rentable, aunque lamento decirle que el secreto no es mas que este gran caballo que ya va teniendo sus años pero que resiste mejor el frio que un yeti, si existieran jajajaja. Dicen que son hombres de las nieves con pelo blanco y mucha fuerza, otra fantasía mas. He viajado por las rutas entre ciudades del norte por decadas y no he visto nada mas aparte de osos realmente grandes, lobos, lobos, y mas lobos.

Nada de lo que se tengan que preocupar ustedes. Cuando lleguemos a Tarso pueden preguntar en el mercadillo pero no creo que encuentren un mapa demasiado preciso fuera de las rutas establecidas.

Seguía nevando, pero no suponía ningun impedimento para l marcha, pronto sería mediodía. El hombre volvió a mirar desde lo alto del caballo a Galena.

-Asi que "demasiados informes" ¿eh? entiendo...

Hizo una pausa y miró al frente.

-Bueno, entonces tendré que ir con cuidado, hace mucho que no oigo nada de yomas en las plazas de las ciudades del norte... es mas, tambien hace mucho que no veo una de las vuestras por aqui...

Andrea siguió la charla con normalidad. Aún no estaba lo bastante relajada como para adoptar su habitual expresión risueña, pero posiblemente faltase ya menos.
 

Sonrió un poco
Lo imaginaba, pero... he visto cosas realmente extrañas, ya no me sorprendería encontrarme un yeti, créame... y me conozco bien esos osos que habla. La última vez que estuve en el Norte, uno me... bueno, tuvimos una discusión, me deshizo la coleta y se acabó quedando mi brazo como cena por las molestias que le causamos. Mira al hombre y luego se mira el brazo izquierdo y mueve la mano, recordando. Luego mira al hombre con una sonrisilla inocente y poco preocupada Tuve bastante suerte, son unas fieras bastante peligrosas. 

 MMmmmm... pues será por aquí. Habrá que arreglar esto

Y está bien que siga siendo así, porque los informes se han ido reuniendo desde hace algún tiempo, pero por nuestras propias rastreadoras, y estamos previniendo que puedan envalentonarse y acercarse a los pueblos, pero estamos conociendo el terreno antes, para ir a por ellos lejos de las zonas pobladas. Velamos por su seguridad, para eso elegimos este camino.
Sonrió de nuevo al hombre y siguió
Estaria bien que este asunto no saliese de usted... el pánico no ayudará a descubrir a los Yoma, créame, eso lo sabemos muy bien, y ellos también lo utilizan maravillosamente. Solo traerá paranoia y mal ambiente entre vecinos y familiares, y desde luego la situación todavia no es preocupante.

El hombre levantó las cejas algo sorprendido.

-Vaya, eso tuvo que ser doloroso. No conozco hombre que haya sobrevivido al ataque de un oso en estas tierras, y creo que no lo conoceré nunca.

Aunque su voz es joven por un momento hablaba cual anciando contando historias de la niñez. Pero ese tono lo abandonó rapido.

-No se preocupe, no saldrá palabra al respecto de esta boca, ya sabes ¿eh viejo?

Acabó la frase hablando con el caballo.

-Ultimamente no hay muchas novedades en estas tierras, las montañas se cobran su tributo en vidas humanas pero tantos rumores de otras tierras en las que desaparecen aldeas enteras deboradas por grupos enteros de yomas y aquí nunca ha pasado algo semejante, a pesar de todo, me siento afortunado de poder hacer este recorrido cada poco sin encontrarme una ciudad devorada cuando lo unicó que quiero encontrar es descanso y comida.

Continuó de nuevo haciendose el "viejo sabio" aprovechando la aparente inocencia de Andrea.

-Malas noticias han llegado a Demetria desde el este, las gentes hablan de ciudades enteras destruidas por esos demonios, rezo por que tan malas nuevas no se extiendan aqui, o lo que sería peor, que se hiciesen ciertas.

El hombre miraba al sol a menudo, controlando el tiempo para saber si apresurar la marcha o relentizarla.

Andrea de nuevo asintió a las explicaciones del hombre.

Tienen bastante suerte por aquí, sin duda en otras tierras corren tiempos muy amargos.

Cesó la charla un momento para reactivar su rastreo y mientras esperaba si el hombre tenia algo más que añadir, miró a Galena, que caminaba sin decir nada.

¿Todo bien, Galena? 

Hacía tiempo que Galena había desconectado de la animada charla que parecían tener Andrea y el humano, inmersa en sus propios pensamientos tendía a soltar el hilo de un habla tan fluida como la de aquellos dos. Caminaba en silencio mirando de vez en cuando a un lugar distinto.

Cita :

Al escuchar su nombre de fondo, cayó en la cuenta de que Andrea se dirigía a ella y giró la cabeza para verla.

—Claro...

Sus ojos se desviaron al humano en una mirada objetiva, le pareció que antes la había observado a ella aunque ignoraba por qué puesto que no había dicho palabra alguna.
Volvió a mirar al frente como si no hablase con nadie en particular aunque era obvio que continuaba la respuesta para la número 30.

— ...no has detectado ningún yoma.

La respuesta de Galena pilló por sorpresa a Andrea, que no sabia muy bien qué esperaba, pero desde luego no aquélla. La risa clara de Andrea sonó por unos instantes, rompiendo su extraña expresión mientras duró, y aún unos segundos después.
Palmeó el hombro de Galena con camaradería

Está bien, está bien... tú vigilas lobos y yo vigilo yomas, si...?
Suponia que aquél ofrecimiento de compartir alguna preocupación le sentaria bien a Galena, que antes se lo habia pedido.

Miró al hombre, al que quizá la preocupación de Galena le sonase fuera de lugar
No se preocupe... No se distrae nunca cuando trabaja. De nuevo la sonrisa fue solo a medias. Cambió rápidamente de tema, para evitar más preguntas.
¿Cuántos años hace que vive en el Norte, si no es indiscreción? Apenas se le ve la cara, parece joven, no? Preguntó con tono indiferente.

La verdad es que la charla la distraía de sus pensamientos, pero no de su labor, pues seguia bien atenta a cualquier yoki en las proximidades. Y porqué no decirlo, hablar con un humano distendidamente era una perla valiosa, más en un dia como este.
Sonrió un poco, pensando en esa pequeña gran suerte. De no ser por esto, estaria teniendo un trayecto con demasiado tiempo para pensar, pues Galena no era precisamente una charlatana.

Casi sin darse cuenta, miró al cielo. Aquellas agradables casualidades cuando más necesitaba alivio para sus pesares solía achacárselas a la bondad de los dioses.

El hombre sonrió ante las palabras de Andrea, aunque por supuesto, la sonrisa quedó de nuevo oculta tras la bufanda.

-Disculpad mi descortesía pero este frio a un humano se le mete hasta los huesos. Mis padres murieron hace tiempo, y ahora me dedico a sobrevivir por estas tierras, como todos al fin y al cabe jejejeje.

La marcha continuó a lo largo de toda la tarde, el hombre no se detuvo en ningun momento pero al ser un paso facil de llevar el caballo no daba muestras de cansancio y parecía mas que acostumbrado.

El sol fue bajando hasta dar un tono anaranjado en el poco horizonte visible.

-Ya falta poco, llegaremos justo al anochecer, Tarso queda al otro lado de esa montaña, nuestro descanso esta cerca, animo.

Dijo alegremente a una hora escasa del ansiado destino, la aldea de Tarso, tal y como venía reflejado en el mapa entregado por el mensajero.

Asintió a las palabras del hombre con un gesto que quitaba importancia, y bajó un poco la mirada, recordando.

Sí... los mios también hace tiempo que se fueron. De niña iba cada pocos dias a la ciudad con mi padre en el carro, a vender buena madera.

Suspiró y agradeció que el hombre contestase sin lanzar preguntas, tan solo lo que Andrea quisiera decir de sí misma. Imaginaba que no seria por falta de curiosidad, pero lo cierto es que asi la charla pudo ser más distendida.

Cuando el sol empezó a ponerse, Andrea estuvo más tensa y vigilante, tanto a yokis como a lobos, y bastante menos parlanchina.

A las palabras del hombre, solo asintió. Tal vez pudiera verla preocupada, pero no podia hacer mucho más por aparentar normalidad que lo que ya etsaba haciendo.