Partida Rol por web

Shail ya había eliminado de su interior cualquier sentimiento que sintiera sobre ella. Frente a ella no había más que una aberración y no precisamente una mujer guerrera. Era un muerto y no una chica con la que mantener una conversación agradable. Ella ya no era ella, así que no había razón para preocuparse por liquidarla. Así que, haciendo movimientos ágiles y certeros con sus hachas, Shail se ocupó de encajar cuantos más golpes mejor, con la esperanza de que tarde o temprano fuera derrotada y no hubiera más razón para preocuparse.

Las hachas del joven hicieron su trabajo de forma brutal. Sus rutinas eran tan rápidas que iban ensayadas y resultaban muy difíciles de modificar una vez iniciadas, por lo que con frecuencia impactaban varios golpes más después de que uno de ellos hubiera resultado certero.

Así fue en ésta ocasión, el primer hachazo había sido demasiado rápido para el cadáver cuyos tendones seccionados no le permitían su agilidad habitual y fue decapitado. Aunque un par de golpes fallaron, los tres impactos restantes redujeron el cadáver putrefacto a un amasijo de carne inidentificable que no tardó en descomponerse en un miasma de putrefacción negro y apestoso que burbujeaba de pura magia negra.

Shail se tiró al suelo para analizar el cadáver de Yemma, confiaba en que una vez eliminada su cuerpo volviera a la normalidad, pero se equivocaba. El cuerpo no hacía más que convulsionarse y ofrecer un espectáculo atroz. No supo que decir, se quedó mirando a su hermana atónito. Ella era Yemma... le dijo porque no tenía muy claro si Xera sabía contra quien se habían enfrentando. Era la mujer que desapareció cuando estaba en los barracones del torneo. ¿No sé que mierdas le han hecho? Pero debemos de buscar una solución cuanto antes a lo que está pasando aquí. No quiero ni pensar que pudieran hacerte algo a ti parecido.

Molesto por la situación empezó a rebuscar por toda la sala en busca de más pistas, de un camino secreto o de otro camino por el que continuar la investigación.

Lo sé reconocí a las palabras de mi hermano. Usando un conjuro sobre su coraza la vi mirando el mar y cómo parecían atacarla no recordaba habérselo dicho, pero ya era totalmente indiferente. No podían hacer nada por ella.

Reclutan a guerreros poderosos para matarlos y alzarlos como muertos vivientes. Un ejército que no siente, y si se mueren, habrá más y no hay que llorar pérdidas. Además, no habrá que alimentarlos, por lo que el precio de una guerra se reduce bastante no había estado en una guerra, pero mi estancia en los castillos me habían enseñado muchas cosas, y entre ellas lo importante que era el dinero.

Tú serías un objetivo más apetecible, Shail. Yo no soy una guerrera no sabría cómo definirme. ¿Traficante de información? ¿Manipuladora? Era todo lo que había aborrecido de mi madre pero que, al mismo tiempo, me había dado posibilidades de seguir viva.

Esperé a que Shail terminara de buscar para poder continuar.

Una exploración detallada del lugar evidenció que habían arrastrado muchas otras cajas, cajas llenas hacia el agujero. Una huella en forma de cruz machacada evidenciaba la presencia de una polea sobre el vacío. Estaba claro que unas horas antes habían cargado una barcaza y los moradores de aquel lugar de pesadilla habían escapado por el río subterráneo junto con la mayor parte de su última carga.

Era difícil decir cuántas aberraciones se habrían llevado aquel día y cuántas durante todo el tiempo anterior; pero lo que estaba claro es que habían desmantelado aquel lugar y con esa información Cerebro podría hacer mucho daño. Pensaron cómo se lo tomaría Garv, y al recordar que él era moderado dentro de la Inquisición se alivió un poco la carga de sus espíritus: sería muy difícil organizar otra como ésta si esa institución se ponía en alerta activa contra una infestación necromántica, tal vez incluso ganasen la simpatía de algunas facciones para la causa.

Xera suponía que en las próximas semanas tendría que acercarse a numerosos oídos importantes a atemorizar con voz de miel; pero eso sería después de informar y poner en común lo aprendido.

Shail miró a su hermana tras observar el río. Me temo que se han debido de llevar todo. Dejaron a esos dos pobres ahí solos a merced de cualquiera que pudiera venir a investigarles, y debieron dejar a Yemma para proteger el lugar. Pero me temo que mis dotes de rastreo no pueden seguir a una barca. Así que, no sé cómo lo verás tú. Dijo mirando al suelo pensando si había alguna otra posibilidad u otro camino que recorrer. 

En caso de que su hermana no supiera qué hacer a continuación, lo mejor sería avisar a Cerebro de todo lo que habían visto y vivido. Debían trazar un plan para avanzar, y quizá él pudiera tener nuevas ideas para seguir adelante.

El lugar estaba desierto. Totalmente. Lo único que quedaba era polvo, y polvo nuevo intentando tapar aquellos lugares donde antes había habido cajas u otros objetos. Me agaché junto a la forma de cruz y acaricié el suelo. Para mí, habíamos llegado a un callejón sin salida. Y mi hermano se dio cuenta también al intentar seguir rastreando el lugar.

Todo ha acabado aquí. Quizá no fue buena la idea de entrar en la casa de aquel hombre. Pero, por otro lado, dar con este lugar sin que se corriera la voz... No quiero ni pensar qué hubiera ocurrido si nos encontramos aquí con todos ellos, Shail... No hubiésemos podido con ellos

Había pasado nada más que un rato de su combate contra los esqueletos, de ese momento en que pareció ver pura maldad en los ojos de mi hermano al ver cómo acababa con la vida de ese infeliz... Y después, dolor al matar a la muchacha. O lo que fuera en esos momentos.

Nuestra misión ha terminado era unas palabras que, de alguna manera, me avergonzaba reconocer. ¿Cómo podía decirlo tan alegremente? ¿Sentía que eso había sido una derrota? No, no habían conseguido desmantelar toda la operación. ¡Pero ellos tampoco, maldita sea! Sería un trabajo largo y duro para poder conseguirlo.

Volvamos, es el momento de contarles todo lo que hemos visto y hemos averiguado. Seguro que nos vendrá bien para esta guerra.